MI TÍA LUCIA. MI DESPERTAR COMO MUJER.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
MI TÍA LUCIA.
MI DESPERTAR COMO MUJER.
Cuando cumplí quince años fui a vivir con mi tía Lucia porque quede huérfano.
La familia de mi tía estaba compuesta por Lucia que era separada y mi primo Martín de diecisiete años.
Ellos tenían un buen pasar pues vivían de rentas.
Yo había despertado en mi iniciación sexual a los trece años, teniendo poluciones nocturnas.
No me masturbaba porque mi pene era y es, muy chiquito apenas tres centímetro cuando estaba parado y dos cuando estaba flácido, más que un pene era un clítoris.
Mis tetitas eran gorditas y los pezones los tenia puntiagudos.
Esto con el tiempo me enteraría que era porque tenia mucha producción de estrógeno por eso también mis testículos eran y son pequeños.
Si saberlo era una mujer en potencia.
Era virgen pero me sentía raro pensando en mujeres, cuando veía alguna revista porno me encantaba ver la cara de felicidad de las mujeres y me atraía esos penes enormes.
Yo dormía en el mismo cuarto que mi primo.
Siempre que mi primo se desnudaba yo le miraba su pene, era mucho más grande que el mió, me gustaba mirárselo y sentía que me excitaba y mi pitito se ponía duro.
Y así pasaban los meses yo mirándoselo hasta que la noche anterior a que mi primo se fuera al campo por un mes, Martín se dio cuenta y me dijo:
– ¿Te gusta mirarme la pija?
Yo me puse colorado y le conteste:
– No se.
– Vení me dijo, tócamelo un poquito.
Me acerque con temor y lo tome en mi mano.
– Dale un besito.
Lo arrime a mi boca y se lo bese.
Su pito se empezó a poner bien duro, seguí besándoselo.
– Ahora abrí la boca y chupado dijo Martín.
Obedecí y esto le gustaba a Martín, que cerraba los ojos y empezó a mover su pelvis.
Me gustaba lo que estaba haciendo, aunque no sabia bien porque.
Su pene se puso muy duro y le empezó a salir juguito (liquido preseminal) me lo trague y me gusto.
Martín me dijo:
– Date vuelta sácate el calzoncillo que te la voy a meter.
Me di vuelta me baje el calzoncillo hasta las rodillas y deje mi culito al aire.
El me empezó a meter su pija en mi culo.
Grite de dolor.
En se momento, por mi grito se abrió la puerta de la pieza, era mi tía Lucia, nos miro y cerro la puerta.
Mi primo muerto de temor se acostó y yo también.
Esa noche casi no pude dormir por la vergüenza que mi tía nos viera haciendo esto.
Al día siguiente Martín se fue temprano al campo, yo me hice el dormido.
Luego de un rato entro mi tía, se sentó en mi cama y me dijo:
– Marcelito, se que estas despierto.
Con mucha vergüenza me senté en la cama.
– Marcelito, quiero ser tu amiga y quiero charlar con vos.
– Si tía, dije con temor.
– ¿Qué paso anoche? Te pido que me digas toda la verdad porque me voy a dar cuenta si no lo haces.
– Bueno tía, anoche Martín, se dio cuenta que yo le miraba el pito cuando se estaba cambiando, me dijo si me gustaba mirárselo, yo le dije que no sabia, me dijo que se lo tocara y lo hice, después me pidió que le diera a su pito unos besos y se lo bese, después me pidió que abriera la boca y me lo metiera se lo chupara, luego me dijo que me diera vuelta para meterme su pito en mi culito, yo grite por el dolor y entraste vos.
– Y tu pito se puso duro.
– Si tía no lo pude evitar.
– ¿Te gustan los hombres?
– No se, tía
– ¿Te haces la paja?
– No puedo, tengo el pito muy pequeño y no me lo puedo agarra bien.
– ¿Pero te sale leche?
– Algunas noches dormido.
A la mañana tengo el calzoncillo todo mojado.
– Poluciones nocturnas.
Dijo mi tía.
– Bueno vamos a probar si te gustan los hombres, te pido que no tengas vergüenza y confíes en mí.
– Bueno, dije.
Se levanto y se fue de la pieza, al ratito volvió con un pote de vaselina y un guante.
– Marcelito levántate y sácate el calzoncillo.
– Tía, me da vergüenza.
– Confía en mí y no tengas vergüenza.
Me pare y me saque el calzoncillo y quede desnudo.
Al ver mi pitito mi tía dijo:
– Ahora entiendo, tenes tetitas y pija chiquita.
– Si tía, dije.
– Date vuelta.
Obedecí y mi tía se puso el guante y me unto con vaselina mi culito y también su dedo medio.
Yo no sabia que iba a pasar.
Me metió el dedo despacio, me dolía un poquito pero me gustaba, cerré los ojos y empecé jadear y a mover mi culito instintivamente para atrás y adelante.
– Se nota que te gusta.
Mientras ella con la otra mano, me acariciaba los pezones, se me dieron vuelta los ojos del placer.
– Si tía, me gusta mucho, estaba sintiendo los que se llama orgasmos en seco.
Mi pija se puso dura y sin tocarla empecé a lanzar semen.
– Te gusta mucho, acabaste y tu pija sigue dura.
– Si tía.
Seguí, que me gusta.
Ella metía y sacaba el dedo hasta que acabe dos veces más.
Cuando acabe la tercera vez, Lucia me saco el dedo y me limpio con una toalla y limpio donde había caído el semen.
