MADELENA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy la menor de cinco hijos, bueno, en aquel entonces era el menor, mis dos hermanos mayores, hombres de 10 y 11 años, luego mis dos hermanas de 8 y 9 años, y yo tenía 5 años, entonces yo jugaba más con mis hermanas y era el blanco de las bravuconadas de mis hermanos, y para completar, me gustaban más las muñecas que los carros y el futbol.
Desde entonces ya empezaba a sentir lo que era.
Pero realmente comencé a sentirme distinta cuando comenzó mi pre adolescencia, a los 10 años.
Mis hermanas y hermanos tenían sus habitaciones en el segundo piso de nuestra casa, una para ellos y una para ellas, eran habitaciones grandes que prácticamente dividían en dos partes, una para cada uno de ellos y con posibilidad de mucho espacio, yo no encajaba en la habitación de los hombres porque era muy chico para ellos y no me querían en su habitación, (yo tampoco quería), y en la de mis hermanas no encajaba porque ellas ya se estaban volviendo mujercitas, y, eso “no era bueno para él bebe” así que con la sabiduría propia de los padres, me dejaron el altillo, “tendrás una habitación para ti solo”, lo cual me pareció fantástico, pues allí en mi habitación nadie me molestaba, y al parecer yo no molestaba a nadie, pues a menos que no fuera a estudiar y llamaran a mis padres, o de que no bajara a la hora de la cena, nadie notaba mi ausencia, y a veces ni siquiera mi presencia.
Esto para mí era una ventaja, pues yo podía espiar a mis hermanas y hermanos solamente haciendo el teatro de que estaba jugando en algún pasillo, o simulando hacer mis deberes en el estudio, desde donde se veían todas las habitaciones del segundo piso, aunque la de mis padres solamente tenía actividad en la noche luego de que ellos llegaban del trabajo.
Mis días en general eran así: salía de casa a las 6 a.m.
al bus del colegio, como vivíamos cerca no usábamos transporte, pues el colegio era a solo cuatro cuadras de la casa y caminábamos.
En el colegio solamente hablaba con un compañero y dos compañeras que al parecer éramos los raros y, por rechazo de los demás, terminamos siendo grupo, sin embargo, para mí, era solamente en horas de escuela, y aunque ellos tres si se veían luego de clase y jugaban juntos en sus casas, y a pesar de que me invitaban, yo prefería quedarme en casa.
La hora de escuela terminaba a las 2p.m.
y al llegar a casa, a eso de las 2.15p.m.
Ya el almuerzo estaba listo, había una chica de unos 18 o 20 años que vivía cerca y era de condición humilde, y mis padres la contrataban para que, de lunes a viernes tuviera la casa en orden.
Llegaba a las 6a.m. y se iba después de darnos el almuerzo.
Después de que ella se iba mis hermanas y hermanos se separaban del todo y cada cual a lo suyo.
Mis hermanas a su cuarto o a donde sus amigas, a hacer sus deberes y a maquillarse peinarse hacerse las uñas y todo lo que hacemos las chicas a esa edad.
Mis hermanos, por lo general hacían sus deberes tarde en la noche, y el día lo dedicaban a hacer pesas o a jugar al futbol en el parque del otro lado de la calle.
Y yo a mi altillo a pensar en que no me entendía a mí misma, no sabía que sentía, entonces me sentaba a pensar mirando por la ventana.
Allí note un día que tenía toda la vista del frente de la casa, y que podía ver a quien viniera para la casa desde una cuadra de distancia en dirección a la avenida, y desde todo el parque, ya que nuestra casa era la última de una calle cerrada.
Fue entonces que despertó la chica en mí por una casualidad.
Ese día terminé mi almuerzo y subí al estudio, no tenía deberes así que me tumbe en un sofá a escuchar música en mi discman.
Y como era costumbre, mis hermanas no me notaron cuando subieron.
Me di cuenta que mis hermanos tardaban en subir después del almuerzo, y fui a espiarlos a ellos, y los descubrí espiando a la chica que nos arreglaba la casa, mientras se bañaba y vestía para irse, y los vi mientras la miraban a través de un hueco en la puerta y se masturbaban.
Inicialmente me asuste, y me fui sin que me vieran.
Entonces me entro la curiosidad y me fui a espiar a mis hermanas, a ver qué era lo que mis hermanos le miraban a aquella chica que los ponía a hacerse “eso”.
Allí, viendo a mis hermanas note que no tenían pene, como yo, y que su pecho estaba poniéndose más grande, y el mío no, además, tanto mis hermanas como mis hermanos tenían pelo en el pubis y yo no, entonces me acorde de los penes de mis hermanos masturbándose, y tuve mi primera erección, pero no viendo a mis hermanas, sino pensando en los penes de mis hermanos.
Y ahí fue cuando me di cuenta de que era distinta.
Los viernes mis hermanas y hermanos se quedaban el colegio hasta las 5p.
m.
en entrenamiento de básquetbol y futbol respectivamente, así que el viernes siguiente decidí espiar a Madelena, (así se llamaba la chica de la casa), era preciosa de verdad, tenía unos seños hermosos, no eran enormes, ni pequeños, tenían el tamaño justo, cintura delgadita y las caderas también de un tamaño justo, anchas sin ser extravagantes.
