Pantimedias minifalda y tacones 4, policía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Recibí una llamada que me avisaba que me quedaría solo durante el resto de la noche, noticia que me erizó la piel puesto que una vez más tendría tiempo para satisfacer mi calentura, aunque sólo fuera por unas horas, a partir de la hora de salida del trabajo sería libre para vestirme con mi lencería y mi ropita sexy y transformarme en toda una mujerzuela.
Use la llamada como pretexto para poder salir temprano del trabajo y tener más tiempo para mi, incluso para comprar whisky, condones y lubricante.
Hecha la escala en la tienda me apresuré con ansias a llegar a la casa.
Entre desesperado y me prepare un whisky tomándolo de un sorbo para calmar mis nervios.
Afortunadamente tenía mis piernas y mis pompis recién depiladas, y solo me di un baño y me dispuse a vestirme.
Un poco más tranquilo, me prepare otro whisky mientras elegía lo que me iba a poner, quería estar super sensual, y tomé una tanga negra de hilo, brassier negro con encaje, bodystockings de red circular, medias a los muslos con encaje, mis zapatillas de tacón altísimo, y como toque final, una minifalda negra transparente que apenas me cubría el trasero, aunque se transparentaba el contorno de mis hermosas nalgas, realmente quedé hermosa, me miré en el espejo y mi verga se puso durísima al verme toda sexy, baje las escaleras y me puse a caminar por toda la casa, me serví otro whisky y me senté en la sala muy sensual a beber ya juguetear con mi pene de silicon, lo sujeté a una silla frente al sofá, le puse un condón con sabor a mango y así sentadita me agaché a metermelo a la boca y hacerle unas chupaditas, a mamarlo hasta llenarlo completamente de mi saliva y dejarlo bien lubricado, ya estaba super ansiosa, me levanté, di un sorbo de whisky, tomé el lubricante y me puse un poco en la entradita de mi colita, me apoye en el respaldo de la silla y puse una pierna a cada lado, sin necesidad de subirme la minifalda, me fui sentando poco a poco buscando la punta de la verga de silicón que me esperaba toda escurrida de saliva, cuando hice coincidir el glande con mi ano, respire profundamente, y de un sentón, violentamente me la metí toda, sentí un dolor que sentía que me rompía el culo, pero así me quedé unos segundos, tome más whisky, respire de nuevo y comencé a cogerme de arriba a abajo, como cabalgando, metiendo y sacando ese silicón que me ha hecho sentir mujer tantas veces, me miraba de reojo en el espejo cómo me penetraba y me excitaba aún más, verme toda vestida con encaje, medias y tacones, y ensartada por atrás, amo tanto verme así.
Cuando ya estaba bien cachonda y prendida, me dispuse a dar el siguiente paso: salir a la calle.
Me acomodé la tanga y la minifalda, me ajuste las medias y agarre las llaves del auto, como siempre tomé precaución de que no hubiera nadie en la calle y me subí al carro.
Esta vez no iría hacia al fraccionamiento donde me cogió el muchacho que trabajaba ahí de velador, buscaría otro lugar sobre esa misma carretera, me detuve en un puente que cruza la carretera junto a una bodega abandonada, había un poste de luz que iluminaba ligeramente, y a esa hora de la noche el tráfico era casi inexistente, abrí la puerta del auto, bajé mis piernas y salí, di unos pasos hacia la orilla de la carretera y me detuve ahí, del otro lado en sentido contrario al mío venían unas luces de un camión grande, quería que alguien me viera y me quedé parada ahí hasta que el camión pasara, y así fue, el camión paso frente a mi tocando la bocina, el tipo me había visto y eso me lleno de excitación, mi verga estaba escurriendo, camine de regreso al auto y justo al abrir la puerta para meterme, unas luces apuntaron hacia mí, alcance a subirme y cerrar la puerta cuando el auto pasó junto al mío, pero no era un auto cualquiera, era una de la policía, y se detuvo justo delante de mi.
Yo estaba aterrada, ahora sí estaba metida en un problema, ni siquiera intenté encender el auto y escapar, no había posibilidad.
