Mi primer amor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chico_y_perro.
Soy un hombre, hoy con 40 años, de lo mas normal, ni feo ni guapo, alto, serio y con un punto de atractivo. He tenido cierto éxito con mujeres, después de esta historia también con chicos y chicas trans.
Yo tenía 21 años y ella 28 cuando nos conocimos, es alta, morena, super simpatica y muy muy inteligente. Quedamos y nos tiramos cerca de 10 horas hablando hablando hablando, esto en mis relaciones tampoco es que sea algo excepcional, lo increíble es la tensión sexual tan intensa que se ha creado casi desde el principio de la conversación y que sin embargo se mantiene en un segundo plano sin interferir en la conversación, haciéndola mas interesante si cabe. Es el primer día y al despedirnos nos besamos, yo se que ella es transexual y como pardillo que soy me imagino su paquete contra el mio.
A partir de ese día quedamos casi a diario y el sexo nos desborda casi desde que entro por la puerta. Durante varias semanas nunca la veo sin la braguita, ella me acaricia, me lame, me besa, me chupa, me vuelve loco. Yo a ella de cintura para arriba lo que quiera y lo hago, de cintura para abajo solo en el momento de la penetración, a cuatro patas y siempre de manera que no pueda tocar ni alcanzar su sexo.
Por un lado me sentía un poco aliviado puesto que nunca he tenido en mi mano una polla que no sea la mia y nunca se la había chupado a nadie. Por otro lado cuanto mas a gusto estaba con ella, cuanto mas follábamos, cuanto mas nos queríamos mas decidido estaba en darla placer sin excepciones, ya en ese momento la amaba y cuando digo amarla es por completo sin dejar fuera nada de ella.
Una noche en el momento que estábamos mas cachondos la pedí que se quitara la braguita, que quería verla entera. Ese fue el momento en el que mas cerca estuvimos de tener nuestra primera discusión pero me miró a los ojos y vio lo que sentía por ella, se la quitó con un poco de vergüenza,se echó encima mio para que no la viera, pero tenía una sonrisa enorme y se reía. Tocarla, masturbarla fue sencillo, aunque creo que algunos hombres no hubieran llevado de buen grado que su chica la tuviera mas grande que ellos, el verdadero reto fue cuando decidí que quería darla el placer con la boca, a puntito estuvo la cosa de acabar en una discusión, pero al final claudicó.
Primer reto metérmela en la boca, ya está en la boca, de momento no me siento muy excitado, nervioso si pero no excitado. Cierto que ella esta siguiendo el tratamiento hormonal y eso hace que de primeras no consiga que se le ponga ni un poco dura, eso no ayuda ni lo mas mínimo porque no sabes si lo estas haciendo bien o no, pero he tomado una decisión y quiero que ella disfrute, después de un rato voy cogiéndole el punto y la cosa se va poniendo muy muy caliente y por fin consigo que llegue al orgasmo. Se retuerce, grita, me agarra la cabeza, me encanta. Tiempo después descubrimos que uno de los efectos secundarios del tratamiento es que aunque reduce la intensidad de los orgasmos permite tener varios seguidos.
Todos estos detalles los cuento para que os podáis hacer una idea de nuestra relación, sin tabues, sin partes vergonzosas, sin complejos, por mi parte naturalmente ella no es que tuviera un complejo es que la faltaba un pequeño detalle para sentirse completa. Es evidente que hablo de la operación que la convertiría en una mujer por fin. Yo en un principio no sabia que hacer, no podía apoyarla en su actual condición porque a ella la faltaba algo, tampoco quería apollarla en lo que respecta a la operación porque me dan miedo los quirófanos y todo lo que tenga que ver con ellos pero esa era su meta, su objetivo y su necesidad vital. Hice lo mas natural, con ella pase lo que pase.
