La vida después de la muerte, Mayte conoce su segundo amor..

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mayte1114.
A los 4 meses decidí que debería hacer algo para mi vida, llego el invierno y con ello las vacaciones, por lo que planee ir a recorrer la república, algún punto, me puse como meta ir a donde saliera la primera corrida al llegar al estante de la central de camiones. Mi destino fue en la ciudad de Zacatecas, y sin pensarlo dos veces me subí al autobús y me quedé plácidamente dormido. En una escala que hizo el camión se subieron más pasajeros y a mi lado se sentó un hombre de más de cincuenta años moreno con corte de cabello militar y canoso, usaba lentes su sonrisa era muy linda dientes blancos y un bigote muy bien arreglado, el vestía una guayabera blanca su piel era muy morena curtida diría yo y solamente nos saludamos en una primera instancia. Con forme los kilómetros fueron pasando y el silencio se fue apoderando de todo el autobús, comenzamos a platicar un poco, se presentó, Arnoldo, ex militar divorciado que iría a Zacatecas a visitar a un viejo amigo de sus épocas en el servicio porque se encontraba grabe de salud, yo le comente brevemente que mi viaje se debía solo a placer de conocer más lugares de la república, quedamos en si estar ahí unos días quizá ir a desayunar ya que el no conocía a nadie más que a su amigo en zacatecas y yo también estaba en esa condición. Llegué a Zacatecas con un frio horrible recorrí la ciudad hermosa y su gente su comida, solo trataba de eso, de vivir no pensaba en encontrar alguien o tener una aventura, mi idea era solamente distraerme conocer nuevos lugares sacar de mi mente la perdida de Andrés. De Arnoldo los primeros días no supe nada, hasta que un día me saluda en el centro de la ciudad y me dice que si lo recuerdo le digo con agrado que sí, que ya no había sabido nada de él, me comenta que perdió su celular en cuanto se bajó del camión y pensó que no había forma de volvernos a ver que le agrade mucho y yo me sentí bien al respecto le hice saber que también la breve platica que tuvimos fue muy agradable que parece ser un buen sujeto y me encantaría tener una amistad. Ese día pasamos gran parte de las horas platicando en un café y recorriendo la ciudad como grandes amigos, fue en este punto en que caí en que Arnoldo y yo habíamos hecho una gran química a primera vista, y estaba seguro que él se había dado cuenta de mis preferencias debido a mis ya notorios ademanes y tono de voz más delgada gracias al tratamiento hormonal que había comenzado en mi relación con Andrés, y eso me emocionaba. Al día siguiente me llama al hotel para preguntar si quería ir a desayunar a lo que le comenté que estaba muy cansado que si podíamos comer en el hotel para no salir. No sé por qué se lo sugerí sabiendo que al entrar mi habitación de hotel todo podría pasar, el llego muy puntual con una deliciosa barbacoa y nos dispusimos a platicar mientras comíamos reímos y en ese momento el me robo un beso, ese beso profundo y dulce. Le pregunte ¿Por qué? A lo que me contesto que le agrade que le gusto mi olor mi platica la forma en que fui amable con él. Le platique un poco sobre mí la situación en la que estaba transcurriendo mi vida y el dolor inmenso que sentía el me abrazo y me pidió que le diera la oportunidad de apoyarme en este duro trance, saben fue hermoso amigos lectores el hecho de que se quedó lo que resto de viaje pero fue un trato lleno de afecto, sin relaciones sin toqueteos él sabía que lo que más necesitaba era un abrazo alguien que se preocupara por mí, dormía a mi lado mientras y solo me daba mi beso de las buenas noches y en la mañana, al despertar me tenía ya algún detalle. Pareciera que él estaba decidido a enamorarme y creo que lo estaba logrando. Llego el momento de regresar a la realidad se terminaron las vacaciones luego de una grandiosa semana, tomamos juntos el autobús como dos amigos que regresan de un viaje, pero lo diferente fue que al apagarse la luz del camión nos besamos y me abrazo como lo necesitaba como una mujer que necesita de un hombre fuerte que le brinde su