Perfecta, capitulo 1, Todo por el Baile

Alejo, un joven con un talento innato para el baile, se ve atrapado en un torbellino de emociones que desafían todo lo que cree saber sobre sí mismo. Cuando una lesión amenaza con destruir los sueños de su equipo en la competencia nacional, una propuesta audaz lo lleva a cruzar líneas.
Cuando tenía quince años, mi vida como Alejo giraba alrededor del grupo de baile de la preparatoria. Éramos un equipo unido, y yo era el chico más delgado, con facciones suaves y un cuerpo ágil que me permitía moverme con gracia.

Ese año, clasificamos para una competencia nacional de salsa, un baile cargado de pasión y tensión, donde cada mirada y cada roce contaban. Practicábamos sin parar, perfeccionando giros sensuales y pasos que exigían una conexión casi erótica con la pareja. Mi pareja de baile era Pao, y entre nosotros había una química especial. Nos coqueteábamos constantemente durante los ensayos, y a veces, cuando la tensión se volvía insostenible, terminábamos en encuentros apasionados, excitados por la proximidad y la sensualidad del baile.

A dos semanas del evento, Mariana, una de las chicas del grupo, se torció el tobillo en un ensayo. El pánico cundió: sin ella, la coreografía se desarmaba y no había chicas para reemplazarlas solo éramos nosotros
En una reunión de emergencia, las chicas me miraron con insistencia. “Tú podrías suplirla, Alejo”, dijo Sofía, la líder. “Eres el más delgado, y tus facciones… son ideales para pasar por mujer” y te sabes a la perfección la coreografía y así nuestro entrenador podría bailar con Pao, Me negué al principio, riéndome nervioso, pero Pao insistió, le daba muchísima ilusión participar y además logro convencerme prometiendo “agradecimientos sexuales” si aceptaba.
Tras días de resistencia, cedí, aunque en secreto, la propuesta despertaba una curiosidad profunda que me inquietaba y excitaba a partes iguales.

Para los ensayos, no me vestía completamente de mujer aún; llevaba pants ajustados de algodón negro una playera de algodón blanca y obligatoriamente unos tacones rojos de aguja para acostumbrarme al equilibrio y al movimiento de cadera.
El suplente hombre, un chico llamado Lucas, se unió a nosotros para practicar. Los ensayos con él fueron un torbellino. En la salsa, nuestros cuerpos se rozaban constantemente: su mano firme en mi espalda baja, mis pasos cargados de feminidad y sensualidad, siguiéndolo en una entrega total. Durante un paso que consistía en que me abrazara por detrás se pego demasiado y con mis pants ajustados y los tacones obligándome a arquear la cadera, sentí una erección en mi trasero. y evidentemente lo note —el bulto era evidente en la tela fina—, lo mire sorprendido pero solo sonrió discretamente, sus ojos brillando con una complicidad que me hizo sonrojar. No dijo nada, pero esa sonrisa quedó grabada, avivando una tensión que crecía con cada práctica. Ahora, era yo quien sentía la excitación, pero en un rol diferente: era la presa, y él, el cazador.