El día llegó y fueron las 7 horas mas largas de mi vida, cuando la vi aparecer con tantos tubos, con su carita desencajada y blanca como la sabana que la tapaba me dio un vuelco el corazón, por un momento se me vino el mundo encima porque estaba seguro que algo había salido mal, que a mi vida la habían dejado mal que…. y allí estaba el doctor sonriendo y diciendome que todo había salido a pedir de boca, que era una de sus mejores operaciones.
Por desgracia su recuperación no fue ni rápida, ni tranquila, tuvo la pobre un montón de problemas que durante casi un año no la dejaron vivir. Pero llegó el día, queríamos hacer el amor y por fin íbamos a hacerlo, estaba tan nervioso que no se me levantaba 😉 que lastima por dios, por fin después de un buen rato conseguimos que la cosa se pusiera en marcha y fuimos a ello.
Pero es muy muy difícil hacerlo cuando hay miedo y dolor, sobre todo si lo quieres dar es amor y placer. Lo hicimos pero quedó un regusto amargo, yo me había corrido pero ella no había sentido mas que dolor y sensaciones difusas. No te preocupes que esto es por ser la primera vez, ya verás como poco a poco dolerá menos y volverá la sensibilidad. Bueno no acerté ni en la mitad de mis predicciones, tenia zonas con hiper sensibilidad lo que hace que no le resulte agradable el contacto y otras en cambio siguen dormidas.
Aun así seguimos teniendo relaciones con relativa frecuencia, por lo menos hasta que me di cuenta de como habían cambiado las cosas, algo que nos había unido desde que nos acostamos por primera vez era la increíble sensualidad del contacto de nuestra piel, igual daba que fueran las manos, las piernas, las espaldas, en todo momento buscábamos, necesitábamos, ese contacto continuo, con calor con frío, en la calle.
Aunque llevaba tiempo sucediendo no lo había notado conscientemente, ella ya no me buscaba como antes y no es que me rehuyera pero en cuanto llevaba un momento se apartaba. En cuanto al sexo, bueno mas de lo mismo, si nos poníamos a ello era mas como ejecutar un paso complicado de baile que disfrutar mutuamente ¿como puede disfrutar si la hago daño? porque después de tanto tiempo la seguía haciendo daño y seguía sin sentir nada, y no es muy difícil saber que ocurre con una situación en la que todos los estímulos son negativos y que decir de la persona que te los provoca.
Así que las penetraciones, no hay juegos, no hay sensualidad, cada vez se espacian mas y cuando digo se espacian no es por unos días me refiero a meses, la verdad es que estuvimos 1 año sin hacer el amor, lo que hacíamos era un intento, fallido y frustrante, de intentar aparentar una cierta normalidad que no existía. También tengo que decir que saliendo del tema sexual, y por el, la amaba con toda mi alma, no podía ni siquiera pensar en no estar a su lado el resto de mi vida, pero……. …. aquello se acabó, decidió que no quería estar conmigo, me dejó, ¿tuvo la culpa la operación?
Yo se que hay mas chicas transexuales en la encrucijada de la operación, en esta encrucijada hay varios factores que la apoyan o la desaconsejan. El mas importante apoyo a la operación es un imperativo vital, no puedes vivir así, no puedes sentir ni tocar ni siquiera ver tu sexo, bueno no te tengo que contar algo que yo no he vivido mas que de fuera, la operación es la única solución. Pero hay veces que el hecho de tener pareja también parece apoyar la operación, en este caso tengo que pedirte que lo hables muy muy seriamente con tu chico.
Si yo pudiera hoy elegir querría que no se hubiera operado, aunque hubiéramos tenido una vida sexual plena y placentera creo no merece la posibilidad del dolor y el sufrimiento. Si tu pareja te acepta tal cual eres, si ya puedes cambiar tu nombre y sexo en el carné de identidad, si ya podemos adoptar y sobre todo tu puedes vivir con tu cuerpo tal como es no lo hagas, no te hace falta. Lo importante, lo único importante eres tu.
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