Rosita…. En las vías
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El delineado oscuro en los labios rojos de rosita, le hizo ver hermosa, la expresión en su rostro era… ¿cómica? Quizás no. viéndose al espejo se lanzó un beso, guiño un ojo con las pestañas postizas y largas, la cinta plástica sujetaba el torso de su cuerpo, delgada y blanca se vio de pies en el espejo, se contempló, con la toalla enrollada como un turbante en la cabeza, poso como una modelo de revista.
Esa noche rosita iba ser ella, la que siempre soñó que iba ser, aquella mujer coqueta y muy femenina, con mucho mas feminidad que otras mujeres. Se sujetó las medias pantis con las bragas de color negro, acomodo el sostén de su pecho, haciendo que se vieran más grandes y provocativos, -como los de mi mamá- se dijo con la mirada aun en el espejo. Los nervios de aquella noche le hacían sentir miedo, un miedo que la impulsaba mucho más a querer salir ese sábado por la noche… le daba los últimos toques de polvo a su rostro, y sentía el mariposeo por lo que estaba haciendo, la risa en su labios eran de absoluta confianza y emoción contraída, ¿y por qué no? hoy era su noche, hoy ella era totalmente mujer. Cuando ya estuvo lista, peinada y vestida volvió de nuevo al espejo, se vio desde los pies hasta la cabeza, el cabello eran unos crespos oscuros que caían hasta los hombros, lo recogió de un lado, con un hermoso gancho color rosa, la purpurina brillaba en los pómulos resaltados con colorete, los labios se veía grueso y exóticos con el color rojo intenso, aquellos ojos verdes oscuros brillaban esa noche, la blusa de licra ceñida a su figura esbelta, resplandecía con su color fucsia, le quedaba más debajo de los hombros, pero ella más coqueta, la bajo más por su escote, los senos se veían abultados y perfectamente redondos, la falda azul marino, también le quedaba ceñida al cuerpo, la pretina le quedaba casi a la altura de los senos y de largo solo le quedaba un poco más debajo de las nalgas, las muñecas de sus manos iban adornadas con grande y anchas pulsera de metales, sonaban en cada movimiento que realizaba, las uñas eran largas y adornadas con los mismo colores de la ropa que lleva puesta. Agarro una pequeña cartera de mano y se hecho una ultima ojeada en el espejo.
Ni Bárbara Palacio, se ve tan hermosa como yo… ¡soy toda una Miss Universo! –termino de verse y se marchó.
Rosita controlando los nervios y la emoción salió esa noche a la 9:30 de su casa buscando su destino. Al salir al barrio, lo que estaban en las calles le quedaron viendo de arriba abajo todos con cara estupefactas; hombres, mujeres, niños, todos por igual tenía la misma expresión al verla caminar por la calle, un joven de la cuadra, se detuvo montado en la bicicleta, le siseo y le dijo muy jocoso; -huy, ¿pero pa´ donde va eso tan solo? – el joven carcajeo y silbo con los dedos en los labios –compa ¿pa´ donde va la mujer suya? Le dice el joven a otro hombre parado frente a la pared de una casa. Rosita sentía que el corazón le iba salir reventado por el pecho, aunque el primer comentario del joven la hizo sentir un rubor en las mejillas, el segundo comentario lleno de burla, la hizo sentir una sofocante calor bajar desde la orejas hasta todo su ser. Al dejar atrás el barrio salió a la av. Principal mirando a un extremo en la oscuridad, esperando que pase un carro que lleve al club donde ella piensa debutar esa noche. Se apretó las manos juntas, para calmar la ansiedad, a lo lejos se veía dos luces que venían en dirección hacia ella, se acercó a la orilla de la carretera y saco una mano al aire agitándola para detener el carro, el carro viejo y destartalado se detuvo, iba un señor de bigotes largos, la vio de arriba abajo mientras ella se acercaba para abrir la puerta, cuando la vio bien, arranco sin darle chance de siquiera cerrar la puerta, el polvo se quedó con ella mientras veía como el carro salía a toda velocidad con la puerta abriéndose por completo.
El dolor oprimió su corazón, las voces de la cabezas le atizonaron reprochando, pero inmediato ignoro todo, trago fuerte y volvió a intentarlo con otro carro que se paraba casi cerca donde estaba ella, una señora con bolsas en manos iba bajando y antes de pensarlos dos veces ya ella iba entrando al carro por los puesto de atrás, como pudo se acomodó sin casi tocar a los dos otros ocupantes de los puesto, cerró la puerta y espero que la señora que bajaba terminara de pagar al conductor, cuando ya termino, rosita estira su mano para cancelar el puesto donde va sentada, el señor que conducía le queda viendo desde el retrovisor con cara de pocos amigos, él no le recibe el dinero y, con voz imponente sin titubear le dice que baje del carro.