– Bueno Marcelito, sos marica y te gusta coger por el culo.
– Yo te voy a ayudar para que seas una nena bien putita.
¿te gusta la idea?
– Si tía quiero ser nena.
Me gusto mucho eso que hiciste
– Además tenes un lindo culito y con esas tetitas vas a ser feliz a muchos hombres.
Y vos vas a ser muy feliz cuando te llenen con leche.
– Pero si me quieren meter el pito en el culito me va a doler como anoche, dije.
– No te preocupes mi amor eso tiene solución y yo te voy a ayudar para que puedas coger sin dolores.
Me encanto que mi tía me hablara de esa forma y dijera cosas como: paja, culo, pija, leche, coger.
En ese momento fue un quiebre en mi vida y me di cuenta que realmente me gustaban los hombres y que quería ser mujer.
Bueno vestite que vamos a desayunar y luego vamos a ir de compras.
Mientras desayunamos le pregunte que me había hecho.
– Marcelito, te hice un masaje de próstata.
– ¿Y que es eso?
– La próstata es una glándula que tienen los hombres que hace que la leche salga de tus huevitos y salga por tu pito.
– Por eso vos, para poder eyacular necesitas algo duro que te penetre el culito.
– Es la primera vez que me sale la leche cuando yo quiero.
– ¿Y como voy a hacer para que me vuelva a pasar? Porque yo con mis deditos no voy a poder hacer lo que vos hiciste.
– No te preocupes Marcelito yo te voy a ayudar.
Desayunamos y fuimos de compras, primero entramos en una lencería, Lucia compro unas bombachitas, un camisón rosa con florcitas, unos corpiñitos chiquitos para nenas y algunas tanguitas.
Luego fuimos a una casa de ropas para niñas, compro un par de polleritas minifalda, blusas, remeras, medias bucaneras, y pantaloncitos muy entallados.
Luego fuimos a una zapatería y compro unas sandalias con taquito y zapatillas para nenas.
Todo era hermoso.
Cuando salimos me dijo:
– ¿Te gusta? Todo esto es par vos.
– Si me encanta.
Gracias tía.
Luego fuimos a un sex shop.
Yo me quede afuera porque no podía entrar.
Salio y fuimos a una farmacia donde compro un enema y vaselina.
Cuando volvimos a la casa, mi tía guardo todo y me dijo:
– Bueno Marcelito, a partir de hoy, mientras estés acá, te vas a vestir como nena.
Como estamos de vacaciones y no tenes que ir al colegio podes estar vestida todo el día.
– Bueno tía.
– Otra cosa, todo lo que pase entre nosotras tiene que ser un secreto.
– Si tía.
– No me digas tía decime Lucia.
– Bueno Lucia.
– Además te compre un juguete que te va a hacer muy feliz.
– ¿Qué es Lucia?
Abrió una caja y adentro había un palito con distintos anchos.
Medía veinte centímetros de largo, la parte mas fina tenía un centímetro de ancho y el más ancha cuatro, estaba compuesto por cuatro tramos de cinco centímetros cada uno.
– Esto es un consolador.
Te lo vas a meter en el culito con vaselina y te va a hacer gozar como esta mañana, cuando puedas metértelo todo, quiere decir que tu culito va a estar lo suficiente dilatado como para que te penetre un hombre y no te duela como anoche
– ¿Queres probarlo?
– Si Lucia.
– Bueno pero primero tenes que lavarte el culito por dentro, siempre que te metas algo en tu culo o un hombre te vaya a meter su pija, tenes que lavártelo antes.
– ¿Como hago?
– Vení, desnúdate vamos al baño.
Obedecí, y ella volvió con el enema, lo lleno de agua tibia y me dijo:
– Date vuelta y agáchate.
Me metió el enema en mi culito, y lo descargo todo.
– Aguanta lo más que pueda.
Hasta que no puede más y me senté en el inodoro descargue todo.
– Bueno, dijo Lucia, esto lo vas a repetir hasta que el agua que salga de tu culito este limpia.
– Bueno Lucia.
Ahora hacelo solo mientras te preparo la ropita que te vas a poner.
Lo hice una vez más y el agua salio limpia.
Desnudo fui a la pieza y sobre la cama estaba el camisoncito, un corpiño rosa y una bombachita haciendo juego.
Lucia me dijo:
– Te dejo el consolador, la vaselina y una toalla para te limpies.
– Ahora te dejo solo para que te hagas feliz.
– Después vestite con la ropita que te deje en la cama.
– Gracias Lucia, dije.
Se fue y excitado tome el consolador y lo llene de vaselina también me metí vaselina en mi augerito y empecé a meterme el consolador.
Me dolía un poquito pero al rato lo empecé a sacar y poner solo el tramo de un centímetro.
Acabe tres veces.
Limpie todo con la toalla y también mi culito.
Me puse el corpiñito, camisoncito que apenas me llegaba a las nalgas, la bombachita y salí de la pieza.
– Y Marcelita ¿Te gusto? ¿Hasta donde te lo metiste?
Note que me llamo Marcelita y me gusto.
– Si Lucia, me lo metí y me gusto mucho, pero solo pude meterme la primera parte.
– No importa, ya te lo vas a meter todo.
Ese día me pareció alucinante, yo vestida como nena y masturbándome por el culo.
A la noche, cenamos y charlamos.
– ¿Te gustaba algún compañerito del colegio?
– No.
