La Mina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Terminado mi bachillerato, tuve que comenzar el dificil tramite de buscar un trabajo. Estaba claro que mis padres no podian pagarme una carrera universitaria. En realidad la unica empresa importante en nuestra pequeña ciudad era una Sociedad minera, que explotaba varias minas de oro en la zona montañosa cercana. Sin muchas expectativas me anote en el Departamento de personal. Tiempo despues me llamaron y ofrecieron un trabajo de escribiente. Me informaron que era un trabajo duro, pues se trataba de una de las minas mas pequeñas y alejadas, pero que podia significar el comienzo de una carrera en la empresa.
Una semana despues mientras hacia el largo viaje en camion, por caminos de montaña, iba pensando en la decision que habia tomado. Viviria aislado de la civilizacion por largos periodos. Lo que mas lamentaba era la falta de diversion que tendria, sobre todo de chicas. Si bien no tenia una novia formal, mi exito con las mujeres me permitia que nunca me faltara compañia femenina. Tengo ese aspecto que tanto parece gustarle a las mujeres hoy. No muy alto (1.70m) piel blanca suave, casi lampiño, cara aniñada de rasgos delicados, pelo castaño claro que llevo bastante largo, ojos claros. En fin, que habia tenido relaciones con la mayoria de mis compañeras de clase y con varias señoras mayores.
Hacia el anochecer llegamos al campamento. El escribiente al que yo reemplazaba era un hombre mayor, que rapidamente me puso al tanto de mis tareas ya que al dia siguiente partia de regreso en el mismo camion que me habia traido.
Las instalaciones para el personal consistian en una serie de cuartos con dos camas cada uno. Me instalo en uno de esos cuartos, donde ubique mis cosas. A la hora de la cena conoci al resto del personal. Era una cuadrilla de 10 hombres rusticos, duros, de aspecto salvaje y poca educacion. No hubo lugar para demasiadas presentaciones, Inmediatamente comenzaron con sus bromas las que rapidamente me tuvieron a mi como protagonista. –Mira la niñita que nos trajeron- le grito uno al otro. Grandes carcajadas de todos y mal momento para mi que me puse colorado y empece a desear no haber aceptado este trabajo.
Me fui a acostar muy apenado y debo confesar que llore desconsolado. Rato despues aparecio mi compañero de cuarto. Era el Capataz de la cuadrilla. Un tipo grandote, musculoso y de muy pocas palabras. Durante toda la cena no habia dicho mas que dos o tres palabras, pero era evidente que todos lo respetaban y temian. Se desvistio y se metio a la cama. Pese a que yo me estaba haciendo el dormido dijo:-Tranquila niñita ya te vas a acostumbrar a esta vida-. Pese a que sus palabras puedan sonar ofensivas, el tono protector con que me las dijo me hizo sentir algo mejor.
A partir de alli mi vida fue un infierno, ninguno de ellos perdia oportunidad de molestarme con sus comentarios, miradas y gestos libidinosos y hasta algun toqueteo. Ya habia decidido que con el proximo camion me volvia a la civilizacion, pero aun faltaba ya que venia cada 15 dias.
Finalmente me violaron. Estaba yo en las duchas cuando entraron 3 de ellos completamente desnudos. Quise escapar, pero me agarraron y rodearon. Me senti dominado, mi cuerpo delgado, la piel blanca y sin pelos, contrastaba con esos 3 osos musculosos, oscuros y peludos. Me empezaron a toquetear, 6 manos grandes y asperas recorrian mi cuerpo, en especial mis nalgas. Me quise resistir pero uno me dio un fuerte sopapo en la cara, me tomo de los pelos y acerco mi cara a su pene ya erecto. Un fuerte olor a sexo me inundo. Con una mano tirando mis pelos y la otra apretando mi cuello dijo: -Chupala o te asfixio. Como no abria mi boca, apreto mi garganta y empece a ahogarme, finalmente la abri y aflojo la presion al tiempo que empujaba para introducir su pene en mi boca. Cada vez que mis dientes lo rozaban, apretaba con fuerza. Finalmente, con mucho asco decidi aceptar lo que queria, para que no me asfixiara mas.
