La Historia de mi mayor deseo…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En temporadas que subo un poco de peso suelo tener más nalga que buena parte de las chicas con las que tengo relaciones, que hasta antes de mi ama fueron bastantes, extrañamente con todas con las que llegue a tener una relación más duradera e intima, siempre terminaban de alguna forma descubriendo mi lado más femenino, sobre todo jugando con mi colita, con un par llegue a vestirme de nena o con sexy lencería y jugar un rol femenino, pero fueron solo algunas pocas ocasiones.
Todo este mundo femenino me fue atrayendo y fascinando cada vez más, a la vez desde hace ya muchos años también me ha ido atrayendo mucho el mundo sado o más que eso, de la dominación sumisión y los fetiches, el sexo extremo, los juegos de roles, aunque siempre me tocaba jugar el papel dominador, cosa que disfrutaba mucho, pero me quedaba por dentro el cosquilleo por probar el otro lado, el deseo de ser, utilizado, explorado, humillado, de que me llevaran a los extremos de la feminidad y de la sumisión, durante mucho tiempo creí que esto se quedaría solo en mis fantasías, explorándola por partes, en encuentros extremos, mientras tanto mi vida transcurría normalmente, este relato es de los primeros días del resto de mi vida y la mujer que vino a brindarme esta nueva vida.
Era un sábado en la noche y salí a una discoteca con un grupo de amigos, estuve tomando y platicando por un buen rato al lado de la pista, junto a nosotros había un grupo de mujeres que bailaban desenfadadas, enseguida la note, no era especialmente guapa, una chica normal, eso si de de amplias caderas, grandes nalgas, redondas piernas y un par de tetas firmes y grandes, la tremenda voluptuosidad de esa mujer me llamó la atención pero fue su baile atrevido y sensual lo que me encantó, la seguridad con la que se movía me atrapó y ella por supuesto lo notó, nos miramos un momento y lo que más me sorprendió fue la seguridad con la que comenzó a acercarse a mi bailando aún mas voluptuosamente, yo debía tener una cara de idiota, me quedé quietecito observándola hasta que estuvo frente a mi, entonces reacciones y comencé a moverme con ella, nuestros cuerpos se juntaron, sentí un tremendo calor venir de su cuerpo y envolverme, estaba atrapado, bailamos durante un rato sin decir nada, dejando que nuestros cuerpos se rosaran y se excitaran, ella giraba bailando de frente a mi con la mirada clavada en mis ojos y luego dándome la espalda, frotando sus enormes y deliciosas nalgas contra mi pene dolorosamente duro, siempre en silencio, después de un rato estando ambos tremendamente excitados del continuo roce de nuestros cuerpos se acerco a mi oído y me susurró, ven, acompáñame al baño, yo me sorprendí bastante, pero ella no pregunto, así que no conteste, me tomó de la mano y yo solo me dejé guiar, entramos al baño de mujeres, yo me sentí apenadísimo, se me bajó hasta la excitación, pero no dije nada, por suerte dentro solo había un par de chicas que se sorprendieron al vernos pero no dijeron nada
Ana, me metió a uno de los baños, me jaló con fuerza y cerró la puerta, comenzamos a besarnos y acariciarnos como locos, nos pasábamos las manos por todo el cuerpo, me sorprendió un poco cuando apenas rozó mi pene y se fue directa a mis nalgas, comenzó a apretarlas con fuerza mientras me devoraba la boca, luego se separó u poco, estas buenísimo, me dijo, le iba a decir lo mucho que me fascinaba, pero me interrumpió, se levantó la falda, subió una pierna a la taza del baño, se hizo la tanga a un lado dejándome ver su hermosa vagina sin un solo pelito y me dijo, chúpamela ven, me tomó de la cabeza y me llevó hasta su deliciosa fuente yo comencé a pasar mi lengua por sus labios, luego más adentro, arriba y abajo con su clítoris, metiéndole la puntita en la entrada y volviendo a trabajarle el clítoris
Ella gemía, sin importarle nada, lo bueno es que la música sonaba fuerte aun dentro del baño, seguí así por un buen rato, un par de veces quise despegarme de ella para buscar penetrarla pero me lo impidió jalándome la cabeza con sus manos, obligándome a ir más profundo en su cuevita y yo seguí encantado hasta que la sentí estremecerse y pegar con aún más fuerza mi cabeza contra su chorreante vagina mientras ella la frotaba con fuerza contra mi boca y gemía como loca, poco después me soltó la cabeza, me jaló a su altura y me besó con pasión mientras volvía apretarme las nalgas, nos separamos un momento y me dijo, te vienes a mi casa papi?
