Mi primera vez con una TV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Obviamente para mi trabajo, siempre ando con ropa de vestir, bien arreglado, oliendo a loción, así que a la chica y a su ayudante (un chico) se les hizo agua la boca al verme, modestia aparte.
Debo confesar que aunque ella es de facciones más bien toscas, la verdad tiene un cuerpazo delicioso, de quinceañera, delgadita, piernas largas y bien tormeadas, un trasero maravilloso, etc.
, lo que me puso un poquito nervioso, ya que me gustó mucho, pero como soy muy profesional, me sobrepuse, y además, me divertí un buen rato toreando los intentos de coqueteo de su ayudante.
Cabe mencionar que yo ya en mi adolescencia había tenido sexo con otros chicos, pero durante toda mi etapa adulta, me había dedicado a mi esposa y a alguna amiga especial.
Quedamos en que cada mes iba a pasar por su documetación para ayudarle a preparar sus impuestos, y al despedirnos, inesperadamente me jaló de la mano y me besó la mejilla; era la primera vez que besaba a otro chico, aparte de mi papá y mis hijos, por lo que sentí un escalofrío muy rico.
Estuve pensando bastante en ella, así que sucedió lo inevitable: A un par de días, le llamé para preguntarle si al día siguiente podía invitarla a desayunar, y aceptó gustosa, pero pidió que llevara el desayuno a la estética, no quería ir al restaurante, y eso me hizo sentir un hueco muy rico en el estómago, así que dormí poco, por los nervios.
Bien temprano me desperté, me despedí de beso de mi mujer y dejé a mis hijos en la escuela, y de ahí me pasé a comprar un desayuno de esos estilo americano, a un restaurante de franquicia.
Llegué a la estética pero estaba todo cerrado, así que le mandé un mensaje a mi clienta, y me contestó diciéndome que ya estaba adentro, que empujara la puerta, así que entré al local.
Me quedé con la boca abierta, ya que la chica traía un mini vestido blanco que la hacía lucir preciosa, pegadito al cuerpo, resaltando su hermosa figura.
Otra cosa que me llamó la atención y me provocó mucho morbo, es ver que estaba excitada, su pene erecto se notaba claramente debajo de la delgada tela del vestidito.
La saludé con un respetuoso beso en la mejilla, y ella corrió el seguro de la puerta, lo que me hizo estremecerme de gusto.
Desayunamos platicando de tonterías sin importancia, hasta que al final me contó que había recién terminado una relación de varios años con un chico, porque él se había casado hacía poco tiempo.
Se le escaparon un par de lágrimas y yo con mucho respeto las sequé con una servilleta, ella me acarició la mano y de repente, sin avisarme, me besó en los labios.
Al principio me sorprendí, pero rápidamente le correspondí e introducí mi lengua en su boca suave y jugosa.
Me deshice rápido de mi corbata y camisa, y ella besó y lamió con deleite mi pecho, que es muy velludo, y fue bajando y chupando mi abdómen, hasta que sentí que sus dedos jugaban con el cierre del pantalón.
Me bajó de un tirón el bóxer, y mis 20 cms.
de carne saltaron frente a sus hermosos labios, y ella sin dudarlo se los introdujo completos en su garganta tibia y apretada.
Me estuvo mamando el pito deliciosamente durante varios minutos, hasta que se detuvo un poco, se levantó y se quitó el mini vestidito, quedando vestida únicamente con una tanguita de hilo dental y sus zapatillas.
Se volvió a poner de rodillas y continuó mamándome el pene, hasta que sentí que me iba a hacer estallar de placer, por lo que retiré mi verga delicadamente del interior de su boquita, y la hice ponerse de pie para abrazarla y besarla.
Mientras nos besábamos, acariciaba su delgada cintura y sus enormes nalgas, y sentí su verga caliente y palpitando contra mi entrepierna, así que terminé por quitarme el pantalón y la recosté en el sofá en el que habíamos estado sentado desayunando juntos, le deslicé hacia abajo su tanguita, y admiré su precioso pene, pulcramente depilado, pequeñito, símplemente hermoso, así que comencé a besar y chupar con mucha suavidad su cintura, su ombligo, su cadera, sus testículos, y luego me metí su pene en la boca y comencé a mamar con placer, escuchándola gemir y sintiendo cómo se retorcía y ondulaba su cadera.
Hasta muy pasado un buen rato, solté su miembro y me deslicé enmedio de sus nalgas, para lamer su pequeño culito, y picar un poco con la lengua, con lo que de inmediato se relajó y abrió, así que me deleité mamándole el ojete a mi clienta, mientras ella se retorcía de gusto y se acariciaba la verga.
Después de un rato, ella solita me separó con suavidad y me indicó que me sentara, y así lo hice, mientras sacaba un condón de mi camisa y me lo acomodaba en mi verga.
La preciosa TV sacó de su bolsa un botecito de crema líquida y se lo puso en su ano, y luego con lenta sensualidad me dió la espalda y se ensartó despacito en mi verga, toda, hasta que sentí sus huevos encima de los míos.
Después de unos instantes en que tomó aire, comenzó a subir y bajar sobre mi verga, mientras yo veía fascinado cómo ese magnífico trasero devoraba mi verga completita.
Después de un buen rato de darse sentones, mi clienta arqueó la espalda y se puso a temblar, se quedó quieta finalmente y se recostó en mi pecho, y por encima de su hombro me asomé y ví su verga goteando semen; se había venido muy rico sobre mi verga, así que pasé mi dedo por el fino hilito de leche y la probé; no me supo nada mal y le dí un rico beso, después la tomé de la cintura y la levanté con suavidad, desenganchándola de mi pene, y la acosté boca arriba.
Se veía magnífica, una perfecta diosa desnuda, así que separé sus hermosos muslos, y busqué una vez más su orificio con mi verga, empujando hasta el fondo de sus entrañas, a lo que ella gimió e hizo un gesto de placer y dolor, pero comenzó a ondular la cintura de manera deliciosa; los gemidos de ambos se mezclaban con el húmedo chasquido que producía el roce de mi pito con su ano, y ella estiraba las piernas y las abría en V, mientras yo acariciaba su precioso abdómen de nena de 15 años.
Ella se estiraba su verga hasta que volvió a venirse, en menor volúmen, pero aún así le salió un poco de leche, la cual quedó sobre su depilado y hermoso pubis, eso me excitó tanto que ya no pude aguantar, así que me salí, y me quité el condón, con la intención de venirme sobre su ombligo, pero mi clienta ni tarda ni perezosa se enderezó y se metió mi verga en la boca, por lo que relajé mi pito y comenzó a salirme un río de mecos, los cuales la preciosa TV se tragó sin tardanza.
Después de eso, nos abrazamos un rato, desnudos, besándonos en la boca, hasta que me dijo que ya era hora de abrir la estética, y que no tardaba en llegar su ayudante, y que mejor me vistiera, o iba a tener que cogérmelo a él tambien, porque le había dicho que yo le gustaba mucho.
Me reí, me limpié un poco con una toallita húmeda, y me vestí, al igual que ella se puso su hermoso vestidito blanco.
Nos despedimos de beso y quedamos de vernos el mismo día cada semana (martes).
Desde ese día, todas las semanas nos vemos para tener sexo rico, desde hace ya tres años.
Y aunque en este período de tiempo, tanto ella como yo hemos tenido sexo con otras personas, nuestros encuentros siguen teniendo esa energía y ese toque especial.
Después les platico otras anécdotas que me han sucedido en mi vida sexual, un saludo a todos.
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