Mientras tanto los otros dos seguian tocando mi cuerpo, hasta que senti que me introducian un dedo en el ano. Me quise resistir y recibi una fuerte palmada en las nalgas. Los golpes se repitieron hasta que afloje mis musculos y el dedo comenzo a penetrarme, mientras seguia con el pene del otro en mi boca. Finalmente senti que algo caliente me penetraba, produciendome un dolor terrible. Cada intento de resistirme era seguido por un golpe, hasta que finalmente exhausto los deje hacer. Me penetraron los tres y nunca deje de tener un pene en mi boca. Finalmente, satisfechos, me dejaron tirado en el piso, y entre risas y comentarios se fueron a duchar.
Aproveche para huir a mi pieza. Dolorido, lastimado me meti en mi cama a llorar. Pense en huir, pero era imposible atravesar esas montañas a pie, finalmente decidi que a la mañana llamaria por la radio a la Central y exigiria que me vinieran a buscar.
Esa noche no fui a cenar, pero tampoco pude dormir. Finalmente entro el capataz a nuestra pieza, se acerco a mi cama, puso su manota en mi cabeza y dijo: -No te preocupes niñita, todo va a mejorar. Se disvistio y se acosto. Nuevamente sus palabras, aunque sea dificil de entender, me resultaron tranquilizadoras.
A la mañana siguiente me levante y me dirigi a la oficina, encendi la radio y llame a la Central. En el momento en que me contestaron entro el capataz.
-Ni se te ocurra contar lo que paso-. Me dijo, con un tono que no dejaba dudas.
No me quedaron dudas que nada bueno me ocurriria si lo hacia, asi que me limite a pasar simples novedades de la mina. Cuando corte, el capataz me ordeno acompañarlo. Me llevo a la mina y se paro junto a un profundo pozo. Tiro una piedra adentro, luego de varios segundos escuchamos el ruido que hizo al llegar al fondo.
-Si me das algun problema, te vas a caer en este pozo. Voy a decir que fue un accidente, no va a pasar nada, salvo que vos te vas a morir- Lo dijo con ese tono seco, monocorde y rudo que utilizaba, no me quedaron dudas que asi seria.
-Ahora que los muchachos se cebaron, lo que te paso ayer te va a seguir pasando todos los dias. Parece que tu culito les gusto mucho. Senti una enorme angustia y temor, me puse a llorar. Poniendo una mano sobre mi cabeza dijo.-Hay una forma de evitar que te sigan lastimando y es que yo te proteja.- dijo con tono protector. Me ilusione, pense que se habia apiadado de mi, pero enseguida agrego.
-En pago por mi proteccion vos me vas a dar algo a cambio.
-¿Que cosa? Pregunte estupidamente.
-Tu culito, ¿que otra cosa tenes para ofrecer?. Pero lo quiero por las buenas, yo no te voy a violar, no te voy a lastimar. Tenes hasta esta noche para decidirte.
Al volver a la oficina le quito una pieza a la radio y la echo a su bolsillo.
Transcurrio el dia y yo no encontraba una solucion, finalmente muerto de hambre decidi arriesgarme e ir al comedor. Al entrar se desato un griterio, todos se reian de mi y hacian comentarios. El Capataz hizo levantar al hombre que se sentaba junto a el y me indico que me sentara alli. Instantaneamente se hizo el silencio. Todos comprendieron que me estaba dando su proteccion y ninguno de ellos se animaban contra el. Senti un profundo agradecimiento, me senti seguro. Cuando termine de comer lo mire y con una inclinacion de cabeza me indico que me podia retirar.
Me acoste lleno de pensamientos contradictorios, no sabia que hacer ni que iba a pasar.
