Mi primera vez, inicio de una adicción.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre tuve mucha curiosidad sexual. Desde la escuela primaria me gustaba ver lo que había bajo la faldita de las niñas; a los 7 años besé por primera vez a una niña y, no mucho tiempo después, comencé a tocarla y averigüé por mi mismo que tenía bajo las braguitas.
Comencé a ver pornografía a los 9, cuando encontré la "colección" de un tío (todavía recuerdo esos viejos VHS). A los 12 me compraron mi primera computadora. En las noches me la pasaba horas viendo pornografía, la mayoría fotografías, pues en esos tiempos no existían los sites tipo "tube" para subir videos. En una de esas, encontré fotos donde al parecer había dos chicas besándose; pero, que sorpresa!!! Una de esas "chicas" tenía pene. Mi primera reacción fue de curiosidad, así que me las ingenie para encontrar más fotos de "mujeres" con esas características. Hasta ese momento no me habían atraído los hombres, pero la idea de una mujer con pene hacía que me excitara como loco.
Empecé a ver más porno de ese tipo, y a conseguir películas. Así dure unos cuantos años. A los 15 tuve mi primera vez con una mujer (unos cuantos años mayor que yo) y me encantó; pero no podía sacar de mi mente la imagen de aquellas "mujeres". A los 17 años comencé a trabajar como ayudante en las oficinas de un amigo de mi papá. En el camino a casa pasaba por una avenida en la que trabajaban "esa" clase de chicas. Una vez un compañero del trabajo me sorprendió admirando a una de ellas (la que más me gustaba, una chica hermosa, sin duda) y me dijo: "ten cuidado, por que esas traen pistola", lo cual me dio risa, pero a la vez me excitó. Me decidí: a la próxima quincena sería mía. Y así fue.
Todavía recuerdo esa tarde. Fui a cobrar, muy nervioso. Estaba a punto de gastar en un día casi la mitad de mi quincena, lo cual me traería algunos problemas, pero ya nada me importaba; había esperado ese momento por años. La chica era una belleza! Era de tes morena clara, como de 1,70 de estatura, con cabellera negra que le llegaba a la mitad de la espalda, ojos color miel hermosos, unos labios carnosos, apetecibles (ufff y cómo los usaba!!!); su cuello era delicado y femenino, y sus hombros, finos. Tenía unos pechos de un tamaño considerable, aunque no gigantes y una cinturita que cualquier mujer envidiaría, y que contrastaba con sus exuberantes caderas: que culo tenía!!! Mejor que el de cualquier mujer que hubiera conocido. La verga se me ponía como fierro sólo se pensar en que la metería entre esas nalgas. Y sus piernas!! Que piernas se le veían! Como para besarlas y acariciarlas completitas.
En fin, era simplemente perfecta, y no iba a dejar que se me fuera. Así que fui a donde trabajaba. Me pare unos cuantos minutos del otro lado de la calle y la mire como idiota, hasta que me decidí. Me le acerqué y sólo le dije "Hola!". Me contestó con su bellísima voz, femenina pero un poco ronca a la vez: "Hola, mi amor!". Carajo!! La verga se me puso durísima de escuchar eso. Mi reacción fue decirle que era muy bonita, y que tenía un hermoso cuerpo. Me dio las gracias por el cumplido y se me quedó viendo; yo estaba muy nervioso, era la primera vez que contrataba ese tipo de "servicios". Antes de que yo dijera algo, ella me pregunto que si quería "pasar un buen rato"; de inmediato le contesté que sí. Me dijo su precio, asentí, y nos fuimos de inmediato al hotel. Se me hizo una eternidad el camino y, cuando llegamos, de inmediato me saqué la verga, que ya no aguantaba dentro del pantalón.
