Melissa tv de closet
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, quiero contarles un poco de mí, soy un hombre de 42 años de edad, soy casado y tengo 3 hijos, en si ya una vida hecha, y si escribo este relato es para que alguien sepa lo que me pasa, ya que soy bisexual y quiero ser travesti, me excita usar ropa femenina, físicamente soy moreno, mido 1.65 y soy velludo (eso me trauma por mis gustos). Pero aun así he logrado vestirme y sinceramente en las fotos me veo bien (femenina) ya que mi figura me ayuda soy delgado(a) me visto en total secreto y tengo una cuenta de Facebook donde guardo mis fotos (Melissa Ramírez Cruz si alguien gusta buscarme) soy del estado de Veracruz, en el norte del estado ya casi pegado a Tamaulipas, batallo mucho con la ropa, casi no tengo y eso me pone mal.
Pero bueno que se le hace, así es esto de ser de closet, tenemos que escondernos de la sociedad. El rol que tengo es ser pasiva, ya que me gusta ser mujer, sentirme mujer y solo así, siendo de un hombre seré mujer, empecé en el 2005 a vestirme, les contare como fue el inicio pues resulta que en mi matrimonio no me fue muy bien, ya que mi esposa es especial, casi no le gusta el sexo y me sentí frustrado por eso, continúe con mi vida así reprimiéndome hasta que conocí a una mujer joven, compañera de trabajo, la convivencia diaria me llevo a una relación con ella de varios años, que tuve que rentar un departamento para verla y tener nuestro nido de amor.
Fueron varios años felices, aunque nunca le prometí dejar a mi esposa, tal vez ella eso era lo que quería, aunque no me lo exigía, llego el momento que que la relación se enfrió y termino por dejarme. La verdad en el sexo era fenomenal, la pasábamos muy bien, pero bueno como dicen todo tiene un final, así que dejo de ir al departamento, sinceramente la amaba, era muy especial para mí, así que me dolió mucho su abandono, que me iba al departamento a esperarla y nunca llego, así que un día estaba súper excitado que tome una de sus tangas que había dejado ahí y la comencé a tocar, me acosté, me desnude y me masturbe con su prenda, me imaginaba su olor, recordaba los momentos que viví con ella ahí las veces que le quite esa diminuta prenda para hacerle el amor, en la excitación se me ocurrió ponérmela. Ufff! Fue el acabose. Mi excitación fue mayor que me vacié de pronto, fue algo inexplicable, ese día fue el que me marco para siempre después de eso buscaba cada momento para ir para allá, conserve el departamento y me iba a jugar con sus prendas, era dos baby doll, tres tangas de encaje color negro, un brasier y unas zapatillas color azul celeste (que me quedaban chicas) lleve un espejo para poder verme y me fascino lo que vi, me sentí femenina, mi silueta me gustaba y mi excitación era mucha al verme así.
Conseguí un cel. Con cámara y me empecé a tomar fotos, en verdad me gustaba lo que veía, no sé si en mi mente, pero me gustaba, había descubierto algo en mí que no sabía que existía, estuve así un tiempo, por desgracia ya no pude conservar el departamento y lo deje, mis “tesoros” los conserve, pero batalle mucho para esconderlos los tenía que cambiar de lugar a cada rato, ya que era peligroso que me los fueran a descubrir, el tiempo continuo su marcha y Yo escondiendo mis cosas, hasta que me fue imposible y me tuve que deshacer de ellas, (fue muy doloroso)recuerdo que me fui a un camino vecinal y las arroje al monte.
Continúe con mi vida, reprimiendo esas nuevas sensaciones descubiertas en mí, no recuerdo cuanto tiempo estuve así pero ya algo en mí no estaba bien, mi mente me daba malas ideas me comenzaron a llamar la atención los homosexuales, así que le anduve coqueteando a un chavo que vivía por mi rumbo, como seguido lo veía, pues le lanzaba miradas y las capto.
Jugué con él un rato así, solo con miradas, hasta que un día andaba en un carro de mi trabajo, lo vi y le ofrecí un raid, lo acepto de inmediato y comenzamos a platicar, el primer paso lo había dado nos dimos nuestros números de celular y quedamos en que nos escribiríamos. Pasaron varios días y nada, hasta que un día le escribí y me contesto, andaba en la calle y me dijo que si quería podía verlo (para esto tenía un amigo que tenía una amante y había rentado un departamento, que por cierto fue idea mía, le aconseje) y como trabajaba fuera, venía cada 15 días y me dejaba la llave. Así que tenía lugar. Fue por él y sin pensar lo lleve al departamento.
