Recuentro con una viejo amigo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sucedió hace algún tiempo, en los primeros meses aquí en la ciudad, apenas me venia aclimatando a todo el ajetreo de aquí, despertar temprano, subir camiones, soportar los empujones etc. Sin embargo la llevaba bien.
Eran mis primeros días trabajando en la imprenta de un amigo, mi primera oportunidad laboral así que sentía cierta presión por hacer las cosas bien. Pues bien un día de esos en el cual no había tanto trabajo decidí tomarme una hora para salir a comer. No había tanta precion y ya había entregado los diseños para la impresión de los pendientes. Le comente a mi jefe (que es buen amigo mio) si podía tomar un tiempo mas de lo habitual, el me dijo que si que no existía ningún problema, siempre y cuando cumpliera con mis labores al regresar. Así que fui a comer a un pequeño restaurant que se encuentra en el centro, estaba sentado disfrutando de un rico bistec cuando derrepente escuche una voz femenina que me llamo por mi nombre -Hector – Gire rápidamente para mirar quien era para encontrarme con una morena hermosa de uno setenta y cabello recogido, pero por mas que me esforcé no lograba recordar quien era.
-¿Como has estado?- Me pregunto acercándose a la mesa.
-Hola que tal, Bien he estado bien- Dije temblorosamente mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para recordar quien era esta hermosa chica que me estaba hablando.
-que sorpresa encontrarme contigo aquí tan lejos de casa- me dijo mientras corría una silla para sentase a mi lado.
Enserio trataba de recordar quien era la morena que me estaba hablando pero no podía, lo único que acertaba era a estar seguro que su rostro me parecía muy familiar pero aun asi no me acordaba de quien era, así que trate de sacarle otro dato.
-hace cuanto que no nos vemos ¿verdad?- le dije mientras ella empezaba a sonreír de una manera sospechosa.
– No te acuerdas de mi verdad- Me sentí descubierto y avergonzado por no saber quien era semejante belleza frente a mi. ¿Como diablos podía haberla olvidado? de pronto soltó una carcajada.
-Te has puesto rojo de la pena- Me dijo
-Disculpa es que realmente no me acuerdo de quien eres, tu rostro me parece muy familiar pero… enserio no recuerdo.
-Cálmate, se que no me reconoces, solo te estaba jugando una broma – y entonces me tuvo intregado
– ¿Pero entonces?
– es que si me conoces solo que no soy la persona que solía ser antes – Esas palabras empezaron a causar efecto en mi mente, trayendo viejos recuerdos de alguien en especifico se se parecía mucho a esta persona, solamente que en ese tiempo no era ella, era el.
-¿Santiago?- Le dije titubeante, mientras veía como su rostro empezaba a esbozar una picara sonriza.
-¿Santiago eres tu?- Volvía a decirle.
-Bueno, solían llamarme así, ahora prefiero que me llamen Sofia.
La respuesta me dejo en shock. Santiago era ese amigo que muchos tuvimos en la prepa, aquel chico amanerado que solía llevarse con todo el mundo y que prácticamente estaba en todo, solíamos salir juntos a comer y eramos inseparables cuando se trataba de hacer equipos para proyectos escolares, se burlaban de el por su evidente homosexualidad sin embargo a mi nunca me molesto, el tampoco me insinuó nada. Solo eramos buenos amigos. le perdí la pista después de la noche de graduación.
-Pero.- le dije nervioso – Perdón es que después de la prepa ya no supe mas de ti
– Si ya se, vine a estudiar lenguas aquí y bueno como hes evidente, han cambiado algunas cosas- al decir eso se recostó un poco mas sobre la mesa. hasta ese instante no me había percatado que Sofia traia un hermoso escote que estaba por reventar tapado por una blusa blanca que dejaba ver un sosten blanco. Ese par de senos eran tentadores para la vista de un hombre pero trate de no mirarlos para no ofenderla.
– Pues si han habido muchos cambios- le dije.
– Debemos reunirnos para platicar mas y ponernos al día. ¿Que te parece?
– La verdad me parece perfecto, soy nuevo en la ciudad y casi no conozco a nadie.
– Pues no se diga mas. Pasame tu teléfono y te envio un mensaje para que te mande la dirección de mi departamento y hoy mismo nos juntamos para cenar algo.
– Perfecto.
Así que intercambiamos teléfonos y ella. Mientras salia yo gire para despedirme y note como otros comensales volteaban a mirar esas caderas que eran torneados por unos jeans apretados que las hacían ver grandes y redondas. Sonreí y no pude dejar de pensar en eso toda la tarde.
La noche llego encontrándome en la puerta del departamento de Sofia. Ella me recibió vestida de un vestido negro entallado con escote que dejaba ver esa par de senos que tenia, la forma de su cuerpo se vea imponente, cadera perfecta y cintura pequeña. Realmente estaba hermosa. Lo minutos pasaron mientras ambos preparábamos la mesa para cenar y luego comenzamos a platicar de nuestras aventuras en la preparatoria. hasta que por fin se toco el tema que tenia que ser obligatorio y principal de aquella noche.
-¿Y como es que te decidiste a cambiar? – le pregunte.
– Exageras, ya lo veías venir
– Bueno yo nunca te conocí un novio así que no podía asegurar nada en ese entonces.
– Si, Bueno… Es que la verdad en ese tiempo me gustaba alguien que estoy segura que no me correspondería.
– ¿Si, un chico?
– Así es.
– Y quien era, estudiaba con nosotros.
– De hecho eras tu
Aquella declaración me dejo helado, jamas lo hubiera imaginad, nunca paso por mi mente que el chico que era mi mejor amigo estuviera enamorado de mi. me quede callado por un rato.
