Mara: mi primera vez…por fin mujer!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por nenamaxx35.
Esta es la continuación de mi primer relato, quiero contarles que fue lo que sucedió con Alfonso, aquel muchacho que me inició en mi gusto por sentirme mujer. Pues como él se mantenía esquivo conmigo y con todos, yo me hice el apurado por una reparación de mi bicicleta, le rompí un perno y le aflojé algunas tuercas y la llevé con él, me puso algunas excusas pero yo insistí, creo que para no tener problema la revisó afuera de su casa, en la acera, como para evitar que alguien nos viera entrar a su casa. Sacó algunas herramientas y yo esperé mientras él la revisaba. Yo di el primer paso y le dije que quería ir a donde la otra vez, que me había gustado y me había pajeado muchas veces recordando aquello, el se puso serio y me dijo que tenía problemas porque un tal Mario se había chivateado y los padres le reclamaron, yo le dije que conmigo no había problema, que a mí me había gustado su verga y quería más. Sus ojos se encendieron y se puso a mil, me dijo que el también quería repetirlo pero debía planearlo bien y en otro lugar. Así, estuve llevando mi bicicleta en los siguientes días hasta que me dijo, – mañana sábado espérame detrás de la escuela del centro (en el pueblo cercano a nuestra comunidad), no hables con nadie y si te preguntan en tu casa les dices que vas a lo del volleyball-, (había campeonato en la plaza que duraba todo el día). Mi primo Javi insistía en acompañarme pero yo le dije a mamá que no, que yo iría solo por que compraría algunos materiales para la escuela.
Llegué a las 9 en punto y Alfonso estaba ahí, nervioso y apurado, me hizo la señal de que le siguiera y se encaminó por una calle empedrada, dio vuelta en un callejón y rápidamente abrió la puerta de una casa, me hizo apurar y entré corriendo para que nadie me viera, luego de mirar un rato por la ventana, tomó dos envases de refresco y algo de dinero, y se encaminó a la tienda como para cerciorarse de que no había vecinos afuera y que todo estaba sin novedad, yo estaba muy nervioso y caliente, me puse a echar un vistazo en la única recámara que había y vi sobre el buró una bolsa con ropa y una botellita de aceite para bebé, esculcando la bolsa pude ver dentro alguna ropa de jovencita, unas braguitas blancas de algodón, una faldita de mezclilla, un corpiño blanco y una blusa rosita con flores y mariposas. Luego llegó Alfonso sonriente y feliz, cerró con llave y me dijo, – Ahora si mamita, vas a ser mi mujer, te voy a hacer mía – y de ahora en adelante serás mi mujercita, Mara, mi Mara ¡!. Yo pasé saliva y sentí que una corriente me recorría todo el cuerpo. Destapó los refrescos y me dio uno, se acercó y me besó con tanta lujuria que yo estuve a punto de perder el resuello. Luego vi que respiró profundo y como poniendo en orden sus ideas, me explicó lo que haríamos…..algo que yo ni siquiera imaginaba.
Primero sacó de una cómoda una cajita con maquillaje y utensilios, me maquilló por completo, los labios, los ojos, las mejillas, y en el pelo me puso unos coquetos broches de maripositas blancas, no quiso que me viera al espejo y yo que me moría por hacerlo, enseguida me sentó en el excusado y me introdujo una lavativa, creo que eso fue lo único incómodo por que comencé a evacuar todo y él me metía más agua para que , según él, todo quedara limpio, así estuvo un rato, yo sentía miedo pues nunca me habían hecho nada de eso, pero después que me aseó con jabón en la ducha y con suavidad me limpió todo, me sentí más relajado. Luego, me hizo entrar detrás de un biombo y me dijo que me pusiera la ropita que había robado a su sobrina Doris especialmente para mí, yo me cambié y de inmediato conseguí una fuerte erección tan solo de sentir la tela de la braguita deslizándose en mis muslos. Cuando me puse el corpiño, la blusa y la falda me sentí toda una mujer, toda la ropa me quedó ajustada, estaba por cumplir los 13 años y era delgado, con buenas nalguitas y una carita muy fina, así que ya se imaginarán como me veía con el maquillaje, cuando salí Alfonso quedó maravillado, estaba solo en calzoncillos y era extraordinaria su erección, lo vi nervioso y desesperado pero faltaba algo más, – Antes de hacerte mía quiero que te pongas algo más – , y de un cajón sacó una toalla femenina y me explicó cómo me la pondría, – así serás una nena que anda reglando, pero solo un poquito – me dijo, – así serás una mujercita de verdad.
Al fin pude colocar aquello en las braguitas y casi reviento de placer al sentir la textura suave entre mis bolas y el nacimiento de mi ano, salí apresurado y al ver a Alfonso desnudo abrí los ojos desmesuradamente, su verga se veía mucho más grande ahora que estaba desnudo, blanca, gruesa, larga, pero sobre todo muy dura y firme. Al acercarme me tomó suavemente de la mano y me besó por largo rato, su lengua jugueteaba con la mía y comenzó a acariciar mis nalgas con lujuria. Luego bajó a mi cuello y me levantó en vilo y me rodeó con sus brazos, me dijo tantas cosas al oído que yo me moría de la emoción. – Que linda eres nenita – hace poquito que te acaban de brotar las tetitas, verdad ??- Si, contesté con voz temblorosa – , – ya viste lo linda que te ves con maquillaje ? ,- no, y girándome lentamente me puso frente al espejo.
