La vez que salí del Coset
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, mi nombre es Abel y tengo 28 años, aunque en la otra vida soy Andrea.
Siempre he sido heterosexual, aunque desde chico sentí curiosidad por la ropa de mujer.
Mas allá de eso, no fui nunca de vestirme ni probarme ropa de mujer, hasta hace un par de años.
Solía entrar a páginas de relatos sexuales, porque me excitaba más leer los detalles de los encuentros, que los videos pornos de internet.
Me calentaba mucho.
Leía sobre sexo hetero, pero por curiosidad comencé a leer relatos de travestis.
Eso despertó en mi fantasías, imaginaba que el protagonista travesti era yo.
Luego miraba videos de transexuales, hasta que un día me animé, aprovechando que estaría solo en casa, busque ropa de mujer y comencé a vestirme.
Una tanga roja, una minifalda, una camisa, brasier, una peluca, me pinté los labios, me mire al espejo, estaba muy excitada.
No tarde mucho en masturbarme así vestido.
Después de eso, en cada oportunidad que tenía, me vestía de mujer, me masturbaba y terminaba todo ahí.
Un par de veces me tome fotos, mi cuerpo es de contextura normal, 1,72 m 70 kg, cuerpo atlético, tes clara.
Una noche mientras, estaba en casa solo, comencé a chatear en un sitio de encuentros, fue así que conocí a Carlos, un tipo de 35 años, que supo sacarme los miedos a tal punto que intercambiamos fotos, yo vestido de mujer y él me mandaba fotos de su miembro.
Hablamos por horas.
Me dijo que mis fotos les gustaban y que debía tener un nombre de mujer.
Entonces me propuso que mi otra yo se llamara "Andrea".
Me encantó ese nombre.
Carlos me hablaba de cosas que me haría, de cómo me iba a tratar en la cama, me excitó mucho.
Nos pasamos nuestros numero de teléfonos y quedamos en que un día se esos se podía dar el encuentro.
Un par de días más tarde hablando por mensajes, acordamos en encontrarnos en un hotel.
accedí, con la condición de que si algo no me gustaba, terminábamos todo ahí.
Nos encontramos en el hotel, yo llevaba ropa de mujer en la mochila.
Nos saludamos y pasé al tocador.
Comencé a vestirme, una tanga roja, un brasier rojo también, un vestido negro translucido, que dejaba ver lo que llevaba abajo, una peluca negra, me había depilados mis partes intimas, me pinté los labios y delineé mis ojos.
Salí del baño y Carlos me miro y sus ojos lo decían todo, yo estaba muy nerviosa, tenía unos tacos y me costaba caminar.
Tomamos un par de cervezas y luego bajamos las luces.
El se recostó sobre la cama y yo lo hice también, me dio un beso en el cuello, mientras con su mano me acariciaba la cola, y me decía que estaba muy linda, eso me calentaba.
Desabroche su camisa y recorrí su cuerpo con mi boca, pasando por su cuello, pectorales, abdominal para detenerme justo a la altura de su miembro.
Desbroche su pantalón y recorrí su miembro por encima de su bóxer, para luego sacarlo y tomarlo con mis manos, era una sensación extraña acariciar por primera vez una verga que no fuera la mía.
Su tamaño era normal, unos centímetros más grande que la mía y del mismo grosor, tendría 18 cm de largo y un grosor de 5 cm.
Lo masturbaba mientras él me agarraba la cabeza, con la intención de que me la metiera en la boca, y así lo hice, poco a poco me la metí y comencé a disfrutar cada cm de esa pija, la chupaba toda, desde la cabeza, el tronco y sus huevos, al fin estaba dando una mamada, y me gustaba.
Carlos solo disfrutaba y daba pequeños gemidos de placer.
Luego, la lamia como a una paleta, que rica estaba esa pija, aumente el ritmo entra sacarla y meterla de la boca que Carlos demoró mucho en venirse, me llenó la boca de semen.
Que sin querer trague algunos.
Nos miramos y nos reímos cómplices.
Tomamos otras cervezas y Carlos me dijo, ahora viene lo mejor, me levanto el vestido, me puso boca abajo y colocó una almohada en mi vientre, me corrió la tanga y me acariciaba la cola.
Comenzó a besarme y a pasarme la lengua junto a mi ano.
La sensación de placer es indescriptible, me sentía en las nubes.
Tomó un poco de lubricante y me introdujo un dedo, no pude contenerme y largue un gemido, luego dos y después tres.
Lo hacía lentamente, me dolía un poco, pero el placer se hacía más fuerte.
Entonces, me colocó la punta de la verga en mi ano, yo estaba tirada boca abajo, con el vestido levantado, con mi culo a su merced.
Empujó hasta que entró la cabeza, me dolió, intente alejarlo con mi manos sobre sus piernas, pero fue en vano, el me tenía agarrado de las caderas, y me decía aguanta, ya pasa.
Luego la sacó, la volvió a lubricar y la metió otra vez, esta vez hasta el fondo.
Solté un pequeño grito, me la dejó así por unos segundos, luego fui yo quien empezó a moverse.
Haciendo que entrara y saliera, ya el dolor se había ido, mi cola estaba dilatada.
El comenzó a bombear, me daba palmaditas mientras me decía, que putita resultaste ser Andrea, te gusta que te coja? Yo le respondía que si.
Sentía todo su miembro dentro mío.
Me hacía sentir una mujer, así vestida, con un pedazo de carne en el orto, y un macho bombeándome.
El placer era, enorme, quería que el tiempo se detenga, y sigamos así, en ese cuarto de hotel, Ensartada.
El me hizo suya, sacó de mis adentros lo que ni yo conocía.
Cambiamos de posiciones, el boca arriba y yo me senté sobre él, y comencé a cabalgarlo, cielos, no pensé que se pudiera sentir tan bien.
El tiempo no importaba, estábamos los dos y el resto del mundo no existía en ese momento.
Me sentí su hembra, su puta.
El mi macho, mi hombre, podía notar en su cara el placer y eso me calentaba mucho, me sentía deseada.
Estábamos muy excitados, después de darme durante un tiempo no aguanto más y acabó, yo seguí cabalgando hasta su último gemido, luego caí rendido sobre su pecho.
Estábamos exhaustos.
Nos quedamos así un tiempo.
Luego nos levantamos, nos dimos una ducha, me puse ropa de hombre y nos despedimos.
Llegue a casa y me masturbe, pensando en mi macho.
Nos encontramos un par de veces más.
Luego sentí que tenía que dejarlo.
No volví a estar con un hombre, ni a vestirme de mujer.
Sigo mi vida normal, y ese es un lindo recuerdo que quería compartir con ustedes.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!