Finalmente luego de un rato entro a la habitacion. Yo habia resuelto hacerme el dormido para lo cual me acoste de lado mirando hacia la pared. Escuche como se desnudaba y senti su peso al sentarse en el borde de mi cama. Comenzo a acariciar mi cabeza y a jugar con mis pelos, que para ese momento ya estaban largos hasta mis hombros.
-¿Que pensaste?- pregunto con una voz que demostraba su deseo. No conteste nada. Debe haberlo tomado como una aceptacion, porque siguio acaciciandome cariñosamente. Se inclino y comenzo a besar mi cuello, luego mis hombros, mientras metio sus manos debajo de las sabanas y comenzo a acariciar todo mi cuerpo. Yo estaba rigido, sabia que debia rechazar eso, pero luego de tantos maltratos y golpes, sus caricias eran como un balsamo. Finalmente se metio en la cama y senti su cuerpo fuerte y musculoso pegarse contra mi espalda, mientras seguia con sus caricias. Apoyo su pene duro y caliente contra mis nalgas y lo froto contra ellas.
-No te preocupes, se que te lastimaron, hoy lo vamos a dejar tranquilo.
Me fui serenando, ya no tenia miedo, sus caricias y el calor de su cuerpo eran agradables, me fui relajando hasta quedarme dormido. Al despertarme a la mañana me tenia abrazado. Su brazo tenia el grosor de una de mis piernas. Al moverme senti en mis nalgas el roce de su pene erecto. Me sentia confundido, esto no me debia gustar, pero sin embargo me sentia a gusto y excitado, mi pene tambien comenzo a crecer. Lentamente su brazo se comenzo a mover, indicando que se habia despertado. Comenzo de nuevo con sus caricias. Su excitacion se notaba en una mayor urgencia, frotaba su pene contra mis nalgas. Tomo mi mano y la llevo a su pene, la apoyo y apreto contra el y la comenzo a mover. Solto mi mano y yo segui masturbandolo, se acosto de espaldas y comenzo a gemir. Paso su mano debajo de mi cabeza e hizo una suave presion. Entendi lo que queria, pense que se lo debia y que de todas formas me podia obligar a mamarsela. Asi que lo hice solo. Era un pene grande duro y muy caliente, apoye mis labios sobre el. Estaba limpio, seguramente se habia bañado antes de acostarse, agradeci el gesto mentalmente. Aunque dudaba un poco, decidi darle placer. Me lo meti en la boca, no era desagradable, me entretuve con la cabeza, volviendolo loco. En un momento, suavemente me lo saco de la boca y me dirigio hacia sus testiculos. Se los lami mientras lo masturbaba con la mano. Volvi a meterme su pene en la boca y a acelerar el movimiento, sus gemidos eran cada vez mas fuertes hasta que agarrandome de los pelos saco mi cabeza y comenzo a eyacular sobre su vientre. Fue una eyaculacion larga, su cara de satisfaccion suavizo sus rasgos. Acariciando mi cabeza me dijo un "Gracias" que me hizo sentir muy bien. Yo habia quedado muy caliente, lo cual el noto por mi pene erecto.
-Ahora se hace tarde, hay que ir a trabajar, esta noche te voy a compensar- me dijo cariñosamente.
