Rosita… y los hombres de dos caras.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Rosita estaba en casa de María, la vecina que vive en la esquina. María tenía los pies metido en una ponchera de agua, y hablaba de un montón de cosas, mientras rosita le escudriñaba los uñeros de los dedos, ella asentía a todo lo que hablaba María, subía la mirada a verla, y se daba cuenta que no sabía de qué coño hablaba. Rosita pensó; << ¿por qué no se calla? >>
–Ah Rosy… ¡no te hagáis la loca!
–Pe, perdón María, pero no sé de qué me hablas –le responde rosita a maría.
–Ay rosita… ¿Dónde tenés la cabeza? ¡Vos está enamorada!
– ¡Que decís! María…
–Pues te pregunto; si tú y Carlos… ya sabes… ¡chaca, chaca! –le dice María, haciendo ademan con –los brazos.
– ¿Cuál? Carlos, ¡¿el de la Lupe?! Ay María… por dios no inventes cosas.
– ¡Que! Solo digo –le responde María haciendo mueca en los labios.
Rosita espabilo esa pestañas largas con dramatismo, y se puso de pie, vio directo a los ojos a María, y le dijo;
– ¡María… decidme, que esto no es un chisme!
–Ay no Rosy… es que, a julio le pareció oír eso – le responde María.
–mari por eso te pregunto… tu marido debe escuchar mejor, yo ni pendiente con Carlos.
–pero ¡ya chica! Si es así como decís; no te alteres entonces– le dice María con un deje de sarcasmo.
– me altero María… porque luego a la que vienen a reclamar y hasta ofrecer coñazos, es a mí, a este maricón que ves aquí, es al que vienen a humillar después, por un chisme.
–ya pues, no te moleste, ¡discúlpame! ¿Sí? – María le hace seña que se siente y se calme.
Después de esa molesta conversación, rosita término de arreglar las uñas, con desganas, y María tratando de disuadir la molestia reflejada en el rostro de rosita, le alardeaba por el trabajo hecho y hasta le dio un extra de dinero aparte, por lo que en realidad cobraba rosita, al arreglar y pintar las uñas.
Al salir de la casa de María, esta le recordó que viniera ahora a la fiesta. Rosita al dejar atrás la casa de su amiga, esta se dijo en su mente; << la muy perra chismosa… de estar pendiente del marido… >> con el enojo, que casi le hacía reventar una vena en la frente, ella camino hasta su casa, al estar adentro; dejo en una mesa su caja de esmalte y herramientas de limpieza, se sacó el sostén con pechos falsos, y se sobaba la marca producida por la misma. Estando sentada en el sofá de la sala, tocaron la puerta que da al patio de la casa, dejando ella, un vaso de agua en la mesa, se levanta, y se asoma por la ventana de la cocina, al ver quien era; suspiro y puso los ojos en blanco, fue y abrió, asomo la cabeza y pregunto.
– ¿Qué quiere, Juancho?
–Mami tu sabes lo que yo quiero –le dice Juancho, apretando su entrepierna.
– ¡Ay papi! Hoy no… estoy cansada –ella le ve y le giña un ojo mientras muerde el labio inferior.
–Ahora te haces, de rogar ¿no?
Juancho se acerca a la puerta, la termina de abrir, y la sujeta por la cintura, la pega hacia él, y ella inmediato sintió lo empalmado que estaba, su erección le presiono el vientre, Juancho corrió sus manos a las nalgas, y las agarro desde la parte inferior, con los brazos fuerte, la alzo y apretó con dureza cada cachete de nalga. Rosita montada en la cintura de Juancho, reían mientras el, a su espalda, cerraba la puerta con el pie derecho. La llevo cargada hasta el sofá de la sala ahí la depositó y el quedo encima de ella, metió las mano por la blusa, y le apretó las tetillas, bajo hasta la cintura y le desabrocho; el botón del short de Jeans corto, bajo el pequeño cierre, y lo jalo hasta los muslo de rosita. Juancho siseaba entre dientes, se mordía el labio y lamia cada zona del abdomen plano de rosita, estiro de ambos lados las tiras del hilo (ropa íntima) y lo soltaba para que pegara con fuerza en la piel blanca de ella. Rosita apretaba los labios, veía Juancho; un hombre de musculosos brazos, piel morena, ojos achinados y una barba, con corte de “candado” la mandíbula era gruesa, y los pelos de la barba, le hacía cosquilla, al estar Juancho rozando cada zona del esternón.
