POR QUERER ENSEÑARME A LIGAR, ME HIZO NENA II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Marilinacarolina.
Mi compañero Gustavo, más grande que nosotros en aquel cuarto año, ya que era repitente, me hizo descubrir mi lado femenino.
Usando un pícaro ardid, me hizo sentir mujer y me gustó.
Jamás me lo había planteado, pero repasando mi vida, era evidente que me sentí siempre más cómodo entre mujeres.
Luego de hacerme suya, me dijo que la próxima vez (el jueves) debería vestirme de nena para él.
Me puse mi ropa y me disponía a salir, cuando me abrazó por detrás y me dijo: Qué es eso de irse sin permiso, sin despedirse con un beso, sin siquiera decirme tu nombre de nena.
No señorita.
Aquí mando yo que soy tu macho.
Y no hacés nada sin pedirme permiso.
Pero lo dijo con ternura y me besó el cuello mientras me apretaba las tetitas por encima de la camisa.
Me estremecí, me retorcí sobre su cuerpo.
Me dijo susurrando al oído: Qué nombre de nena te gusta.
-Me gusta Carolina, contesté.
Pero me empezaba a ganar el remordimiento, la vergüenza por lo que había hecho, o por lo que me dejé hacer.
Cuando caminaba hacia mi casa, me sentía avergonzado(¿o avergonzada?) Pensaba en cada cosa que me había hecho, y todo me había gustado, pero entendía que todo era algo malo.
En mi casa me metí a la habitación y lloré.
Mi madre me vio y se alarmó.
-Me duele el estómago- dije- pero ella advirtió otra cosa.
-A vos te pasó algo.
Yo me negué y me acosté.
Al día siguiente no quise ir a la escuela.
Mi madre quería llamar al médico , pero ante mi negativa intentó sonsacarme lo que me pasaba.
Yo no le dije nada.
Estaba confundida, porque nunca me había planteado conscientemente mi sexualidad.
Aunque ahora atando cabos, tomaba conciencia de muchas actitudes y costumbres femeninas que tenía.
Por la tarde del viernes aparecieron Marissa y Roxana dos compañeras.
Cuando vi a Marissa me largué a llorar.
Sentía que la había traicionado al acostarme con Gustavo.
Aunque me resistía, tuve que contarles lo que me había pasado .
Y tuve que hacerlo detalladamente, porque así me lo exigían.
Lejos de sorprenderse o enojarse, estaban contentas.
Marissa me calmó diciéndome que el favor que me pidió fue para sacarse un gusto y que había sido un "rapidito" que no estaba interesada en Gustavo.
Pero te contaré algo que no me atreví a contarte antes: Gustavo mientras estaba conmigo esa noche, me preguntó por vos.
Me dijo que tenías carita de muñeca y buen culito, pero no estaba seguro de que fueras gay.
Yo le dije que todas las chicas lo suponíamos pero que ninguna te lo había preguntado abiertamente, aunque te incluíamos como una más.
-O sea que el único que no sabía que era puto era yo.
me da vergüenza.
Y ahora me da vergüenza volver a verlo.
Mirá dijo Roxana: No quiero escucharte decir nunca más "Puto": Los hombres, son hombres, las mujeres, mujeres y los gays, son gays.
Vergüenza nada.
Ahora sos libre y nosotras te ayudaremos.
Vamos a prepararte una prueba de ropa y te enseñaremos a conquistar un macho.
Necesitás saber algo más antes de entregarte a Gustavo de nuevo.
Tenés que sacar la muñequita que sos para volverlo loco.
Me estremecieron esas palabras y el trato en femenino me encantaba.
Seguimos charlando , ahora por primera vez como "amigas".
El lunes llegué un poquito tarde para no encontrarme con Gustavo.
En el primer recreo me quedé en el aula.
Pero en el segundo, Gustavo se acercó a mi y me dijo: Que pasa NENA, estás rehuyéndome.
Yo bajé la cabeza, no podía mirarlo y le dije: Tengo mucha vergüenza.
Él me contestó: Andá pensando como sacarte la vergüenza, porque el jueves vas a ir a mi casa y sabés como te espero.
Quiero conocer a la verdadera Carolina, dijo y me dio un chirlo en las nalgas.