Se abrió la puerta y bajo un policía que se acercaba con cuidado, tomo su lámpara y la prendió e iluminó mi cara
– Buenas noches, no puedes estacionar aquí
– Buenas, perdón pero es que me perdí y me detuve para ubicar donde estoy
Este pretexto de perderme era útil.
Él no dijo nada, con su lámpara me iluminó el hombro notando el tirante del brassier bajo el bodystocking, que obviamente no ocultaba nada.
Fue bajando la luz recorriendo mi pecho y llego hasta mis piernas, ahí se quedó mirando y pensando unos segundos, me dijo que percibía un olor a alcohol y me pidió que bajara del coche, yo con los nervios a todo lo que dan le dije
– Perdón pero no me puedo bajar así
– Voy a revisar tu estado y ver si estás en condiciones de manejar, si no puedes o no te quieres bajar entonces eres tú quien está en problemas
– Esta bien
Con toda la pena que podía contener, abrí la puerta y me baje, el policía retrocedió y me pidió que fuera un paso adelante.
Con su lámpara alumbraba mi cuerpo de arriba abajo y después me pidió que caminara diez pasos y que regresara, yo estaba temblando de miedo, de vergüenza y de frío, y eso causo que me tambaleara un poco, además de que había piedritas sueltas en el suelo y con las zapatillas puestas era más difícil caminar.
Llegué a donde comencé y esperé a que dijera algo, el seguía alumbrando mis piernas y obviamente mis nalgas que se transparentaban por la minifalda.
Segundos después me dijo
– Tu evaluación indica que no estás en condiciones para manejar, te voy a detener por conducir en estado de ebriedad
Llorando le suplique
– No por favor, no puede llevarme así, puedo quedarme aquí hasta que se me quite el aliento alcohólico, o dígame cómo me puede ayudar pero por favor no me arreste
– Y como quieres que te ayude?
– Tengo algo de dinero en mi carro
Pensó unos segundos y después me dio instrucciones
– Súbete a tu coche y lo vas a estacionar junto a la pared de la bodega, y esperas ahí
Yo me apure a obedecerlo, quería largarme de ahí lo más pronto posible, me estacione donde dijo y me baje, quería quitarme las zapatillas pero no tenía otra cosa que ponerme y como había tierra en el lugar no me quedo otra opción que quedarme así, abrí la puerta y espere sentada.
Él se subió a su patrulla y se estacionó justo detrás de mi carro, después se acercó y me preguntó
– Cuánto dinero tienes?
– Cómo doscientos
Desaprobó con la cabeza y me sugirió
– Mira, con eso no puedo hacer nada por ti.
Cierra la puerta y en lo que yo empiezo el reporte, y mientras piensa como le puedes hacer
En seguida él se recargo en el techo de mi carro, me di cuenta que no tenía ninguna libreta o algo que le sirviera para hacer el reporte, y ahí sospeche que todo tomaría otra dirección.
Baje la ventanilla y como el policía estaba recargado, empujo su parte hacia dentro del carro, todo estaba claro.
En unos segundos todo pasó por mi mente y me recorrió un cosquilleo por toda la espalda hasta mi trasero.
Tímidamente puse mi mano sobre su pantalón tocando su miembro, y empecé a frotar, el policía estaba quieto y en silencio, con mis dos manos fui bajando el cierre para después desabrochar el botón y abrir la parte que cubría su pelvis, en seguida estaba su boxer blanco y de bajo de éste un bulto, tomé el boxer por el resorte y lo fui bajando lentamente hasta desnudar su miembro, ahí estaba, colgando flácido pero grande, aún no estaba erecto y estaba de un tamaño que me dio escalofrío, lo tome suavemente con una mano y comencé a frotarlo, el hombre seguía sin decir nada, y yo continúe masturbándolo pero no se paraba, así que acerque mis labios al glande y plácidamente me lo metí a la boca, chupaba solo su glande jugueteando con mi lengua, había solo silencio, y entonces comencé a mamarselo con más intensidad, apenas cabía en mi boca pues era muy grueso, y seguí haciéndole sexo oral hasta que ya no podía abrir más la boca y meterlo para succionarle su liquido transparente, se le estaba poniendo duro y parado, la verga de ese policía era un monstruo, lo tomaba a dos manos y salía el glande, el cual chupaba muy excitada.
