Las peripecias sexuales de Rita IV. (Cuento corto).
Siguen las aventuras sexuales de rita.
Enrique el padre de Rita, hacía dos años que se había ido de la casa abandonando a Mónica y a ella por la vecina de al lado que tenía la misma edad que su hija. Marianela era una chica tan caliente y alocada como Rita, gozaba mucho con Enrique cuando tenían sexo, pero, además, y esto es algo que se trataba de un pacto entre ellos, Marianela tenía la puerta abierta a hacer lo que se viniera en ganas en cuanto al sexo, cuando él trabajaba en el puerto. Su trabajo era de jornadas de doce horas, lo cual le permitía a la joven nueva pareja tener aventuras sin que el tiempo la apremiara.
Marianela era una jovencita muy malcriada por Enrique, quien le daba todos los gustos, ella había ido escalando en su ascendencia sobre el padre de Rita, hasta llegar a pedirle las cosas más insólitas. La joven era una mujer que no le hacía asco a nada, en cierta ocasión le pidió que le trajera un perro grande porque quería que le lamiera la concha el animal, cosa que Enrique cumplió a rajatabla, le trajo un perro para que complaciera los deseos perversos de la jovencita, o cuando por caso le dijo que le gustaba la vecina y ya había hecho una cita sexual lésbica y le gustaría que él mirara como se daban entre ellas. Por supuesto, que eso se llevó a cabo para satisfacción de Marianela.
Y no solamente eso, sino que además un día la joven Marianela fue hasta un sex shopping y compró un arnés y compró un dildo de 17 centímetros de largo por cinco de diámetro, por la noche se le apareció a Enrique con eso puesto desde el baño y le dijo que estaba entusiasmada con hacer cambio de roles. El portuario hombre macho si los hay, acostumbrado a comerse a todas las mujeres que se le cruzaban por delante y accedían a sus pedidos sexuales, la miró con asombro:
– ¡Eso querés que haga? Preguntó asombrado enrique, Vos estás loca si crees que te voy a dar el culo.
-Entonces prepárate para hacerte unas buenas pajas porque conmigo no cojés más. Ni concha, ni culo, ni boca.
-Pero, amor, le dijo enrique, vos no podés pedirme una cosa así.
-Sí, puedo y quiero y es lo que ahora me gusta hacerte. Me calienta.
Ante la situación extrema que la planteó Marianela enrique accedió al pedido de su joven mujer. La cuestión fue que, al terminar una noche de pasión e intercambio de fluidos corporales entre los amantes, la joven preguntó:
– ¿Y? ¿Qué te pareció? ¿Te gustó que te hiciera el culo?
-No me disgustó dijo, Enrique.
– ¿Viste?, yo siempre supe que detrás de una macho duro y recio hay un puto en potencia.
Esta práctica siguió repitiéndose en cada una de las ocasiones en que Rita y Enrique tenían relaciones sexuales y por cierto que eran bastantes, casi se podría decir que lo hacían seis veces a la semana. Más allá de las aventurillas que la joven tenía cuando su marido se iba al trabajo.
Rita, por su parte, nunca dejó de tener sexo con Enrique, en menor cantidad ahora porque Marianela era una joven un tanto posesiva y difícil de tratar, por tanto, no sabía que su padre no había abandonado esas prácticas con su hija. A Rita le gusta tener la verga de su papi adentro de los tres agujeros, más que nada eran los seis centímetros de grosor lo que realmente la ponía muy ardiente. Así que cuando se podía concurría a la casa de su padre para jugar un rato.
En ocasiones y de acuerdo a ciertas circunstancias laborales, Enrique trabaja doce horas continuas y luego tiene un franco largo de dos días. En uno de esos días Marianela le dijo a Enrique que se iba a pasar el día a la casa de su madre, hacía mucho que no la veía y quería estar un rato largo con ella. Por supuesto que Enrique accedió gentilmente al pedido de su pequeña mujercita.
Ante esta situación, enrique que le había tomado el gusto al cambio de roles, desde hacía unas semanas se había encontrado con una chica trans que vivía cerca de su casa y la había piropeado en algunas ocasiones en que se encontraban en le mercadito del barrio. La chica le había correspondido a esos comentarios. Enrique en un primer momento, creyó que era una joven, dada la belleza y delicadeza de la joven, pero rápidamente se dio cuenta que se trataba de una trans. Lo cual no hizo mella en su intento de fornicarla. La invitó venir a su casa en el momento en que Marianela se iba a pasar un par de días a la casa de su madre, y de paso invitó a su hija para que viniera como era habitual.
De hecho, Rita aceptó ir a visitar a su padre, hacía un tiempo que no se veían y estaba deseosa de esa verga dentro de su cuerpo.
Rita llegó a la casa de su padre, tocó a la puerta, abrió Enrique y le dio un beso y le dijo que tenía una sorpresa para darle:
– ¿De qué se trata?, preguntó Rita.
-Ya vas a ver querida, no seas impaciente.
-Pero adelantame algo, dijo Rita con ansiedad.
