Primera vez con trans parte 2
Por razones de trabajo y la situación sentimental actual, tuve que subir el relato en dos partes, pero aquí está el resto.
segunda parte
Al dejar mi heterosexualidad esperando en la banqueta y encontrarme ahí masajeando una verga grande debajo de lencería de encaje a una chica trans, despertó un apetito que ignoré por verlos años.
De pronto, estaba de rodillas con la verga de la chica dentro de mi boca, dándole la manada de su vida! (Según yo) hasta que me detuvo y me puso de pie, me condujo de la cintura hacia una pila de objetos, ropas y no se que tanta cosa más, que alguna vez era una cama matrimonial, me acomodo en una parte vacía donde se asomaba una sábana azul, un espacio donde solo cabía una persona, ahí me acostó y me bajo los pantalones, yo me saqué la playera y los tenis y mientras la veía desabrocharse la blusa blanca echándome una mirada traviesa, me bajé los calzones deportivos que traía (detalle gracioso: no los encontré después, supuse que me los había escondido, pero puede que solo quedaron por ahí, entre tantas cosas), me los quité para que no hubiera más pausas y que empezara la acción, me senté para ayudarle con la falda pero me detuvo y me regreso a seguir acostado, ella se sacó la falda después de bajar el cierre, y su blanca verga salió de su calzón al bajarse en un movimiento rápido, parecía que tenía resorte por cómo rebotaba de lo tiesa que la tenía, se dejó solo las calcetas blancas y con la mirada hacia mi me acarició de las rodillas despacio hasta llegar a la verga donde se detuvo a darme otra dosis de mamadas, pero esta vez me la levantaba y lamía los testículos y bajaba un poco más, luego regresaba a la verga y volvía a bajar cada vez más, apenas y pudo salir mi voz cuando intenté decirle que no bajara más, no me habían estimulado tan abajo nunca, incluso en los testículos, así que la detuve, le dije que si quería se la podía chupar y me dijo “quiero que me comas el ano”
Le confesé que jamás me había comido alguno pero antes de terminar de explicarle ya se había subido en mi, como una lagartija, y con las piernas flexionadas y de la manera más certera, me dejo su culo en la boca, pero no a cierta distancia para que me acercara a lamerla, literal me puso el culo en la boca y se puso a darme una mamada pero cómo succionando, de manera automática, me puse a besarle el culo, al no saber cómo, me encontré dándole un beso como si estuviera con un ligue de antro, de esos que te quieres comer a él o la persona porque sabes que al final de la noche, puede que no la veas de nuevo, así que ahí estaba yo, dándole un beso de lengüita a un culo que muy bien depilado sin sensación de vellos creciendo vibraba y se movía de manera circular, estaba a punto de explotar cuando se levantó de la cintura ara arriba a tomar algo de la mesa o de donde alguna vez había una mesita de noche y sacó, sin dejar de mover el culo en mi boca, un condón, volvió a interactuar con mi verga pero solo un momento y se levantó, me jalo de las manos para ponerme de pie, me besó abajo de los labios mientras tomaba mi lugar y dijo “no que no sabías?” Se acostó y tomo sus rodillas hacia ella para dejar a la vista el ano, lo había dejado rojizo de tanta lamida y aún tenía saliva así que le di una mamada a su suave verga sabiendo que quizá sería la última ya que como siempre pasa (o al menos a mi), al venirse le llega a uno la moral o la realidad de golpe, me levanté y le puse la punta de la verga en su culo con una mano, la otra le sostenía la pierna, la punta entró muy fácil, ella me detuvo con una mano y un gemido salió de su boca, dejó la mano entre mi verga y el mi ombligo para que entrara más despacio y así lo hice, en un movimiento rápido, de la misma mesita sacó un frasco que supongo era lubricante pero más espeso, me untó un poco y ahora si, me deje ir como gordo en tobogán, mientras le detenía las piernas en mi hombro izquierdo, veía cómo le entraba y salía mi verga, ella apretaba el ano cada que salía y lo relajaba cuando entraba, me estaba exprimiendo el alma, sus gemidos me ponían cada vez más dura la verga, la abrí de piernas y apoyándome en el dobles de sus rodillas subí el ritmo de mis embestidas, veía su miembro dando vueltas y sus huevos bien pegados a su cuerpo, gemía y se agarraba de la cama, aunque muchos objetos se interponían en su camino, empezó el frenesí y ella empezó a gemir más rápido, entre gemidos decía “me voy a venir, me voy a venir!” Hasta que con un gruñido seguido de un suspiro que saco todo el aire de su cuerpo se vino en un chorro caliente y espeso, toda su cara se llenó de su propio semen, que dejó un delgado rastro por su pecho hasta el ombligo, yo quería seguir bombeando, pero me detuvo, me empujó para sacarle la verga despacio y me empezó a masturbar muy despacio casi sin ganas, mientras con la otra mano se limpiaba la cara y el semen del pecho, no me dejó tocarle más, así que le dije resignado “creo que mejor me voy” y ella asintió diciendo, “además tienes que dormir, mañana trabajas” y pues si, busqué mis bóxers en vano, me vestí rápido, guardé mis calcetines en mis bolsillos y salí de ahí, ella me encaminó desnuda a la puerta que cerró detrás de mí y puso llave. Yo caminé a casa con un olor a lubricante o a su perfume, no se, pero si se que me duró un par de días ese olor. Al llegar a casa intenté masturbarme pero el cansancio y la hora cayeron de peso sobre mi, así que terminé desnudo tapado con una sábana delgada en el sillón de la sala. A la mañana siguiente, mi hermana y mi madre se iban a ir a trabajar, yo seguía dormido y lo que me cuenta mi hermana fue. “Que estabas soñando! Yo me senté en el espacio que quedaba libre del sillón donde estabas y no me había dado cuenta que estabas encuerado, al voltear a verte solo te vi ahí con el pito parado, roncando y sonriendo”
Claro que se encarga de recordármelo cada que puede para burlase de mi, aunque si supiera lo que había hecho esa noche, la burla sería diferente.
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