El dia transcurrio sin mayores novedades, los demas miembros de la cuadrilla evitaban acercarseme, aunque me miraban con una mezcla de malhumor y sarcasmo. Decidi no preocuparme por ellos y tratar de aguantar hasta poder irme. Si bien no me gustaba la idea de haber tenido sexo con otro hombre, no lo habia pasado mal. La cena transcurrio igual a la siguiente noche y de la misma manera me retire antes. Me acoste con algo de nerviosismo pensando en su promesa de retribuirme lo de la mañana. Entro, se desvistio y comenzo a acariciarme. En determinado momento tomo mi pene, el que se paro enseguida y comenzo a lamerlo. Empece a gozar como loco, desde hacia una semana que no tenia sexo ni me masturbaba. Pensar que tenia ese hombre rudo mamando mi pene me ponia todavia mas excitado. En determinado momento comenzo a lamer mis testiculos, miemtras con su mano seguia masturbandome. Fue avanzando y abriendome las piernas llego a mi ano. Comence a sentir su lengua caliente y fue una sensacion extraordinaria, la pasaba todo alrededor y luego presionaba para introducirla, mientras tanto seguia masturbandome y me tenia al borde de llegar a eyacular. Me habia entregado totalmente a esas sensaciones, ya no pensaba en si estaba bien o no. En un momento me hizo levantar la cola y abrir las piernas, su lengua ya entraba bastante, hasta que se puso detras de mi y comenzo a pasar su pene por toda mi raja y hacer un poco de presion en mi ano.
-Por favor no lo hagas- le rogue recordando el dolor que habia sufrido.
-No te preocupes, no te voy a lastimar, si te duele avisame-me dijo en tono que no admitia replica. Comenzo a penetrarme lentamente, avanzando y retrocediendo. Cuando yo hacia muestras de dolor retrocedia y volvia a avanzar lentamente. Fue un proceso largo que duro mas de media hora, de a poco me fui adaptando, cuando sintio que me relajaba comenzo a bombear suavemente, dejando en ese momento de masturbarme. Empece a disfrutarlo, sus manos acariciaban mi espalda y nalgas, hasta que finalmente tomandose de mis hombros dio una ultima estocada y eyaculo dentro mio, al mismo tiempo mientras se sacudia de placer volvio a tomar mi pene que seguia erecto y con unos rapidos movimientos me hizo llegar a mi tambien. En ninguna de mis experiencias con mujeres tuve un orgasmo semejante, fue un placer inmenso. Aun se quedo dentro mio unos instantes moviendose mientras su pene se achicaba y me seguia acariciando. Nos acostamos muy apretados, me abrazo y nos dormimos.
Desde esa noche tuvimos sexo todas las noches, me fue enseñando a darle placer, lo hicimos en distntas posiciones, pero nunca dejo de ser suave y gentil y de hacerme disfrutar a mi tambien. Yo habia dejado de plantearme que estaba actuando como un putito, pensaba que no tenia remedio que aceptarlo y que en pocos dias esto se terminaria y volveria a mi vida. Por otro lado debo confesar que lo disfrutaba.
De a poco mi hizo ir tomando parte cada vez mas activa. Era evidentemente que no le gustaba forzarme, pero me fue llevando a hacer cosas que no hubiera imaginado. Empece a aceptar y disfrutar sus besos en mi boca, con su lengua recorriendo la misma. La posicion que mas le gustaba era acostarse boca arriba y que yo me sentara e introdujera su pene. Cuando llegaba a su orgasmo, me hacia quedar asi y comenzaba a masturbarme y eyacular sobre su vientre. Muchas veces volvia a tener una ereccion y lo volvia a cabalgar. Mis sentimientos por el habian ido cambiando y empezaba a sentir cariño o algo parecido al amor. Una noche para probarlo le dije que estaba cansado y que no queria hacer nada. Sumisamente se acosto en su cama y me dejo en paz. A la mañana sigueinte lo premie con la mejor mamada y cabalgada que le habia dado hasta el momento.
Finalmente el dia en que venia el camion llego. Yo estaba decidido a irme y tenia todas mis cosas preparadas. El camion llego con todas la mercaderia necesaria para el campamento, mas los pedidos que hacian personalmente los hombres, en especial alcohol. Ademas venian 5 hombres de reemplazo, pues se turnaban por quincenas. El capataz y el chofer eran buenos amigos y estuvieron charlando un buen rato luego de la cena. Como siempre yo me retire temprano, dispuesto a pasar mi ultima noche en este infierno. El Capataz llego a la habitacion con un gran paquete, cosa que no me extraño pues todos recibian pedidos especiales. Tambien traia una botella de licor.
