sasha
conociendo el mundo y sus placeres.
este relato no es mio, lo tomo como base para continuar con mi saga de relaos, mi intencion no es acaparar , solo me gusto la historia y ya que no hay mas continuacion decidi hacer mi propia continuacion, creditos al creador la primera parte
Rocco y mi vecina
Mi nombre es Sasha y hoy tengo 15 años; pero mi historia comienza 6 años atrás cuando tan solo tenía 9 años. Soy el fruto de una breve historia amorosa entre mi madre y el hombre que la embarazo cuando ella era solo una adolescente. A mi padre nunca lo conocí y no pienso hacerlo. Lo único cierto es que mi madre se hizo cargo de mi desde el primer instante a pesar de tan solo tener 15 años cuando me trajo al mundo.
Mi madre y yo vivíamos en una pequeña casa, algo humilde, por cierto, pero nunca me falto nada. Tenía un perro muy grande; mezcla de rottweiler con algo más que además de hacerme compañía era mi guardián cuando estaba en la casa sola ya que mi madre trabajaba sin parar diariamente y solo nos veíamos a la noche. A pesar de tener en ese entonces 9 años; mi altura es menor a la normal y solo medía 1.15 metros, lo que me hacía parecer más niña aún. Además de ello, poseía un cabello rubio y largo que llegaba hasta por debajo de mis nalgas.
Un día de verano; me había propuesto bañar a Rocco, así se llamaba mi perro y me encontraba en el jardín rociándolo con la manguera mientras lo enjabonaba. Sin darme cuenta llegue hasta su miembro viril y fue la primera vez que ese tubo carnoso me llamo la atención a pesar de que no era la primera vez que lo bañaba. Estaba hipnotizada por ese pedazo de carne peluda y no podía soltarla de mi mano.
Lentamente comencé a moverlo hacia adelante y hacia atrás. Al hacer esto, sentí como ese trozo de carne comenzaba a crecer no solo en diámetro, sino que también en largo y pronto una barra de color rojo intenso y con varias venas violetas habían salido del capullo protector. A Rocco parecía agradarle mis caricias e instintivamente comenzó a mover sus caderas cada vez con más intensidad. Después de unos minutos; la verga canina empezó a escupir una gran cantidad de líquido blanquecino. Al finalizar; mi perro me gruño como pidiéndome que lo soltara y así lo hice.
Rocco se lamio su miembro viril mientras se recostaba en el pasto del jardín como si se estuviera limpiando. Yo quedé sorprendida por ello y por un largo rato lo observé detenidamente para después ingresar a la casa. Allí tomé la notebook que mi madre me había regalado recientemente e introduje en el navegador la frase “sexo con perros”.
El resultado me sorprendió, ya que a medida que abría las páginas; estas me dirigían a portales de zoofilia y que en su mayoría eran videos. Hasta ese momento no podía creer que existieran mujeres capaces de dejarse penetrar por algún animal y las imágenes no solo me sorprendían, sino que también había comenzado a sentir un intenso hormigueo en mi entrepierna y en mis pezones.
No sé porque me termine desnudando mientras continuaba observando los videos y en un determinado momento comencé a sentir que Rocco olfateaba mi entrepierna, lo que hacía que mi hormigueo se intensificara y que además comenzara a gemir suavemente.
Unos minutos más tarde; inconscientemente lleve a Rocco hasta el jardín y me coloque en posición de perrito a su lado. El can rápidamente se colocó detrás de mí y ahora lamia no solo mi vulva, sino que también mi cola. Yo estaba como poseída y gemía cada vez más intensamente. Cada lengüetazo de mi perro me producía una descarga que erizaba mi piel y me hacía sentir cosas que nunca había sentido hasta ese día. Instintivamente arquee mi espalda hasta casi tocar el césped con mi rostro y separe un poco para que de esta forma mi cola quedara elevada.
De forma sorpresiva y con fuerza; Rocco se montó sobre mí, lo que me asusto un poco e instintivamente lleve una de mis manos hacia mi vulva infantil para evitar que el animal me desvirgara la vagina. En varias ocasiones pude sentir como la punta de la verga canina golpeaba con fuerza mi mano o se frotaba entre mis nalgas, lo que me excitaba mucho y antes de que me diera cuenta sentí como el perro intentaba penetrarme analmente.
Fue en una fracción de segundos cuando sentí que la punta de la verga canina golpeo mi ano y se introdujo casi por completo. Esto me hizo dar un fuerte grito de dolor y suplicarle a Rocco que me soltara mientras unas lágrimas rodaban por mis mejillas; pero el can me tenía fuertemente sujetada con sus patas delanteras en mi cintura y parecía estar poseído.
