RECONOCÍ LO QUE REALMENTE ERA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Así comenzó mi vida a solas de nuevo, divorciado, sin la mas minima apetencía de volver a estar con una mujer, apenas llevaba seis meses viviendo solo, cuando, comenzaron primero mis fantasías con hombres en mis masturbaciones, teniendo unas placenteras masturbaciones, a la vez comenzaron a caer poco a poco mis tabúes, primero comprandome una simple braga, en apenas tres meses de esa compra, en mi armarió tenía, un buen surtido de lencería femenina, vestidos, zapatos y me había inventado una doble vida, fuera de casa era el chico de siempre, dentro de ella era una mujer, aún así, no tuve mi primera experiencia sexual con un hombre hasta bastantes meses después.
Era un maduro, 57 años, poco dotado haciendo las veces de activo, que lo que realmente, consiguió fue mas que yo ganara en seguridad, a que yo tuviera sexo, pues en realidad, no me satisfacía me resultaba mas gratificante el vestir ante él de mujer, masturbarlo o "mamar" su pequeña polla, para despues satisfacerme yo durante dias en mi casa, masturbandome, fue el primero que me folló, pero no fue nada de otro mundo, aunque en mi mente si me sentía toda una hembra y a solas, volvia a autosatisfacerme pensando en aquello o dandole a aquel hecho unas fantasias inexistentes en realidad.
En 7 meses que estuve con él, solo conocí junto a él a otro gay, en un bar, él lo conocía y me lo presentó, por primera vez, me vi ante otra persona que abiertamente sabia que yo era homosexual, estuvimos en ese bar varias horas charlando los tres bebiendo para despues despedirnos y no volverlo a ver, era alto grande ancho, mulato, casi negro, me habló de su trabajo, yo del mio, nos despedimos, con los meses, mi unico amante y yo rompimos, nunca llegamos a convivir juntos, volví a mi soledad, a mi inseguridad.
Así pasé mas de mes y medio, hasta hace dos fines de semana, ese sábado, decidí salir, a la vez, decidí darle cierto morbo, me vestí con unos vaqueros y una camisa pero llevaba unas braguitas negra como ropa interior, por primera vez salí a la calle, llevando unas braguitas, de noche, caminé, alterado, sintiendo el tejido metido entre mis nalgas, mirando a la gente, pensando que todos sabían que llevaba braguitas, era sobre las diez de la noche, hasta que me senté en la terraza de un bar, pedí un refresco y una tapa, pensaba en volver pronto a casa excitado, cuando llegó y entró al bar sin verme Daniel, era el mulato que había conocído hacia varios meses, amigo de mi antiguo amante, no me vio en un principio, pero tras estar sentado me vió y al instante vino, traia una copa, se sentó a mi lado tras saludarme, claro, las primeras preguntas fueron sobre mi ex amante, le expliqué ya no nos veíamos, después hablamos de trabajo, entonces me invitó a una copa, yo solo bebo en ocasiones y mi bebida es wisky con cola, aunque suele ser poco y puedo estar meses sin beber, nada, la acepté, esa primera copa, me puso, algo, chispón, claro al no estar acostumbrado, de ahí me invitó a ir a un pub, fuimos en su coche, un coche de estos de carga, amplio atrás, volví a beber otra copa, no estaba borracho no pero si, digamos alegre, aunque aún era temprano para un sábado pues cuando salimos del pub, apenas era, las doce y media de la noche, yo iba a su lado hacia el coche, realmente me imaginaba, que iba ante todo un hombretón un macho, él mide 1,89 pesa 96 kilos, yo a su lado pequeño, aquello me excitaba, pero sin haber la mas minima insinuación además de que ni él ni yo tenemos pluma, pasabamos tranquilamente por dos amigos, a pesar que él tiene 46 años.
Fui a entrar en el coche, con mis fantasías, no lo esperaba, cuando me agarró fuerte, me apretó contra él, intentó besarme, jamas había besado a un hombre y no lo hice, él no me forzó en ese aspecto pero si me metió en la parte trasera del coche, yo sin saber que hacer simplemente me dejé levar apenas le puse resistencia, aunque vi su enorme fuerza, se sentó atrás, a mi tirando, me tumbó, me encontré en segundos, que me estaba bajando los pantalones, se encontró con las bragas, a lo que dijo.
– MMMmmmmmm me encanta, si en braguitas como una buena hembra blanca.
A la vez sentí su mano, sobar mis nalgas, aquellas palabras y sentir aquella mano en mi nalga, me excitó, tanto que era incapaz de impedir nada, la caricia era muy distinta a la de mi otro amante, la mano de Daniel era a la vez suave pero fuerte, no se era tan distinto y a la vez, mis sensaciones eran muy distitnas que con mi primer amante, cuando lo sentí por primera vez, fue una sensación en mi cerebro de dolor, despues placer, después excitación aunque me la contenía, fue un azote, si me dió un azote en mi nalga, después le siguió otro mas fuerte, a la vez que me oí emitir un gemido de dolor paró, para dejarme en camisa y bragas sin pantalón, para después volverme a dar otros dos fuertes azotes, de nuevo dolor placer excitación, tras aquello, me cogió, como si fuera "algo" no alguien, me apretó del cuello, dejandome sin respiración, mirandome sentí como él en realidad se sentía poderoso ante mi, superior, intenté defenderme sin poder hacer nada, en realidad, me soltó volvio a voltearme a azotarme, a hablarme.