– Bueno hasta que termines el colegio, no quiero que tengas nada con ningún compañero.
– Si Lucia.
– Más adelante te voy a enseñar a maquillarte y a depilarte.
Terminamos de cenar limpiamos todo y nos fuimos a dormir.
Lucia, me dio un beso y me dijo:
– Se que esta noche te vas a meter el consolador, ponte mucha vaselina y después limpia todo.
– Si Lucy, pero primero me voy a lavar el culito.
– Muy bien estas aprendiendo.
Me hice el enema, y me fui a la cama.
Me penetre varias veces en la noche, y no se cuantas veces acabe.
Cansada me dormí.
Al día siguiente, Lucia me despertó con un desayuno en la cama.
– Arriba dormilona, desayuna y báñate que te preparo la ropita para hoy.
Así lo hice y cuando salí del baño sobre la cama estaba una pollerita mini, una blusa y las sandalias.
Me vestí y fui a la pieza de mi tía para mostrarle lo hermosa que estaba, entre y ella estaba desnuda.
– Perdón dije.
– No te preocupes Marcelita, somos mujeres.
Ella noto que le miraba las tetas.
– Te gustan mis tetas.
– Si, quisiera tener un día unas tetitas como las tuyas.
– Sos muy putita.
Me gusto que me dijera eso, sonreí y asentí con la cabeza.
Se vistió y me dijo:
Vení que te voy a mostrar algo.
Fuimos a la computadora de Martín que estaba en nuestra pieza.
La prendió y busco videos de transexuales.
Me sentó y dijo, mira acá vas a aprender todo lo que tenes que saber.
Obedecí y lo que veía me voló la cabeza.
– Chau te dejo solita.
Cerró la puerta y se fue.
Me éxito mucho ver eso.
Me saque la bombachita y me metí el consolador.
Estaba muy caliente, me olvide de lavarme el culito.
Me lo metí hasta el segundo segmento de dos centímetros de ancho, mi culito se estaba dilatando.
Goce como una yegua en celo.
Acabe varias veces.
A partir de ese día aprendí como chupar una pija, como hacerle una paja a un hombre y todas las poses para que me penetraran.
Pasaban los días y me metía el consolador cada vez mas adentro, viendo videos de transexuales.
Cada vez gozaba más.
Realmente me había convertido en una ninfomana.
Un día en el desayuno le dije a Lucia.
– Lucia, anoche me metí el consolador entero.
– Muy bien Marcelita, ya estas lista para que te la meta un hombre.
– Si Lucia.
– Marcelita, esta noche va a venir un amigo.
Vamos a ir a mi pieza y seguro vamos a tener sexo.
– ¿Es tu novio?
– No, mi amor es un amigo que es casado y de vez en cuando tenemos encuentro solo de sexo.
– Ay Lucia, como me gusta que vos también goces.
– Si queres te voy a dejar la puerta abierta para que nos veas como cojemos.
– Si me encanta la idea.
Así aprendo.
Llego la noche y vino Roberto el amigo de mi tía.
Luego de las presentaciones se fueron a la pieza y yo a la mía, pero antes me limpie el culito porque imaginaba lo que iba a suceder.
Al rato sentí quejidos, despacito fui hasta la puerta, la luz estaba prendida y sobre la cama mi tía estaba en cuatro patas con su macho metiéndosela por la concha.
Me éxito un monto, deseaba estar en el lugar de ella.
Seguí mirando y pude ver la pija de ese macho era enorme.
Se la saco de la conchita y mi tía se arrodillo y comenzó a chupársela y hacerle una paja.
Lucia estaba de frente a la puerta y me vio sonrió y en ese momento Roberto le lleno la boca con leche.
Mi tía se levanto con la boca llena y encaro para la puerta, corrí hasta mi habitación y entro Lucia, me tomo la cara me abrió la boca y descargo todo el semen en mi boca.
– Trágalo.
Lo saboree, me gusto y lo trague.
– Ves mi amor así se le saca la leche a un hombre.
Se fue a su habitación.
Yo no aguantaba más me metí el consolador hasta el fondo y acabe varias veces mientras sentía como mi tía gozaba en su dormitorio.
Al día siguiente volvía Martín.
En el desayuno, le dije a Lucia:
– Esta noche vuelve Martín.
– Si mi amor.
– ¿Qué va a pasar ahora? Dije.
– ¿Te gusta Martín?
– Si.
– ¿Te gustaría que el te haga mujer?
– Si.
– No te preocupes Marcelita yo voy a hablar con el.
– Bueno, gracias Lucia.
Unas horas antes que volviera Martín del campo Lucia, me preparo para mi gran noche, me ayudo maquillándome, peinándome y me depilo el cuerpo, no era de tener mucho bello pero ella los elimino todos, sobre todo en mi zona genital y mi culito.
Luego me puso crema que me dejo la piel como porcelana.
Me hice un enema y deje mi culito bien limpito.
Así desnuda Lucia me dijo:
– Esconde tu pijita y huevitos entre tus piernas y mírate al espejo.
Obedecí y lo que veía en el espejo no era yo era el cuerpo de una nena que esta empezando a ser mujer.
– ¿Te gusta lo que ves? Dijo Lucia.
– Si tía me encanta.
Me mire de costado y me gustaba ver la forma de mi culito bien redondeado.
Me vestí con las medias bucaneras rosas y me puse un baby doll rosa que me regalo Lucia y una tanguita rosa, era toda una nenita.