El martes, cuando estábamos solas con las chicas me decían "Carolina" y me encantaba.
Esa tarde nos juntamos.
Marissa estaba sola , ya que sus padres trabajan hasta tarde.
Me empezaron a preparar.
Me hicieron bañar, y me aconsejaron lavarme por dentro.
Salí del baño con la toalla a la cintura y riéndose me dijeron:¡No seas desvergonzada! La toalla se pone por encima de las tetas, como todas hacemos.
Me sentaron en la silla del dormitorio y me dieron una bombachita diminuta para que me ponga.
Quise ir al baño a ponérmela, pero me sacaron la toalla diciendo: Estamos entre chicas, porqué tanto pudor.
Yo me puse de todos colores y ellas se reían.
Me puse la bombacha que se encajó incómodamente en mi culo.
Mientras Marissa y Roxana se dedicaban a mi, llegaron Ivanna y Andrea, dos compañeras que ya sabían mi secreto y se cambiaron y se maquillaron para quedar sexys , monas, casi diría "un poco putonas", me llamó la atención y pregunté qué pasaba.
No preguntes nada, solamente déjanos hacer.
fue la enigmática respuesta.
Me depilaron las partes donde tenía algo de bello, y después me bajaron la bombacha para depilarme estilo femenino, con una línea de pelo sobre los genitales y con la cola totalmente lisita.
Me pasaron crema por todo el cuerpo.
Me secaron el pelo peinándome a la vez.
Me quedó muy femenino.
Luego me maquillaron.
Me pusieron un sostén,color rosa al que habían cosido en la parte inferior una especie de bolsillo con un poquito de goma espuma.
Me levantaba las tetillas y parecían tetas hasta con surquito y todo.
Me dieron unas medias, transparentes color piel.
Me llegaban casi hasta la ingle.
Me hacían unas piernas preciosas, perfectas.
Y un mini vestido soñado: Floreado, con fondo celeste, sin mangas, con un escote que dejaba ver el comienzo de los surquitos entre mis tetas.
Se ajustaba debajo del brasier con una cinta desde allí comenzaba la falda acampanada que se ensanchaba hacia abajo, con mucho vuelo y llegaba casi veinte centímetros arriba de las rodillas.
Zapatos con taquitos no muy altos.
Estuvimos practicando un rato modales, forma de caminar, forma de sentarme cruzando las piernas sin mostrar la bombacha, tapándome con la mano.
Me recomendaron que nunca dejara ir muy rápido a los hombres.
Que me hiciera la recatada, porque eso los calienta.
Me pusieron los complementos: Aritos, pulseras, anillos, y perfume femenino.
Y un último detalle: Una toallita higiénica bajo la bombacha para que no se note nada cuando me empiecen a desvestir.
Cuando me dijeron eso, me puse a mil.
Me miré al espejo y vi a una chica muy bonita y sexy.
Fue entonces cuando delante mío se empezaron a cambiar ellas.
Con minis escalofriantes y maquillaje muy audaz.
A las ocho de la tarde noche, llegaron los novios de Roxana y de Marissa.
Unos minutos después tres chicos más , dos de los cuales eran los novios de mis dos compañeras.
El otro era desconocido para mi.
Me hicieron quedar en la habitación hasta que me llamaran.
Escuché que ponían música y que bailaban.
Un rato después Marissa, me vino a buscar.
Yo estaba muy nerviosa.
Cada una estaba con su chico.
pero Marcelo, un muchacho de unos veinte años muy guapo, estaba solo, preparando tragos.
Marissa me presentó a todos como Carolina ante la sorpresa de los chicos de mi curso que apenas si pudieron reconocerme.
Guau, que divina mujercita teníamos en el curso sin saber, me dijeron entre otras cosas.
Finalmente me presentaron a Marcelo, quien amablemente me besó en la mejilla y dijo:- Vaya, con tu amiga Marissa, Me mentiste diciéndome que era muy linda pero resulta que es una nena divina.
Linda es poco.
-Aia, gracias -contesté sin pensar-.
Me puse colorada y no sabía qué hacer.
Marcelo me invitó a ayudarle a repartir los tragos y luego me sacó a bailar.
Era un living normal, pero resultaba chico para todas las parejas.
