Un hermoso recuerdo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este es un relato completamente real, uno que viví hace mucho tiempo.
Estaba en la época de la escuela todavía, precisamente por motivo de estudio había salido del hogar familiar y vivía en un pequeño departamento que compartía con un amigo de la infancia, obviamente él era cómo todos los demás chicos, yo era un tanto diferente, puesto que yo jamás me sentí un hombre, siempre me consideré como una mujer, así que para ese momento y por presión familiar ya tenía práctica transformándome aunque todo era en secreto.
Fue un día viernes, por un examen yo tuve que quedarme y no regresar a mi ciudad natal, pero mi amigo sí se fue como cada fin de semana. Cuando llegué a casa obviamente estaba sola, pero no pensaba en otra cosa más que descansar un momento, entonces me di un baño caliente y fue justo en ese momento donde comenzó a formarse en mi cabecita cómo pasaría la noche, me depilé el poco vello que tenía y me puse un conjunto sport, después de eso me encaminé a la zona donde se ubicaban las chicas trans que ejercían la prostitución, mi plan era que una de ellas me ayudara a arreglarme, pues aún no tenía ropa propia, solamente contaba con un conjunto de bra y panty negros de encaje, nada más, eso era todo, se me dificulta un poco el resto de la ropa porque siempre he sido algo llenita, pero era más mi emoción y decisión que otra cosa, así que me encaminé al parque donde estaban las chicas trans.
Pasé más de 4 veces porque o estaban ocupadas o no había ninguna, finalmente una estaba desocupada, me acerqué a ella tímidamente y después de saludarle me preguntó si me quería divertir, dirigiendo su mano hacia mi pene, yo le dije que no, que era otra cosa lo que buscaba, ella se tornó muy respetuosa, pero cuando terminé de contarle mis intenciones su tono serio se transformó en una sonrisa, me dijo que se llamaba Karen, pactamos un precio y me pidió que regresará en una hora, porque aún no terminaba de trabajar. De camino a casa fui a una farmacia cercana y compré un par de preservativos, no sé porque lo hice, mi plan era solamente que me arreglara y me ayudara a vestirme. Como era a unas pocas calles no tardé mucho en verme sentada en la sala contando los minutos, aproveché para ponerme mi lencería y calculando el tiempo volví al parque, ya solamente estaba Karen, la salude nuevamente.
-pensé que ya no venías-
Reí con algo de nervios.
-ni loca no regresaba-
-bueno, vamos en taxi a mi casa para arreglarte-
Paró un taxi y el chofer se veía que la conocía, cuando subimos apenas lo saludó le dijo:
-te presentó a mi amigo, se quiere llamar Vanessa y es homosexual-
Yo lo saludé, me sorprendió lo bien que me sentí con el nombre y el título de homosexual, tardamos una media hora en llegar a su casa, un pequeño apartamento en las orillas de la ciudad, entramos e inmediatamente me comenzó a hacer recomendaciones sobre mi apariencia, mi aspecto era como el de cualquier otro chico, pero ella me habló de cremas, maquillajes y dietas, finalmente sacó de entre un monte de ropa una blusa de manga larga negra con las mangas transparentes, una mini de mezclilla con los bordes deshilachados y un chaleco negro de imitación de pieles. Luego me dijo que me podía vender algo de lencería, yo le mostré la mía, me dijo que era muy linda, me sentí alagada, nada más me pasó unas medias de red, luego me maquilló y me puso una peluca rubia ceniza, después me preguntó por mi experiencia con los tacones altos, le respondí que sí los dominaba, entonces me prestó unas botas por encima de las rodillas de gamuza, también en color negro y por último me roció algo de perfume, cuando me vi al espejo me encantó lo que hizo, no me veía como un chico, me veía como una mujer, estaba más que feliz viéndome al espejo cuando me dijo que teníamos que salir, yo me estremecí un poco pero acepté casi al instante, era ya de madrugada.
-vamos al parque ¿te parece?-
-sí me gustaría pero, bueno es que yo… no sé-
-jajajaja, vi los condones que se salieron de tu pantalón-
Me sonrojé y sonreí por un instante
-vamos-
-eso niña, así debe de ser-
Me preparó un bolso negro con algo de maquillaje y puso el perfume, me indicó como debía llevarlo y luego de su móvil llamó otro taxi, charlamos un instante y nos interrumpió el claxon del taxi que había llegado por nosotras, en unos minutos estábamos en el parque donde nos encontramos por primera vez.
Estuvimos un rato sentadas platicando de nuestras vidas, ella me contó sus experiencias y cómo “salió del closet”, pero ya era muy tarde y no había nada de clientes, cuando ya casi nos íbamos las luces de una torreta de policía se hicieron notar, en segundos una patrulla estaba a nuestro lado.
En el coche patrulla iba un tipo grande, apenas cabía en la patrulla, era moreno, de facciones toscas y aspecto rudo, le hizo una seña a Karen y ella se acercó a la ventanilla de la portezuela y le dijo algo, luego ella se acercó a mí me dijo
-el comandante quiere su cuota para dejarnos trabajar más del horario-
-ya no tengo más dinero, dile que ya nos vamos-
-¿querías saber lo que era ser una prostituta no?-
-pues sí-
-ésta es tu oportunidad niña-
Me estremecí, me acerqué a la ventanilla y cómo me aconsejó Karen, con la voz más femenina que pude le pedí que me invitara a dar una vuelta, él con una voz muy ronca y varonil me dijo que lo esperara en un callejón que estaba a pocos metros del parque, luego se retiró.