Después de un buen rato mandándole la verga, el policía dio un paso atrás y sorprendida le dije
– Ya?
– No, apenas empiezas
– Pero voy bien?
– Bájate y ya veremos, abre el maletero
Emocionada y temblando de lujuria, abrí la cajuela y me baje, camine hacia él que me esperaba atrás de mi carro
– Entra al maletero
– Que?
– Obedece
Me incliné para meter la cabeza pero en eso, él me detuvo, solo me quería empinada
– Así quédate, parece que no estabas tan perdida y lo que buscas es que alguien te dé, verdad?
No le contesté, recargue mis codos dentro del maletero, dejé mi trasero afuera y separé mis piernas, sentí sus manos tocar mi trasero sobre la minifalda para después me la levantara dejando al descubierto mis nalgas a medio cubrir por el bodystocking y en medio la delgada tira de la tanga que cubría la entrada de mi shosho.
Me acariciaba al tiempo que me daba palmadas en mis nalgas, después se arrodilló y acerco su cara, sentí su boca tocar mi piel y comenzó a besar mis pompis, a pasar su lengua y a morder levemente, yo estaba con el corazón a mil, poco a poco se fue acercando al centro de mi trasero hasta llegar a mi hoyito, me dio pequeñas chupadas sobre la tira de la tanga y luego con sus dedos la hizo a un lado, su lengua la sentí muy tersa en mi culo, la empujaba queriendo metermela y me daba lengüetazos, me embarraba con su saliva y me daba pequeños soplidos, eso me volvía loca, al punto en que le suplique
– Métamela, métame ya su verga
– Eso perra, pídeme que te coja
Al escuchar esa palabra “perra” otra ola de escalofríos y lujuria recorrió todo mi cuerpo
– Si señor, soy su perra y quiero que me meta su enorme verga, cojame!
– Pues vas a tener que mamarmela para que se me pare otra vez, pero antes de que te bajes, te voy a meter esto en tu ano, putita
De la parte de atrás de su pantalón, tomó su macana, la acerco a mi culo y la embarró de saliva que me escurría, y una vez lubricada, me la metió hasta donde me cabía y ahí me la dejó, saco un cordón y me lo amarró al cuello y el otro extremo lo ató a la macana
– Mira perra, me la vas a mamar con la macana en tu culo, y más te vale que se me pare porque si no te voy a clavar la linterna y eso si te va a doler
Más que darme miedo de lo que dijo, lo sentí como un desafío, así que lo empuje hasta que se recargara en el frente de su patrulla, con la macana ensartada, me puse con cuidado de rodillas para no clavarmela de más, le agarre la verga con las dos manos y le empecé a dar unas tremendas mamadas como loca desenfrenada, su pene estaba flácido, no despertaba pero yo seguía chupando, hasta que después de un rato el policía me lo saco de la boca
– Te voy a enseñar cómo me debes mamar la verga, perra estúpida
Me tomo de la cabeza con una mano y con la otra agarró su pene y me lo metió en la boca y luego con las dos manos me tomo de la cabeza y me la empujo hacia él haciendo que me comiera toda su verga, me la metía hasta la garganta y ahí me dejaba para sacudirme la cabeza, yo sentía que me ahogaba y me daban ganas de vomitar, pero él me la sacaba para dejarme respirar, y otra vez me la metía toda y hacía que sus testículos tocaran mi barbilla, ahí me la dejaba y sacudía mi cabeza, hasta que yo ya no podía respirar y me la sacaba, me hacía sacar tanta saliva que escurría sobre mis piernas mojando mis medias.
Después me hizo abrir la boca y con su mano apretó sus testículos formando una bolsa rígida y me los metió en la boca
– Chupa mis huevos putita, ya me vas a parar la verga
Tomé su pene y lo levante para poder meterme sus huevos en la boca y succionarlos como si se los fuera a sacar, el exclamó y su verga se empezó a poner dura como tronco, esa bestia ya no me cabía más en la boca, me quedé quieta y el me levantó del brazo, me desamarro el cordón del cuello y la macana se me salió del culo cayendo al suelo
– Ahora si, te voy a coger como toda una puta
Yo asentí con la cabeza y me puse de pie, regresé al maletero de mi carro y me empine, él se acercó y me tomo por atrás de mi rodilla subiéndola y la recargo en el parachoques del carro, tomo su pene y lo acerco a mi hinchado culo, y fue empujando poco a poco su glande hasta meterlo solo hasta ahí, su enorme punta, sentía mi culo abrirse como si se me fuera a romper, me tomo de las caderas y se empezó a empujar metiéndome el resto de su monstruo, parecía interminable, hasta que se detuvo
– Sientes perra? Ya te la metí toda
– Cojame porfavor!