-Vamos a brindar- me dijo en su tono seco habitual. Tomamos un par de copas y comenzo a desvestirse, era evidente que queria su dosis de sexo. Me hizo parar y me abrazo fuertemente y me beso en la boca. Era una sensacion contradictoria, habia llegado a querer a este hombre rustico y al mismo tiempo me sentia totalmente dominado por el. En alguna medida lo iba a extrañar. Esa noche el tomo la iniciativa, me acaricio, beso, me hizo acostar boca arriba, subio mis piernas a sus hombros y me penetro con suavidad pero firmeza. Me comenzo a masturbar y logro que ambos eyacularamos al mismo tiempo. Esa noche me penetro en total 3 veces, nos tomamos toda la botella de licor y finalmente nos dormimos ya muy tarde.
A la mañana siguiente me desperte con un fuerte dolor de cabeza, luego de un rato me acorde de que el camion se iba muy temprano, casi al alba, asi que me vesti con rapidez, junte mis cosas y sali corriendo. El camion ya no estaba, se habia ido. Me desplome y llore desconsolado. El Capataz volvia de la mina, lo vi venir y sentia odio contra el
-Sos un hijo de puta, me tendiste una trampa- le dije cuando se acerco. Sin contestarme, me tomo del brazo, recogio mi valija y me llevo por la fuerza a la habitacion.
-Entiendo que estes furioso, es cierto, no queria que te fueras. Ademas soy responsable de la mina, la proxima quincena mandaran tu reemplazo, no podemos estar sin escribiente- me dijo en su tono cortante pero protector.
-¿Como se que no me vas a tener raptado aqui para siempre?- le dije empezando a creer en sus palabras.
-Es facil, la quincena que viene me toca irme de descanso, te iras conmigo- dijo poniendose serio- ahora por favor desvestite- agrego a modo de orden.
-¡Porque?- alcance a decir desconcertado.
-No quiero obligarte por la fuerza-respondio autoritario. Decidi obedecer, temiendo su reaccion. Tomo mis ropas, las que metio en mi valija y dirigiendose a la puerta dijo
-En el paquete en mi ropero vas a encontrar las ropas que vas a usar a partir de ahora, te recomiendo que tengas el mejor aspecto posible, no te olvides del pozo de la mina- y se fue, dejandome extrañado y sin palabras.
Estuve un rato tratando de entender lo que pasaba, hasta que la curiosidad me llevo a ver de que ropa se trataba. Abri el paquete y por un instante no podia entender nada. Eran ropas de mujer, minifaldas, camisas,medias, pantys, remeras, tanguitas y sostenes. Habia una cajita con pinturas para los ojos,de uñas, lapiz de labio y algunos adornos como aros collares y pulseras.
Estuve muchas horas en un estado de completa confusion, mil ideas pasaron por mi cabeza, cada vez que me decidia a revelarme me imaginaba cayendo en ese profundo pozo y sentia pavor. Por otro lado no podia vivir desnudo y por lo que habia aprendido, no podia esperar que el Capataz diera marcha atras. Varias veces revise las prendas y senti algo de morbo por probarmelas, al fin y al cabo nadie me veria en ese cuarto. Comence por probarme unas minifaldas acampanadas tipo colegiala. Abri la puerta del ropero, donde habia un espejo y me gusto como me quedaban. Las camisas y remeras eran de mi medida, pero faltaba algo fundamental, el busto. Me probe un sosten con unos rellenos especiales y ahora si quedaban bien. Tuve que acomodar mi pene y testiculos para que cupieran en las pequeñas tangas. Al ponerme unas pantys me excite con la sensacion que provocaban sobre mi piel. Solte mi pelo y lo peine en forma de melena, pues ya lo tenia bastante largo. Trate de pintarme los ojos pero me hice un desastre, asi que solo deje mis labios pintados de color rojo. Segui jugando, poniendome distintos adornos y me pinte las uñas. Con cada nueva cosa me miraba largamente en el espejo hasta que me gusto lo que vi, parecia una linda y sexy chica.