Para finalizar Lucia me maquillo, me pego unas uñas postizas y las pinto de rojo, me puso pestañas postizas, me puso una peluca rubia, me perfumo y me puso biyouterie.
Me mire al espejo y no me reconocí.
Realmente estaba hecha una nena, como las que veía en las películas porno de transexuales.
– Estas hermosa mi amor y que linda carita de putita.
Vas a ver que hermoso es chupar una pija con los labios pintados.
– Te doy algunos consejos para calentar bien a un hombre decile frases como:
– Vení papito que te saco toda la leche.
– Que hermosa pija que tenes.
– Te voy a chupar la pija hasta vaciarte los huevos.
– Que hermosos huevos que tenes.
Déjame que te los chupe.
– Méteme la pija en el culo y partirme en dos.
– Lléname el culo con leche.
– Y cosas así que sean bien sucias.
Y no te olvides de caminar como una nena.
– Gracias Lucia, lo voy a hacer.
– Ahora anda a la habitación y espera a Martín.
Obedecí y en mi pieza empecé a moverme como una mujer.
Me mire al espejo de costado y me encanto ver mi culito como resaltaba para atrás por el efecto de los tacos.
Por fin llego Martín y mi tía charlo con el sobre como le había ido en el campo.
Martín le contó y para finalizar le dijo que se iba a la cama.
Lucia, lo paro y le dijo:
– Martín se lo que paso la noche antes que te fueras al campo, se que queres hacerle el amor a Marcelito.
– Yo… Mama no, pero…
– Martín no te estoy retando, es mas Marcelito me dijo que le gustas y que esta dispuesto a satisfacerte.
– No entiendo dijo Martín.
– Marcelito, no es Marcelito es Marcelita y le gustan los hombre.
Yo hable con ella y le enseñe a ser una nena.
– Pero…
– Anda Martín sácate las ganas que Marcelita te espera en la habitación.
Solo una cosa más no podes decirle a nadie de esto.
Si alguien lo supiera tendríamos problemas porque es menor y a vos por hacerle el amor a un hombre te tildarían de gay.
– Bueno, dijo Martín, y encaro para la habitación.
Entro y abrió los ojos, no podía creer lo que veía.
– Marcelo ¿sos vos?
– Si le dije y llámame Marcela.
– ¿Te gusto? Dije.
– Si, que pinta de puta que tenes.
– Si, mi amor y para vos voy a ser bien puta.
Se desnudo y tenia la pija a media asta, estaba de pie.
Me arrodille y tome su pija entre mis manos y me la metí en la boca, empecé a chupar mientras con una mano le hacia una suave paja y con la otra le acariciaba los huevos.
Martín cerró los ojos empezó a jadear y gozaba moviendo su pelvis para atrás y adelante.
Tenia razón Lucia me encantaba chuparle la pija con los labios pintados.
Luego le chupe los huevos.
Cuando se le puso bien dura me dijo:
– Vamos a la cama.
Se acostó boca arriba, me arrodille al borde de la cama y seguí chupándole ese hermoso nabo.
La pija de Martín media unos diez y ocho centímetros y tendría tres de ancho.
O sea que no me costaría nada metérmela en el culo que ya me había comido un consolador de veinte por cuatro centímetros.
Me saque la pija de la boca y le dije:
– ¿Queres llenarme la boquita de leche?
– Si, putita trágate toda la leche.
Seguí chupando y haciéndole la paja cada vez más rápido.
Por fin no aguanto mas y lanzo un chorro de leche que me salpico toda la cara, pase mi lengua por mi rostro arrastrando todo su semen hasta mi boca y luego me ayude con los dedos.
Le seguí chupando y le deje la pija bien lustrosa.
Martín gemía de placer.
Lo deje descansar un rato y me acosté al lado de el.
– Que puta que sos pero ¿Que paso? ¿Qué te dijo mi mama?
– Ella me enseño como ser mujer.
Y como preparar mi culito para recibir una buena cogida.
– Y ¿Cómo?
– Me compro un consolador para dilatar mi augerito y que no me doliera como la otra noche.
– Quiero verlo dijo Martín.
– Abrí el cajón de la mesa de luz y lo saque.
– ¿Te metiste todo esto?
– Si, además me enseño como vestirme, como moverme y como limpiarme mi culito para ser penetrada.
La charla lo éxito y note que su pija se le ponía dura.
Mi pija estaba que explotaba debajo de la tanguita.
Deseaba ser penetrada por el pene de Martín.
Se la chupe un poco más hasta que Martín me dijo:
– Vení putita que te la voy a meter toda.
Recordé las frases de Lucia.
– Si papito métemela toda y lléname de leche.
Me pare y me saque la tanguita y el baby doll, quede con las medias y los zapatitos.
Me puse vaselina en el augerito y le puse también en la pija de Martín.
– Vení mi amor métemela hasta el fondo.
Le dije.
Martín se paro y se puso detrás de mi, yo me agache un poquito abrí mis piernas y mis nalgas para que viera bien el augerito y me la metiera.
Me metió su glande y luego todo el tronco hasta el fondo.
No me dolió nada.
Y empezó el bombeo, yo lo ayudaba moviendo mi culo para atrás y adelante.
Cuando el empujaba para adentro yo empujaba para atrás así me entraba bien hasta el fondo.
Con mi mano derecha entre mis piernas le acariciaba los huevitos.
Mis ojos se me daban vuelta del placer.
– Que puta que sos me dijo.