Comenzamos a besarnos (me cobró un extra por ello, pero valió mucho la pena); juntamos nuestros cuerpos, y entre los roces sentí aquello que no había tenido ninguna otra chica con la que hubiese estado. Estaba como fuera de este mundo, no puedo describir las emociones que me invadían al sentir aquello bajo su faldita. Fue excitante!!! Me quito la camisa, me acostó en la cama y fue bajando, poco a poco, besándome con sus hermosos labios el pecho, el abdomen, y llegando a mi verga, punto en el cual me dio la mejor mamada que me hubieran dado hasta ese entonces (por cierto, que la mamada "a pelo" me costo un extra más, pero que no me arrepiento de haber pagado). Era toda una experta, la forma en la que usaba su lengua, sus labios, era impresionante! En un momento, llegué a ver como se asomaba algo de su faldita, así que ya no aguanté más. La separé y le pedí que se desnudara. Se levantó y se fue desnudando, haciendo que mi ritmo cardíaco aumentara mientras disminuían sus prendas.
Y cuando por fin la vi desnuda, con su cuerpo femenino perfecto y esa bella verga entre las piernas fue alucinante!! Su verga era un poco más morena que el resto de su piel, con una cabeza que se veía riquísima; ya erecta era más grande que la mía (17 cm), tal vez unos 20!! Me arrodille frente a ella dispuesto a regresarle el placer que me había dado momentos antes, así que me lo metí en la boca y comencé a mamarlo como pude. Que delicia besar, lamer chupar, mamar casi completa aquella magnífica verga!! Cuando me dí cuenta aquel espectacular miembro ya estaba en todo su esplendor. Mientras yo seguía disfrutando de su pene, ella me preguntó si quería que me lo metiera, pero yo me negué, pues aquello era demasiado para iniciarme (de igual forma, después probé ser pasivo un par de veces y vi que no era lo mío). Pero lo que si quería era disfrutar y apoderarme de aquel maravilloso culo con el que tanto había fantaseado. Ella se puso en cuatro sobre la cama, y me dejó ver aquellas hermosas nalgas y su bellísimo agujero totalmente depilado y listo para recibirme. Le besé todo, comencé desde sus piernas y fui subiendo, disfrute sus nalgas, las acaricie, la bese, pase mi lengua al rededor de su culito, y por fin llegué a él. Le comencé a meter mis dedos mientras paseaba mi lengua; se sentía tan delicioso, que no pude esperar más para meterle la verga. Me puse el condón, y encamine mi verga hacia su bello culo. Cuando la punta estaba justo en la entrada de su ano, sentía que me iba a morir de la excitación; la metí completa de un solo golpe. Ella soltó un gemido muy rico que aumento mi excitación mucho más. Empecé a bombear frenéticamente, nunca me había sentido tan excitado en mi vida. Se me ocurrió que sería mucho más excitante si veía su verga mientras me la cogía, así que me acosté bocarriba e hice que ella se sentara de frente sobre mí. Empezó a moverse, y era toda una experta!! Y la visión que tenía era riquísima: la veía moverse con maestría, podía ver su bello rostro, sus ojos mirándome mientras la hacía mía; veía sus hermosas tetas, pero, sobre todo, veía su espléndido miembro, que con sus movimientos caía sobre mi abdomen y me estremecía de placer. Le pedí que se masturbara y que eyaculara sobre mi; ella comenzó a frotarse su pene, y yo le ayudaba de vez en cuando, hasta que estalló y dejó caer toda su lechita sobre mí. Al sentir su fluido caliente sobre mi abdomen y mi pecho ya no soporté más y exploté yo también dentro de ella.
Ella dejo caer su cuerpo sobre mí y yo la abracé, como si fuera mi novia. Pero tan sólo unos cuantos segundos después se levantó, tomo su ropa, no sé que cosas de su bolsa y se metió al baño. Cuando salió quise besarla de nuevo, pero ya no se dejó. Le dije que quería estar con ella otra vez, muchas veces más. cada vez que pudiera, que iba a repetir cada quincena, si podía. Ella me miró con una combinación de ternura y perversión, sonrió, se acercó a mi, me besó y dijo: "nos vemos la próxima". Antes de que saliera alcancé a preguntarle su nombre; "Mariana", contestó, y cerro la puerta tras de sí. Me quedé unos segundos recostado, pensando, pensando en ella, sabía que me había encantado, me había hecho adicto a ella. Me levanté y casi por instinto me asomé por la ventana: la vi desvanecerse entre la gente, anhelando volver a hacerla mía….
Lo rico que debe ser sentir la penetración anal después de habérselo mamado a una travesti.