Por supuesto, conteste y me acerque a seguirla besando pero ella me lo impidió firmemente y me tomo de la mano, vamos, yo la seguí obediente, no regresamos a donde habíamos dejado a nuestros amigos , nos fuimos directamente a su coche, yo ni siquiera pregunté y dejé el mío ahí mismo, durante el camino aprovechamos para conocernos, comenzamos con nuestros nombres y en lo que llegamos a su casa sabíamos lo básico uno del otro, como que se llama Ana, que tiene 30 años, un par más que yo, que es una mujer de negocios, exitosa, segura de si misma.
Entramos abrazados a su casa y me jaló directamente el sillón de su sala, me dio un empujoncito y me dejé caer sentado sobre el sillón, ella se sentó sobre mi y comenzamos el ardiente cachondeo, yo pasaba mis manos golosas por toda la deliciosa voluptuosidad de su cuerpo, ella me tomaba la cara con fuerza mientras nos besábamos, luego comenzó a jugar con sus dedos en mis labios, entre los besos, atrapándome la lengua, luego dejo de besarme fueron solo sus dedos los que se quedaron jugando dentro de mi boca, frotaba mi lengua, atrapaba mis labios, de pronto comenzó a meterlos lo más profundo que podía provocándome arcadas mientras me miraba lujuriosamente a los ojos, yo chupe con ardor sus dedos y noté la felicidad en su rostro, se puso de pie y me pregunto, ¿te gusto?, me puse de pies y le respondí, me fascinas, me encantas me….
Me interrumpió, quítame la ropa, y levanto los brazos como una reina esperando a que súbdito la desnudara, rápido obedecí, comencé quitándole la blusa, besando y acariciando la piel que iba descubriendo, luego el bra y se liberaron sus dos hermosas y enromes tetas, me dediqué a chuparlas, succionaba sus pezones, luego les pasaba la lengua desde los pezones hasta el nacimiento de sus senos, ella gemía y me acariciaba la cabeza, seguí bajando por su pancita hasta su falda que fui bajando lentamente, lamiéndolo todo a mi paso, se la quité con todo y la tanguita, entonces ella me dijo que la volviera a chupar y volví a hacerlo, ella de pié con las piernas ligeramente abiertas, yo de rodillas con la cabeza entre sus piernas y agarrándola de esas deliciosas nalgas que tiene, esta vez, se corrió mucho más rápido, se tiró en el sillón y me dijo que me quitara la ropa y fuera a su lado, obedecí presuroso, cuando me quité el pantalón a las prisas me dijo, no, vuelve a subirlo y hazlo despacio, déjame ver bien tu cuerpo, volví a subirlo y bajarlos lentamente, voltéate un poco, me dijo y obedecí, mostrándole las nalgas mientras me los bajaba, mmmm que ricura, decía, cuando estuve desnudo fui a su lado, yo de pié y ella en el sillón comenzó a jugar con mi pene que estaba tremendamente erecto, me jaló de las nalgas para acercarlo a su boca, comenzó a chupármelo lenta y delicadamente, mientras me sobaba y apretaba las nalgas, estaba tan caliente que muy pronto empecé a sentir que llegaba y le avisé, aún no me dijo dándome un apretón de verga, voltéate, me sorprendió un poco, pero obedecí y le di las nalgas, mmmm que ricura decía mientras las apretaba y pellizcaba, comenzó a darlas besos, luego mordiditas y succiones, la piel se me erizó completamente, la excitación aumentó, pero cambió de objetivo, tomó mis nalgas con ambas manos y las separó, con su lengua comenzó a jugar con mi colita, la pasaba por todo el borde y luego metía la puntita, yo me sentía en el cielo y mis piernas comenzaron a temblar, te gusta