POR QUERER ENSEÑARME A LIGAR ,ME HIZO NENA IV(último)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Marilinacarolina.
Gustavo, el hombre que me convirtió en mujer, se había apoderado de mí.
Era mi dueño.
No podía, no quería desobedecerlo.
Cuando el jueves me puso en mi lugar, me hizo tomar conciencia de que yo era toda una mujercita y que debía obedecerlo.
Me estaba enamorando, y él me estaba moldeando a su gusto y placer.
Me dijo que buscara la forma de obtener permiso para pasar con él el fin de semana.
Increíblemente, la forma fue decir una media verdad: Gustavo me invitaba a pasar un fin de semana en una casa de campo para que le ayude con un trabajo que le habían pedido hacer allí.
No hubo problemas.
Hablé con las chicas, para que me ayudaran, y me prepararon ropita para distintas circunstancias.
Mañana, siesta, noche, cama, También lencería común para ropa informal, erótica para la noche, y más erótica para los babydoll que usaría para "dormir".
Obvio maquillajes.
Zapatos , sandalias y hasta me prestaron unas pantuflas sexis con tiritas de peluche.
El viernes a la tarde preparamos todo y se les ocurrió repasar mi depilación.
Me bañé y ahora salí con la toalla enrolada por encima de mis tetas, como lo hacen las chicas.
Así está mejor, decían riéndose.
Pronto me sacaron la toalla para depilarme,
y Marissa me confesó que la recalentaba transformarme en "mujercita".
Me pasaba la maquinita de afeitar por mi pubis, aunque el bello no había crecido nada y aprovechaba para tocarme hasta que logró que mi pene se pusiera durito.
Primero se levantó la falda y se tocaba por encima de la bombacha.
Roxana se quedó directamente en bombachas sin corpiño y la empezó a masturbar mientras la desnudaba.
Yo miraba asombrada.
Se tiraron en la cama y me llamaron.
Marissa me empezó a chupar la pija mientras Roxana le lamía el coño.
Hacíamos el amor como chicas y gozábamos como putas en celo.
Hasta que finalmente nos vestimos y me dieron todo el "equipaje de Carolina" para el fin de semana.
Me fui con las bombachas puestas.
Y preparé algo de ropa para poner en el bolso arriba de las cosa de Carolina.
Por la mañana, Gustavo me buscó en el auto de su padre a las siete de la mañana.
Se enojó un poco porque no estaba vestida, pero entendió que en mi casa no podía hacerlo.
Paró en un descampado y me hizo vestir de mujer.
Ponete linda, para que nadie sospeche que sos una nena con sorpresa, me dijo.
Me vestí con un shorcito minúsculo que dejaba ver los cachetes de mis nalgas, floreado con tonos rojos y rosa y un top atado debajo del corpiño, para mostrar mi abdomen liso y mi ombliguito.
Con una toallita higiénica me tapé mi cosita para que no se note.
Cuando me vió Gustavo me besó y me apretó el culo, Estás muy linda.
Me gustás cada vez más, nena.
´Me colgué de su cuello y lo besé agradecida, Me apretó de nuevo , me toqueteó la espalda y el culito, y me dijo apuremos porque estamos cerca y quiero cogerte ya.
Arrancamos y me dijo que le conteste en voz alta: ¿Qué te voy a hacer apenas lleguemos? Contestame de tres formas
diferentes: Pensé rápido y le dije Me vas a coger, me vas a culiar, me vas a,a,a,hacer el amor.
Bien, y vos qué me vas a hacer.
Te voy a chupar la pija y las pelotas.
Así nos fuimos calentando más y él aprovechaba para tocarme las piernas.
Cuando llegamos entró el auto y al bajarme me apretó contra una pared y mientras me besaba y me manoseaba me sacaba la ropa.
Quedé solo con la bombacha.
El también se desnudó quedando en bóxer, que a esa altura parecía una carpa.
Me llevó al sillón del living, se bajó el bóxer y me ordenó:- De rodillas perra, chúpame la pija.
Yo lo hacía como desesperada.
Así me gusta putita, sos mía, sos mi putita personal.
Me agarró la cabeza y me hacía llevar el ritmo de la mamada.
Lo hacía cada vez más rápido hasta que su pija empezó a convulsionar iniciando su descarga en mi boca.
Me tragué todo, y se la lamí hasta dejarla limpia y brillante.
Entonces me dijo: Vamos a estrenar la cama.
Me agarró del pelo y me llevó a la habitación.
Así cazaban a las mujeres los hombres primitivos, las agarraban del pelo y las metían de prepo en la caverna.
Me tiró en la cama matrimonial, se subió y se sentó en el respaldar, me hizo arrodillar y me dijo :- Chupá hasta que esté bien parada.
Yo lo hice golosamente y en un instante estaba de nuevo rígida, preparada para dar otra batalla.
Entonces me acostó, me puso boca abajo, y lentamente como me gusta me ´sacó la bombacha mientras me decía al oído – Qée linda nena que voy a coger, y me mordía las orejas.
Yo me retorcía de placer, mientras empezó a lubricar mi culito y manosearme las piernas y las nalgas.
Mis gemidos ya parecían gritos.
Haceme tuya por favor, le gritaba.
Me dijo -¿Qué dijiste en el auto que te iba a hacer? Si papi, cógeme, culiame, haceme el amor, métela a fondo, gozame.
Claro nena, abrite de piernas.
Me abrí lo más que pude y me abrí las nalgas con las manos.
Lentamente empezó a penetrarme, hasta que entró toda.
_Esa cuevita es solamente mía.
Si papi soy tuya, soy tu nena, tu putita, tu perra, dame más.
Despues de ponerme de costado y otro rato en cuatro siempre bombeándome, me puso boca arriba mientras yo lo abrazaba con mis piernas alrededor de su cintura.
Me movía como quería.
Era al fin su muñequita.
Acabó de nuevo y siguió bombeando un rato más.
Me sentía plena.
Luego se acostó a mi lado y abrazándome me dio un largo beso en la boca.
– Descansemos un ratito y después nos vestiremos para conocer la casa- me dijo.
Ahí caí en la cuenta que no habíamos tenido tiempo ni de bajar el equipaje, ni de mirar la casa donde ya habíamos hecho el amor por primera vez ese fin de semana que fue nuestra luna de miel.
No somos novios, somos amantes desenfrenados.
Soy suya y hace conmigo lo que quiere, pero sobre todo me mantiene siempre bien cogida.
Besos
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