–Baja del carro, ¡de una vez!
–Pe… pero ¿por… que señor? ¡estoy pagando mi pasaje!- con la voz un poco alzada le contesta rosita al señor.
–Si no te abajas de una buena vez… coño e´ tu madre… ¡te bajo yo, nojoda! – el señor alterado le queda viendo desde el retrovisor.
– ¡Usted si es grosero! –abre la puerta con rabia y sale del carro y estrella la puerta cerrándola de un golpe, rosita perdiendo la compostura, con la voz gruesa pero flaqueada le grita al conductor –dale rápido coño e´ tu madre mamaguebo, antes que te parte los vidrios.
Un nudo a la garganta se le vino encima, pero con determinada fuerza la contuvo y trago grueso, no iba permitir que las lágrimas y el sudor arruinaran el maquillaje y su vestir, dejo que el enojo se disipara en su interior, tampoco iba permitir que eso dos percance con los carros le iba arruinar la noche –así sea caminando llego al club –se dijo así misma, y poniendo en marcha comenzó a caminar por la orilla de la vía de la carretera, se llevó los brazos al cuerpo como si se abrazara así misma, y tratando de no tropezar con los tacones altos fue caminando lentamente con la mirada cabizbaja.
Las voces de su cabeza, hablaban sin parar, el reproche le decía; si creía que a ella por su condición la iban a tratar bien- << ¿Qué te creías tú? Ah >> el consuelo, le daba valor- << ¡tranquila! Todo va estar bien… la gente de este barrio son ignorante, pero no todos la gente es igual >>
Una camioneta Ford iba pasando, a cuatro metros de distancia se paró, el que iba manejando saco la mano y le hizo seña que se acercara, ella con una sonrisa sin dudarlo camino apresurada hasta llegar a la camioneta azul. Era un hombre apuesto y todavía joven, se le queda viendo, mientras ella se asoma por la ventana… por un momento ella pensó que este también le iba a rechazar, pero se sorprendió cuando el hombre alargo la mano para abrir la puerta donde ella estaba parada, con una seña moviendo la cabeza el hombre la invito a subirse, aun mas sorprendida no evito una sonrisa y morderse el labio inferior, al montarse y sentarse al lado de aquel caballero que le permitió subir, solo se limitó a decir –gracias, se lo agradezco mucho señor, voy al club “sabana Grande” siendo lo más femenina posible con pierna muy unidas le miro al señor con timidez para ver su expresión, pero el hombre no giro siquiera a verla, ella lo detallo, un hombre atractivo, desaliñado con el cabello un poco largo, llevaba una gorra puesta de color verde, una barba color cobrizo le arropaba la mandíbula, que se le tensaba al ir mordiendo un palillo con los dientes. Rosita le dejo de ver para no incomodar al caballero –paso cerca del club… solo vas a caminar un poco –le dice el hombre a rosita con la mirada fija en el camino masticando el mondadientes, ella si giro a verle pero de lo tan hermoso que veía al tipo masticando el mondadientes, solo asintió con la cabeza, y dijo (más o menos algo así) –es… ta… ¡bien! –trago grueso y volvió la mirada a la carretera, apretó las manos y controlo los nervios, no lo podía creer que ella iba viajando con este hombre tan guapo y masculino, volvió a míralo, con una ojeada rápida le miro, y wou vaya que si era guapo, es el tipo de hombre que a ella le gustase vivir; macho, masculino, y un poco descuidado. El hombre iba sacaba el palillo de su labios finos y rojos, la mirada iba seria pero relajada, rosita queriendo ver más detenidamente con la mirada baja le echaba una ojeada hasta que el voltea, le mira a los ojos y le giña un ojo, con una sonrisita leve en los labios y el mondadientes a un lado de la fisura de la boca, fue rápido que a ella no le dio tiempo voltear la mirada, se encogió en el asiento por la vergüenza y oculto la sonrisa de los labios con la mano suya, se quedó viendo fijo a la vía oscura solo alumbrada por las luces de la camioneta, e imaginó ver que él también iba sonriendo…
Conocía el letrero en la vía que decía “sabana grande” la emoción dentro de ella surgió de nuevo con los nervios acumulados en el estómago, aunque iba más relajada por viajar con semejante hombre al lado de ella –me dejas en el letrero por favor –le dice ella con voz muy femenina, el caballero condujo la camioneta hasta estacionarse cerca de la valla erguida donde posaba el letrero, se detiene, cuando ya ella está por abrir la puerta, el hombre la detiene agarrándola por el codo.