Tan entretenido estaba que cuando el Capataz entro en la habitacion me tomo por sorpresa, me habia dicho a mi mismo que era solo un juego y que me sacaria todo para cuando el llegara. Quedo parado en la puerta con la boca abierta, me miraba extasiado. Avergonzado me di vuelta y trate de ocultarme. El me tomo suavemente por los hombros, me hizo girar y dijo
-Sos una de las mujeres mas bonitas que he visto. Seguro que la mas sexy que he tenido-me estampo un beso en la boca mientras acariciaba mis piernas, lo que me produjo una sensacion como de electricidad. Se agacho y comenzo a lamer mis nalgas por debajo de la mini, me quito las pantys, corrio la tanguita e introdujo su lengua en mi ano. Se paro, levanto la mini y me penetro, me bombeo con desesperacion y rapidamente eyaculo. Se sento en la cama y me miraba con deleite
-A partir de ahora te vas a comportar como una mujer. Preparate, vamos al comedor para cenar- Quise negarme, quejarme pero simplemente me detuvo levantando una mano.
Acomode mi ropa, me volvi a pintar los labios, me puse las pantys y unos zapatos de taco mediano. Cuand estuve lista (a partir de este momento puede que se me empiecen a confundir los generos masculino y femenino, pues yo me empezaba a sentir confundido), me tomo de la mano y me llevo hacia el comedor. Mi corazon brincaba de los nervios, pero antes de entrar me tomo de la cintura y asi entramos. Se hizo un inmediato silencio. A medida que caminamos a nuestro sitio todas las miradas estaban puestas en mis largas piernas, mi trasero, mi busto o directamente en mi cara. Escuche varias exclamaciones en voz baja:- ¡Que hermosura! ¡Que piernas! ¡Mira su trasero! ¡Que hembra mas preciosa!-. Durante toda la cena siguieron las miradas de deseo, lo que me provocaba una rara sensacion de poder sobre ellos. Me comporte lo mas femeninamente posible y eso aumentaba ese sentimiento. En determinado momento el Capataz levanto una mano y dijo:
-Esta dama esta bajo mi proteccion, el que le falte el respeto se las vera conmigo- todos tomaron este comentario con seriedad, en algunos se notaba una mirada que denotaba una mezcla de lujuria y envidia.
Esa noche me pidio que me acostara con el sosten y la tanga puestos y una camisa suya que me quedaba larga a modo de camison de dormir. Me hizo desfilar delante de el, adoptar posturas sexys, mover mi pelo como hacen las mujeres. Su grado de calentura se noto en la forma que me hizo el sexo.
A partir de entonces vesti de mujer todo el dia. Por la mañana me levantaba tarde, me dedicaba a mejorar mi aspecto y dedicaba el resto del dia a mis tareas de oficina. Aprendi a caminar con los zapatos de taco alto, lo que me provocaba mucho morbo y a mover mis caderas sensualmente. Comence a divertirme provocando a los hombres, los que si bien no se animaban a tocarme, me llenaban de piropos, lo cual producia enormes celos al Capataz. Un dia entro a la oficina uno de los hombres con una excusa tonta acerca de la administracion. Yo estaba agachada archivando algunos papeles lo que aprovecho para meter su mano debajo de mis faldas y acariciar mis nalgas. Cuando me incorpore para recriminarle me estampo un beso en la boca. No lo rechace, era un hombre de fisico muy fuerte, pero de aspecto mucho menos rudo y vulgar que los demas. Tomandome por la cintura me dijo:
-Mi nombre es Javier y estoy enamorado de vos, quiero que seas mia- No supe que responder. Hasta entonces habia estado jugando a parecer femenina y todo eso, pero ahi tenia a un hombre muy agradable, declarandome su amor y tratandome como toda una mujer. La sensacion no era desagradable.