ehhh, me decía, a ver muévelas un poquito mi amor, y yo las movía, agáchate un poquito papi y yo me agachaba, comenzó a jugar con su dedito y yo a gemir delicadamente, diferente, casi como una mujer, con la lubricación que me había dado con la lengua su dedito comenzó a resbalar hacia adentro, mientras con la puntita de las uñas excitaba mis inflamados testículos, mi pene comenzó a soltar su juguito y ella se lo metió en la boca mientras movía mas animadamente su dedo dentro de mí, yo no aguante mucho, le avisé que estaba a punto de correrme y se la sacó de la boca, sin sacarme el dedo, sino moviéndolo aún más, con la otra mano tomó mi pene y me hizo venir sobre sus enorme tetas su cara y su boca, la que abrió para recibir una buena cantidad de semen, luego me sacó de golpe el dedo y me jaló hacia ella, me besó compartiéndome de mi propio semen
Nos besamos apasionadamente con mi flujo durante unos momentos mientras ella sobaba y apretaba mis nalgas embarrándolas de mis propios flujos, mi semen escurría hasta a su vagina, me había salido una cantidad como pocas veces bañándola por completo hasta el nacimientos de sus maravillosos muslos, ella tomó mi cabeza y la dirigió a sus tetas llenas de mi semen, yo dudé un momento, nunca lo había hecho, pero estaba tan satisfecho, tan feliz de haber encontrado a esta mujer que saqué la lengua y comencé a lamer, poco a poco me fui acostumbrando y comencé a besar y embarrar mi rostro entre sus tetas húmedas de semen, el sabor fuerte y salado me lleno, me embriagó, ella me indicó seguir bajando con la presión firme de sus manos, yo obedecí goloso devorando mi semen de su abdomen y colocándome entre sus piernas, ella se levantó un poco para permitirme meter bien mi cabeza y luego fue bajando sobre mi boca, yo busqué con mis manos sus gloriosas nalgas y las abrí para ir desde sus hermosa colita, hasta sus vagina, como loca comenzó a frotarse contra mi rostro, yo prendido de sus caderas sacaba la lengua y trataba de absorber sus todos jugos, embriagante elíxir de mi diosa, en un momento de pasión intensa tomó con fuerza mi rostro clavándose literalmente mi lengua lanzada en el fondo de su deliciosa vagina, mientras gritaba de placer y yo clavaba mis dedos en le exquisita carne de sus enorme nalgas que me asfixiaban, poco a poco recobró el aliento, me dejó escapara de entre sus piernas y me atrajo cariñosamente a ella, volvimos a besarnos por un buen rato quedando abrazados y entrelazados, hablamos de lo mucho que nos había gustado a los dos, del delicioso placer obtenido sin necesidad del sexo común o penetración , entonces ella me comenzó a explicar lo que ya era obvio, que le gustaba dominar, tener el control y someter a sus caprichos a su pareja, me dijo que le encantaba mi cuerpo y que le encantaría hacerme suyo, esta declaración de querer hacerme suyo me sorprendió, pero inmediatamente hizo efecto en mi pene que comenzó a levantarse, ella sonrió, creo que el ya respondió por ti, dijo, si, le contesté, me encantaría ser tuyo, genial, exclamó pasando su mano hasta mis nalgas y azotándomela con fuerza, desde ahora voy a ser tu ama o tu señora entendido? Dijo dándome otra nalgada, ¿y mi Diosa? Pregunté, mmmm ese me gusta también, me dijo apretándome con fuerza la nalga y acercándoseme mucho al rostro, rosando sus labios con los míos, ¿eres todo mío? Preguntó dejando entrar su aliento directo a mi boca, si mi Diosa contesté.