Nos rozábamos.
Sentí que algunos roces de los otros chicos pasaban siempre por mis nalgas, como accidentalmente.
Marcelo comenzó a apretarme por la cintura y yo puse mis brazos alrededor de su cuello.
A medida que los temas se volvían más lentos, la luz bajaba.
y las manos de Marcelo también.
Me acarició las nalgas.
Yo sentía su polla en mi vientre y me pegaba todo lo posible.
estaba disfrutando sentirme mujer.
Me besó el cuello.
,las orejas.
me susurró que era preciosa y sexy.
me besó en la boca.
Yo me derretía y gemía de placer.
Todo alrededor había desaparecido momentáneamente.
Pero cuando tomé un poco de conciencia, vi a Ivanna sentada en uno de los sillones, desnuda y mamándosela a su novio.
Roxana en el sillón doble del living, ya estaba siendo follada por Martín.
Marissa no estaba.
Sólo quedábamos Marcelo y yo bailando y Andrea sentada en la escalera con su pollera levantada y sin bombachas.
Su novio le comía la vagina.
La escena era super hot.
Jamás me hubiera imaginado estar en un lugar así.
Estaba muy caliente y empecé a tocarle la polla a Marcelo sobre el pantalón.
El me levantó la falda del vestido y me manoseó las nalgas y mi rajita.
Ahhh.
aia.
hummm.
era lo único que salía de mi boca.
Entonces me dijo al oído:
– Vení vamos a la habitación de los padres de Marissa.
Ella está en la suya con su novio.
Me tomó de la cintura y me llevó.
Al entrar, me besó en la boca, mientras me tiraba en la cama matrimonial.
Me sacó el vestido y se desnudó.
Me hizo arrodillar en la cama y él parado me hizo chupar su polla, grande, venosa, jugosa, .
yo muy golosa la chupé desesperadamente.
Después me colocó a su lado y me sacó el brasier para chuparme las tetitas.
mientras yo seguía con mi golosina en la boca.
Entonces, me sacó la polla de su boca y me colocó boca abajo, me sacó lentamente las bombachas y me ordenó que abriera mis piernas.
Me pasó lubricante, se puso un condón y también lo lubricó.
Se puso arriba mío.
Me dijo al oído: Relajate y abrí bien las piernitas.
vas a ser mi putita ahora.
Empezó a empujar.
no me entraba.
empujó más fuerte y me hizo dar un grito de dolor.
Se quedó quieto.
me decía en el oído mientras me daba besitos: -ya esta la cabeza adentro.
nena, ya sos mía – y lentamente la fue metiendo entera.
El dolor desapareció dando lugar a un placer diferente.
Me sentía mujer.
y lo disfrutaba.
Me colocó de espaldas, me besó en la boca , me mordió las tetas y me la volvió a meter ahora fácilmente.
Yo no quería que termine nunca.
Le pedía, le rogaba:-¡Dame más ,dámela toda, gozame! Sus movimientos se aceleraron y me di cuanta que acabaría.
Se puso tieso, me dio unos cuantos empujones con su polla bien adentro y comenzó a gemir.
Yo sin tocarme sentí que me corría también y él seguía gimiendo prolongando su goce hasta vaciar toda su leche.
Después se tiró cansado sobre mi y sacó su polla ya fláccida de mi "concha".
Se sacó el condón y me dijo que se la limpie.
¡Ahhh.
que lindo.
! Se la chupé hasta dejarla brillante y se le volvió a parar.
y el juego del placer volvió a empezar.
Ya era toda una mujer, ya era toda una putita y Marcelo me volvería a coger.
El jueves, las chicas me volvieron a vestir con el mismo minivestido que usé en la "fiestita", me maquillaron un poquito exagerada.
Ya estás bien preparada, andá y sé bien puta me dijeron.
Me acompañaron en taxi a casa de Gustavo.
Marissa se bajó y tocó el timbre.
Me empujaron hasta la puerta y se fueron.
Gustavo abrió y se quedó paralizado un instante.
Reaccionó ante mi sonrisa y me hizo pasar.
(En el próximo relato les cuento todo.
Gracias por los mensajes.
Para quien me preguntó que edad tenía le cuento que tenía 16, ahora tengo 25) Besitos
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