Yo corrí con Karen y le dije lo que pasó, ella me indicó que nos podíamos ir o si quería podía también ir al callejón, ni lo pensé, le dije que al callejón, me acompañó hasta el lugar y me dijo que esperara, ella estaría en el parque esperándome.
Me paré en la esquina de la entrada al callejón y fue cuando me sentí verdaderamente una hembra esperando a su macho para complacerlo, estaba nerviosa, me temblaban un poco las piernas, entonces vi la patrulla, apagó sus luces y entró al callejón, caminé hacia la patrulla y entonces fue cuando el comandante se bajó del auto, era enorme, medía casi dos metros, yo apenas alcanzaba con todo y los tacones de 12 cms el metro setenta, mientras caminaba hacia él vi que se paró frente a una pequeña puerta, le abrieron y luego caminó hacia mí, me alcanzó a medio callejón, me tomó por la cintura y me plantó un beso, sentí su lengua cómo violaba mis labios cerrados, sentí cómo recorrió mi boca entera por dentro y después de unos segundos le correspondí el beso, nuestras lenguas se entrelazaban y jugaban apasionadamente, con una mano me sujetaba de la cintura y con la otra me acariciaba la colita y las piernas.
En ese beso me llevó hacia la puerta que le habían abierto, me llevó sin dejarme de besar hasta un cuarto donde de mi boca pasó a mi cuello, mientras me apretaba las nalguitas y las acariciaba apasionadamente, su mano se metió debajo de mi falda y comenzó por bajarme las medias y luego metía su mano por debajo de mi panty buscando mi agujerito, me quitó el chaleco y se aflojó la corbata del uniforme, de desabotonó un par de botones de la camisa y me indicó que siguiera con la tarea y se la quitara, cuando se la quité encontré un pecho musculoso, con algo de pancita, pero muy musculoso, me quitó el chaleco y la blusa, lamía mis pezones y los mordisqueaba, introdujo uno de sus dedos en mi colita y me besaba más apasionadamente, cuando me di cuenta estaba solamente con la panty y las medias a las rodillas, él solamente estaba en bóxers, sacó su pene, no voy a hablar de medidas pero es el más grande que he probado, me hizo mamárselo sin condón, se vino dos veces, me dolía la quijada y estuvo a punto de ahogarme, por el tamaño y por la cantidad de leche que me hizo saborear y tragar toda su leche que estaba hirviendo, luego me hizo girar sin darle la espalda, mientras me besaba el cuello y me hizo ponerme a cuatro patas sobre la cama
Entonces me preguntó si era mujer, yo le dije que sí y él me dijo que las mujeres menstruaban, no me dio tiempo de contestarle cuando de golpe me atravesó con su pene, sentí que me partía en dos, empezó a bombearme sin miramientos, aunque yo le suplicaba que se parara, que era virgen, pero eso hizo que aumentara las embestidas, yo gritaba de dolor, era algo entre ardor y ruptura, pero no se detenía, lo hacía más rápido, más fuerte, sentía algo en mi vientre, era algo cómo un cosquilleo, luego fue un estremecimiento, era el placer, deje de pedirle que parara para pedirle que no se detuviera, me hizo decirle que era su mujer, su puta, que era suya, entre todo eso me vine no sé cuantas veces, me perdí, era un placer inmenso, solamente lo escuché gemir y luego su pene dejó de llenar mi cuevita, se empezó a poner flácido, hasta que finalmente se salió de mí, entonces tuve la sensación de que algo me faltaba, necesitaba ahora su pene dentro de mí, pero él solamente me recostó dulcemente en la cama, se quitó el condón que ni supe cuando se lo puso y lo exprimió dentro de mi boca, saboreé su semen, después me besó en los labios con ternura.
Nos vestimos con algunos besos, yo no podía mover las piernas, me dolía mi colita, él solamente me dijo que ya era una mujer. Me ayudó a subir a la patrulla y antes de llevarme al parque se detuvo a comprarme unos tampones, regresamos al callejón para que me pusiera uno y me llevó al parque, cuando llegamos Karen ya no estaba, él hizo una llamada, minutos después Karen fue por mí, él le dijo algo y vi que le dio dinero, Karen me llevó mi ropa de niño en una bolsa y se despidió de mí, al final me dijo
-felicidades Vanessa, eres toda una mujer-
Después él me dejó en la puerta de mi casa, no podía caminar por el dolor, me besó y me dijo que era magnífica, que la ropa que llevaba puesta era mía, luego se fue.
Nunca supe ni cómo se llamaba, días después fui a buscar a Karen, pero me dijo que ya no lo había visto, no sé si fue parte de lo que platicaron, pero esa fue la noche que me hicieron mujer y fue la más maravillosa de vida.
Espero les haya gustado, mi correo es mariconaafeminada@gmail.com, espero sus comentarios, besos.
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