El hombre se puso de rodilla en el piso, quito con dificultad la franela sin mangas. Rosita mordiendo la uña del dedo índice, se comió con la mirada a Juancho; la piel le brillaba de sudor, las axilas la tenía peludas, y con una sonrisa y mirada maliciosa, Juancho se acercó al rostro de rosita, la miro detenidamente a los ojos verdes, y la beso, abriendo con su grueso labios, introdujo la lengua en la boca, las lenguas de ambos se entrelazaron, los de la barba, le hizo cosquilla en las comisura de los labios, Rosy atrapo al hombre sudoroso entre sus piernas, aprisionó hasta tocar el duro bojote, formado en la bermuda de Juancho, este levanto la cintura y la clavo más, en las nalgas de ella, estaba presionada contra el sofá suave. Mientras él seguía, metiendo su lengua dentro de ella, este bajo las manos hasta los muslos de ella, y de un tirón termino de bajar el short que lleva puesto Rosy. Con los pulgares, Juancho estiro las tiras del hilo, y bajo la parte de atrás, dejando el culo expuesto de rosita, besándola el cuello, y dejando marcas de chupones, el mete un dedo entre la raja de las nalgas; con el dedo del medio empieza tocar la entrada del upite, presiona y el dedo entra hasta la mita, rosita chilla y gime apretando los labios, Juancho le sisea al oído, diciéndole; –huy mami, vaya que sí, esta rica–. Ella mete la mano en medio de ellos dos, y aprieta duro, la erección de Juancho, desabrocha y baja el cierre; la gruesa verga sale del slip y por la abertura del cierre de la bermuda, aun cubierta por el capullo, ella de un jalón la descubre, el glande aparece hinchado y de color rojo oscuro. Rosita aparta a Juancho dejándolo sentado en el sofá, se pone rodilla, y se recoge de un lado el cabello, termina de jalar la bermuda hasta los pies de él, ella con las manos soba los muslo peludos de Juancho, llegando hasta el slip y bajándolo también hasta los pies, Juancho la ve a los ojos sonriendo, sus ojos achinados se vuelven mas chiquitos por la excitación, Rosy disfruta ver, el morbo de ese macho sentado, esperando que ella abra la boca y succione su miembro viril.
Las manos de uñas larga agarro esa verga torcida por el tronco, le estiro el capullo hacia abajo, acerco su boca y tocando con la lengua primero, el glande rozo el paladar, y entro en la más profundo de su garganta, rosita se dio cuenta que él, no había lavado su verga, la piel del miembro tenia residuo, y ella limpio totalmente explayando la lengua, el sabor que sintió su paladar fue una exquisitez, y mirando a los ojos marrones de Juancho se atraganto hasta arquear al sentirse ahogada. Los ojos le brillaron y se pusieron rojo, una lagrima caía por la mejilla izquierda, y hasta ella no poder más, saco la verga de Juancho totalmente ensalivada, la verga le palpitaba y brincaba hacia al ombligo de él, Rosy la sujeto de nuevo en su mano y chupando con delicadeza saboreo el glande, metiendo la punta de la lengua por la fisura. Juancho se estremeció y gimo, apretó los dientes, y la tomo por la cabeza, la hundió en su verga, hasta hacerla ahogar, la volvió hundirla y la dejo salir lentamente, mientras ella apretaba con los labios fino la dura erección, sintiendo la textura venuda de su miembro viril. Agarro su verga desde la base, y tomándola a ella por el cabello le puso la cara de lado, con fuerza golpeo el glande en la mejilla y luego cerca de la boca, se la metió y ella chupo, moviendo la cintura en un vaivén frentico empezó a cogerla por la boca, se la enterró toda y chisto de placer.
Vamos mami, ponte en cuatro; ¡te la quiero meter ya! – diciéndole con morbosidad, este se levanta, deja que ella, le chupe las bolas, y luego la pone de pie, le mete la legua y la besa con dureza, le agarra un moño de cabello, y la pone en cuatro, montada en el sofá, el saca la bermuda de entre sus pies y la hace a un lado, le da una nalgada Rosy, y esta se pone en cuatro abriendo la piernas, y pegando la cara casi a la pared. Juancho chistea con los dientes, se agacha y queda a la altura del culo de ella, con el dedo del medio, toquetea la entrada, y lo hunde sin compasión, el dedo queda sujetado por el upite, él lo saca y ella aprieta, escupe directo a la entrada del culo, y pasa la lengua hacia arriba y hacia abajo, hace movimientos en la mandíbula como si comiese algo, y el roce de la barba en la raja del culo de Rosy, ella siente un cosquilleo intenso y se estremece; el agarra de la cintura y entierra su cara en el medio de las nalgas de ella. Juancho extasiado de placer se levanta, golpea con fuerza ambos cachetes de las nalgas, haciendo sonar fuertemente, rosita solo chisto, y modio el labio inferior.
Juancho se ubicó detrás de ella, muy pegado; las bolsa rosaban las nalgas de Rosy, y ella levanto más el culo, la verga dura moja por la parte de arriba de las nalgas, y Juancho moviendo la cintura simulo estar penetrándola. El tomo su verga de la mano, apunto a la entrada del culo, y de lo baboso que estaba, el glande dio dos brochazos de arriba hacia abajo, y el sujetado duro con una mano su verga, la otra mano, hacia a un lado la nalga; puso la cabeza del miembro viril en el culo, y presiono, el glande desapareció quedando tragado, Rosy gimo y arqueo la espalda, Juancho disfrutando como su miembro desaparecía, la fue enterrando lentamente, hasta chocar la ingle con las nalgas de ella, los pelos de su verga era lo único que se veía, y sacando hasta la mitad del tronco de la verga, la vio como estaba siendo apretada por el upite de rosita. El culo de ella, estirado, se contrajo, y el, la metió hasta el fondo, la agarro por el moño, comenzando mover la cintura aun compás lento y luego frenético, viendo como su verga partía el culo de ella.
