Mi primo Raúl .- 7ma. parte.-
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En el año 1996, yo había culminado el liceo,pero como vivía cerca del colegio, mientras esperaba si concurriría o no a la
universidad, visitaba con relativa asiduidad al Padre Roberto.
– Tenía 17 años, y era toda una mujercita.
Salvo en mi casa
y mis familiares conocían ,mi situación.
– Pero en la calle y a los lugares que concurría, no se notaba que era una nena
encerrada en un engendro masculino.
– De masculino, sólo tenía mi atrofiado pene,que era como máximo de tres dedos
de largo, después , mi rostro ,mi cuerpo totalmente lampiños, mis redondeadas nalgas, mis pechos abultados y mi an-
dar eran de una chica.
– Mi cabello castaño claro, llegaba a la mitad de mi espalda.
– Y mi cuerpo femenino lo tenía gracias
a las hormonas que me había indicado el médico.
– Seguí su tratamiento e indicaciones al pie de la letra,bajo el cuidado
de mamá.
– Recuerdo que una noche cuando había cumplido 15 años,me desperté sobresaltada porque tenía totalmente
mojado el camisolín de dormir.
Asustada busqué a mamá y le dije que viniera a mi dormitorio.
– Cuando me vió, me pregutó que me había pasado.
Contesté que no sabía,al tiempo que me quitaba el camisolín.
– Mis tetas estaban hinchadas, más que lo normal,me dolían horriblemente que no podía ni siquiera rozarlas.
– Mamá me observó, y cuando las fue a palpar, le dije que lo hiciera con cuidado por el dolor.
– Con cariño, las palpó, y al presionarlas suavemente, salía de ellas
cantidad de líquido blanco lechoso.
– Me dolían un horror.
Mamá me dijo que lo que me pasaba se debía a las hormonas,
y siguó presionándolas para tratar de vaciármelas totalmente y así aliviarme la tensión.
– Pasado el rato ,me dormí profun-
damente.
– Yo continuaba yendo a misa y buscaba confesarme con el Padre Roberto.
Cuando ingresaba al confesionario
todo eran besos,manoseos, y elevar la temperatura para cuando llegaramos al encuentro en su dormitorio,todo fuera pasión desenfrenada, y me hiciera sentir una nenita muy satisfecha.
– Ese día, que fue un domingo a la mañana cerca de
las once, que era la última misa de la mañana,quedamos que a la hora de la siesta, iría a su dormitorio.
– No tenía problema alguno,porque diría a mamá que iba a la matineé del cine.
– Comenzaba a las 13.30 y finalizaba a las 19.00 horas lafunción ya que pasaban cuatro películas.
– Ese domingo, almorcé con mis padres y mis hermanos.
Luego dije que iba al
cine.
– En mi dormitorio, luego de ducharme, pasarme crema humectante por todo el cuerpo,me puse un corpiño de encaje de color negro, una tanguita a juego, un jean superajustado, una camisita azul, y zapatillas azules.
– Tomé mi bolso
y coloqué dentro, maquillaje, perfume y preservativos,así como el lubricante íntimo.
– Acomodé mis cabellos, y salí.
– Al pasar por el living, le di un beso a mamá, saludé a mi hermano Enrique que allí estaba, y me retiré,no sin antes observar
como mi padre me miraba en forma despectiva.
– No le hice caso y me fuí.
– Caminé decidida al encuentro con el padre Roberto.
Llegué a los minutos, entré por la puerta del costado de la iglesia, subía la escalera y detenida frente a la puerta
del dormitorio,llamé suavemente golpeando con los nudillos de mi mano derecha.
– Se abrió la puerta y allí estaba mi hombre.
– El Padre Roberto.
– Tomándome de la mano,me hizo pasar.
Cerró la puerta con llavé, me tomó en sus brazos y
me estampó un largo beso.
Nuestras lenguas se buscaron.
Me apretó fuertemente con sus manos , mi redonda cola.
–
Se alejó de mi, y fue a la ventana que estaba abierta y corrió la cortina, oscureciendo el dormitorio.