Esa misma noche, abrazados, entre, besos caricias, pellizcos y azotes me fue explicando lo que esperaba de mí, sumisión y obediencia, sensualidad y una mente muy abierta, me explicó que su mayor deseo era tener una verdadera pareja que la compenetrara, su sumiso enamorado y dispuesto a explorar cualquier camino de placer, por mi parte le expliqué que no tenía ninguna experiencia pero que me atraía muchísimo todo el mundo fetichista y adorar a una mujer que realmente lo mereciera como ella, pero que consideraba tener un cuerpo muy sensible, por una parte esto podría ser muy aprovechable, pero le expliqué que definitivamente era muy malo aguantando el dolor y más aún, sentir del dolor excitación, primero me dijo que la sensibilidad en el cuerpo la había ya notado en mi y le había encantado, me dijo que también había notado una sensibilidad muy femenina y que le encantaría explorar muy a fondo este lado en mí
Luego me tranquilizó diciéndome que no le interesaba torturarme, ni causarme dolores, algunos castigos y correctivos de vez en cuando que los necesitara y poco a poco de forma muy sutil algunos castigos no para lastimar, sino para excitar, para sensibilizar el cuerpo, para hacerme sentir más, me dijo, yo me abracé a su cintura, besé sus muslos y le dije, estoy en sus manos mi ama, pero como es eso de explorar mi sensibilidad femenina, fue entonces cuando me preguntó si sabía lo que era ser un travesti, si, contesté, pues quiero convertirte en uno para mí, quiero sacar tu lado más femenino, quiero enseñarte a moverte, a vestirte, a maquillarte y verte como una mujer, quiero enseñarte la sensualidad, los movimientos, la forma de comportarte y sobre todo la forma de gozar como una mujer y claro siempre una mujer muy sumisita, muy puta y muy sensual, me quedé sin saber que decir, con una cara de sorpresa que le produjo risa, me abrazó y besó, no te preocupes mi amor, todo va a quedar siempre entre tú y yo, nadie nunca se va a enterar ni de que eres mi perrito travesti sumiso, bueno, le contesté, confío en ti y volví a abrazarme quedando mi cara atrapada entre sus divinos senos, ella me acaricio amorosamente la cabeza, me haces tan feliz haber encontrado al fin a mi esclavita sumisa, mmmmmmmmm….
Nos quedamos dormidos, al despertar estábamos aún abrazados, mi diosa dormía profundamente, yo me moví despacio para no despertarla, me coloqué a sus pies y comencé a besarlos suavemente, apenas rozándolos con los labios, con la punta de la lengua, estuve así unos minutos, recorriéndolos enteros, repasándolos con amor hasta que sentí que comenzaba a moverse, entonces despegué mi boca, ella me corrigió, sigue, has sido un muy buen perrito despertando así a tu ama, ahora no pares hasta que te diga, enseguida seguí besando esta vez con mayor ímpetu aquellos hermosos pies de diosa, después de un rato dijo, que riquísima forma de despertar perrito ven aquí, fui y me beso tiernamente en los labios, muy bien ahora comenzaremos por prepararte, se levantó y fue al baño yo la seguí, se sentó a orinar mientras me miraba a los ojos, yo dirigí mi mirada al chorro que salía de entre sus pierna potente chocando contra el agua debajo, te gusta? Pregunto, todo lo que salga de ti me gusta mi diosa, conteste, ella sonrió tomo un pedazo de papel y se limpio, si te portas bien quizá deje que me limpies tú y me sonrió, luego se puso a buscar entre sus cremas y tomó un bote de crema depiladora, muy bien mi amor ven para acá metete en la regadera, yo obedecí, completamente desnudo como estaba desde la noche anterior, ella comenzó a embarrarme con crema todo el cuerpo, del cuello para abajo casi entero, que no vaya a quedar nada me dijo muy risueña, se le notaba feliz, como una niña a quien se la ha cumplido el mayor de sus deseos, o de sus caprichos, en fin, el caprichito era yo y estaba realmente muy feliz de serlo, tremendamente excitado y debo aceptar también bastante nervioso, unos minutos después de ponerme la crema nos metimos juntos a bañar, bajo el agua ella recorría mi cuerpo entero con sus manos quitando la crema llena de pelitos encantada con mi cuerpo recreándose sobre todo en mis nalgas, las apretaba y amasaba con