Llegamos y libres de miradas indiscretas, ya que la ciudad es pequeña y la gente se conoce mucho, aunque sea de vista como se dice comúnmente, pues libres de esas miradas algo se desato en mí, platicamos un ratito y lo incite a que me tocara, estaba bien excitado, se sentó en el borde de la cama y me le acerque, sus manos buscaron mi entrepierna y me comenzó a acariciar sobre la ropa, lo hizo un rato y después me desabrocho el pantalón, me lo bajo hasta las rodillas y me acaricio ya sin nada que le estorbara, mi pene estaba súper duro y mi excitación al máximo me quite mi camisa y me acosté, el de inmediato me quito lo demás, mientras se desvestía me acomode e la cama, se fue sobre mí y me beso en la boca. Al principio me dio como asco, pero mi excitación estaba que me nublaba la razón y le correspondí (la verdad nunca en mi vida imagine besar a un hombre) pero estaba ahí, libre de miradas, solo él y yo, nadie lo sabría, así que continúe jugando con sus caricias, sabía lo que hacía, bajo por mi cuello, se detuvo en mis pezones y me los chupo bien rico.
Sus manos me acariciaban, bajo y bajo hasta mi pene, lo sobo bien sabroso y comenzó a darme una rica mamada, lo hacia súper bien, sus labios lo apretaban sabroso, su lengua jugaba con el riquísimo, lo hizo por un rato, en ocasiones lo detenía ya que casi hacia que me viniera-¿me quieres penetrar?- me pregunto…conteste que sí y se acostó boca abajo, me puse un condón y él se lubrico con saliva su entradita, levanto su trasero y me subí, acomode mi pene entre sus nalgas buscando su entrada, se la tallaba bien rico, sentía como sus nalgas me rozaban rico la puntita de mi pene, continúe por un rato intentando penetrarlo, la verdad batallaba, así que le pedí que se pusiera empinadito en el borde de la cama (era la primera vez que me cogía a un hombre) así que pues no sabía bien, solo o visto en alguna ocasión en películas, se acomodó bien y me fui sobre sus caderas, lo sujete bien y pude en su entradita mi pene, se lo talle para embarrar bien su saliva y le puse más de la mía, empuje y poco a poco sentí como se iba metiendo, aparte gimió al sentirla, despacio empujaba, y sentía como entraba más y más, lo jalaba de sus caderas y lo empecé a coger bien rico, solo sus gemidos se escuchaban en el departamento.
Esa fue la primera vez que estuve con él, y pensaran que tiene que ver esto con mis nuevos gustos descubiertos, pues mucho ya que en la actualidad soy travesti de closet pasiva, y pues fue con el que descubrí que me gustaba que me dieran también ¿Cómo fue? Le cuento, en total estuve 4 veces con él en el departamento, las 2 primeras, yo era el activo, pero conforme fue pasando el tiempo y pues teniendo más confianza con el en la intimidad, pues fui tocándolo y preguntándole que sentía y cositas así, y creo fui muy obvio que me pregunto que si no me gustaría mamársela y tocársela, aunque ya con anterioridad me había dicho que a él no le gustaba penetrar, la tercera ocasión que estuve con él, pues lo cogí y nos quedamos acostados, él se excitaba también y mucho. Se le ponía bien duro, incluso las primeras veces después de que se lo hacía se masturbaba.
Terminamos la tercera vez y como dije nos quedamos acostados, el con su pene bien erecto, se lo comencé acariciar, poco a poco, despacio solo se dejaba, le bese el cuello, baje por sus pezones, su estómago (la verdad quería llegar a su pene) ahora lo sé, llegue y lo comencé a masturbar, solo me veía, mis manos torpes la verdad, seguían tocándolo, me le acercaba con mi cara para verlo de cerca -¿quieres chuparlo?- me pregunto, asentí con la cabeza y cerré mis ojos y me acerque a mamarlo, sentí como me rozo la nariz, así que solo abril mi boca y pude sentirlo entre mis labios los cuales cerré y comencé a chuparlo así como el me lo hacía a mi (bueno tratando de imitarlo) ya que tenía más experiencia el que yo) sentí la textura por primera vez de un pene, sentí su dureza. Como era la primera vez, se me lleno la boca de saliva, no sabía si pasarla o escupirla, lo hice por un rato, me detuve para escupir, después le pedí que si me la tallaba en mis nalgas y me acosté boca abajo como él se puso la primera vez, se me subió y sentí su pene entre mis nalgas, recuerdo que fue una sensación bien rica, fue sin condón, sentí el rose de su piel, su calor y sentí como buscaba mi entradita, cuando la sintió empujo, pero no pasó nada, le faltaba lubricación y aparte pues apreté mi culito al sentir su embate. Me dijo que no lo hiciera, que tenía que aflojar el cuerpo, pero me dio miedo, no lo niego, si quería pero me gano el miedo, se bajó y se acostó, me dijo que se la siguiera chupando, obedecí y se la mame lo mejor que pude, alternando mi boca con mis manos, hasta que hice que se viniera, me los hecho en las manos, era mucho lo que le salió.