La puerta se abrio de golpe y entro el capataz. Se nos quedo mirando enfurecido, Javier parecia dispuesto a hacerle frente, temi un enfrentamiento. Nadie dijo una palabra, finalmente Javier me solto y salio. El Capataz se quedo algunos segundos mirandome con una mezcla de enojo y pena y tambien salio. Pense que esa noche me iba a recriminar y homestamente lamente haberlo molestado, le debia mucho, si no fuera por el tal vez ya no estaria vivo.
A la hora de la cena mi lugar habitual junto a el estaba ocupado por otro hombre. Sin saber que hacer, me termine sentando en la unica silla vacia en la otra punta de la mesa. Al final de la cena el capataz levanto la mirada y dijo:
-A partir de este momento no es mas mia. Yo la enseñe a ser una buena putita, espero que la disfruten. Pero no voy a permitir faltas de respeto ni escandalo, cada cual se la tendra que ganar por las buenas. En cuanto a vos-dijo dirigiendose a mi-te recomiendo que no rechaces a ningun hombre que te trate con respeto- dcho lo cual se levanto y se retiro. Inmediatamente hubo una explosion de comentarios, risas y alegria por parte de los otros hombres. Yo me levante y fui tras el. Estaba dispuesto a humillarme aun mas para que me perdonara, tenia mucho miedo de lo que pudiera pasar. Todavia recordaba mi violacion y la brutalidad con que me habian tratado. Cuando llegue a la habitacion el no estaba, se habia llevado todas sus cosas. Su decision era irreversible. Me tire en la cama desconsolada, pensando en mil cosas. Escuche que la puerta se abria lentamente y entro Javier.
-El capataz se instalo en otra habitacion, sos libre- dijo pensando que me alegraria. Sin embargo la noticia no hizo mas que producirme un ataque de llanto.
-No llores, yo te quiero- dijo, sentandose en mi cama y comenzando a acariciarme cariñosamente. De a poco me fui calmando y el se termino acostando junto a mi, aunque todavia vestido. De a poco sus caricias se fueron haciendo mas atrevidas. Me repetia que me queria, que estaba enamorado de mi. Me di vuelta y nos comenzamos a besar, introduje mi mano dentro de su camisa y comence a acariciar su fuerte y peludo torso. Estuvimos largo rato acariciandonos y besandonos, hasta que baje mi mano, solte su cinturon y meti mi mano tomando su pene. El tamaño era normal, pero estaba terriblemente duro y comenzaba a humedecerse. El acariciaba mis nalgas y fue corriendo mi tanga, acariciando suavemente mi ano. Puse una de mis piernas sobre el para que me penetrara con su dedo, cosa que hizo inmediatamente. Su pene ya comenzaba con algunas sacudidas. Me quite la tanga y me coloque en posicion con mi cola en pompa, ofreciendosela. No tardo en colocarse detras de mi y penetrarme lenta pero vigorosamente. Se movia lentamente, tratando de hacer durar el momento, yo le apretaba su pene con movimientos de mi ano, lo que le producian gemidos de placer. En un momento se sento sobre sus talones y sin sacar su pene de adentro mio me hizo incorporarme quedando de rodillas pero sentada sobre el. Tomo mi pene con una mano retrayendo la piel, dejando la cabeza descubierta, comenzo a pasar un dedo sobre ella, produciendome un gran placer. Me comence a mover sintiendo el doble placer de su pene y el roce de su dedo en el mio, hasta que senti su eyaculacion caliente dentro mio, acelero sus caricias con lo que logro que yo tambien tuviera mi orgasmo. Nos quedamos en esa posicion largo rato. El besaba mi cuello y lamia mis orejas. Finalmente nos tumbamos aun unidos y abrazados. Nos pasamos la noche entredurmiendo y teniendo sexo. Me sentia feliz y verdaderamente enamorada. Por la mañana nos vestimos y nos dirigimos cada cual a sus obligaciones, no sin antes despedirnos con besos, abrazos y caricias, como buena pareja de amantes.