Después de unos minutos en que el miembro viril de mi perro entro y salió de mi recientemente ano desvirgado ya no sentía dolor y comenzaba a gustarme ser sodomizada por mi mascota. Esto hizo que frotara con mi mano mi entrepierna y gimiera desenfrenadamente sin darme cuenta que mi perro me había introducido su bola en mis intestinos y comenzaba a crecer para después comenzara descargar su esperma dentro mío. Todo mi cuerpo tembló y cada musculo se tensó produciéndome una agradable sensación que después sabría que había sido mi primer orgasmo.
Comencé a sentir que mis intestinos se inflaban producto de la gran cantidad de líquido seminal y hasta se me había inflamado un poco el abdomen. Rocco intento desmontarse y fue cuando sentí un fuerte dolor en mi cola producto del famoso abotonamiento perruno, lo que me hizo largarme a llorar desconsoladamente.
– Tranquila nena, tranquila – dijo una voz algo femenina y desconocida para mí.
– Quien… quien es… usted – respondí lloriqueando.
– Me llamo Sandra y soy tu nueva vecina – me respondió una mujer con un bikini azul.
– Estaba en el patio tomando sol cuando te escuche gritar – dijo la mujer acercándose a mi lado.
– No pude evitar espiarte por sobre el tapial, perdón – agrego la mujer tomando mi rostro con sus manos.
– Rocco… Rocco no se quiere salir – dije yo mirándola fijamente a sus ojos marrones y llorando.
– Si… lo veo… – me respondió Sandra sonrientemente – Es que te ha abotonando como la perrita que eres. jejeje – dijo mofándose de mi desgracia – ¿Es tu primera vez verdad? – pregunto la vecina.
– Si – respondí avergonzada.
– Cómo te llamas pequeña perrita – pregunto sujetándome con fuerza la mandíbula con una de sus manos.
– Me llamo Sasha y tengo 9 años… aaaayyy – respondí y grite justo cuando Rocco intento zafarse del abotonamiento y en el cual me arrastro unos metros.
– Por favor sáquemelo – suplique yo a la mujer.
– Tranquila pequeña. En unos minutos se va a salir solo – me respondió la mujer mientras comenzaba a acariciarme la entrepierna con una de sus manos.
– Aaaggghhh… nooo… que hace… – respondí yo gimiendo.
– Tranquila perrita… esto te va a gustar – dijo para después besarme fogosamente en la boca.
Mis ojos se abrieron ante semejante beso ya que era la primera vez que alguien me hacía algo así y continúo haciéndolo hasta que finalmente Rocco de desengancho de mi trasero. El sentir la lengua de esta mujer explorar mi boca mientras acariciaba con su mano mi entrepierna me hacía sentir muy bien y disfrute de ello.
Cuando Rocco se desabotono, se fue hacia un lado del jardín y comenzó a lamerse su miembro viril. Fue en ese instante en que mi vecina dejo de besarme para colocarse detrás de mí para inspeccionar mi cola.
– Wow… sí que te rompió bien el culo – dijo Sandra mientras acariciaba mis nalgas – Solo falta que pruebes con una pija humana ahora. Jejeje – agrego mi vecina.
– Yo… yo… – respondí titubeando e intentando ponerme de pie.
– No… no… quédate así que ahora me toca a mí – me respondió a la vez que con una de sus manos me sujetaba del cuello y me impedía pararme.
– Señora… que me va a… aaayyyy – respondí y grité al sentir que algo más grueso que la verga de Rocco se introducía nuevamente en mi cola.
– Tranquila perrita… esta es una verga humana – respondió la mujer mientras comenzaba a menearse dentro de mi ano con su verga y me volvía a acariciar la vagina con una mano.
– Aaayyy… aagghhh – atiné a respondí yo.
– ¿Te gusta verdad? – pregunto la mujer que ahora me penetraba.
– Siii… aaayyy… siii… aaaggghhh – respondí yo.
Por varios minutos; Sandra se mantuvo detrás mío penetrándome en ocasiones con violencia y en otras con suavidad. Después de eso; la mujer me sujeto por mi cadera y se fue recostando en el césped sin sacar de mis intestinos su verga e hizo que yo misma la cabalgara. Poco después me ordeno que me girara y así pude ver por primera vez sus grandes pechos al desnudo.
Mientras me mantuve cabalgando ese falo; su dueña se incorporó y nos volvimos a besar apasionadamente por unos instantes. Sandra me susurro al oído que a partir de ese momento seré su putita, para después comenzar a succionarme y morderme mis pezones infantiles. Esto me éxito más aun y rápidamente tuve un nuevo orgasmo que casi me hace desmayarme. Unos segundos después; fue Sandra la que tenía un orgasmo y me dijo que me llenaría de esperma mis intestinos. Yo continúe cabalgándola hasta que sentí como su verga perdía algo de fuerza y se salía de mi cola.
Permanecimos un largo rato recostadas en el pasto del jardín mientras que de mi cola brotaba la mezcla de semen canino y humano. Esta mezcla caía sobre el falo de la transexual y de su zona púbica mientras nos besábamos.
Continuara
wow buen relato sigue contando… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