Mis tardes juguetonas como niña..
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Rocio-Sabeen.
Hola.. Actual mente me llamo Rocio, y tengo unos flamantes 22 añitos.
Me gustaría contarles de mis inicios en la transformación de Roció, cuando tenia unos 9 añitos era muy gordito y tenia unas nalgas bien redondas y grandecitas, unos pechitos que eran imposible disimular y una voz muy suave; tanto como mi piel que siempre fue un tono algo pálido.
Cerca de la casa donde yo vivía, estaba la casa un amiguito de mi misma edad con el que iba a la escuela. Agustín, también era algo gordito como yo, con una piel blanquísima, recuerdo que jugábamos mucho en su casa, me encantaba esa casa con espacios abiertos y rinconcitos donde podíamos jugar sin que nadie nos viera. Vivía con su madre una mujer que aparentaba ser mas joven de lo que en realidad era y su hermana que a pesar de ser cuatro años mayor que él jamás desarrolló busto pero si una infartante cola que por donde pasaba hacia voltear a mas de uno. Recuerdo que al principio cuando iba a jugar a su casa, no se animaba hasta que tarde de verano, que por cierto hace mucho pero mucho calor, acabábamos de entrar del jardín y su madre nos había preparado la merienda, unas galletitas y un refrescante vaso de chocolatada. Estábamos transpirados de tanto correr y la madre nos pidió que nos quitáramos la camiseta, le obedecimos y nos sentamos en la mesa. Con Agustín jugábamos con los pies bajo la mesa hasta que su madre apareció de golpe y le recordó a Agustín que ella se iba a lo su abuela, que nos dejaría solos y volvería cerca de las 20:00.
Ella terminaba de cerrar con llave la puerta de la calle cuando me acerque lo mas que pude para cojer la ultima galleta, y vi a mi a Agustín mirarme el pecho, me fije por si me había manchado pero no tenia nada, entonces me dijo…
– Tienes tetas..!!!
– No.., mentira…
– Si, mira acércate al borde de la mesa..
Lo hice y efectivamente, tenía unas pequeñas tetitas con los pezones rosados, él se acerco y me preguntó…
– ¿te las puedo tocar?
– Si.. – le dije, y comenzó a tocarlas y eso me gusto tanto que sentí como mi pequeño pene se despertaba.
– ¿Te gusta que te las toque?
Entonces se decidió y me pidió que lo siguiera hasta la habitación de su hermana, cuando entramos me dijo que se moría de ganas de jugar con migo pero no se animaba, yo no sabia lo que tenia planeado, y dijo..
-¿jugamos a que somos dos chicas y nos besos y nos tocamos las tetas? Y asentí con la cabeza porque toda esa actividad me despertó la adrenalina y si bien estaba temblando de los nervios me gustaba la idea. Busco y busco en unos de los cajones del ropero de su hermana hasta que saco dos sujetadores y me dio uno rosado con una puntilla blanca sobre las tazas. El se pudo poner el suyo con mucha facilidad y descubrí que no era la primera vez que el usaba sujetador. Se acerco a mí y comenzó a besarme en los labios, luego se puso a ver mis pechos hinchados por el sujetador me y dijo lo contento que estaba de poder jugar con alguien mas. Se acomodo el sujetador mientras decía que el ahora era Verónica y que le llamare así cada vez que jugáramos, luego dijo.. Desde hoy cuando juguemos te vas ha llamas Roció. En cuanto se referid a mi como una chica me sentí diferente, y comenzó a besarme por el cuello y siguió bajando hasta mis pechos, me quito el sujetador y vio como mis pezones estaban rígidos, duros y esperando que los chupara con toda su devoción, mientras me chupaba una teta, con una mano me masturbaba el pene y con la otra acariciaba mi otra teta, mientras yo también lo masturbaba y acariciaba su cabeza. El no paraba de decirme -puta-, -que tetas que tienes mi putita-.. Y juntos eyaculamos hasta sentir la leche caliente brotar del pene sobre neutras manitos.
Desde entonces cada oportunidad que teníamos para jugar como niñas la aprovechamos al máximo, espero que les haya gustado, quizás con tiempo os cuente de otra tarde con él…
Esta historia es 100% real, solo que el no se llamaba Agustín.
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