Me encanta la lencería
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por vascojoven.
Mi mayor fetiche es la ropa interior de mujer me encanta sentir su suavidad bajo mi traje mientras trabajo me gusta ir al baño y mear sentado en la taza me siento muy femenina. Me vestí sexi para ir a trabajar decidí estrenar unas medias con su liguero, un tanga y sujetador todo de color rosa.
Terminé de trabajar sobre las 6 o así, decidí pasarme por el bar de debajo de mi casa para tomarme algo antes de volver a casa. Cuando termine me dirigí a la puerta y en ella me encontré de frente con una preciosa joven, con una media melena morena, un poco más baja que yo y con bonitas curvas. Nada más verla no pude quitarle ojo ella me miro y me sonrió, vi que se iba hacia la barra y fui detrás de ella.
-Hola
-Hola-me respondió con una sonrisa enorme.
-Soy José, ¿Cómo te llamas?
-Encantada de conocerte yo soy Alejandra
– ¿Qué haces por aquí tan sola?
-Me dirigía a mi casa y quise pasarme a tomar algo
-¿Dejas que te invite?
-Claro gracias.-Y estuvimos charlando durante largo rato hasta que le pregunte
-¿Has cenado?
– No la verdad es que no pero tengo la cena hecha en casa. ¿Quieres venirte?
-Claro me encantaría además seguro cocinas genial.
La monte en mi coche y me dirigió a su casa, era un chalet precioso con un enorme jardín en la zona rica de la ciudad.
-Guau y tú vives aquí. ¿A qué te dedicas?
-Soy dueña de una gran empresa. Pero no te quedes ahí mirando la casa puedes entrar si quieres.
Entre en ella y todo estaba perfectamente amueblado la seguí hasta la cocina una cocina enorme donde la mía entraba y aun así sobraba sitio de sobra. La ayude a poner la mesa y puso algunas velas aromáticas. Ella subió a cambiarse y yo quede repartiendo la comida y el vino. Bajo vestida con un vestido negro muy ceñido q marcaban todas sus curvas que hizo que derramara el vino en la mesa. Ella rio y nos pusimos a cenar. Hablamos de nosotros y cuando terminamos de comer noto su pie en mi entre pierna mientras ella me sonreía. Me cogió de la mano y me subió a su habitación, entonces recordé lo que escondía mi ropa y me asuste pero seguí el camino hasta su cuarto. Me senté en la cama y ella sobre mí nos besamos largo rato hasta que me dijo que la hiciera un estriptis, y pensé de perdidos al rio.
Me levante y me comencé a desnudar de espaldas a ella para ver su cara de un solo golpe. Cuando termine me gire y la vi con la boca abierta entonces me asuste pensaba que se lo tomaría mal y me empecé a intentar tapar. Ella se puso en pie y me dijo no te preocupes, siéntate en la cama, así lo hice entonces ella se quito el vestido y dejó a la vista un cuerpo escultural con una ropa interior que me habría encantado llevar a mí. Se quito el sujetador con una gran maestría, y dejo a la vista dos enormes pechos que se veían que eran de silicona pero eran preciosos, y se bajo un poco el tanga y una polla salió del él con fuerza como un resorte. No podía quitarle ojo a ese mástil tan enorme y grueso, el cual superaba los 20 cm con creces.
-Me gustan las pollas en tangas, pero mi tanga esconde una polla mayor que la tuya, ¿qué te parece si te dejo ser la mujercita esta noche? Seguro que no te importa, ¿verdad?
– No dije nada solo mire su enorme polla y asentí lo que decía.
-Genial, ¿quieres probarla?
La agarre con miedo y acerque mi lengua hasta ella hasta que conseguí tocarla. No sabía mal, le pase la lengua por todo el tronco, por sus bolas, hasta que le lamí el capullo y ya no pude parar de hacerlo me encanto su sabor. Me arme de valor y me metí ese capullo en la boca poco a poco fui metiendo un poco más de su polla en mi boca, hasta que llegue a la mitad de su polla y no pude meter mas, así que empecé a sacarla de nuevo segui metiéndola y sacándola un rato perdí la noción del tiempo solo deseaba saborearla, me encantaba escuchar como gemía gracias a mi boca y mi lengua, notaba su mano en mi nuca que me marcaba el ritmo aunque me gustaba hacer cambios de ritmo y tenerla un rato fuera para poder darle lametazos.
Me agarro la cabeza y me saco la polla y me dijo:
-¿Seguro que quieres que te folle no es así?
-Si por favor lo estoy deseando
-Vale pero quiero que hagas algo por mí que seguro que aceptaras sin pensarlo, quiero que te pongas mi vestido, quiero que esta noche seas tú la mujercita ¿qué te parece?
-Me encantaría, pero tendrás que ayudarme.
Sobre mi ropa interior de mujer me puse su precioso vestido que hizo que me mirara en el espejo y que posara con posturas sexys bastante femeninas. Cuando note sus manos en mis nalgas apretándolas y restregando su enorme pene en ella, me encantaba esa sensación incluso sacaba mi culo hacia fuera para poder sentirla entera entre mis nalgas. Me tumbó en la cama boca arriba y puso una almohada bajo mis caderas para que mi culo estuviese ofrecido y me dijo:
-Nena quítate el tanga mientras voy a buscar unas cositas.
Así lo hice me quite mi tanguita y deje mi ano al aire dispuesto a ser desvirgado, ella apareció con condones y un bote de lubricante que unto en mi ano con un dedo lo introducía sin problemas por mi cerrado agujero hasta que lo sacó y se puso un condón entonces dijo:
-¿Lista nena?
-Si métela, lo estoy deseando.
Sin pensarlo dos veces arrimo su cabeza a mi hendidura y comenzó a hacer fuerza, eso me provocó calor y un dolor suave que aguante como una campeona, al final note como sus huevos golpeaban en mis nalgas y entonces suspiré de placer. Su polla se mantuvo en mi interior durante un largo rato. De repente comenzó a sacarla casi entera y a volver a introducirla, esto hizo que dentro de mí surgiera un placer inimaginable que expresé gimiendo como toda una puta. Al notar mi excitación Alejandra comenzó a hacer dichos movimientos con mayor velocidad y esto hizo que yo me corriera sobre mi tripa. A pesar de que ya me había corrido seguía teniendo mi polla sumamente dura y ella seguía follándome duro. Tras un tiempo me la saco entera y se quito el condón yo me quede mirándola no sabía qué hacer. Se puso en pie y me hizo señas para que me acercara puse de rodillas ante ella y empecé a comerme su pene con lascivia hasta que note como se corría en mi boca me trague toda su leche como una chica obediente y cuando terminó de correrse la dejé bien limpita hasta que perdió su dureza. Alejandra me sonreía y me dijo:
-¿Que te ha parecido mi princesa?
-Me ha encantado
-Así me gusta ¿te quieres quedar a dormir?
– Si no es molestia
-Claro que no, pero te tienes que quitar ese vestido y ponerte este salto de cama.
Y sin pensarlo mucho me lo puse, entonces nos quedamos ambas dormidas yo abrazada a ella como la mujer que abraza a su macho.
Todos mis relatos son solo fantasía, quiero hacer más y si les gusta este podría hacer su segunda parte si quieren comentarme algo les dejo mi correo: alicia_getxo@hotmail.com, o en mi cuenta de Sexosintabues: vascojoven
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