Un Día en la Estética
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por escritorderelatos.
Salió un chico muy afeminado detrás de la cortina y le dijo, córtaselo Xaviera que te cuesta. La señora que estaba siendo atendida opinó lo mismo. Ok, lo are. El chico afeminado me dijo se te ofrece algo, un café, un vaso de agua o una soda, escogí lo último. Puedo ocupar su baño? La estilista respondió si está al fondo a la izquierda. Aquí todo está al revés ja, ja, ja. Entré al baño y pude ver algunas tangas tendidas de color rosa, negra y roja, la puerta no cerraba del todo, estaba orinando y vi que se entreabrió, el chico me dijo que lindo pene, del susto salpique mis pantalones, él sacó una toalla y me empezó a limpiar. Me quise hacer un lado pero seguía orinando, él no dejaba de ver mi pene, por fin termine y lo sacudí un poco, me dijo te ayudo? Aún no respondía cuando ya lo tenía en sus delicadas manos exprimiendo las últimas gotas, le quité la mano diciéndole yo puedo solo. Él me dijo mira aquí está algo sucio, cuando lo hice aún lado para ver si era verdad, lo agarro de nuevo. Yo te lo limpio, y sin darme tiempo a nada se lo metió a la boca, me quise zafar pero parecía sanguijuela. Reaccioné unos segundo después, lo jale del cabello y le dije ya está bien.
Cuando salí la señora ya no estaba, Xaviera me dijo toma asiento guapo. Llegó el chico despidiéndose, le dijo algo a ella y solo sonrió. Me puso la capa y vi que tenía dos botones de su blusa abiertos, usaba un Bra de encaje negro que contrastaba con su piel blanca llena de pecas. Me acaricio el cabello y me preguntó cómo lo vas a querer, corto atine a decir mientras no le quitaba los ojos a sus senos enormes. Puso algo de música encendió una vela aromática y me dijo te molesta si bajo la cortina, es por seguridad, ok me parece bien.
Charlamos de varias cosas, cada que podía me sonreía coqueteándome, me re pegaba sus senos o me mostraba su enorme culo agachándose a tomar cualquier cosa de una gaveta que tenía. Cada que me cortan el cabello me pasan dos cosas, o me da sueño o se me para, ocurrió lo segundo. Me quito la capa y se dio cuenta de una enorme erección que tenía. Muy picara me preguntó quieres ir al baño de nuevo? Porque creo que tienes ganas señalándome. Sonrió y me dijo porque no creo que yo te la haya provocado, tenemos rato aquí y no me has tocado el culo ni una sola vez. Se puso de lado contoneándose y observe sus grandes curvas. Sé que soy fea, bajó la mirada, tal vez no te guste. No es eso, solo que soy un caballero. Qué lindo que seas un caballero eso me gusta, porque aquí vienen muchos hombres solo a verlo, a tocarlo y a decirme cosas sucias, (se hizo la inocente). Mi pene estaba que estallaba, me diste confianza, nunca me quedo sola con un desconocido, imagínate si viniera un violador, (pensé de eso has de estar pidiendo tu limosna).
Me puso la capa y me dijo entonces si te gusta mi culo? Si bastante. Terminó de cortarme el pelo y aún traía la erección, me puso la mano ahí, sabes envidio a tu esposa por lo que se va a cenar esta noche. Soy soltero, le dije, no te creo, te va a crecer la otra nariz se rio. Sabes desde que entraste me gustaste mucho. Sabes desde que entre me fascino tu culo. No te creo mentiroso, dándome la espalda, alargue mi mano y se lo toque por primera vez, soltó un suspiro de aprobación. Mi mano se perdía en esa inmensidad de carne, ella se abrió de piernas y me le pegue por la espalda. De verdad te gusto? Me encantan tus piernas y tu culo le dije. Y eso que ya no lo tengo como antes, que iba al gimnasio. En ese entonces si estaba muy buena. Pues yo creo que te caes de buena mamita. Nos besamos por largo rato, sacó mi pene del pantalón me sentó en la silla y se agacho a chuparme la verga. Ninguna mujer me la chupo como lo hizo Xaviera. Que rica está me comentó, tenía razón Luisito (el afeminado). Te dijo? Sí, que tu verga sabía a chocolate ja, ja, ja. No tardé mucho, ella se abrió su blusa y me pidió que me viniera en sus tetas. Grite de placer, mientras se embarraba mi semen por todos sus senos operados.
