Proceso de putita feliz 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Salimos los dos de la puerta, y entonces no puedo describir la cara de sorpresa de mi novia, al verme con mi vestido, mis mallas, mi maquillaje, y mi labial, mientras mi hombre me abrazaba fuertemente de mi hombro y yo lo abrazaba de la cintura. Mi novia se subió las manos a su cabeza totalmente preocupada y confundida por lo que acababa de ver. Mi hombre y yo, el cual no les he descrito su físico, es una persona que mide 1.93, es de tez negra y por supuesto eso puede observarse también por el gran tamaño de su paquete, tan delicioso que del simple hecho de describirlo se me hace agua la boca; mientras tanto mi novia mide 1.65 es blanca, de buen cuerpo, con unas tetas medianas y un buen trasero, mientras yo mido 1.72, peso promedio y con un buen trasero capaz de recibir todo tipo de verga.
Bueno, en fin, mi hombre el cual su nombre es Alejandro decidimos meter a la fuerza a mi novia porque estaba como desmayándose. Diez minutos después mi novia apenas estaba despertándose y entonces me sentía muy confundido por como mi vida había cambiado de rumbo en tan solo 20 minutos. No sabía qué hacer, así que simplemente hundí mi cabeza en el hombro de mi hombre, esperando que él pudiera arreglar todo. El me dijo: – Tranquila nena, se cómo puedes resolver esto, ve a donde está tu novia, empieza a besarla para ponerla cachonda y después la traes conmigo para que puedan disfrutar de mi. Pensé lo inteligente que era por haber ideado un gran plan de esa magnitud y puse manos a la obra.
Me fui en frente de ella y empecé a hacer todo lo que a ella le gustaba, le besaba el cuello lentamente, mientras me decía con un tono decepcionado que porque había decidido hacer esto, mientras yo le contestaba: -Yo no lo decidí, la vida me puso a este gran hombre y no tuve otra opción más que ser su putita, ya verás te encantara. Mientras le besaba el cuello y mis manos bajaban a su vagina y metía mis dedos como a ella le encanta, empezó a gemir y decir: -Por favor para Pablo, es demasiado, y yo le dije: -Ahora dime Paola, el único hombre en esta sala es el que esta frente a nosotros y tenemos que complacerlo. Le metí tres dedos completos y la besé como si fuéramos dos lesbianas. Mi hombre se tocaba su gran verga por encima del pantalón.
Se me estaba haciendo agua la boca y le dije a María que fuéramos detrás de esa verga irresistible. Ella no quería hacerlo y yo no pude aguantarme más y como hipnotizada me puse de rodillas y gateaba como la gatita que soy para llegar a él. Mientras hacía esto, Alejandro se quitaba el pantalón y el bóxer dejando ver su gran pene erecto de 23 cm, abrí mi boca lo más que pude, metiéndola y sacándola. Alejandro, cuando estaba en su pene, empezó a decirle a mi novia: -A esto le llamas novio, esta perrita me pertenece, únete, ¿Verdad, que te la pasas bien? Yo asentí, con mi lengua en sus bolas. Vi que mi novia se paro y fue hacia mi macho, mi macho la recibió y empezaron a besarse de manera descontrolada, mientras yo simplemente estaba debajo de ellos en suelo, lamiendo una gran verga, él le agarraba el buen culo a mi novia y la nalgueaba mientras ella soltaba gemidos, después mi macho empezó a decirle cosas en la oreja a mi novia y ella reía, luego ponía sus pies en mi cabeza y me gritaba: -Lamelas, que no es lo que te gusta. Lo hacía para complacerlos.
Después las cosas se pusieron más intensas y decidió cogerse a María enfrente de mí, yo al borde de la excitación les pedí que me metieran dedos en mi culo, me dijeron que claro que no, que si quisiera yo me los metiera, entonces mientras ellos cogían yo me metía mis deditos en el culo y ella me decía: -Ahora te entiendo Paola, esta verga te vuelve loquita, nada comparado contigo, con razón decidiste convertirte en su perrita jaja.Cuando termino todo lamí los restos de semen que quedaron de mi macho, y realmente me encantaba que todo esto me estuviera pasando.
A los días decidimos mudarnos de casa, obviamente mi hombre nos mantendría, y nos compraría ropa sexy a mi novia y a mí. Habíamos quedado que ellos dos quedarían como una pareja formal, mientras que yo solo sería la perrita que haría los quehaceres de la casa y mi novia me daría consejos sobre cómo cuidar mi figura, maquillarme y ser sexy para Alejandro, me llamarían: Pao-Putita, perrita, zorra y todos los días tendría que estar vestido de mujercita. A partir del primer día me pusieron mi cinturón de castidad, me pusieron mi ropa de sirvienta, y un collar para que me pasearan por la casa.
5 años después
María (Mi ex-novia, que ya no la veía como novia, sino como Ama y putita del Macho) llega a mí cuarto para que me ponga mi collar, yo estaba viendo sissy hipnosis y porno de transexuales con un gran dildo metido en mi culo rasurado. Al verla llegar con la correa, inmediatamente me pongo en 4 y agacho la cabeza para que pueda ponérmela, ella está en un traje negro de latex, lo cual se ve muy sexy con su labial rojo y mostrando toda la vagina.
Me pone mi correa, la jala y me dice: -Hoy es día de sacar dinero. En el sofá de la casa veo a 5 personas desnudas con gran cuerpo y con una gran verga, me alegro porque sé que me cogerán como locos y le daré dinero a mi Amo, al fin esa frase tan repetida he podido aplicarlo en mi vida: “Si haces lo que te gusta, nunca tendrás que trabajar”.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!