El día de la competencia, Las chicas me llevaron a casa de Sofía para prepararme. Entre y estaba su hermano mirándome con una sonrisa burlona, era evidente que sabia a que había ido.
Primero, me pidieron que me desnudara completamente enfrente de las tres, cosa que me apeno muchísimo, pero Sofia sonrió diciendo -no te preocupes es cosa de chicas y todas rieron, lo único que me convenció fue la carita traviesa y ardiente de Pao que se mordía el labio inferior, así que accedí. Me depilaron completo con una crema que olía muchísimo y posterior me aplicaron una crema y mi piel quedó super suave y sensible. Ahí, mientras estaba desnudo, las chicas observaban mi cuerpo delgado y completamente depilado, comentando lo bien que se vería con el disfraz, lo que me hizo sentir expuesto, un poco avergonzado, pero también curioso. Luego, llegó el momento de vestirme. No tenía planeado usar lencería, pero las chicas insistieron porque el vestido de salsa es super ceñido y se notaría cualquier cosa debajo. “Tienes que ponértela, Alejo, si no, el vestido no va a quedar bien y se va a ver raro”, dijo Sofía. Pao con su risa picara fue clave en esto; ella me ayudó directamente. Primero, el sostén acolchado negro con encaje, que se ajustó a mi pecho, creando curvas. Luego, la tanga a juego, fina y sedosa, que se deslizó por mis caderas haciéndome sentir como una corriente eléctrica.
En ese momento, sentí una erección inmediata por el roce y la situación, y Pao lo notó. Para ayudarme a controlarla y que pudiera seguir vistiéndome, se arrodilló y tomó mi pene en su boca, recorrió mi prepucio y comenzó chupando suave al principio, luego con más ritmo, su lengua girando alrededor de la cabeza mientras succionaba, yo estaba en las nubes, la combinación de lo suave de mi piel con el sentimiento de la lencería me llenaba de una excitación increíble, aumento el ritmo y no paro hasta que me corrí en su boca posterior a eso me beso aun con mi semen en su boca y probé por primera ves ese sabor, no la detuve por lo expuesto que me sentía en ese momento y lo excitado que estaba. . Después, las medias subieron por mis piernas depiladas acentuando aun mas la serie de sentimientos extremos el roce de mi piel depilada con las medias me elevaban a un mundo casi irreconocible de sensualidad y poder, los tacones rojos se calzaron, y el vestido negro de salsa se ciñó a mi cuerpo, con falda ajustada y raja alta. La peluca castaña ondulada y el maquillaje —sombras ahumadas, pestañas postizas y labial rojo— completaron el look.

Cuando me vi en el espejo, fue impactante. Alejo se había desvanecido por completo. Pasaba perfectamente por una chica atractiva, con curvas y facciones delicadas realzadas. Me sentí excitado y confundido por lo bien que me veía, Pao con ojos tiernos me miro orgullosa de que hiciera eso por ella y no nos contuvimos y nos besamos de nuevo pero esta vez algo era diferente mire el espejo y eran dos chicas increíblemente atractiva besándose, un acto lesbico que prendería a cualquiera. Cuando salí de la habitación el hermano de Sofia, que me esperaba con la intención de burlarse, cambio completamente su expresión a sorpresa al verme completamente transformada, yo muy coquetamente le mande un beso a distancia que lo agarro por sorpresa e hizo que las chicas se rieran de el

Cuando llegamos a la competencia la cara de los chicos no fue diferente a la del hermano de Sofia, todos se quedaron embobados y sorprendidos con mi transformación, en especial Lucas a quien no volvió en si hasta que yo me le acerque a sacarlo de ese trance, me dio un beso en la mejilla lo cual fue rarísimo para mi pero lo tome como algo que hizo sin pensar

Ya en el escenario, la tensión sexual con Lucas fue clave para ganar. Nuestras miradas se cruzaban con intensidad, sus manos rozando mi cintura posesivamente. Cada giro y roce era electrizante, yo me desconocía, era una diva en el escenario me sentía plena, Mujer: sentía el encaje de la lencería rozando mis pezones erectos, la tanga abrazando mi erección constante, el vestido ceñido haciendo que cada movimiento acentuara mis curvas. Lucas me guiaba firme, su cuerpo pegado al mío, tocándome la espalda baja y muslos en los pasos, lo que me ponía super excitado. Me sentía seducido, deseado, como si él me estuviera cazando en el baile.

En la ceremonia de premiación nos dieron la noticia que Ganamos el campeonato, yo emocionado abrace por el cuello a lucas cual adolescente enamorada y en la efusividad del abrazo sin querer nuestros labios se tocaron al final, yo me aparte sorprendido, no tanto por el beso si no por mi reacción de abrazarlo a el y no darme cuenta que al otro lado estaba Pao, quien me miraba sorprendida y algo molesta, no se si por el beso accidental o el hecho de que preferí celebrar con lucas que con ella, pero no le tome importancia en el momento, Lucas me apretó la cintura y susurró: “Fuiste perfecta”. Esa frase me golpeó fuerte, resonando en mi mente, el hecho de que se refiriera a mi en femenino me dio un choque electrizante por toda mi espina dorsal e hizo que completara todo este ciclo de feminización que comenzó desde los ensayos, poco a poco me transformaba masen la chica que vi en el espejo horas antes

