Noche de verano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fui de viaje a una ciudad de las cercanías de mi pueblo, una escapada de unos días de fiesta, donde tenía algunos negocios que atender y allí conocí a dos chicas que me llamaron poderosamente la atención por su exuberancia y desparpajo en su manera de ver la vida.
Se dedicaban a la compañía de cargos durante la estancia en la ciudad.
Me impactirón ambas.
Eran muy bellas y con un cuerpo excelente.
Un culo duro, cintura estrecha, una cara bonita y unas tetas generosas.
una rubia y la otra morena, dos preciosidades.
Tras ocuparme de mis negocios me fui al hotel, me di una ducha y salí para cenar y "cazar" pero no quería tener carabinas así que salí solo.
tenía en mente los cuerpos de las chicas de aquella mañana.
Entre en una calle donde había ambiente, un ambiente distinto, no sabía donde estaba, me había despistado pensando en las chicas, era una calle de copas, bueno pues a ello.
tras tomarme unas birras estuve charlando con diferentes gentes del lugar, pero ninguna me llenaba, así la noche fue desgranado las horas y ya con pocas opciones de caza iba a salir del último local cuando para mi sorpresa entro la pareja de la mañana un me había puesto tras la pista de caza.
Nos saludamos, me dijeron que la noche se había vuelto aburrida y entre birra y birra empezaron a soltarse y yo estaba un poco perjudicado por no haber ingerido nada sólido desde la mañana, así que mi caza fue su caza.
Me dijeron que la espuela en su casa, pues vivían cerca.
y así fue.
Mientras íbamos hacia allí nos besamos y nuestras manos recorrieron los recovecos de nuestros cuerpos, me pareció que "toque" mi polla en ellas, pero no podía jugarlo.
llegamos a su guarida amueblada con gusto, donde había en medio del salón un caballito de madera que desentona a con el resto de la habitación.
Empezamos a magrearnos sin previo aviso, primero con la rubia que resultó tener una polla larga, pero no gruesa, tampoco me importó llegados a este punto, me daba morro, y luego con la morena que era moreno.
Tenían polla.
Quería que tuviesen polla y no me importaba.
Quería experimentar una vez más.
Estaba abierto a todo.
nos besamos, me desnudaron y luego entre juegos se desnudaron, me pusieron sus pollas ante mi boca y mame primero una y luego la otra, me comieron el orto y me lamieron las tetilla pellizcandome mis huesos y masturbandome sin llegar al climax.
entre juegos me llevaron al caballo de madera del medio del salón y me ataron a el.
Mi culo estaba a disposición del que quería follarme y no esperaron mucho, una polla por mi boca y la otra por mi culo, creí que me ahogaba, pues aquella larga polla me entraba hasta mi esófago, en la primera embestida creí que me iba a ahogar, pero después todo fue mejor.
La polla que me quería penetrar el culo se tomó su tiempo, restregandola contra mis huevones y mi polla que estaba dura y palpitante.
Quería que me embistiese con furia, pero fue lenta, parsimoniosa, larga pero no dura, me penetro pero yo quería sentir más carne, que apenas no pudiese caber en mi ano.
no pude correrme, lo intentaron de una manera y de otra,me marcaron con sus grandes tetas en mi cara, pero yo quería una polla más gorda, mucho más gorda.
Pensé en mis días de juventud cuando me metía los pepinos y calabacines más gordos que compraba en el supermercado por el culo en las interminables tardes de placer solitario antes de salir a "cazar".
Ellas querían que me corriese, pero no podían, y mi respuesta allí atado fue:
-Es que no tenéis nada más que meterme? Es todo lo que tenéis?
Una de ellas cogió su celular e hizo una llamada.
Fue una conversación corta:
-Ven ahora!!!
Volvieron a mi, me magrearon y besaron con frenesí, me volvieron a follar y me aceptaron todo mi culo y mi polla y mis huevones.
No podía ver quien había entrado en el salón, pero una ráfaga de aire me puso en alerta, ellas se dieron un largo beso y empezaron a magrearse y a tocarle sus pollas, mientras yo sentía una mano que me tocábamos huevones y mi polla.
Sus caricias eran suaves, pero poco a poco fueron aumentando en furia, vi una botella de plástico que ponía " aceite de almendras" que unas manos grandes cogieron y me embadurnaron el culo y sobre todo mi ano.
Mis amigas estaban follando una a la otra, las miraba como se montaban.
no veía nada más.
sin previo aviso sentí como un terrible trozo de carne palpitante quería entrar en mi, era inmenso, no había espacio para tanta herramienta.
su polla era descomunal, mi polla empezó a palpitar, eso era lo que quería,desde siempre.
Empujaba y se paraba, Empujaba de nuevo y vertía un poco de aceite entre su gran polla y mi ano, volvía a detenerse pero cada vez menos, me estaba poniendo a cien.
mi corazón me salía por la boca, y por allí me metieron una polla para que la limpiará y luego la otra mientras en mi culo se abría paso esa monstruosidad de polla.
Ya casi estaba la cabezota dentro, solo faltaba el último empujón, paro y sin previo aviso embistió hasta que me empalo, mi ano estaba palpitante, pero con ganas de sentir más, hubo un momento de impas.
–Follame, follame.
Era mi voz, estaba loco de frenesí, quería que me reventara, mi cabeza estaba fuera de si, loco de frenesí, borracho de placer y quería más, más, masssss.
No hubo que insistir, empezó a embestir primero despacio, pero luego como un caballo que folla sin ataduras, sentía que mi ano se acomoda a en cada embestida, que era lo que siempre había soñado y esperado.
una superpoblación que me llenaba todo, mi ano y mis entrañas, que gusto sentía, que placer.
no hizo falta que me mataran, ni me masturbandome, me estaba corriendo como una adolescente en su primer polvo de verdad.
estaba borracho de placer, quería más, más y mas.
Mi semental seguía bombeando,embistiendo, sus manos me tocaban mis huesos y mi polla, tras mi corrida.
se detuvo un momento,saco su enorme polla y empezó a meterme la de golpe.
una y otra y otra vez.
creí que me moría de gusto.
Me corrí de gusto en la tercera embestida y no me acuerdo de más porque perdí el sentido.
desperté en aquel salón totalmente desnudo y con mis ropas alrededor junto a unas señorit@semanas que me dijeron que me había dormido cuando empezaron a ponerse las cosas interesantes.
pero para mi sorpresa allí estaba el caballito de madera con aceite de almendras en sus cuartos traseros y muchas corridas en el suelo, por no decir que la botella de plástico de "aceite de almendras" estaba vacío y mi ano tenía una bolsa de hielo sujeto con un tanga bastante especial.
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