fuerza, eres toda mía cachorrita me decía al oído, yo solo gemía en un estado de excitación constante, si mi ama, si mi diosa, solo eso salía de mi boca con sus piros y gemidos de placer ye entrega, cuando estuve ya sin nada de crema ni pelitos dejó mi cuerpo, levantó los brazos y ordenó, ahora tu báñame, yo obedecí encantado y pase gran rato lavando, acariciando, apretando y tallando cada parte de su cuerpo, recreándome en sus grandes y hermosas tetas, encendiendo sus pezones, toda ella, sus piernas, hasta terminar lavando amorosamente sus pies, terminamos y salimos, me sequé y luego la sequé a ella, salimos y corrió a la habitación emocionada, yo la seguí detrás, se dirigió al closet y comenzó a sacar ropa
Cuando tuvo la que consideró necesaria se volvió hacia mí y me ordenó colocarme en 4 patas en el suelo, yo obedecí de inmediato asumiendo la posición, entonces me llamó con una mano y yo acudí como buen perrito hasta sus pies, me acarició la cabeza diciéndome buen perro, buen perro, ahora te convertiré en una deliciosa perita, con su mano señaló una fusta que había arrojado junto a la ropa sobre la cama, trámela perrita, yo fui y la iba a tomar con la mano cuando me dijo, con el hocico perrita, entonces entendí, la tomé con los dientes y se la llevé igual a cuatro patitas y moviendo lo mas que podía mis nalguitas para complacerla, noté que era una fusta como las de los caballos, larga, de cuero, rígida un tanto flexible con la terminación también de cuero, la tomó de entre mis labios y metió un poco un para de dedos para que se los lamiera como un cachorro, cosa que hice feliz, me levantó por la barbilla hasta que estuve de pie a su lado y comenzó a pasarme las prendas, primero las tangas, me probé muchísimas para ella me hacía dar una vueltecita y mostrarle las nalgas, muévelas más decía, mientras me daba azotitos con la fusta, que rica decía y exploraba con la punta entre mis nalgas, hasta mi boca con la fusta, mientras iba seleccionando la ropa que más le gustaban, y así con medias, ligueros, corssetts, blusas, camisetas, faldas, vestidos y hasta pantalones, estuvimos mucho tiempo en esto y me tuvo todo el tiempo moviéndome y cambiándome para ella, estaba ya cansado y comenzaba a sudar un poco, cuando dijo, muy bien suficiente, mira nomas como estas ya y te acabo de bañar, a ver me gusto este para andar aquí en cacita y me dio y un vestidito de sirvienta, muy chiquito y pegadito en la parte superior y sobre todo en la cintura y con una faldita ampona pero tremendamente cortita que apenas cubría la mitad de mis nalgas, me dio una tanguita bastante chiquita para que me mantuviera bien apretadito el pene, unas medias hasta medio muslo agarradas a un liguero, un collar de perro que colocó en mi cuello y para finalizar unos zapatos de un tacón no muy alto para irme acostumbrando, divina!! Exclamó, da unas vueltitas para mí
Yo comencé a caminar pero bastante difícil con los tacones, después de unas vueltas me llamó, muy mal, tan rica que te ves mi putita y tan mal que te mueves, te voy a tener que enseñar, pero primero mereces un castigo por haberme bajado la ilusión de que ya eras un putita bien hecha, se sentó en el borde de la cama y me llamó, me colocó sobre sus piernas y yo atiné a levantar mi culito para ofrecérselo, ella lo acarició un poco con su mano y de pronto plaff!!, tremenda nalgada me soltó, me ardió la piel pero no sentí un dolor como para quererme mover o reclamar, gemí y levanté aún mas mis nalgas, muy bien puta, fue lo único que dijo, y siguió azotando mis nalgas, después de varios azotes comenzaron realmente a dolerme las nalgas, cerré los ojos con fuerza y me mordí un labio, ella siguió sin prestar atención, yo aguantaba solo por complacerla pero había perdido lo excitado, cuando paró las nalgas me ardían tremendamente, las sentía inflamadas, pero no me moví, ella lo notó y las acarició, sentí un delicioso alivio, comenzó a pasar sus dedos apenas rozándome, yo me retorcía de excitación, de pronto me daba alguna sorpresiva nalgada que sentía exquisita sobre la piel excitada. Quien es tu diosa putita? A quien le perteneces? Eres toda mía? Puedo hacerte o que yo desee?.