-Subamos y vas a ver que interesante. Son dos sorpresas en una.
-Papá no me pongas más nerviosa de lo que estoy. Llegaron a la habitación, abrió la puerta y se encontró con Noty, la joven se encontraba sentada a la vera de la cama matrimonial, desde un par de metros y con media luz, Rita creyó que se trataba de otra mujer.
-Es una chica trans, le dijo su padre. Quiero que probemos un trio Rita.
. ¿Chica trans? ¿Qué te pasa papi?
-Me gusta es una pendjita de diecisiete años y me calienta.
– ¿Desde cuándo te gusta la pija, viejo?
-Desde que Marianela me pidió hacer cambio de roles.
-Esa pendeja putita te pide cualquier cosa y vos lo hacés. La concha te puede.
-Y el culo también, dijo Enrique, básicamente el culo, prosiguió el hombre.
A todo esto, Noty dijo:
– ¿Y? empezamos a o no. Tengo ganas de coger.
Enrique se dirigió hasta la joven la comenzó a desvestir, quedo desnuda completamente, tenía la verga erecta, era fina con escaso grosor, y con una longitud de no más de trece o catorce centímetros. Enrique se puso de rodillas y comenzó a chuparle la verga, mientras acariciaba las hermosas tetas de Noty, Rita, por su parte, estaba sacándose todo y mientras veía a su padre mamar esa verga, comenzó a mojarse su concha y se arrimó hacia el lugar en donde se encontraban ellos, se recostó sobre la cama y espero el momento oportuno para entrar en ese trío estrafalario que vivía vi por primera vez.
La joven Noty, sacó la pija de la boca de Enrique, ambos estaban a la vera de la cama, estando parada la incitó a Rita a que mamara su verga, cosa que la joven hizo de inmediato, mientras su padre le chupaban la concha. Rita se retorcía como una serpiente enojada, estaba muy caliente, con sus manos tomó de los glúteos a Noty y le metió el dedo índice en el culo, la chica trans gimió, Enrique se subió a la cama y le introdujo la gruesa verga a su hija que seguía gritando y moviéndose como poseída por algún demonio extraño.
Noty se colocó detrás de Enrique y colocándose boca abajo sobre la cama comenzó a chuparle el culo, tenía arte la joven trans en esos menesteres, con sus labios, alternativamente le absorbía al agujero del culo y endurecía su lengua para ingresar ese agujero querendón. El padre de Rita seguía con su tarea de satisfacer a su hija, Noty dejó los besos negros y empezó a meterle la pija en el culo, hicieron un trencito, la joven mujer advirtió esto y se puso como más loca, la calentura la consumía por dentro y por fuera, pidió salir de su lugar para ver como la chica trans se la metía por el ojete a su papi, al ver eso se sentó en unas banqueta que había en la habitación y comenzó a frotarse el clítoris con una intensidad superior a la habitual en ella, acabó varias veces en una masturbación espléndida, como pocas veces había experimentado.
Noty se acercó a la banqueta y le dijo susurrando al oído de Rita:
-Quiero cogerte por los dos agujeros putita de mierda.
-Por supuesto, dijo Rita.
Y se puso en pose pasiva, arrodillada sobre la banqueta ofreciendo sus dos agujeros a la verga de la joven trans que la fornicó con ganas, alternativamente por el culo y por la concha, a todo esto Enrique se levantó de la cama y se acercó a las jóvenes, le causaba morbo ver a su hija penetrada por una mujer trans, era algo nuevo, untó aceite en su verga y se la colocó a Noty en el culo, la joven no dejaba de gemir como una perra rabiosa, mientras Rita gozaba de esa verga.
Cosa que no le era demasiado dificultosa a la joven ya que todo lo que estuviera relacionado con el sexo y cuanto más perverso fuera la incitaba a poner más garra, fuerza y corazón a sus acciones, es como que se iba y comenzaba a fluir en ella un putismo nato, típico de su madre Mónica.
El final de la acción fue un pedido que Rita le hizo a ambos contertulios, querían que le acaban en la cara ambos, ella arrodillado y uno a cada lado de ella arrojaran su esperma cobre su rostro. Así fue como ocurrió, enrique era un hombre que acababa en forma normal la leche, ni mucho ni poco, por el contrario, la joven trans puso en una situación de éxtasis a Rita ya que le echó nueve chorros de leche y con una violencia inusitada. Rita había recibido muchas veces leche en su cara, pero nunca tanta ni con tanta fuerza, eso hizo que comenzara a chupar las pijas en forma alternada y allí mismo, confesó más tarde que se había acabado dos veces.
La experiencia para Rita fue fuera de lo normal, también para su padre, Noty era más reservada y nunca dijo que le pereció aquella reunión de sexo, fluidos y locura. Marianela nunca se enteró de eso ni de ninguna de las aventuras de su padre con su hija, la chica trans y algunas que otras putas que anduvieran cerca de ese hombre fornido que al ver a una mujer solo veía agujeros para satisfacer y satisfacerse.
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