Una nueva zorra

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por carnaza21.
Javier llegó a su casa a la hora habitual y se dispuso a revisar los correos electrónicos de su cuenta secreta. Durante los últimos meses había desarrollado una vida paralela en la que había estado disfrutando de una nueva pasión un tanto extraña.

Había comenzado a travestirse y a exhibirse y a obedecer a gente vía videoconferencia a través del ordenador. Lo que había comenzado como un pequeño experimento lo había llevado a una pasión desmesurada, que lo había empujado a comprar lencería femenina muy provocativa, ropa en cuero y látex y diferentes instrumentos y juguetes. Sus últimas sesiones habían sido muy placenteras, y consultó ansiosamente su correo buscando alguna cita para aquella noche.

Uno de sus Amos más recientes le había enviado un correo. Apresuradamente se dispuso a abrirlo esperando encontrar una hora a la que esperaba verlo conectado. Comenzó a palidecer al leer el email: “ he estado insistiendo durante varias ocasiones en que quería tenerte para mi solo en real zorra, y siempre me has dado largas, pero eso se ha acabado. He conseguido hacerte un seguimiento, y finalmente a través de ciertos trucos de informática he descubierto tu nombre y dirección. Así que si no quieres que todo el mundo se entere de tu pequeño hobby secreto, esta noche bajarás en cuanto te haga una perdida al móvil (si, también tengo tu móvil) y te subirás a mi coche tal y como te indico a continuación: medias de rejilla negras, ligueros, tanga negro de cuero, botas de tacón de aguja altas, hasta la rodilla, minifalda tableada gris a cuadros, tipo colegiala, camisa blanca con corbata, anudada a la altura de la cintura, y debajo un corset negro de cuero. La peluca la quiero de coletas pelirroja. Lo que no tengas lo consigues, porque si me fallas en algo sufrirás las consecuencias. Hoy vas a ser solo mía zorra”

A continuación en el email enviaba todos sus datos, domicilio, nombre completo, móvil…demostrando que no era un farol. Javier palideció. Una cosa eran aquellos juegos inofensivos ante la cámara, pero en real…No obstante no tenía más remedio.No podía imaginar lo que pasaría si aquellas imágenes que había grabado llegaran a manos de sus padres o de su jefe. Resignado se dispuso a preparar todo lo encargado

Pasada la medianoche, Javier estaba preparado tal y como le habían indicado.Cuando sonó el teléfono bajó cautelosamente al portal, asegurándose no cruzarse con ningún vecino, y se escabullo entre las sombras hasta el coche negro que esperaba parado en la calle. “Hola zorra, que ganas tenía de esto” dijo el conductor. “Lo primero que vas a hacer es ponerte esto con las manos a la espalda” dijo lanzándole unas esposas sobre las piernas. Javier obedeció.

Sintió el frío acero apretarse contra sus muñecas. “No vas a necesitar las manos para nada hoy puta jeje” dijo, y paso su lengua por su cara mientras sus manos acariciaban sus muslos y su pecho. “lo vamos a pasar muy bien hoy, ya lo veras. Muy muy bien, sin duda” Se llevo la mano a la cremallera del pantalón y la abrió, dejando salir su enorme pene. “yo voy a estar ocupado conduciendo, y no me gusta la conversación, así que ponte a mamar zorra” Javier se acerco tímidamente, con miedo. Nunca antes había tenido una polla en la boca, y no era una sensación que quisiera experimentar. Cuando estaba cerca, la mano del conductor le agarró la cabeza por detrás y la empujo hasta abajo hasta metérsela entera en la boca. “no tenemos todo el día perra, vamos!” “MMMMMMMMMMM……….!!” Se resistía Javier. Una bofetada golpeó su cara “calla y chupa coño!!, sino va a ser peor” dándose cuenta de su situación, comenzó a chupar aquella polla de la mejor manera que su inexperiencia le permitía. Sintió como la polla crecía lentamente en su boca, sintiéndola gruesa y húmeda en ella. “mmmm…no lo haces nada mal para no tener experiencia zorra, serás muy buena mamadora” Javier continuó mamando durante un buen rato, sintiéndola moverse en su boca mientras el conductor jadeaba y lo abofeteaba en ocasiones.

De repente, en un momento determinado, el conductor aparcó el coche en un lateral. Javier sintió como las piernas de este se tensaban y supo que estaba a punto de correrse. Intentó apartar su boca de ella, pero antes de que pudiera sintió como su mano la empujaba hacia abajo, introduciendo totalmente su polla en ella. No tardó en sentir su leche inundar su boca. Javier sintió arcadas y quiso vomitar, pero el conductor apretó su cabeza aún más contra el. “ni se te ocurra sacar nada por esa boca perra. MMMMMMMmmmmm………me ha encantado, ahora abre bien la boca zorra” Tiro del pelo de Javier levantando su cabeza y le metió una mordaza de bola en la boca, apretando sus correas con fuerza en su nuca. “ya te dije que no me gusta la conversación ¿verdad?, buena chica jejeje” dijo mientras daba unos cachetitos suaves en su mejilla. Después lo lanzó al asiento del copiloto, se guardo su polla y continuó conduciendo. Javier observó durante varios minutos como el vehiculo callejeaba, hasta que finalmente aparcó frente a lo que parecía un club nocturno. “creo que hoy causarás sensación aquí, preciosa” Javier se revolvió e intentó protestar, pero su mordaza apagó sus gritos y sus esposas le impidieron moverse demasiado.

El conductor se puso sobre él y le colocó un collar al cuello mientras le susurraba al oído “shhhh, tranquila perrita, tranquila…” después engancho una cadena a su collar. Salió por la puerta y le ordeno que lo siguiera. Javier no dio ni un solo paso, así que dio un enérgico tirón de la cadena y lo lanzó fuera del coche. “¿ves?, has logrado hacerme enfadar, creo que esto no te va a gustar”. Cogió una bolsa del coche y sacó de ella una extraño aparato en forma de T. Ató la barra pequeña a los tobillos de Javier y la larga a su cuello. Después la tensó de manera que no pudiera levantar la cabeza apenas lo justo para poder caminar. “Ahora…CAMINA ZORRA!!” y tiró de nuevo de la cadena. Javier comenzó a caminar con dificultad debido a la barra que unía sus pies. Caminaba lentamente hacia la entrada del local, mientras se estremecía pensando en el lío en el que se había metido.