Esa noche, en la cena de gala, no tenía planeado seguir vestido de chica. Quería cambiarme, pero las chicas insistieron. Sofía dijo: “Si te ven como chico ahora, nos pueden descalificar por fraude”. Las otras agregaron: “Venga, Alejo, solo por esta noche, para celebrar”. Pao, aunque un poco reacia al principio, me animó: “Hazlo, ya lo hiciste una vez, y ganamos gracias a ti”, además recuerda que esta noche te compensare por el favor, lo dijo mientras tocaba su pelo y con esa carita tierna pero cachonda que siempre me hizo derretir.
Contra mi voluntad inicial, accedí, pero en secreto sentía un poco de deseo interno por repetir las sensaciones del baile, sentirme tan deseada tan coqueta tan femenina había nublado tanto mi mente que, sin darme cuenta,. Me puse lencería negra de encaje floral esta vez ya como algo necesario en esta persona en quien me había convertido esta noche —tanga delgada que rozaba sutilmente—, y un vestido gris con mangas cortas y falda fluida corta, unas medias y unos zapatos de tacón bajo de charol.
En la cena, Lucas me coqueteaba sutilmente: me apartaba la silla, rozaba mi mano, tocaba mis piernas con el pretexto de ajustar la servilleta, me abrazaba por la cintura diciendo que era para disimular que éramos pareja del baile. Cada que me hablaba no apartaba su vista de mi, de mis ojos y labios, en ocasiones acariciaba mi mejilla mientras me hablaba y yo coqueta y femenina solo sonreía a sus encantos, me sentía en las nubes con su atención, el corazón latiéndome rápido. Pao, atenta desde el otro lado de la mesa sentada junto al coach me hacia caras extrañada de que estuviera cayendo en el juego de seducción orquestado por Lucas, me llevo al baño de chicas donde me cuestiono las acciones y yo solo le repetía que era para disimular, ella asentía pero su molestia se notaba mientras yo muy femenina retocaba mi labial, estaba convertida en toda una Fémina y no sabría si podría parar.

