Mi primera experiencia sexual
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por marinerosado.
Hace unos años (5 más o menos) se despertó nuevamente mi necesidad de sentirme mujer especial. Hoy día diría que soy una travesti de closet permanente, por ello quiero contarles mi primera experiencia que quizás marco mi preferencia sexual.
Tenía yo 12 años y vivía en una casa en Santo Domingo, tenía en la parte trasera un amplio patio que colindaba con otro patio de la casa de mi amigo. También estábamos en la misma escuela. Todas las tardes yo cruzaba a su patio para jugar pelota u otro juego al aire libre. El tenía 17 años y me llevaba varios cursos.
Una tarde estábamos en su habitación después de haber jugado la tarde en el patio de su casa. eEl me dijo: Oye voy a bañarme espérame unos minutos que salgo rápido. Yo me quede jugando en la habitación mientras él se bañaba.
Salió, yo diría que en unos 5 minutos, llevaba una toalla en su cintura. Se me acerco puso sus manos en mi cabeza y me dijo: estas sudado, porque no te bañas?. Yo respondí, lo que pasa es que no tengo ropa limpia, prefiero ir a mi casa.
Irving, que ha si se llama, me dijo: no, báñate aquí que yo te consigo ropa. Sin pensarlo más procedí a entrar al baño. Cerré la puerta con seguro y procedí a desnudarme y bañarme. Terminado mi baño procedí a abrir las cortinas y allí estaba Irving con la mano extendida y ofreciéndome una toalla limpia. Yo me di tremendo susto pero tome la toalla y empecé a secarme. Vi cuando él recogió mi ropa sucia y se la llevo. Yo me quede solo con una toalla en el baño. El entro nuevamente y me paso ropa. Salió del baño para dejarme cambiar.
Yo busque unos pantaloncillos, y tremenda sorpresa, lo que me había traído era ropa femenina. En lugar de los pantaloncillos había un panty bikini rosada con vuelos tejidos en la parte trasera. Yo me acerque a la puerta y le dije: Irving me trajiste ropa equivocada, esta es de mujer. El me respondió: si lo sé son de mi hermanita pero a ti te van a quedar muy bien. Yo no comprendía del todo lo que pasaba. El entonces añadió: tienes dos alternativas o sales con esa ropa o sales desnudo. Siguió diciendo: ponte esa ropa de una vez por todas que yo quiero verte así. Aquí estamos solos no te preocupes.
Era la primera vez que tenía que hacer esto, para mí era algo insólito, no tenía necesidad de hacer semejante cosa. Pero tampoco tenía otra alternativa. El ya con más carácter, yo sentí que era casi ordenándome digo: oye ponte la ropa o voy a entrar a entrar al baño. Con la ingenuidad de la edad (12 años) decidí ponerme la ropa y salir. Primero me coloque los pantys, de una tela jersey de color rosado un poco transparente, luego me coloque un vestidito que me quedo muy ajustado pues su hermanita es un poco más pequeña que yo. Por ello me quedaba bastante corto. Salí descalzo y vestido de la manera que les describo.
El me vio y expreso su placer por verme, así también muchos elogios de cómo me veía. Sobre todo resalto según él lindo cuerpo que se me veía. Yo le dije que me sentía incómodo porque esto era ropa de mujer. El me dijo: así quiero verte, espectacular. Es que quiero que aprendas a disfrutar sentirte mujer. Yo ni me imaginaba de qué hablaba.
Pero pronto comencé a entender lo que el quería. El me pidió que me le acercara, él estaba sentado en la orilla de su cama solo con la toalla. Pude ver que tenía su pene erecto debajo de la toalla. Me acerque y me sentó a su lado. Me dijo: lo que vas a hacer hoy te convertirá en una persona activamente sexual pero debes llevarte de mí en todo lo que te pida. Yo tenía mucho miedo pues no me imaginaba que quería hacer.
Tomo mi mano y la puso debajo de su toalla que se la había soltado aunque su pene seguía cubierto por ella. la deslizo y llegamos a su pene. Me dijo: agárralo. Yo dude, estaba extremadamente asustado. El me agarro la mano y con la suya por encima comenzó a realizar movimientos de arriba hacia abajo. Estaba iniciando una masturbación. Así dure unos 10 min siempre con su mano encima de la mía. Lo que quería era terminar ese episodio.
Luego se quitó la toalla del todo y pude ver como mi mano agarraba y masajeaba su pene erecto. Estaba sumamente duro, yo nunca había tocado algo así ni siquiera mi propio pene. Entonces él me dijo: besamela. a lo que me negué rotundamente. Pero más pudo su persuasión diciéndome que eso era normal que los valores jugaran así. Al final le di un pequeño beso en su glande y retire mi boca. Sentí la textura de esa parte, su sabor salado y su peculiar olor. Todo esto era nuevo para mí.