– Estas bien- Me dijo
– Si, es que yo no me imagine.
-Ves, te lo dije, jamas me hubieras correspondido- Sonrió
– En ese entonces – le dije mirándola a los ojos
– ¿A que te refieres?
Tome lo ultimo que quedaba en mi copa de vino.
– Bueno, ante semejante confesión debo corresponder con una del mismo tamaño. Tienes razón, no te hubiera correspondido, a mi no me gustan los hombres, eso es definitivo, pero durante estos años he descubierto que siento una atracción muy fuerte por la chicas Trans- Ella me miraba fijamente – Así es algo con lo que luche por mucho tiempo pero termine aceptando. Me encantan las chicas transexuales, me gusta su feminidad y como suelen ser dulces y candentes a la vez. me gusta como se esmeran por arreglarse para su hombre y cuidan cada detalle para complacerlo.
Sofia me miraba extrañada y note como empezaba a sonrojarse ya no pudo mantener la vista fija en mi si no que la bajo mientras sonreía.
– Entonces…- Me pare de la mesa y me acerque a ella.
– Tienes razón, en ese tiempo no te hubiera hecho caso, pero ahora la situación es distinta. – y entonces acerque mi rostro hacia ella para unirnos en un pequeño beso al principio que termino convirtiéndose en uno muy lujurioso. Ella se despego de mi mientras notaba su respiración agitada.
– Ven conmigo- Me dijo tomándome de la mano y llevándome a la habitación.
Estando allí empezó a desabrocharme al camisa desesperadamente para terminar tirándola hacia un lado y empezar a besar mi cuerpo, en algún momento me empujo hacia su cama mientras ella aprovechaba para abrir el pantalón, le ayude con eso quedando solamente en boxer. Mi erección era mas que notoria tanto que quería desgarrar la tela para salir, pero ella no se atrevía a sacarlo se detuvo, entonces me miro a los ojos y pregunto,
– ¿Te gusto?
-Eso depende, ¿de que tamaño es tu pene?
– Muy pequeño – Me dijo sonriendo
– entonces me encantas – Carcajeo por un leve instante y me bajo el boxer de un jalón.
Me dio la mamada de mi vida, Fue muy difícil para mi controlarme y estuve apunto de venir, sin embargo pensé que eso arruinaría el momento así que cuando estuve a punto le pedí que se detuviera para subirnos a la cama. Ya estando ahí la seguí besando mientras la desvestía. Vi caer ese vestido negro para encontrarme con un imponente par de senos, Exquisitos de un buen tamaño que me llamaban a mamarlos, así que no espere mas y me dedique un buen tiempo a consentirlos, ella empezaba a gemir mientras tocaba sobre la tela de aquella tanga negra.
– Hector, ajjj, no sabes cuanto fantasie con este momento.
seguía mamándole las tetas cuando decido meter mi mano dentro de aquella tanga para tomar su pene, estaba bien rasurado, la piel se sentía suave y tersa y había dicho la verdad, su pene era pequeño y delgado, ya estaba erecto y no sobrepasaba los diez centímetros. empece a masturbarla lentamente mientras veía su reacción, ella hizo lo mismo con mi pene.
– Haaaa mi amor la tienes muy grande, sigue así. me llevas al cielo.
Mi boca seguía besando sus senos y mi mano había logrado poner duro aquel pequeño miembro, asi que habia llegado el momento, le dije que se ponga en cuatro (de a perrito) mientras le bajaba la tanga, me tomer la libertad de besar nalgas torneadas y después mi boca se poso sobre su ano para lubricarlo, todo esto sin dejar de jalar su pene que soltaba mucho liquido pre seminal para ese momento.
– Ya bebe- Me dijo – no me hagas sufrir mas y hazme tuya, ya he esperado mucho tiempo.
Me puse detrás de ella con mi miembro apuntando a su pequeño orificio de placer.
– En serio lo deseas
– Como nada en el mundo.
Al escuchar eso empece a introducirle poco a poco mi verga, no hubo mucha resistencia, solo tuvo que librar un obstáculo y después entro como si nada.
– haaa cojeme duro, no te detengas.
Estuvimos en ese vaivén por un largo rato, no podía creer que me estaba cogiendo a semejante belleza, podía ver sus nalgas golpeando mi abdomen mientra mi pene la penetraba sin control, en algún momento manoseaba sus senos y otras veces me toma tiempo para sujetar firmemente su cintura. Después de un rato decidí cambiar de posición así que la puse boca arriba, colo que una almohada debajo de sus caderas y sujetes sus piernas sobre mis hombros para por mirarla a los ojos. mientras hacia esto ella empezó a jalarse su pequeño pene al ritmo de mi vaivén. decidí no ser un patán así que yo mismo comencé a masturbarla, rápidamente vi como su cuerpo se arqueaba y su gemidos aumentaron-
-mi amor me voy a venir. Me voy a venir. Haaaj haajj Besame, quiero terminar así.
Aquel espectáculo era único, jamas en mi vida había pasado algo similar así que la bese como nunca había besado a nadie mientras sujetaba firme su pene y los chorros de placer salian expulsados de su cuerpo. Me detuve un instante para besarla mejor.
-¿Que quieres que yo haga?- me dijo separándose de mi
– bueno, súbete, montamen y hagamoslo suave hasta terminar.
– Mi amor eres un romántico – Yo sonreí y así lo hicimos, aquella noche disfrutamos de todas las posiciones posibles hasta que nos alcanzo la mañana.
Desde aquel día fue mi novia y pasamos muchas cosas juntos, experimentamos nuevas experiencias que mas adelante les contare. Espero les haya gustado este relato y si eres una chica Trans te dejo mi correo para saber tu opinión sobre este mismo.
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