Luego, Lucas me sacó a bailar unas canciones de salsa donde me volví a convertir en la reina de la pista, cada ves los acercamientos y toques eran mas cercanos, mas calientes mas seductores, hasta que el Dj puso una canción romántica lenta yo obviamente hice por sentarme de nuevo en la mesa pero el me sostuvo de la cintura, no es que no me hubiera podido zafar pero la presión que ejerció no fue física, si no que yo estaba entregada a sus encantos, seducida, dominada, esa noche yo era una hembra, y el, mi macho.
En la pista, bajo las luces tenues, me miró fijamente, sus ojos verdes brillando con una intensidad que me dejó extraviada, como si el mundo se detuviera. No podía apartar la vista, mi pulso se aceleró, y sentí un calor subiendo por mi pecho. Se acercó lentamente, su rostro a centímetros del mío, su aliento cálido rozando mi mejilla maquillada. El aire se sentía espeso, cargado de anticipación. Entonces, se acerco suficiente a mis labios y me besó. Sus labios firmes presionaron los míos que en un esbozo ínfimo de masculinidad opusieron resistencia por un momento, sin embargo sus manos su calor y el aroma a menta y deseo me hicieron dejarme llevar en una explosión de emociones y abrí mi boca con una pasión contenida que se desbordó rápido; su lengua exploró mi boca con suavidad al principio, luego con más urgencia. El beso se alargó, sus manos apretando mi cintura, atrayéndome contra su cuerpo duro. Al inicio, mis manos empujando ligeramente su pecho por la sorpresa, pero pronto me dejé llevar y lo abrace por el cuello, respondiendo con la misma intensidad, mis labios moviéndose contra los suyos, el roce de su barba incipiente contra mi piel maquillada enviando escalofríos por mi espalda. Sentí mi erección crecer bajo la tanga, el vestido fluido rozando mis piernas depiladas, y todo mi cuerpo vibraba con una mezcla de confusión y placer.
Las chicas nos vieron y con el característico grito me echaron carrilla: “¡Mira a Axsy robando besos! Vi la cara de decepción de Pao, que nos miró dolida que finalmente exploto, y llorando y recogiendo sus cosas se fue de la fiesta molesta yo corría tras de ella tratando de explicarle que me deje llevar por el momento pero ella no quería saber mas de mi, me dijo que había preparado una noche muy especial para que yo fuese el primer hombre en su vida y yo le había pagado besando a otro hombre, ella por fin se fue sin que yo pudiese hacer nada, cuando se fue a un lado había un espejo el cual mire y todo mi labial estaba corrido por el beso y eso despertó nuevamente el cumulo de sensaciones que había sentido durante todo ese día. Esa imagen y la ausencia de Pao en la fiesta me desinhibió por completo: busque a Lucas, lo lleve a un jardín apartado de todo y lo bese más intensamente en un rincón, ya no tenia freno, ahora yo dominaba ese momento ante un Lucas que para nada se contenía, el corazon se me quería salir del pecho, El acariciaba mi cuerpo completo por encima de la ropa —sus manos en mis curvas, las mías en su paquete—, yo me sentía incontenible, no me reconocía, me sentía tan mujer, hasta que observe un rincon detrás de unos arbustos en una parte muy obscura del jardín lo lleve ahí y desabroche impaciente su pantalón, pronto boto su bóxer no pudiendo contener su elección, lo baje y salto que casi golpeaba mi cara, por fin ahí estaba aquel bulto que en tantos ensayos sentí con sus repelones y que me ponía a mil, comencé tímida pero decidida a lamer la punta de su glande recorriendo poco a poco su prepucio, lami todo su tronco hasta sus testículo y después la fui introduciendo poco a poco a mi boca, su feedback era pujidos contenidos y frases esporádicas de aprobación hacia mi felacion, llego un momento donde me aviso que terminaría pero yo, al no querer detenerme aumente la intensidad hasta que por fin 3 o 4 chorros de semen cayeron en mi boca, recordé ese sabor que Pao me había hecho probar mas temprano cuando me beso, y lo amaba, no quería parar de causarle todo ese placer a mi hombre pero el con las piernas temblando y no pudiendo mas con el éxtasis, me paro y me dio otro beso tan profundo y lindo, estaba realmente enamorada de el y mis encantos femeninos no le eran para nada indiferente; de regreso a donde estaban las chicas Sofia comento «wow parece que se divirtieron» yo sin entender a que se refería.
Entonces que fui al baño y note mis medias rotas de la parte de las rodillas revelando mi comprometedora posición de hace un momento, mi labial desecho como muestra de mi debut en el sexo oral a un hombre y, como cereza en el pastel, una evidente gota de semen escurriendo por mi mejilla. Fue hasta ese momento que me llego un momento de lucidez volví en mí, no era posible que yo siendo un hombre completamente heterosexual le había hecho un oral a un chico, la imagen el el espejo ya no me llenaba de excitación y sensualidad si no de vergüenza y culpa, en ese momento sentí que las chicas que entraban en el baño se daban cuenta que yo era un hombre vestido de mujer y no una chica como momentos antes me aseguraba que me veía y las dudas de estar siendo atraída por un hombre se dispararon, yo no podía ser homosexual, salí del baño notablemente alterado, tanto que lucas se me acerco para abrazarme pero lo aparté y me fui.

Días posteriores, Lucas trató de buscarme, me escribió y por medio de las chicas del baile trató de obtener nuevamente un contacto conmigo, pero yo apenad0 por la situación me aportaba de él

Traté de recuperar a Pao en los días siguientes, enviándole mensajes, que explicaban que no me encontraba en un momento consiente y todo lo que paso fue confusión por las sensaciones del momento pero nunca contesto, buscándola, pero ella ya no quería saber más de mí, ignorándome por completo.

Deje por completo el baile y o volví a vestirme como chica, pero el recuerdo de ser “perfecta” y todo lo que sentí se quedó enterrado en mí, esperando salir