Entonces insistió y me dijo: chúpala. Me agarro mi cabeza y llevo mi boca a su pene y acerco presionando mis labios a su punta. Me dijo: chupa, abre la boca para que te entre y la lamas. Así lo hice pues no había otra alternativa. Fue mi primera vez de tener una relación sexual con alguien. Chupe por un periodo largo durante el tiempo que el quiso. Lo introdujo entero en mi boca, me hacía chuparle sus bolas y volvía a introducirme su pene. Me hacía lamerlo entero de arriba abajo.
Luego me dijo: quiero hacerte mujer. Y yo ingenuamente pregunte: como así? El aprovecho como si fuera a instruirme. Ponte aquí en mis piernas y de inmediato me halo hacia él. Sentí su pene totalmente erecto en mis nalgas. Él se restregó muchas veces y me dijo: Párate un poco y abájate. Yo sin saber lo que hacía me puse en esa posición. Me bajo los pantis y me dijo: relájate un poco que voy a ponerte una cremita (vaselina) en tu nalguita para suavizarla. Yo no podía negarme pues lo haría de todas formas. Me quede tenso en la posición que me había colocado y sentí sus manos abriendo mis nalguitas y sus dedos buscando en mi rayita el orificio de mi ano. Eso me puso más tenso, pero el continuo hasta que lo encontró y coloco la cremita en los bordes de mi ano. Luego saco su mano y busco más crema y llego sin fallar nuevamente a mi ano. Aquí sentí su presión sobre mi ano, y aun estando tan tenso la fuerza que el aplico logro abrir mi ano y dejo entrar su dedo hasta el final. La crema ayudo mucho para que el dedo entrara. Con el adentro comenzó a moverlo de afuera hacia adentro por un buen rato. Yo estaba tan asustado que no sentía placer alguno. Le pedí que dejara de hacer eso pero no me hizo caso.
Me dijo: chiquita mía relájate que vas a disfrutarlo tarde o temprano. Siguió diciendo: ya estás bien lubricada ahora siéntate en mis piernas. Abre bien las tuyas y ven siéntate. Me coloco sobre su pene y me dijo: bájate deja que te entre. Yo tenía mi vestidito puesto y trataba de bajarme pero me dolía demasiado y no dejaba que me penetraba. El me pregunto: te duele? yo respondí que sí y él me dijo: solo deja que mi cabeza este sobre tu anito y hoy no te voy a penetrar. Yo accedí con tal de que no me penetrara. Me trate de colocar de manera que la cabeza de su pone pudiera tocar mi ano para complacerlo y salir de eso.
El me preguntaba esta en tu anito? yo seguía moviéndome para ponerlo en mi ano. Hasta que le dije: si ahora está en mi ano y le pregunte: ya puedo quitarme?. El sonrió y me dijo: estate quieta déjame disfrutarlo. De repente note como me agarraba por la cintura y cuando me tuvo bien agarrado con un movimiento repentino me halo hacia abajo logrando entrar su pene completamente en mí. Sentí como se me rasgaba el ano y todo el borde de mis intestinos, fue brutal la forma tan rápida de penetrarme. Llore pero no me dejaba quitar de encima de él. Tenía su pene en lo más profundo de mi, sintiendo como latía y como lo movía presionándolo.
Me dijo: así mi amor, ya eres mi muchachita linda, ya eres mi mujer. Luego comenzó a moverme de arriba abajo sin dejarme escapar y así duro unos 15 minutos dándome movimientos rápidos, pausas hasta que se vino dentro de mí. Se quedó abrazado a mí con su respiración exaltada y cuando recobro su aliento me dijo: mi vida esto quiero repetirlo todos los días. Así que prepárate.
Después de un buen rato me permitió pararme y sentí como su pene me salía de mi ano acompañado de parte de su leche que me corría por toda mi rayita. El me tomo de la mano y me halo hacia él, se levantó y me beso con un beso profundo.
Yo me incorpore empecé a quitarme el vestido que tenía puesto. El me ayudo y ya totalmente desnudo el volvió a abrazarme, luego me dio vueltas y me abrazo por la espalda colocando su pene entre mis nalgas.
Tome mi ropa y comencé a ponerme los pantaloncillos, pero él los arrebato de mis manos. Me dijo: de hoy en adelante solo usaras pantys y yo estaré vigilándote para saber que así lo cumplirás sino le cuento todo a tu familia. Esta amenaza me asusto mucho pues creía que después de esto no tendría que volver a hacerlo. Añadió: mañana en el colegio te voy a revisar así trata de llevar pantys o te quedas con estos o tomas de tu hermana. Estaba muy equivocado al pensar que solo sería una vez pero así no fue pues él seguiría exigiendo que yo fuera su novia por más de 2 años.
Por Marinerosado
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