– Si papito y que hermosa pija que tenes, como me haces gozar.
– Lléname el culo de leche.
– Si, Marcelita te voy a llenar.
A los pocos minutos de bombearme, tuve mi primer orgasmo anal con un hombre.
Mi pija seguía dura.
– Acabaste me dijo.
– Si mi amor.
Pero seguí que voy a acabar de nuevo.
Con su mano derecha me pellizcaba el pezón izquierdo y con su mano izquierda me acariciaba la pija.
Que placer.
Empezó a moverse más rápido y grito:
– Me acabo.
– Si mi amor acábame que yo también voy a acabar.
Sentí como me llenaba de leche tibia por dentro y lance un chorro de semen yo también.
Me encanto sentir como su pija latía adentro mió lanzando hasta la última gota de leche.
Su mano estaba llena con mi semen, así que se la tome y me la puse en la boca y se la limpie con mi lengua.
– No puedo creer lo puta que sos.
– Y puedo ser más mi amor.
Me la saco y se dejo caer sobre la cama.
Yo con una toalla le limpie el nabo y luego mi culito.
Sentía como me chorreaba la leche entre mis piernas.
Limpie el piso y mi cuerpo.
Y me acosté a su lado.
Nos besamos en la boca, mi primer beso de lengua dado por un macho, el anterior fue el de Lucia cuando me lleno la boca con la leche de Roberto.
Charlamos un rato de como me metía el consolador en el culo y sobre los videos de transexuales que había visto.
Mientras hablábamos yo jugaba con su pija.
Al rato empezó a ponerse caliente de nuevo le chupe de nuevo su pija.
Como estaba boca arriba, me subí a la cama abrí mis piernas y me puse de cuclillas de frente a su cara sobre su pija.
Me la metí toda.
Como mi culo estaba lubricado por la vaselina y la leche de la cogida anterior no me costo metérmelo.
– Quédate quietito mi amor que te voy a hacer una pajita con mi culito.
– Si mamita sácame toda la leche de nuevo.
Empecé a subir y bajar sobre su cuerpo y sentía como su pija me llegaba hasta el fondo.
Lance otro chorro de leche.
– Que manera de acabar tenes Marcelita.
– Es que tu pija me vuelve loca.
Me incline hasta su cara y nos besamos en la boca.
Luego el empezó a chuparme las tetitas, esto me hizo ver las estrellas de placer, una pija en el culo y una boca chupándome las tetas que hermoso.
Seguí bobeando hasta que lo hice acabar de nuevo.
Fue hermoso.
Se le achico y me la saque del culo, limpie de nuevo todo y fui al baño para lavarme bien el culito.
Cuando termine, fui a la habitación de Lucia que estaba viendo televisión.
– ¿Cómo te fue Marcelita?
– Bien Lucia, lo hice acabar tres veces uno me lo dio por la boca.
– Bien Marcelita, ya sos una mujer.
– Si tía algún día quisiera ser como vos.
– Gracias mi amor.
Ahora anda a dormir que debes estar muerta.
– Si Lucia.
Hasta mañana.
Martín estaba dormido y lo deje dormir.
Me acosté en mi cama desnuda como estaba y me quede dormida.
A la madrugada sentí una boca que me besaba, era Martín que me dijo:
– Estoy caliente de nuevo.
– Vení mi amor que te saco la calentura.
Yo estaba acostada boca arriba, abrí mis piernas y me puse vaselina en el culito.
El con su pija en su mano me la metió en mi culito, mis piernas estaban sobre sus hombros.
Me bombeaba como un loco, que feliz que me hacia.
Me lleno el culo con su leche y yo me acabe sobre mi pancita, se desplomo y nos ensuciamos con mi semen.
Se quedo dormido y yo al lado de el antes de dormirme me gusto estar sucia con mi semen y sentir que mi culito estaba lleno del la leche de Martín.
A la mañana Martín se fue temprano al club.
Yo dormí hasta tarde.
Desnuda me fui al baño y me bañe, note que Lucia no estaba en la casa.
Cuando Lucia volvió yo estaba vestida con un shorcito cortito que me marcaba bien el culito, un corpiño blanco, una remera con florcitas y zapatillas de nena.
– Hola mi amor, ¿Cómo amaneciste?
– Bien Lucia, muy contenta.
– Anoche Martín a la madrugada me volvió a coger.
– Que suerte mi amor.
Ese día paso como otros, almorzamos y luego a la hora de la siesta me fui a mi pieza.
Me tuve que masturbar con el consolador recordando la noche anterior.
A las ocho llego Martín del club, se baño y cenamos, yo seguía vestida como a la mañana, cuando en un momento que Lucia no escuchaba me dijo que estaba muy linda.
Luego se fue a la pieza y me invito a que lo acompañara.
– Lucia, ¿No te molesta que no te ayude a lavar los platos? Dije.
– No mi amor, anda con Martincito y que disfruten mucho.
Lucia sabia que Martín me iba a coger de nuevo.
Antes de entrar a la pieza, fui al baño y me limpie bien el culito.
Sabía lo que venia.
Entre a la pieza y Martín me tomo del brazo me dio vuelta y empezó a besarme en la boca, el cuello yo cerré mis ojos y me deje llevar.
Luego me saco la remera el corpiño y me chupo las tetas.
Que placer.
– Sácate la bombachita que te la quiero meter.
Me dijo.
– Si papito.
Me saque el pantaloncito y la bombachita, dejado mi culito al aire.