Durante el dia el se pudo escapar una vez a mi oficina y nos estuvimos besando y abrazando en secreto.
Ese dia me senti muy feliz y antes de la cena me vesti con mis mejores ropas, puse empeño en mi maquillaje y me adorne con aros y collares, queria que el me siguiera deseando. Y asi fue, nos pasamos la cena cruzando miradas que presagiaban otra noche de amor.
Me retire a mi habitacion y me dispuse a esperarlo, pero al rato otro fue el hombre que entro. Ante mi cara de asombro y disgusto dijo:
-Los hombres nos hemos puesto de acuerdo. Te visitaremos uno cada noche. Te trataremos bien, si vos colaboras. Te dejaremos estar con Javier noche por medio. Si no queres que los lastimemos a los dos, mejor que lo aceptes. Si esperas que te venga a salvar, te aviso que lo hemos tenido que atar a una cama, lo golpeamos pero esta bien-
Mi felicidad se derrumbo, temi por el y tuve pena por mi. A esta altura mi capacidad de revelarme habia desaparecido y ademas parecia que lo unico que podia hacer por Javier era obedecer lo que se me mandara.
Mi cliente (asi comence a pensar en ellos) inmediatamente me pidio que se la mamara, obligandome a recibir su semen en mi boca. Luego me quiso penetrar pero su ereccion se negaba, por lo que lo tuve que mamar nuevamente. Una vez satisfecho se retiro y me dejo en paz el resto de la noche.
A la mañana siguiente Javier aparecio en la oficina, estaba verdaderamente desesperado, queria que huyeramos juntos. Lo convenci que no teniamos posibilidades, que yo era solamente suya y que si aceptabamos esto por lo menos estariamos juntos dia por medio. Termino aceptandolo y sus besos y caricias me devolvieron algo de mi buen humor.
Asi prosiguio el resto de mi estada en la mina. Entre los momentos de pasion y amor con Javier y la atencion de mis clientes, dentro de los cuales nunca estuvo el capataz. Ellos venian solo pr su racion de sexo y realmente no eran muy dificiles de contentar.Algunos me hablaron de sus mujeres.Uno de ellos resulto ser impotente, aunque lo hice eyacular igual. Quedo agradecidisimo a mi por mantener su secreto. Descubri que los hombres son (somos deberia decir) terriblemente vulnerables en la cama, pese al aspecto rudo que puedan tener.
Finalmente llego el dia de mi retorno. Como Javier se debia quedar otra quincena, estaba desesperado y me llego a pedir que me quedara. Le asegure que lo amaba, pero que necesitaba volver a la civilizacion, que lo esperaria en la siguiente quincena en la ciudad.
Ese dia encontre mi valija con mis ropas de hombre, dentro de la que guarde uno de mis conjuntos femeninos, el resto lo deje. Me senti extraño vestido de hombre. Me faltaba el roce de mis medias, la tanga metida en mi raja y sobre todo la presion del sosten en mi pecho.
Durante el viaje los hombres estaban muy animados y en algun momento hicieron chistes sobre mi pero no con maldad. El capataz no me dirigio la palabra.
Al llegar a la ciudad le di a mano y le dije
-Gracias por todo, nunca lo olvidare, le debo la vida. No me contesto, se me quedo mirando como si esperara otra cosa, pero no pude decirle nada mas.
Han pasado quince dias. Mis ropas de mujer estan sobre la cama. Javier debe estar por llegar. No se que hacer.
Durante estos dias no me pude volver a adaptar a mi vida anterior, no le he contado a nadie, he inventado historias y puesto excusas a mi abandono del trabajo. Durante las noches me vesti de mujer a escondidas. Las chicas que antes me apasionaban, ahora no me producen nada. Me he descubierto mirando a alguno de mis ex compañeros. He resuelto aislarme, hasta hoy. Me tengo que decidir. No se que hacer.
Autor: Anonimo
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