Esa fue la primera experiencia que tuve de ser yo el pasivo, como a los 8 días nos volvimos a ver, la verdad estaba súper nervioso, ya que pues no sabía si decirle que él también me lo hiciera o dejar que las cosas pasaran por si solas, recuerdo que ese día, sábado por cierto, planee todo con tiempo para poder estar con el mas rato, así que pues no había prisa de nada, ya estando libres de las miradas, solos en la intimidad del departamento, lo comencé a desnudar, despacio, prenda por prenda, también el me quitaba mi ropa, poco a poco nos fuimos quedando totalmente desnudos, solo con los bóxer, nos acostamos y nos besamos. Recuerdo que me busco besarme el cuello y me saque, -no me vayas a marcar- le dije y sentí como una descarga recorría mi cuerpo, deje que me recorriera con su boca y a cada caricia mi excitación crecía más y más y eso me llevo a acariciarlo también, hicimos el famoso 69, sentía tan rico estar chupándola y que el me la chupara también, para esa ocasión conseguí un aceite de bebe como lubricante, estaba todo preparado, el juego siguió por un buen rato. Cada vez más atrevidas las caricias. Hasta que me pidió que lo penetrara, se levantó y se acomodó en el borde, levanto su rasero y quedo todo a mi disposición, le unte aceite y me puse el condón (lubricado por cierto) le acomode mi pene en su entradita y empuje suave, lento pero firme, la lubricación hizo su trabajo y sentí como le entro con más facilidad que las veces anteriores.
Empuje y se le fue toda, lo sujete bien de las caderas, me acomode y empecé a bombear rítmicamente, sus gemidos no se hicieron esperar y eso me excitaba más, así que me moví más rápido apretaba sus caderas y a cada empujón que le daba, también lo jalaba, fue tan placentero, sentí que no aguantaba más y se lo dije-vente en mis nalgas me dijo.
Así que cuando ya estaba casi a punto de venirme, se la saque y me quite el condón, me masturbe y en segundos me vacié él se acostó con el trasero levantado y entre sus nalgas me vine, aun se los embarre con mi pene erecto todavía, me recosté a su lado y limpie con papel de baño el resto de mis semen, termine de limpiar y se acomodó boca arriba, su pene duro, erecto lo tome con mis manos y lo masturbe un rato, casi de inmediato me fue sobre él y se lo comencé a mamar bien rico, ya había aprendido un poco más, así que le di una rica sesión de oral. Me acomode de tal forma que el me pudiera acariciar las nalgas. El cual lo hizo muy rico, metía su dedo entre ellas y buscaba mi entradita, tomo el aceite y sentí como me ponía un buen que me escurría entre ellas, su dedo ya con más facilidad se me metió, jugo con el un rato mientras yo le seguía dando placer con mi boca. El tiempo se detuvo un segundo, disfrutando ese placer tan esperado-ya te la meto?—dijo
-despacio! Solo dije- se levantó se puso el condón y me acomodo en el borde de la cama, ya que me quede inmóvil, él tuvo que tomar la iniciativa -¡despacio por favor!-dije en respuesta me jalo más a la orilla y bajo mi cabeza para que mi trasero se levantar lo más posible. Sentí su dedo en mi entradita y después su pene. Me lo tallo y embarro el aceite, y lo puso en la entrada, empujo y me saque hacia adelante. Me sujeto bien de las caderas y volvió a la carga, aflójate!-me dijo
Sentí otra vez su embate, afloje todo lo que pude y sentí como me iba entrando (la verdad me dolió un poco) pero aguante, de pronto sentí un dolor tan fuerte que me saque como pude, cuando ya estaba entrando bien me dio un empujo fuerte me dolió tanto que asta en la garganta lo sentí) me le zafé y le reclame- así no te dije que despacio!-nunca lo he hecho! –dije
Me dolió mucho—dije -disculpa-me dijo y me llamo a que me acomodara otra vez más, ya con un poco de miedo pero con las ganas bien puestas me acomode. Sentí sus manos en mis caderas una vez más, sentí su pene bien duro buscando mi entradita. La encontró a indicación mía y empujo, me afloje todo y sentí como me entraba-¡bien rico!! Despacio. ¡Así como me justa a mí!! Me la metió toda, con mis manos busque su pene y solo sentí su cuerpo pegado al mío, la tenía toda adentro, se mantuvo un rato así y después me comenzó a bombear. Me dolía un poco pero la excitación era tanta que no le di importancia. Me dispuse a disfrutar mi primera vez, sentir sus manos en mis caderas era maravilloso, a cada empujo que me daba me halaba con sus manos, era tan excitante estar así, bien empinadito, con el trasero levantado. No sé cuánto duro eso, pero fue una eternidad, solo escuchaba su respiración agitada y su jalón cuando de vino.
Se quedó quieto y se retiró, sentí como se me fue saliendo, la verdad es grande mucho más que la mía, me quede empinado mientras él se quitaba el condón y se limpiaba. Después sentí como me limpiaba también, termino y me acosté, se acostó a mi lado y me pregunto que si me había gustado, le conteste que si pero que me había dolido, dijo que era normal por ser la primera vez, esa fue la primera experiencia bisexual que tuve con un hombre, ya después no sé qué paso que me comenzó a evitar y dejamos de vernos.
Pero ya había empezado algo que cambio mi vida.
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