Me dio una nalgadas y volvió a agarrarme de las caderas y empezó la euforia, metía y sacaba su verga con unas embestidas tremendas y me hacía gemir, casi gritar
– Señor soy su puta, cojame, métame toda su verga
– Callate y aúlla como perra que eso es lo que eres, una perra
Y el seguía embistiendome cada vez más fuerte, sentía sus huevos chocar con mi cola, era tal desenfreno que la pierna en la que me estaba apoyando en el piso se me acalambro, y casi me caigo al suelo.
Él me tomo de los brazos jalandome hacia atrás, me levanto y me empujo hacia su patrulla y me recostó boca abajo, me separó las piernas y abrió mis nalgas para meterme de nuevo su verga y seguir cogiéndome como maldita bestia salvaje, me tomo de las muñecas y me jalaba hacia atrás para tomar fuerza y seguir cogiéndome.
Mis piernas ya no podían más, tanta embestida me estaban agotando, las rodillas se me doblaban y no podía seguir más en esa posición, pero no sabía cómo decirle al tipo que se detuviera, entonces lo empuje fuerte con el trasero hacia atrás, sacándome su verga, y yo aproveché para voltearme y sentarme sobre el capó de la patrulla.
El policía solo asintió y se acercó para recostarme, subió mis piernas tomándome por la parte de atrás de las rodillas y me las abrió, acerco de nuevo su miembro y me lo arremetió de nuevo con fuerza.
Solo me deje llevar por el momento, levanté completamente mis piernas apuntando el tacón de mis zapatillas hacia las estrellas, escuchando el ruido de los insectos acompañado del golpeteo de su cuerpo contra mis nalgas, su respiración agitada y el ruido de los pocos coches que pasaban en la carretera, el entrar y salir de su pene en mi culo, nada mas importaba.
– Señor, donde va a eyacular?
– Dónde quieres que me venga perra?
– Donde usted quiera, solo preguntaba para estar lista
– Me voy a venir en tu boca putita, quieres eso?
– Si señor, lo que usted me diga
Continúo cogiéndome por largo rato, hasta que ya no pudo más y me saco su tronco, inmediatamente me deslice hacia abajo poniéndome a sus pies y ofreciéndole mi boca bien abierta para recibir su semen, se masturbó unos segundos y su primer disparo de semen cayó en mi mejilla debajo de mi ojo, las siguientes eyaculaciones las dejo caer dentro de mi boca, chorro a chorro fue llenando mi boca de espeso y caliente semen, y yo lo recibía con cuidado de no derramarlo.
Cuando termino me dio una orden
– Cierra la boca y tragatelo puta
Le obedecí pero con un poco de asco, era la primera vez que probaba el semen real, pero al fin me lo trague, le mostré que lo había hecho abriendo mi boca y él astutamente me metió otra vez su verga para darle una última mamada y se la limpiara.
Creo que lo excitante no es tragarse el semen, sino el hecho de que alguien se venga en la boca, en fin, lo tenía que probar algún día, y si volviera a suceder que alguien se venga en mi boca, con gusto lo haría, pero no me tragaría el semen…o quien sabe.
Como pude me puse de pie, seguía temblando pero ahora de cansancio, el policía se arreglaba el pantalón mientras me miraba, y yo permanecí ahí esperando que me dijera algo
– Ya me puedo ir señor?
– Te puedes ir, pero no quiero volver a encontrarte.
Se subió a su patrulla, encendió sus luces y se marchó dejándome sola.
Subí a mi coche y me quedé meditando un rato acerca de lo puta que soy, me encanta.
Esa noche corrí con suerte, si el policía que me detuvo no hubiera sido corrupto y degenerado sexual, esta historia hubiera sido muy distinta.
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