El me dio vuelta y se agacho y empezó a chuparme el culo, lo que se llama “beso negro”.
Que hermoso placer, me metía la lengua dentro del augerito y la movía.
Se me dieron vuelta los ojos y gocé un montón.
Cuando no pude aguantar mas le dije:
– Cojeme por favor no aguanto más.
Se paro y me unte mi culito con vaselina y le puse a su pija también.
Me la metió toda de una, estábamos parados y me levanto la pierna derecha para que por el espejo que estaba en el ropero pudiera ver como enterraba toda su pija.
– Mira como te la meto.
– Si mi amor que bien que me coges, me haces gozar como una yegua.
Me acabe dos veces antes que el me acabara.
Sentí que me había llenado con más leche que la noche anterior, es que era el primer polvo de la noche.
Esa noche, me pidió que le mostrara como me metía el consolador.
Me puse vaselina y también al consolador, me acosté en la cama boca arriba y empecé a masturbarme analmente.
El me miraba y se hacia una paja.
– Vení papito que te la chupo.
Se subió a la cama y como un perrito me metió la pija en la boca, yo se la chupaba y el bombeaba para arriba y para abajo.
Que placer cuando me acabo en la boca, yo también acabe.
Me imaginaba que estaba con dos machos uno me cogía por el culo y el otro por la boca.
Al rato, me cojio de nuevo, esta vez fue acostada boca abajo con una almohada debajo de mi pancita para que mi culito quedara bien paradito.
Volví a gozar y el también.
Después de un rato volvió a cogerme yo acostada boca arriba con las piernas bien levantadas y abiertas, me penetro hasta el fondo y acabe dos veces más.
Y así pasaron los días, pero sabia que lo bueno dura poco a fin de mes el se iba a otra ciudad a casa de su padre para estudiar en la facultad.
Hasta el último día me la metió varias veces todas las noches.
Pero lo que mas me gusto fue que la ultima noche, Martín me propuso hacer una sesenta y nueve.
El se puso abajo y yo me puse arriba, mientras yo le chupaba su jugosa pija el me masturbaba por el culo con mi consolador.
Acabamos casi juntos el se trago toda mi leche y yo la de el.
Cuando Martín se fue me deprimí un montón.
Lucia lo noto.
– Extrañas a Martincito.
– Si Lucia.
Me hacia muy feliz.
– Bueno mi amor yo te voy a ayudar para que te sientas bien.
Entonces a partir de ese día aprendí como maquillarme, como peinarme, como depilarme aunque para depilarme el culito y mi pijita necesitaban de Lucia que me ayudaba.
También empecé a salir vestida de nena a la calle.
Lucia para que no se notara mi pene me enseño como metérmelo para atrás junto con mis huevitos y pegarlos con cintas hipoalergénicas, dejando solo un augerito en la parte de mi entrepierna para que hiciera pis sentada como toda mujer.
Me encantaba ocultar mi sexo porque las bombachitas y las tanguitas no se marcaban nada y realmente parecía una nena.
Yo seguía viendo videos pornos y descubrí una pagina que se llama SHEMALE SISSY, que me enseñaba como ser una nena bien sumisa y como hacer feliz a un hombre con mi culito, mi boca o mis manos.
Seguía masturbándome con mi consolador, hasta que un día Lucia me regalo uno nuevo, Era macizo y tenia la forma de un pene humano, con sus venas y huevitos al fondo, además tenia una sopapa en la parte inferior para que yo lo pudiera pegar, por ejemplo en lo azulejos del baño, media veintiún centímetros por cinco de ancho.
Era más largo y más grueso que mi consolador habitual, pero de a poco me lo pude meter todo.
También me regalo una pezonera esas que usan las madres para sacarse la leche de las tetas para amantar a su hijo.
Me hacia muy feliz poniéndomela en las tetitas me gustaba ver como mis pezones salían para afuera, lo usaba mientras me metía el consolador en el culo y me masturbaba analmente.
Me imaginaba que un macho me cogía por el culo y otro me chupaba las tetas.
Lucia seguía cogiendo con Roberto mientras yo los miraba desde la puerta.
Me alucinaba ver su pija, sus huevos y la cantidad de leche que le salía.
Era realmente un burro, su pija media treinta centímetros de largo por cinco de ancho.
Deseaba esa pija.
Un día me anime y le dije a Lucia:
– Tía, me encanta la pija de Roberto.
– Si, te gusta.
– Me encantaría probársela.
– ¿Queres que le pida que te la meta por el culito?
– Si además me gustaría chupársela.
– ¿Te gustaría estar sola con el?
– No, quisiera que vos también estuvieras.
Como vi en un vídeo porno de un transexual, un hombre y una mujer.
Y entre la mujer y el travestí le sacaban toda la leche al hombre.
– Me gusta la idea, se lo voy a proponer.
Espero que a el también le guste.
Pasaron dos días y Lucia me dijo:
– Roberto aceptó, le gusta mucho la idea de cojerse a una nena de tu tipo.
El sábado vamos a ir los tres a un hotel alojamiento.
– Bárbaro dije, pero ¿Que es un hotel alojamiento?
– Es un hotel por horas, donde las parejas van a coger.
Hay espejos y sillones anatómicos para lograr poses exóticas para coger.
– Que hermoso Lucia, me voy a poder ver en los espejos mientras hacemos el amor.
– Si mi amor, te va a gustar mucho.
– Tía ¿A vos te gusta la idea de estar los tres?