– Lo sabía nada mas verte, eres toda una puta perra blanca ese solo saber "domarte", someterte y yo lo voy a hacer contigo, voy a hacer de ti un puntón solo para mi me va las guarras blancas como tu – a la vez no dejaba de azotarme -.
Se bajo el pantalón hasta las rodillas, ante mi apareció una verga que yo solo habia visto en peliculas porno, gorda larga dura mas negra que la piel de su cuerpo, me puso la cara frente a ella los labios pegado a su glande sin tragarlo, para decirme.
– Te vas a meter solo el principio – lo hice – mirame – me dijo, obedecí sin dejar de chupar – así chupa asi sin dejar de mirarme.
Lo hice, le chupe solo su glande sin dejar de irarlo él mirandome con su verga en mi boca, a veces me daba algun azoté a la vez que me deciá
– No dejes de chupar puta blanca
Hurgó en su bolsillo del pantalón bajado, sacó un tubo de lubricante, comenzó a tocar primero mi ano, nunca me lo habian acariciado asi, largamente presionandolo y sin introdcir nada, yo terminé estremecido de un placer hasta entonces desconocido para mi, alli estaba aparcado en una oscura calle chupando su verga, como él me decía en bragas y acariciando él mi ano hasta que introdujo su largo y grueso dedo, temblé de placer, a la vez me sentía interiormente como yo vibraba, desde mi vientre hasta mi ano mi escroto, gemía con su polla en mi boca, pero a la vez cuando intentaba quitarme la polla él no lo permitía, fue increible, hasta que sin avisar, se corrió en mi boca y cara, nada que ver con mi anrterior amante, sino que empezó a salir largos chorros de blanca espesa y caliente leche, inundando mi boca para despues quitarme la polla y terminar de vaciarse en mi cara, tras correrse, entre jadeos, me obligó a quedarme así de rodillas como estaba, con la cara llena de su leche, él solo observaba, o comentaba
– Eso es que rico, que te vea bien llena de leche esa cara de puta blanca que tienes.
Al fin me hizo limpiarme bajr del coche y irnos a mi casa, llegamos me hizo ir al baño solo, bañarme limpiarme salí vestido de mujer ante él, esperandome en mi dormitorio, en slip, nada mas entrar me dijo
– No vas adecir nada o sera peor, ponte a 4 patas te voy a azotar, vas a estar calladita, si te escuchó protestar el castigo sera peor vas a aprender a obedecerme desde el primer momento.
Ante mi propio asombro obedecí, me subío el corto vestido, me azotó con su cinturón en mis nalgas y muslos, fuerte creí que terminaría pidiendo que me dejara que se fuera, pero no fue así, me estremecía de dolor a cada golpe, de su cinturon pero a la vez, me excitaba sentirme asi, me azotó, a conciencia, dolorida me dijo que le chupara la polla, obedecí a la vez interiormente, lo deseaba mas que nada en este mundo, obedecerle, me volvió a lubricar mientras su verga crecia en mi boca, hasta que intentó follar, me dolía no me entraba lo intento a 4 patas subiendome yo encima para finalmente, creyendo yo que ya habia desistido se colocó encima mía, esta vez me entró, vaya si me entró, gemí grité, creí me iba a abrir en dos hasta finalmente tener su verga alojada totalmente dentró de mi, las sensaciones eran diferentes a mi anterior amante, a su vez me decia
– así perra blanca bien pegada a mi,
Yo jadeaba estabamos como él decía quietos yo pegada a él, hasta que comenzó a moverse, lentamente pero sin parar, empecé a sudar a gemir, hasta que me vi, gritando temblando de placer sentía como mi ano apretaba su verga, como quierendolo retener, el placer era indescriptible interminable, creí que iba a morir de placer, hasta que paré a la vez él sentia en su verga mis vibraciones
– Joder que pedazo de coño tienes menuda puta blanca estas hecha vaya coño, que rico, va aser solo para mi, como esa boca de mamona que tienes.
te voy a adiestrar, vas a ser una buena perra blanca solo para mi placer.
Me sacó su verga, me colocó a 4 patas me reciío con dos fuertes azotes que me hizo gritar de dolor, a la vez que me clavó en su verga, follandome de nuevo para de nuevo él no correrse hacerme gritar como a una perra de placer, de nuevo me lalmaba puta blanca o su perra blanca, que iba a obedecer a su macho negro, o hablaba del "coñazo blanco" que tenía y que era solo de él, hasta que me sacó de nuevo su verga, yo sudaba, me sentía toda abierta por su verga, me sentía entre satisfecha y follada pero a la vez, deseando que siguira follandome, se tumbó en la cama boca arriba, me puso a chuparle de nuevo su polla, para poco despues tirar de mi, ya no tenía vestido solo un corsé las bragas y medias, me hizo montarme en su polla, me cogío por mis nalgas, a veces las apretaba otras me azotaba y yo cabalgaba entre gritos y jadeos, hasta que él se corrío, sin dejar de hablarme
– Toma puta perra blanca, te voy a dejar bien preñada, te hacia falta ya que te follaran de verdad perra desde hoy seras mi puta blanca,
A su vez, yo le imploraba para que no parara, se habia corrido pero yo seguia jadeando llena de su leche a punto de correrme de nuevo, de esa forma tan increible, mis manos en su pecho yo arriba seguí cabalgando entre gemidos, hasta que me corrí, caí encima de él mi boca cerca de la suya me besé con él, hasta que él quiso cuanto él quiso.
Desde ese sábado, nos hemos visto casi todos los dias, he reconocido lo que soy, una putita su putita, su esclava, le obedezco, sinceramente me derrito solo estando a su lado.
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