Sissy en Puebla. Motel RUSH
De nuevo yo, una travesti de la ciudad de Puebla relatando como un maduro me parte el culo en un motel de la ciudad.
Hola de nuevo, hace mucho que no escribía un relato. Escribí una serie de relatos de 4 partes llamado «De Chica solo porque estaba Aburrido» hace tiempo, dónde relataba como tenía encuentros con hombres maduros solo por diversión y morbo. He visto que los han copiado y pegado en otras páginas de relatos eróticos lo que no me molesta, pues me exita que mucha gente se masturbe con mis experiencias. Pues bueno, ahora vengo con más relatos.
Antes de empezar, he de describirme; en lo habitual soy un chico de 171, 24 años, tez morena, cabello negro un poco largo, me gusta lo gótico/dark y a veces me gusta lucir algo femenino. Complexión delgada/regular y nada más.
Cómo algunos ya se imaginan, tengo un perfil secundario en facebook dónde puedo ser la chica travesti que me gusta ser y algunas veces recibo invitaciones a «pasarla bien» aunque realmente a mí no me gusta aceptar, pues siempre son gente grosera o muy vulgar. Hasta que por supuesto, llega algún caballero. Y es este caballero que inicia una conversación agradable; él está en sus 50’s, es delgado y de voz gruesa. Me dice que le gustaría verme y yo acepto.
Quedamos de vernos en un motel cercano, uno llamado RUSH algo conocido aquí en Puebla. Paga la habitación y sale un momento en lo que yo me preparo. Me doy una ducha, me quito el poco vello que no me quite en casa y procedo a vestirme. Para esta ocasión uso un body negro-transparente de cuerpo completo, un corsé para modelar mi cintura, brasier negro a juego, tanga de encaje dónde escondo mi pequeño pene (esto no lo conté antes, pero uso una jaula de castidad para no usar mi pene como toda una sissy y por eso, ahora es más pequeño que antes); encima una falda negra ondulada, una blusa azul, zapatillas de tacón bajo, mi peluca rizada con cabello hasta los hombros y algo de maquillaje. Me gusta verme de chica y aunque ya no me exita tanto (pues ya me acostumbré a verme así) esta ocasión sentía como mi pequeño pene se despertaba.
Pasaron los minutos acordados y él entró a la habitación (a quien llamaremos «Javier»)
Javier me tomó por la cintura y se acercó a mi, diciendo lo bien que me veía y lo mucho y diferente que me veía como chica. Le agradecí y sin esperarlo me besó en la boca. Se le notaba exitado y con ganas de follarme, así que solo me deje llevar por el momento pues yo sentía la necesidad de una verga en mi ano.
Después de unos besos, empezó a quitarse el pantalón para hacer lo que veíamos a hacer. Me sentó en la cama y me acercó su entrepierna. Tome su boxer y pude ver esa erección, solo pude acariciarlo por encima de la tela, me gusta mucho hacer eso antes de bajar la tela e introducir ese miembro en mi boca. Tenía un sabor salado pero no malo, muy duro y marcado, de tamaño normal pero aún así podía sentir las venas de ese pene con mi lengua. Pude ver cómo Javier sacaba su teléfono para sacarme fotos con su miembro en la boca. No me negué pues me gusta tener recuerdos de lo puta que puedo llegar a ser. Tomó varias fotos de mi con su miembro bien ensalivado y bien dentro de mi boca. Pasados varios minutos de estar mamando su verga me pidió que me subiera a la cama y me pusiera en cuatro, sabía lo que seguía y ya no podía esperar. Pensé que trataría inmediatamente de meter su verga pero lo que hizo fue mejor. Lamió por las orillas y por dentro mi ano de una manera tan lujuriosa y deliciosa que no sabía que podía sentir placer de esa manera en el ano. Metía y sacaba la lengua, hacía círculos alrededor y mordía mis nalgas. Después de eso finalmente se levantó, se puso un condón y de un empujón metió su verga en mi ano. Entró con mucha facilidad por lo dilatado y mojadito que estaba todo. Solo pude apretar para sentirlo lo más posible empecé a moverme de adelante hacia atrás, era yo quien llevaba el ritmo al inicio pero su calentura era mayor. Me tomó por la cintura y empezó un mete y saca frenético, el solo bufaba y metía con furia su pene dentro de mi ano. Yo solo me limitaba a ser sumisa, apretar las nalgas y gemir cómo una puta. Me gustaba como se sentía esa verga madura dentro de mi. Estar vestida como una puta solo lo hacía más exitante y sentía que me iba a venir en cualquier momento. Para ser alguien mayor, tenía mucha potencia sexual y eso me gustaba; yo sudaba y sentía como sus bola chocaban con mis nalgas, mi ano ya no oponía resistencia de ningún tipo y ese miembro solo entraba y salía. Poner mis piernas en sus hombros para recibir mejor su verga fue aún mejor. Yo solo veía como mi pequeño pene trataba de tener una erección pero no podía y solo estaba dentro de la tela de mi tanga negra. Unas fotos más y otros 10 minutos de embestidas a mi ano y Javier había terminado.
No podía mover las piernas por lo exitada y usada que estaba.
Ahora Javier tenía que irse o su familia haría preguntas, pero yo ya estaba satisfecha y bien cogida con el ano dilatado pero contenta.
Me había gustado mucho la forma en la que dilató mi ano con un beso negro, así que habría más encuentros en el futuro.
Esperen mi siguiente relato uwu.
Pueden pedir mi Twitter (donde hay muchas fotos mías) y Telegram en un comentario, ya sea de hombres con ganas de pasar un buen rato o de otras chicas travestis de la ciudad. Estoy abierta a opciones.
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