– Mientras el se qui-
taba su remera,yo sentada sobre la cama me quité las zapatillas.
– También quité la camisita, y el jean, quedando en
corpiño y tanga.
– Desde mi bolso, tomé los preservativos y el lubricante,colocándolos sobre la mesa de luz.
– El padre
Roberto, ya estaba totalmente desnudo, y su pija enhiesta era acariciada por su mano.
– Se acercó a la cama y recostándose a mi lado, mientras nos besábamos,me desprendió el corpiño.
Mis tetitas liberadas de su encierro, se
bambolearon mientras me colocaba de costado frente a el.
– Nos besamos y acariciamos nuestros cuerpos.
– Me dijo
"que suavecita que está tu piel", Mi mano buscó su pija acariciándola suavemente y subiendola y bajándola de su estuche, dejando ver su cabeza grande y brillosa.
– Sus manos acariciaban mis nalgas, dándome unas palmaditas
y su lengua en mi boca,parecía querer arrancármela.
– Se colocó de espaldas sobre la cama, dejándome libre para que comenzara con mi trabajo.
– Me incliné y pasé mi lengua desde la base de su pija hasta arriba de su cabeza.
– La intoduje de a poco en mi boca y lamí como si estuviera saborendo un helado.
– Sentí como palpitaba dentro de mi boca.
– Sus manos acariciaban mis tetitas y las apretaban produciéndome un suave dolor.
– Seguí chupandolo con un
enorme gusto y placer.
– Me tomó de la cara y me arrimó a su boca besándome con pasió extrema.
Sentí que era mi
hombre.
– Sus manos me bajaron la tanguita de mi cintura hacia el doblez de mis rodillas, levantando una pierna la quité y la arrojé al piso.
– Tomó el lubricante y me lo entregó.
– Con el mismo pomo, lo puse en mi cuevita y apretando
un poco, dejé que saliera el lubricante.
Su dedo se introdujo allí girando alrededor.
Yo me sentía como que iba a explotar.
Mi calentura no se aguantaba más.
Introdujo dos dedos y los separó, abriéndome la entrada de mi ano.
–
Me subió de frente a el para que lo cabalgara.
Me senté en la punta de su verga dura como un fierro, y suavemente fui
bajando, introduciéndola de a poco.
Cuando la tuve toda dentro, subí despaciosamente y bajé despacito.
– Sentía eso
caliente dentro mío y comencé a sobarme las tetitas.
Me daba un gran placer.
Las apreté y comenzó a salirme leche.
–
Me miró , las tocó, e incorporándose ,me las chupó con unas ganas tremendas.
– Yo lo cabalgaba subiendo y bajando
por ese mástil.
– Mi "clítoris" se mojaba con un líquido transparente y pegajoso.
– El Padre Roberto ,me dió vuelta y me
colocó en cuatro sobre la cama.
– En esa posición mis tetitas largaban gotas de leche.
– Me tomó de las caderas, y comenzó su entrada y salida de mi ano cada vez con más rapidez.
Yo sentí que iba a tener mi orgasmo anal, y comencé a llorar como una tonta ,pero de felicidad.
– Apuró su ritmo, y comenzó a regar mi interior con una cantidad de
leche supercaliente de hombre bien macho.
– Sentí como quemaban mis entrañas , hasta que me invadió mi orgasmo
anal, que me hizo temblar toda como si hubiera sido electrocutada.
– Nos besamos un momento más,acariciándonos.
–
Mi ano despedía su semen,chorreando el interior de mis piernas al levantarme de la cama.
– Al ir al baño ,y asearme,
sentí que mi "cuevita" estaba superabierta.
– Luego de higienizarme, me vestí, miré la hora , que eran las seis de la
tarde.
– Nos despedimos,quedando en volvernos a ver muy pronto.
Y luego de besarnos , me fui.
– Como era temprano,decidí ir a caminar y fui a una placita cercana, y allí me senté a pasar el tiempo que quedaba , para volver a
casa.
un beso a tod@s, espero les haya gustado.
– Pronto sigo con mi relato.
–
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