Espera… por favor, quiero saber tu nombre –rosita quedo pasmada y sorprendida –yo… mi nombre es… << pensó en su nombre real… Ramón, pero le pareció fuera de lugar, decirlo >>
Me puedes decir… Rosita –de su voz sonó algo así (Ro-si-ta) pausado y articulando todo los musculo de su rostro apara pronunciar su nombre femenino, la mirada de ella fue picara viéndole a los ojos de él, ojos que le seguían la mirada de ella, sintió el olor de la boca del hombre, olía a whiskys. El hombre aun sujetándola del brazo, le dice; bonito nombre guapa –acerco más el rostro de al de ella, viendo cómo se ruborizaba y temblaba, el cerro los ojos y poso los labios fino sobre los de ella, el contacto fue el inicio para dar paso a sus lengua en la boca de ambos, el beso fue suave y pausado, el presiono con los labios a los de ella y ella lo mismo hizo con los de él, las manos del caballero la atrajo a su pecho presionándola contra él, los brazos fuertes la arropo y apretó duro su cuerpo, rosita sintió que estaba en las nubes, la pasión del caballero la hizo sentir como toda una mujer amada, dejo que el explorara cada parte de su cuerpos, en su pierna, acaricio con los dedos, su otra mano subió por el esternón, llegando a los senos de ella, (si fuesen sido de verdad, ella hubiese sentido el tacto y la presión que el hacía con las manos sobre los senos de papel) olio el olor del caballero, olía a limpio con el olor natural combinado con fragancia de caballero, aspiro para oler el cuello mientras el besaba por la clavícula, ella le agarro por los cabello y le subió de nuevo la cabeza para besarlo y cruzar sus lenguas sin parar, el contactos de ambos era frio y caliente a la vez, él se sentía atraído por su boca, la beso con fuerza, con toda la cara, le raspo con la barbilla al rostro de ella, rosita por decirlo así, ya se sentía húmeda, no estaba consiente, solo se dejaba llevar por las caricia y los besos de aquel hombre que le ha dado la cola hasta club.
Él también estaba poseído por el momento, con la mano busco a tientas acariciando las piernas de rosita, se metió entre el medio y fue tocando mientras su lengua aun estaba unida a la de ella, tocando poco a poco fue metiendo la mano entre las pierna y por dentro de la falda, sintió el ligero que unía la media pantis con la bragas, y eso fue su guía para ir subiendo más hasta llegar al sexo de rosita. Ella al sentir la mano intrusa, dio un respingo, la sujeto fuerte y le siseo con la lengua muy bajito cerca de oído, se calmó y la caricia de la lengua en su oído la relajo, dejo abrir las pierna y la falda ceñida al estar estirada se enrolló subiéndose hasta la cintura de ella. El que ya sabía desde un principio, que no iba conseguir un coño húmedo en la entrepierna de ella, siguió tocando sintiendo en los dedos que algo suave había dentro de la braga, metió los dedos y toco la tela que la cubría, (era lo que le daba forma plana y ocultaba su verdadero sexo) rosita le condujo la mano a las nalga diciéndole –mejor por aquí cariño –el hizo caso y con toda la mano sobo la nalga y el muslo de rosita, con fuerza la alzo hasta ponerse recto en el asiento y montandola en sus pierna, encima de él, rosita quedo sentada. Ella se sujetó del cuello le empujo la cabeza al cabezal, mientras lo besaba, e iba desbotonando la camisa al hombre sentía las apretadas del el, en su nalgas –ya el caballero respiraba rápido por la tensión sexual –El, la mordía por el cuello, sintiendo como ella se retorcía de placer, ya no aguantaba más y el tiempo apremiaba, se llevó una mano a su entrepierna sintiendo la dureza del sexo, bajo el cierre de la bragueta del Jeans, y con rápido movimiento saco el miembro viril totalmente erguido y lubricado, la beso de nuevo y la hizo sentar para que sintiera en la nalgas la erección gruesa y dura. Rosita sintió el grueso falo entre sus nalgas, la lubricación de la verga, le mojaba la raja del culo, el hombre la apretujaba contra él y la sentaba de golpe haciendo sentir cada vez más cerca del culo esa bestia gruesa que pulsaba entre las nalgas –vamos mami métetela toda si –le susurra al oído, ella con la mano toca el falo grueso lo aprieta y palpita en ella, la descubre por completo bajando todo la piel, quedando el miembro viril esponjoso y brilloso por la lubricación, lo guió hasta la entrada del culo, con una posición incómoda le era difícil que le entrara, además no estaba lubricada su upite, el olor sexual que emanaba la verga, le hizo provocar: agacharse y, mamarle el pene, sentir el flujo preseminal en la lengua, << le hizo totalmente agua la boca a rosita >>