apoyo. Llegamos a la ciudad y el me invito a conocer su departamento un cálido lugar muy bohemio lleno de recuerdos y fotografías me enseño como era en sus años de servicio un militar muy gallardo dispuesto. En ese punto ya había una relación más afectuosa sin haber llegado a las relaciones sexuales solo nos limitábamos a toqueteos y besos interminables, hasta que en la noche me llamo a mi casa para invitarme a cenar y quedarme al dormir en la suya, yo fui con una maletita de mano con un conjunto (no me atrevía a salir vestida a la calle) llegue el cocinaba y le pedí permiso de usar su baño para hacer mi transformación Salí con unos leggins y una blusa larga como minifalda una peluca pelirroja y un maquillaje tenue resaltando mis labios con un rojo intenso, me dijo tantos halagos, que era una mujer hermosa me lleno de besos y me sentó en sus piernas, fue la primer aves en mucho tiempo que sentía un miembro erecto por mi causa, el me pido que fuese su novia a lo que accedí y nos fundimos en un beso muy dulce y largo yo me posicione sobre sus piernas y comencé a acariciar su pecho mientras el acariciaba mis nalgas. Me quite la blusa y saltaron mis pechos ya más prominentes que en el relato anterior con un pezón más grande y las aureolas más grandes, me empezó a mamar mis pezones sabiendo con eso que era lo que más me excitaba me hizo grandes mordidas le decía que lo hiciera que me marcara que me gustaba, me dijo entre gemidos como quería que me llamara y le conteste muy segura de mí, LLAMAME MAYTE. En ese punto la cena había pasado en un segundo término me sentía muy excitada y muy querida, fue cuando me atreví a tocar su pene de una manera más directa y debo decirles que era algo increíble, un miembro grueso y largo como pocos había visto ni en cintas pornográficas había visto algo así, me quede impresionada y no pude hacer otra cosa más que metérmelo a la boca a probar el que sería el pene que mamaria por mucho tiempo y me deleite haciendo lo mejor posible para que el tuviera un orgasmo quería saber que tanta leche saldría y para mi sorpresa salió chorros y más chorros de ese líquido delicioso el cual me comí y limpie hasta dejarle su pene reluciente, ahora a él le tocó el turno, me coloco en 4 y comenzó a besar mis nalgas y a lamer mi ano de una manera magistral, me metía un dedo, después dos y tres tratando de dilatarme lo más que se pudiera para no lastimarme en una última instancia me vacío una botella de aceite de bebe para que pudiera ser lo menos dolores para mí la sensación de ser poseída ante semejante miembro descomunal. Entonces fue el momento que tanto deseábamos se colocó atrás de mí su cabeza entro fácilmente pero el resto era el que dudaba que pudiera hacerlo sin causarme un dolor tomo mis caderas y se abalanzó sobre mi dando una embestida brutal que me hizo gritar de placer y dolor al mismo tiempo, se abalanzaba sobre mi persona una y otra vez y mientras tanto mi cabeza rebotaba en la almohada de su cama era increíble la manera en que ese hombre me poseía con tanta fuerza capaz de moverme como muñeca de trapo fue tan impactante la fuerza con la que me hacia su mujer que en un momento ya no pude sostener mis piernas en la cama se me doblaban sentía que me había quebrado las caderas no respondía ni por inercia, fue tan duro y tan lleno de amor, sin groserías sin insultos solo decía te quiero eres mía, dime que eres mía. Así fue la noche entera una vida dedicada a servir a la patria llena de ejercicio le había dado a Arnoldo una excelente condición física que plasmo en mi cuerpo al poseerme, el tenía una forma más ruda de hacerme le amor, más dolor pero con mucha pasión y amor, les puedo decir que no se en qué momento se cansó de embestirme quede rendida al día siguiente mis pezones estaban adoloridos con la manera en que los exprimió hasta el cansancio en mi cuerpo entero estaban rastros de su presencia expresados en chupetones y mordidas, yo me desperté con dolor y dificultad para caminar pero me enfunde en una bata y como buena mujer ama de casa le hice el desayuno a mi hombre, al cual desperté con un tierno beso en sus labios.