Aquello fue el acabose, casi exploto al verme transformado en una linda y espigada adolescente que se veía como una flor en primavera, radiante con todo ese maquillaje. Así, frente al espejo, levantó mi faldita y bajó la blusita y el corpiño por mis hombros, siguió besando mi cuello y recorrió mis piernas, luego me tomó en sus brazos y me llevó lentamente a la cama. Ahí estuvo cerca de veinte minutos besándome y dándome lengua, subía su cuerpo sobre mí y lo restregaba de tal forma que yo gemía de placer. Cuando levantó el corpiño me dio unos mordiscos en los pezones que me hacía daño, luego, sus manos hurgaron debajo de la faldita y suavemente me dijo – Como?, te bajó la regla mi amor ?? – mjjj, contesté ronroneando como gatita tierna y golosa, ya casi no traigo nada por si quieres meter tus dedos papi, y sin pensarlo dos veces me deslizó el calzoncito y se metió entre mis piernas.
Devoró mi verga con suavidad, pasó su lengua por mi culo como desesperado y me hizo correrme deliciosamente. Así estuvo por un rato hasta que se volvió a acercar a mi oído solo para decirme, – ahora vas a ser mujer, te voy a desvirgar y serás solo para mí. – Yo lo miré con ojos cariñosos y le dije – Si, quiero ser tuya Poncho, solo tuya-, me explicó que dolería y que por ningún motivo fuera a gritar o a tratar de zafarme, porque lo haría con mucho cuidado. Tomó el aceite y aflojó mi culito introduciendo suavemente un dedo, luego dos, y luego me levantó las piernas sobre su pecho. Batalló un poco para lograr abrir mis nalgas y colocarme su verga al mismo tiempo, pero cuando lo logró, como si me inyectara una droga de placer, se fue deslizando dentro de mí suave, lento, lujurioso. En momentos yo suspiraba y me ponía duro, pero él, con ojos vidriosos me decía que no me moviera, sentía un poco de ardor y un poco de ganas de evacuar pero me dijo que era solo la sensación porque ya no traía nada de desechos, sin parar, fue entrando poco a poco hasta que de pronto, gimiendo de placer me dijo…….- Ya eres mía Mara, ya eres mi mujer- y suavemente la sacó de dentro de mí y volvió a meterla entera haciéndome sentir por primera vez lo que yo deseaba…sentirme mujer; se comenzó a mover un poco más fuerte y yo casi lloraba, un poco por el dolor pero más por el enorme placer que estaba sintiendo. Cuando aceleró los movimientos yo me mordía los labios, no podía creer que esos 22 centímetros estuvieran entrando en mi culito pero así era, no sé si la tranca entera pero yo sentía sus bolas chocar contra mi culo hambriento. Así estuvo por un rato, luego me puso en cuatro patas y me bombeó con suavidad, de repente me hizo a un lado y con todo y la cama me colocó frente a un espejo para que me deleitara con el espectáculo, era hermoso verme con la faldita enrollada a mi cintura, la blusa levantada con el corpiño y todo ese montón de carne penetrándome por detrás.
Lo que me hizo enloquecer de placer, fue cuando él se puso boca arriba y yo me subí para cabalgarlo de frente al espejo, pensé que no lo lograría pero fue lo más delicioso, pues yo controlaba la situación, cabe mencionar que no pude enterrarme toda su verga por completo, pero me deslizaba arriba y abajo. Saben por qué fue lo más delicioso ??, porque mi verga estaba endurecida al cien, entonces mientras me ensartaba en la deliciosa verga de mi hombre, podía masturbarme deliciosamente hasta que brotaron los deliciosos chorros de leche de mi tranca, él se dio cuenta y tomándome de la cintura apuró sus movimientos y llenó mis entrañas con enormes chorros de la suya, y debo confesar algo, esa fue una de las dos veces en mi vida que he sentido el chorro de semen dentro de mí, la verdad que solo esa y otra ocasión lo he sentido y no más.
Después de que se corrió se salió suavemente y yo sentí que mi agujero se deshacía pero estaba feliz, luego me llenó de besos y después de unos minutos nos metimos a la ducha y se lavó a conciencia su tranca, me llevó nuevamente a la cama y me hizo darle una deliciosa chupada, sentir su leche en mi boca me encantaba, luego me acicaló y me retocó el maquillaje…..y volvimos a la carga, así estuvimos cerca de seis horas, me hizo penetrarlo delicioso, hicimos 69 y esa vez fue mi verdadera iniciación . Al día siguiente tuve un poco de miedo porque sentía raro mi culito pero estaba feliz de haber sido toda una hembrita entregándose a su macho. Después vinieron dos veces más y luego dejé de verlo mucho tiempo, yo me fui a otra ciudad y nos reencontramos hace seis años, él ya es abuelo y viudo, y yo un hombre casado y con hijos, solo nos tomamos algunas cervezas por que había poco tiempo, pero quedó abierta la invitación para recordar viejos tiempos….Pero mis aventuras como hembra siguieron durante toda mi juventud, me volví un ejecutivo exitoso, mujeriego, experto con las mujeres en la cama, pero siempre, en mi mundo íntimo y solitario, seguí siendo Mara…
Y ya les contaré en el próximo relato las cosas que viví tiempo después en mi juventud, espero sus comentarios y sus correos.
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