Experimentar por primera vez esto; él no aguantaba más… la abrazo con un brazo por la cintura, la presiono a su cuerpo, y agarró el miembro viril en su manos para guiarlo hasta la entrada y, sin pensar en el dolor de ella, hizo presión en la entrada y fue a parar adentro la mitad de su verga gruesa dentro del culo de ella, rosita se le revolcó encima de él, pero los movimiento de ella hicieron que se la metiera toda dentro de ella, (el hombre se olvidó de tratarla como una dama solo pensó en su placer)
Se la hundió completo en el culo hasta hacerle rosar lo pelos en la nalgas de ella. El dolor que sintió rosita fue enorme, quiso pararlo para que no fuera brusco, pero el, la tomo con fuerza y la penetró hasta el fondo del upite. El dolor fue como fierro caliente dentro de ella, ardiendo dentro de sus calientes paredes anales, lo sintió que golpeaba el fondo de su recto, abarcando completamente el hueco anal, el culo apretaba sin parar acostumbrando ese intruso en su cavidad –no era la primera vez, ya sabía de estos hombres bestia que penetraban sin dolor alguno, por eso a ella le encantaba los tipos como el –el dolor se fue disipando dentro de ella, movió las cadera y le sujeto la cara al hombre con las mano, ella era ahora la que iba a estar al mando de la penetración… acostumbrando el enorme pene dentro de ella, fue bajando y subiendo poco a poco, sintiendo como la vara gruesa era apretada por el enfister anal, cuando llegaba las nalgas al contacto de los pelos de la ingle, ella retorcía de placer, repetía el movimiento lentamente, hasta chocar de nuevo las nalgas con los huevos colgantes del hombre, le excitaba la respiración entrecortada del caballero y, acelerando el movimiento de cadera le agarra del cuello dándole un beso y empezó a moverse con fuerza hacia adelante y hacia atrás, el cosquilleo de la verga entrando y saliendo en la entrada del culo, le producía placer, y veía como el hombre retorcía los ojo cerrándolos. Disfrutaba como ella sola se movía sentada encima de él, la penetración era profunda y ella con ganas se sentaba hasta al el fondo para sentirla más adentro , y para sentir también los pelo en la nalgas; (la acaricia que le proporcionaba era lo que más le gustaba) empezó a mover con más fuerzas las caderas y, el hombre cada vez más gimoteaba con fuerza cerrando los ojos, el asiento de la camioneta hacia ruido al compás de los movimiento de cadera que ella daba… el cosquilleo en el sexo de ambos se fue haciendo intenso, ella sentía que el enfister se contraía, y los músculos anales contraído empujaban hacia afuera la dura erección dentro del ano, el sentía que la verga se le esponjaba en cada movimiento, y el roce apretado por el upite le proporcionaba una sensación intensa de acabar, sentía ya el cosquilleo en el glande… ya no aguantaba.
El placer acumulado en la cadera le hizo batuquear con fuerza alzando e irguiendo la espalda del asiento, la levantó a ella con fuerza sentada encima de él… dejo que el orgasmo explotara dentro del culo… sintió como los eyaculación salía de su miembro bañando las paredes anales, mientras que ella afincaba la sentada para sentirlo mas adentro, la vio como disfrutaba la acabada, sintió en su verga la palpitación del enfister, apretando y expulsando todo el miembro grueso del culo(supuso que esa había sido la acabada de ella)
La visión la fu recuperando, como si volviese en si de lo que acababa de hacer, se quitó de encima a rosita, del todo el rato desde que la recogió por el camino de la carretera, no la había visto de verdad; la vio como ella jadeaba sentada aun la do de él, como había quedado desaliñada después de la cogida que dieron… el asustado metió su verga mojada y babosa en el calzoncillo, pensó << tu ibas a ver a tu novia Roberto >> giro su mirada de nuevo a rosita y le pidió amable y con desespero que bajara de la camioneta .
Por favor baja necesito irme ya –rosita le queda viendo con los ojos desorbitado por el placer sonríe y le dice; -vale papi… ya me bajo –baja de la camioneta acomodando la falda, le giña un ojo al hombre que la ve con cara de asustado, ve que arranca sin despedirse de ella y le grita – ¡adiós papi la pase divino!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!