– Si mi vida, ya estuve en varias fiestas de sexo, pero nunca con un travestido.
– Ay tía como te envidio.
– Ya te va a llegar a vos también, Marcelita.
Y llego el sábado.
A la tarde nos empezamos a producir.
Lucia se depilo la concha y ella me ayudo para depilarme a mí.
Me puso la peluca rubia que me hacia ver mayor, me maquillo, me pinto las uñas de las manos y los pies y me regalo unas medias con ligero negro que me hacia ver muy puta.
Me puse unos zapatos con diez centímetros de taco que me levantaban bien el culito, junto con una pollerita mini que apenas me cubría mis nalgas y me puse una blusa negra muy ceñida.
Me encantaba mirarme al espejo y verme tan puta.
Lucia se vistió con unas medias con ligero, una tanguita negra y un vestido negro muy ajustado al cuerpo sin corpiño.
Estaba hermosa y muy sexi.
A las diez de la noche llego Roberto y subimos a su auto.
Durante el viaje charlamos y Roberto me pregunto:
– ¿Te gustan las pijas?
– Si mucho.
– ¿Y ya te hicieron debutar?
Lucia intervino
– Si Roberto, ya la cogieron y la cogieron bien cogida.
Pero ella quiere probar una buena pija bien grande.
– Bueno, dijo Roberto, hoy se va a comer un buen nabo.
– Yo sonreí y le agradecí que me permitiera estar en esta fiestita.
Llegamos al hotel.
Lucia me pidió que me escondiera detrás del asiento hasta que entráramos al hotel.
La habitación era muy amplia con una cama enorme, espejos por todos lados y una silla tipo camilla como la que usan los ginecólogos, con estribos para posar los pies.
Entramos y Roberto se dirigió a una puerta que estaba en el fondo con una pequeña ventanita donde pago la habitación.
Lucia prendió la televisión y en la pantalla se podía ver una película porno, donde a una chica de no mas de diez y ocho años la penetraban tres negros uno por la concha otro por el culo y el tercero se la metía en la boca.
Me gusto ver esas enormes pijas y como la estaban cojiendo.
La orgía empezó con mi tía que comenzó a tocarme y acariciarme todo el cuerpo y me besaba en la boca metiéndome bien adentro su lengua.
Roberto se desnudo y masajeaba su pija mientras nos miraba.
Lucia me saco la blusa, dejando mis tetitas al aire y empezó a chupármelas, yo me deje llevar y también le saque vestido y le chupe sus tetas.
Que hermoso placer.
Luego lucia me saco la pollerita y metió su mano dentro de mi tanguita y me acariciaba el pene, instintivamente hice lo mismo y le empecé a meter mis dedos en su concha que estaba muy mojada.
Me bajo la tanguita y me chupo la pija.
Yo cerraba mis ojos y disfrutaba.
Se paro y me dijo:
– Vení mi amor vamos a hacer feliz a este macho.
– Si, Lucia quiero chuparle la pija.
Nos arrodillamos frente a el y empezamos a chupar, mientras una le chupaba la pija la otra le pasaba la lengua por los huevos.
Roberto gozaba y cerraba los ojos y movía su pelvis.
Luego Lucia viendo que Roberto estaba por acabar dijo:
– Roberto ¿Queres metérsela a mi princesa?
– Si, dijo Roberto.
– Vení mi amor, subite a la cama y agarrate del respaldo.
Me pare y salte a la cama y me puse en cuatro patas.
Me encantaba verme en los espejos con mis medias y zapatitos y la carita de puta que tenia.
Lucia saco la vaselina de su cartera y me unto bien el culito.
Roberto estaba detrás mió y también le puso vaselina en ese tremendo nabo.
– Ahora Marcelita abrite bien las nalgas para que Roberto te la meta.
– Si, Lucia.
Dije.
Y me abrí bien los cachetes del culo.
Lucia tomo la pija de Roberto y la dirigió hacia mi augerito.
Sentí como me entraba el glande y gemí de dolor y Lucia lo noto.
– Aguanta un poquito, mi amor ya vas a ver como te va a gustar, dijo Lucia.
– Si tía, pero la tiene muy grande.
Roberto sonrió y siguió empujando y me enterró toda la pija en mi culo.
Tenía los treinta centímetros dentro mió.
Que placer.
Se quedo quieto y espero que yo me relajara.
Mi tía mientras tanto me besaba el cuerpo y mis pezones.
Y empezó el mete, saca de Roberto
Yo empecé a gozar y se me daban vuelta los ojos.
Movía mi culo de atrás para adelante gozando.
– Que putita hermosa que sos, dijo Roberto.
– Viste le gusta mucho la pija, dijo Lucia.
– Ay Lucia como me gusta la pija de este macho.
– Cambia de posición.
Me dijo Lucia.
Roberto me la saco y me acosté boca arriba con mi cabeza sobre la almohada.
Mi tía se puso sobre mi cabeza, me levanto mis piernas en dirección a mi cara dejándome el culito bien expuesto.
Roberto volvió a metérmela, pero esta vez me la metió toda sin parar.
Ya mi culo estaba dilatado y no ofreció resistencia.
Mientras Roberto me bombeaba, Lucia me hacia una buena chupada de pija y acomodo su conchita sobre mi boca.
Le metí la lengua y me trague todos su juguitos.
Tuve mi primer orgasmo prostático de la noche y mi tía se trago toda mi leche.