¡Pero!, ¿qué era eso?, mis hermanas y hermanos tenían pelo en el pubis y ella no, ¿Por qué?, entonces, en el sobresalto golpee la puerta y, oh sorpresa, desnuda como estaba, abrió la puerta y me miro y me dijo con una mezcla de ternura y malicia, ¿quieres ver lo que miran tus hermanos?, y sin esperar a que yo le contestara me cogió de la mano y me entro a la habitación, me llevo a la cama y me hizo recostar en ella.
Entonces me dijo, para ver tienes que pagar, y empezó a quitarme toda la ropa hasta dejarme en cueros, y me dijo, ahora te estas quietecito y miras, solamente miras y después, si quieres preguntas.
Se metió a la ducha pero dejo la puerta abierta y se dio un baño, lentamente, masajeando sus pechos y sus nalgas y su pubis, luego de que se quitó el jabón, estiro su mano y de su bolso saco un cilindro pequeñito con un cable y una cajita con dos botones (eso lo vi después), y comenzó a pasárselo por el clítoris y el culo y a metérselo en la vagina.
De un momento a otro salió de la ducha y antes de que me diera cuenta estaba junto a mí en la cama.
Y me dijo quieres probar, pero no espero a que le contestara, puso una pierna a cada lado de mí y me puso todo su pubis en la cara, y me dijo, imagínate que es un helado, lámeme.
Estaba entre asustada y desconcertada y lo hice muy torpemente, aunque me gustó mucho su olor y su sabor.
Entonces me dijo, te voy a enseñar.
Y se bajó hasta que quedo con su cara a la altura de mi pene, yo no me había puesto erecto, no sé si porque no entendía o por el susto.
Entonces comenzó a masajeármelo y a darme besos y a lamérmelo y a mamármelo, pero apenas si se endureció un poco entonces se deslizo y comenzó a meterme la lengua en el culo mientras con la mano me lo sobaba de todas las maneras posibles, y ahí si se me puso duro como una piedra, y me dijo, está más prometedor que los de tus hermanos, ellos no saben, pero yo los he visto masturbarse, y no me provocan nada en cambio tu si, y además, creo que ya se lo que te gusta.
Entonces fue al baño y regreso antes de darme cuenta.
Me dijo, te vas a estar tranquilito, yo te voy a tratar bien.
Y sentí de nuevo su lengua en mi culo, entraba y salía y daba vueltas alrededor, y lamia, y cada vez me sentía más mojada y más caliente.
Entonces comenzó a meterme un dedo en el culo y yo salte.
Me dijo espera.
Descolgó el espejo del baño y lo acomodo frente a la cama, era un espejo de cuerpo entero, después acomodo las almohadas y me hizo girar hasta que quede frente al espejo, yo nunca me había visto así, tenía una erección enorme para ser tan chiquita como era, entonces se acomodó de nuevo de forma que yo viera por el espejo todo lo que hacía y me lleno el culo de saliva y empezó de nuevo a meterme el dedo mientras me mamaba el pene despacio y suavemente, hoy diría que lo hacía con amor, poco me metió el dedo, luego dos, luego, que es eso, me metió su aparatito y lo hizo funcionar.
Fue un estallido inimaginable, me corrí de lleno en su boca y ella se tragó todo, yo me quería quitar pero no me dejo, me ordeñó, y después me dijo, tienes cinco minutos, pasados los cuales se sentó en mi pene y se lo meto hasta el fondo, pero, de nuevo uso su aparatito en mi culo y lo mantuvo ahí funcionando hasta que nos corrimos juntos, casi al tiempo, después de que yo me corrí ella se desplomo encima de mí y me besaba de una forma hambrienta.
Después de que nos hubimos vestido, me explico todo lo que yo quise preguntar.
Porque se depilaba, que significaba lo que habíamos hecho, porque mis hermanos la espiaban, y claro, lo más importante, que era lo que me pasaba.
Después de esto nos hicimos confidentes y claro, amantes, ella sabía lo que me gustaba, y los viernes que estábamos solas, a veces teníamos sexo, pero la mayor parte del tiempo ella me enseñaba a peinarme, a maquillarme a arreglarme las uñas, a andar en zapatos de tacón alto, y a todo lo que fuera necesario para que mi familia no se enterara de que yo era bisexual y muy femenina.
Madelena estuvo con nosotros hasta cuando yo tenía 14 años.
Tuvo que devolverse a su pueblo porque su mama estaba enferma y ella se fue a cuidarla.
Algunos años después nos hemos vuelto a ver, nuestra relación no ha cambiado, y ahora la disfrutamos más.
Lo último que me dijo antes de irse para donde su mama fue “es una lástima que no puedas ser mi marido, porque esa verga tuya sí que la voy a extrañar”, y, aunque hoy la disfruta con regular frecuencia, siempre me dice que siente celos de las otras chicas y chicos que también la disfrutan.
Bueno mis amigos, más adelante les seguiré contando como ha transcurrido mi vida y mis aventuras.
Escríbanme a maryfernandeztravcloset@gmail.com
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