Por enésima vez me preguntó si me gustaba su culo, si, respondí como autómata. Deja te lo muestro y se bajó el pantalón con muchos problemas por lo apretado que lo usaba. Vi su vientre plano, no sabía si era operada o no? Observe unas piernas deliciosas. Ven vamos a mi recamara. Subimos al segundo piso, su habitación era totalmente rosada, una cama King size, con muchos cojines, había cajitas de música por todos lados, flores y velas aromáticas. Vamos a bañarnos, puso la tina y vació un frasco de shampoo especial. Pude ver su culo que me tenía como loco. Bebimos unas copas de vino, mientras nos besábamos apasionadamente.
Salimos del baño y ella se tendió boca abajo. Empecé a besarle la nuca, los hombros, la espalda. Llegue a sus glúteos que eran una delicia, le di millones de besos en esas dos protuberancias. Continúe besando sus muslos, las pantorrillas totalmente depiladas, llegue a la planta de los pies y eso la excitaba en demasía. Sigue papito, sigue, sus dedos eran encantadores, chupe en medio de sus deditos y se volvió loca. Quiero que te vengas en mis pies. Yo quería penetrarla, dudaba si lograría una tercera erección en tan corto lapso. Pero la complací. Me masturbe mirando ese culo magnifico, ella me dijo déjame a mí. Comenzó a frotarme sus pies como una experta. Me vine como me lo pidió y tuvo un orgasmo sin ni siquiera tocarla.
Eres un amor papito. Te quiero pedir algo más. En mi mente surgieron mil ideas y ninguna buena. Sabes que es lo que más me gusta? Sudé frio, trague saliva. Si no quieres no eh. Pero si lo haces te voy a querer toda la vida. Con más miedo que nada le pedí que me dijera. Quiero que metas tu lengua en mi culo. Uffff respiré aliviado. Pensé que me pediría que se lo tocara o que se lo chupara o lo que era peor, que me quería penetrar. Si no te apures, nunca lo he hecho pero ahorita lo hago. Se empino en la cama, abrió su cachetes y le di el llamado Beso Negro. Ella gemía y gemía. Puse la puntita de mi lengua en su orificio rosado y grito como posesa. No sabía mal, es más no sabía a nada. Chupe su culo como si fuera una paleta de arriba abajo. Así, así papito. Me calenté de nuevo con lo que me decía y tuve una erección nuevamente. Ya me dolía la quijada de chupar su culo, pero era tanta la lujuria de los dos que no me importó y seguí taladrándola con mi lengua que ya la tenía dormida. Metí un dedo en su culo lo que provoco que tuviera otro orgasmo.
Ahora si soy toda tuya me dijo. Al oírla mi pene se puso con una firmeza absoluta. Me puso un preservativo con sabor a fresa y me la chupo de nuevo. Se volteo y me brindo una vista indescriptible. Por fin entre en ese culo enorme, le metí la mitad y ella se quejó mordiendo la almohada, no me importo y seguí metiéndosela, despacio volvió a protestar, pero no me importaron sus suplicas y de una estocada se la metí completita. Se quejó pero ni caso le hice, la monte de una manera salvaje, bestial, ese culo me provocaba una excitación total, bufaba como toro. Las quejas se transformaron en gozo, sigue amor, sigue, me alentaba. La tomaba de su cintura y empujaba muy duro, me estas partiendo en dos, lo que provocaba que mi calentura subiera al máximo. Me la vas a sacar por la boca, la tome de sus hombros y se la metía hasta el fondo, que pitote tienes, La hale del cabello y se arqueo como gata en celo. No aguante más y me vine por tercera ocasión.
Aún recuerdo con gusto esa noche de sexo desenfrenado. Estuvimos un rato abrazos, ella me dio la espalda y su trasero aún vibraba, yo estaba cansado y me quedé dormido un rato. Soñaba que tenía sexo con una chica, la excitación me hizo despertar, y era Xaviera que meneaba sus nalgas con mi pene adentro, no tenía llenadera. Quiero que te vengas en mi culo, mientras se movía como licuadora, si bien mi erección no era tan firme, si se mantenía erguido. Quiero sentir tu semen en mis intestinos. Esta vez no salió mucho semen, pero termine por cuarte vez en la noche.
Me voy a bañar amor descansa. Me dormí un rato y me despertó el aroma a café, metete a bañar ya está listo el desayuno. Eran las 4:30 am. Abrió su puerta y nos despedimos como marido y mujer. Apreté con mis manos por última vez ese culo digno de un cuadro. Regreso en 3 días le dije. Yo y mi culo te estaremos esperando. La bese y me fui directo al aeropuerto con una sonrisa de satisfacción enorme, que no se me quitó en todo el camino.
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