Yo entre gemidos susurraba, soy toda tuya, soy tu esclava, tu perrita, seré la mas puta sumisa a tus pies mi diosa. Mientras retorcía mis caderas y ofrecía lo mas que podía mis nalgas, moviéndome, con cadencia, sintiéndome feliz de exhibirme ante sus ojos, Poco a poco fue separando mis nalgas y dirigiendo sus caricias a mi colita, pasando el dedo debajo de la tanga, después movió la tanga hacia a un lado y poco después la bajó dejándola en mis muslos, sin darme oportunidad a abrirlos demasiado, su dedo pasaba sobre mi anito, lo acariciaba y volvía a ir a la nalga, mi excitación crecía, mi cuerpo se movía involuntariamente y yo gemía cada vez más sensual, mas femeninamente, de pronto separó ampliamente mis nalgas con cada mano y clavó su cara entre ellas, sentí su lengua llegar directa y clavarse en mi colita, alcanzó a introducir la puntita, la retiro, dio algunas lamidas por los bordes, por la rajita y volvió al ataque penetrando un poco más en mi anito, yo estaba gimiendo en la gloria, levantando todo o que podía mis nalgas para que mi diosa no se tuviera que agachar tanto y pudiera llegar a donde quisiera en mi, así estaba cuando siento sus dedos en mi boca, los lamí gustoso, pero ella los introdujo violentamente en mi boca, llegándome tan hondo que me provocó arcadas y mucha saliva, se retiró de mi culito y escupió abundantemente sobre é, luego con la mano ensalivada comenzó a meterme un dedo, fue un momento mágico, su otra mano volvió a azotar con fuerza mis nalgas, yo cerraba mi culito con los azotes y cuando abría el dedo entraba un poco mas y así hasta que estuvo completamente adentro, entonces lo comenzó a mover exquisitamente mientras seguí azotado mis enrojecidas y excitadas nalgas. Eres una putita deliciosa.
Me decía, mientras azotaba o apretaba con fuerza mis nalgas, yo seguía moviéndome como una putita, levantando mi colita lo más que podía, gimiendo y gozando con la cogida de dedo que me estaba dando mi nueva diosa, de pronto sacaba su dedo y lo llevaba hasta mi boca, yo buscaba desesperado meterlo dentro de mi, en mi boca en cualquier sitio, sentí mi sabor, no era muy agradable, pero era excitante realmente, luego volvía a mi colita y me penetraba con cuidad y pasión, mientras no dejaba de azotar, apretar y sobar mis nalgas, llamándome putita viciosa, caliente, perrita lamedora, y tantas cosas que me hacían arder y contestarle entre gemidos agudos, femeninos, de putita, que era suya toda suya, que hiciera de mi de mi cuerpo lo que deseara, que quería ser la puta mas sumisa y la perra más caliente para mi diosa, metió un segundo dedo y yo perdí todo control moviéndome como una loca mientras ella me azotaba sin parar gritándome lo puta que era, tiraba de mi collar de perra, gritándome, gozas perra¡? Disfruta esclava, disfruta!! Gritaba y volvía a azotarme con fuerza, las nalgas me ardían, las sentía inflamadas, sensibles como nuca, cada vez que las rozaba o acariciaba un poco me sentía en el cielo, de pronto con dos de sus dedos explorando mis profundidades sentí un orgasmo como nunca había sentido, un placer anal que me hizo venirme sin siquiera tocarme, me deje caer rendido con sus dedos aun dentro de mi, los sacó con cuidado, acariciándome las nalgas que mas que arderme las sentía ya entumidas, la mano que sacó la acercó a mi rostro y yo abrí la boca y busque sus dedos mojados hasta chuparlos perfectamente, limpiándolos de mis propios jugos, ella me dejó recuperar un poco el aliento sobre sus piernas, hasta que me dijo, me puso muy caliente tu colita esclavita, acuéstate que ahora darás placer a tu ama, entendí perfectamente y feliz me tendí esperando el divino manjar, mi semen había quedado justo entre sus piernas, dejando completamente cubierta su vagina y parte de los muslos, con un dedo tomó un poco llevándoselo a la boca, mmmmmm, fue su última expresión antes de literalmente sentarse sobre mi hambriento rostro, esta parte de darle placer quedando asfixiado bajo sus hermosas carnes, respirando con mucha dificultad un aire cargado de su olor, sentirme utilizado para su placer mientras ella se restriega como una fiera sobre mi rostro indefenso y entregado, poder poner mi manos sobre sus hermosas nalgas que me ahogan o sus hermosas tetas para excitarla aún más, mientras ella apretaba y acariciaba mis pezones excitándome aún más, después de un rato de cabalgata feroz siento ríos de su delicioso flujo correr y trato de beber lo más que puedo, de sorberle los labios y el clítoris, quiero devorarla, estoy completamente entregado a la pasión y deseos de esta maravillosa mujer.