El sonido provocado por sus bolas chocando con la parte inferior de sus nalgas, junto con los gemidos de ambos; era lo único que se oía en la sala de la casa de rosita. Juancho la soltó del moño y la agarro con ambas manos por la cintura, moviéndose rápido, la clavaba hasta el fondo haciendo soltar gemidos de dolor y hasta un grito ahogado, el, con mueca de rabias en el rostro, disfrutaba abrirle el culo sin compasión. Se movía como un conejo copulando agarrándola de la cintura, echaba su cabeza hacia atrás y la gorra que lleva puesta casi se le sale al estar cogiendo con dureza el culo de Rosy. El levantaba el culo, sintiendo como ese trozo de carne gruesa, morena y caliente la atravesaba, la sentía en los profundo de su recto, y volteaba a ver las muecas de placer que dibujaba en el rostro de Juancho. Sintiendo que el esfínter se le contraía, arquea mucho más la espalda y un cosquilleo con sensibilidad en el culo suelta un chillido apretando los dientes, y sintió el orgasmo desbordado los músculos del culo, como si tuviese expulsando hacia afuera, apretó la verga y la masajeo con los músculos contraído, soltando un último gemido ruidosamente, sentía como acababa por su verga semi-erecta, mojando el triángulo del hilo. Juancho no dejaba de atravesarla, y sintió como su glande era masajeado por el culo de ella, un corrientazo cruzo su cuerpo haciéndole crispar la piel, el hormigueo desde la base de su verga llego hasta el glande, que se hincho y el enterrándola toda, sintió como la leche comenzaba a brotar con fuerza golpeando los trallazo de semen, dentro del culo de ella, él se quedó pegado, cerró los ojos sintiendo el máximo placer en su verga, corriendo por todo su cuerpo, jadeando y echando la cabeza hacia atrás y terminado de dar dos metidas más en el culo de ella, termino de correrse hasta sacarla totalmente aguada y babosa del culo de rosita.
Al salir el, dentro de ella. Rosita se levantó dando la espalda a Juancho, este se le acerco por detrás y ella sintió la verga aguada en el medio de las nalgas. El la sujeto por la cintura y la atrajo hacia él, acerco los labios al oído derecho de ella, y le susurro.
Cada vez, es más rico hacerlo contigo– le beso en la mejilla y se apartó de ella.
Juancho se vistió de nuevo y estaba más sudado cuando llego. Se sujetó la gorra blanca a la cabeza, y se acercó a rosita que terminaba de ponerse el short Jeans corto, la miro a los ojos con esa mirada de él, achinada, le beso de pico (sin meter la lengua) y le dijo; –hasta la próxima mi amor–. Ella le acompaño, hasta la puerta trasera, al estar el afuera, ella lo miraba, sostenida en el marco de la puerta, le pregunto.
¿Cuándo llegaste a casa de tu madre? – le hace seña con la boca hacia el solar de la mama que da espalda con el de ella.
–Anoche llegue, y madre esta para el supermercado… por eso te vine a visitar bebé – le giña el ojo mientras le decía.
– ¿y tu mujer como esta? – le pregunta ella afincando la mirada en él.
– Creo que bien… bueno me voy –con una sonrisa desganada gira y le da la espalda.
Rosita lo ve irse, ella no dejaba de sonreír, y negaba moviendo la cabeza. Lo vio cuando salto la pared y saltaba al otro lado; hacia el patio de la casa de su madre.
Ella recordó una vez; cuando fue invitada por la hermana de Juancho al cumpleaños de ella. Mientras ella le arreglaba las uñas. La hermana y la madre de él, le dijeron.
¡Ay! Rosy… ya sabes, trata de no, estar ante la mirada de mi hermano. El no soporta un marico –le dice la hermana de Juancho.
– Y nos disculpas, si te ofendemos, pero es así; él es, muy macho y retrogrado, como el padre –interviene la mamá que está sentada a un lado.
Rosita las miras a ambas, mientras terminaba de pasar el brillo en los pies, de la hermana de Juancho. Ella sonriendo asiente, a lo que le han dicho. Pensando, baja la mirada para pasar un brochazo de brillo en la uña, y se dice en su mente; << ya sé quién me va coger, esta noche >>.
Rosy entra a la casa cerrando la puerta. Recordando aquellas palabras que botaron de sus bocas; tanto la hermana como la madre ese día. Recordó lo que ella se dijo en su mente esa vez, y casi carcajeo al pensar qué; fue como ella lo predijo.
Y que pensar; ¡todavía me sigue cogiendo! – se dijo así misma mientras reía y entraba al baño.
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