– Mira que puta que es, que acabo y su pijita sigue dura, dijo Lucia a Roberto.
– Si es muy puta.
Me gustaba que me dijera puta.
Alcance mi segundo orgasmo y mi tía también con mi lengua.
– Que bien que chupas la concha, me dijo Lucia.
Roberto por fin descargo toda su leche dentro mió.
– Ay, Lucia como acabo este macho, siento que me hizo un enema de leche.
Sonrieron los dos y yo seguía gozando sintiendo los espasmos de su pija dentro de mi culo lanzando hasta la última gota de semen.
Me la saco y fui al baño chorreando leche que caía entre mis piernas, me senté en el vide y me lave el culito, que lo tenia totalmente dilatado.
Me quede un rato refrescándome y volví a la habitación.
Lucia lo había calentado de nuevo a Roberto.
El estaba sentado en el borde de la cama y mi tía sentada sobre el, con la pija de Roberto totalmente metida en su culo.
Lucia subía y bajaba con los ojos cerrado, gozando, me acerque y quise devolverle a ella el buen rato que me había hecho pasar.
Me arrodille frente a su vagina y comencé a chupársela y con mis mano se la frotaba.
– Ay Marcelita, seguí que me acabo.
Seguí lamiéndosela y tuvo un orgasmo estrepitoso que años después me enteraría que es una eyaculación femenina.
Ella me hizo la “LLUVIA DORADA” o sea, me orino todo el cuerpo.
Me encanto recibir todo su pis y me trague lo que pude, luego le limpie la concha con mi lengua.
– ¡Que bien me la chupaste¡ sos una hija de puta chupando conchas.
Nunca me acabe así.
Roberto en ese momento, cuando yo le estaba limpiando la concha a Lucia, le lleno el culo con su leche.
Lucia gozo un rato y se paro abrió sus nalgas dejando su augerito expuesto entonces le hice el “BESO NEGRO” o sea le chupe el culito.
Ella me dijo:
– Abrí bien boquita mi amor.
Ella hizo un poco de fuerza y de su culo empezó a caer el semen de Roberto, directo a mi boca.
Cuando termino me pare y la bese en la boca para que compartiera con migo el tan rico jugo.
Cansado los tres nos fuimos a bañar.
En la ducha lo volvimos a calentar a Roberto, queríamos mas leche.
Lucia y yo nos arrodillamos y empezamos a acariciarnos, luego Lucia me metió dos dedos en mi culo y lo le metí mi mano en su concha.
Nos masturbamos mientras le chupábamos la pija a Roberto hasta que nos acabo en la cara.
Compartimos la leche besándonos y pasándonos las lenguas por donde nos había caído el semen.
Nosotras acabamos también yo con los dos dedos de Lucia en mi culito y ella con mi mano metida en su concha.
Nos vestimos y salimos del hotel porque el turno se había terminado.
Roberto nos dejo en casa y nos despedimos con unos hermosos besos de lengua y prometiéndonos que repetiríamos la orgía.
Fui a mi pieza y me puse el camisoncito que apenas me llagaba a las nalgas y me cambie la bombachita.
Lucia me dijo:
– Queres dormir con migo.
– Si, Lucia, me encantaría.
Y fuimos a la cama matrimonial de Lucia y dormimos abrazadas.
Desde ese día dejamos de ser amigas, para convertirnos en amantes.
Todas las noches teníamos sexo.
Usábamos los consoladores, nuestras lenguas y nuestras manos.
También lo invitábamos a Roberto a nuestras fiestitas.
Un día Roberto trajo un amigo y pude realizar mi sueño de una pija en el culo y otra en la boca mientras Lucia me chupaba todo el cuerpo y alentaba a los dos machos para que me llenaran de leche.
Lucia esa noche también gozo, Roberto se acostó boca arriba y ella se subió sobre el y se inserto su pija en su concha, yo le lubrique bien el culo a mi tía y la pija del amigo de Roberto y se la dirigí hacia el culito de Lucia que la penetro enseguida.
Mientras los dos machos la bombeaban yo le chupaba las tetas a Lucia que no paraba de alcanzar orgasmos y tuvo una última acabada cuando le llenaron la conchita y el culo con leche.
Cuando Martín volvía a casa me hacia unas hermosas cogidas.
Empezó el colegio, el último año del secundario, comencé una doble vida, de día era un chico normal pero cuando llegaba a casa me convertía en Marcela.
Lucia me llevo a un medico amigo para que me convirtiera en mujer.
Me receto hormonas femeninas.
A los pocos meses empecé a notar cambios en mi cuerpo.
Mis tetas y pezones estaban mas hinchados y tenia mucha sensibilidad en mis pechos, mis caderas se habían ampliado (haciendo mi culito mas sabroso), el bello del cuerpo se hacia cada vez menos y mas fino.
Cuando termine el colegio me libere de la carga de tener que ser varón.
Cuando cumplí los diez y ocho años, pude cambiar mi nombre y sexo en mi documento y en honor a mi mentora elegí LUCIANA.
Lucia me regalo un par de implantes de silicona para mis tetas que me coloco el medico amigo de ella.
Me quedaron unas tetitas hermosas.
Hoy con Lucia somos amantes y compartimos cuanto macho cae en nuestras manos.
Lucia sigue teniendo orgasmos en que se orina y yo sigo gozando con su lluvia dorada.
Pusimos una boutique de ropa interior femenina y somos muy felices.
luciana.
acabadora@gmail.
com
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