Después de ese derroche de pasión nos abrazamos y nos besamos, nos tocamos y nos seguimos descubriendo, acariciando.
Por la tarde, me ordena cambiarme, ella me va indicando que prenda y en que posición debo colocarme, siempre con la ayuda de la fusta, que no golpea duro, se siente firme y excitante chocando contra la sensible piel de mis nalgas y muslos principalmente, me pongo medias con liguero y un corssette, bastante ajustado en la cintura, que me hace respirar con una mayor dificultad. Mmmm hermosa!! Exclama, dándome una sonora nalgada con su propia mano, me lleva al baño y me ayuda a retocarme el maquillaje, le digo que tengo que hacer pipi. Con todo el arreglo que te hicimos. Me dice, con un poco de enfado. Muy bien, pero metete en la tina y colócate en cunclillas como si fueras una mujercita, una putita meando en la calle. Por supuesto obedecí y me coloqué como me ordenó, haciendo mi pene hacia atrás y soltando el chorro de a poquito para mojarme lo menos posible, aún así me salpiqué un poco las medias, cuando me incorporé me regaño por eso, dándome un duro fustazo en las nalgas. Perrita sucia! A 4 sobre tus propios orines, vamos. Yo obedecí, mojándome toda, colocando mis manos y piernas sobre el charco, ella se puso sobre mi, abrió las piernas y comenzó a mear sobre mi espalda y nalgas empapándome deliciosamente, yo me excite y comencé a moverme bajo su chorro, lo cortó y me ordenó voltearme y sentarme sobre los orines mezclados, cosa que hice encantada, entonces siguió meándome del cuello para abajo, yo sentía fascinada su chorro caliente sobre mi, su esencia inundarme y resbalar haciendo arder mi piel, los últimos chorritos los expulso con fuerza, cayendo en mi pelo y otro en las majillas.
Quieres limpiarme perrita? Preguntó. Siiiii!! Exclamé feliz, ella se acercó a la orilla de la taza abriendo sus piernas y yo me acerqué a su vagina aun chorreante y sorbí su precioso líquido, una vez más el sabor no fue agradable, pero lo disfrute, con un extraño placer de sumisión que me hacía feliz…
Esta es mi más profunda real fantasía, esta mujer y esta relación no existen, yo sí, todo lo dicho en el primer párrafo y algunas muy ricas relaciones que me han iniciado en este mundo tan extenso y delicioso son completamente verdad y estoy siempre a la espera de aquella que comparta esta mi más profunda ardiente fantasía, que claro que este relato es solo el principio, esta es una muy extensa fantasía que si quieren seguir leyendo me encantaría me lo hagan saber así como sus comentarios o propuestas a otras fantasías…
Por cierto, soy yo en todas las fotos, me pareció importante ahora que me atrevo a abrir mis secretos y deseos en este relato, es un poco como mi propia presentación y creí adecuado mostrar el cuerpo de esta fantasía, je je, espero les guste, espero, sus comentarios, propuestas y fantasías en fetish_travesti@hotmail.com
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