una sesión de masaje
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
Salgo de la estación del metro Zapotitlán, línea 12 por fortuna ya se encuentra en servicio, observo la numeración y camino un par de calles para llegar a un local medianamente discreto, salvo por un anuncio de neón que dice:
Estética Arcoiris
Llegué a mi destino, con anterioridad había marcado a la tarjeta que ella me había entregado en el cine ciudadela después de una deliciosa sesión de sexo oral, había acordado una cita con Tania para una sesión de “masaje”.
Entró y te veo, con un vestido corto y escotado, mostrando tus voluptuosos pechos y bien torneadas piernas.
Sonríe al verme.
“Pensé que no vendrías” – me dice –
“Aquí estoy, no me perdería de tu masaje por nada de este mundo” – respondo –
Me indicas una puerta pequeña, mientras llamas a un estilista afeminado para que cuide el lugar y atienda a los posibles clientes.
El cubículo es pequeño, en el centro bajo una lámpara con ventilador está la cama de masajes; en la pared del fondo un perchero y una silla completan el mobiliario.
Otra puerta permanece cerrada a un lado del perchero.
“el sencillo te cuesta 300 y el completo 600” – me recuerdas en cuanto entramos y enciendes el ventilador; una pequeña ventana alta y de vidrios polarizados proporciona la luz suficiente para evitar encender la lámpara.
“el completo Tania, por favor” –te respondo mientras saco el dinero de la cartera y pago.
“ponte cómodo” – sonríe nuevamente – “regreso en un momento”.
No es la primera vez que tomo un “masaje completo”, pero si es la primera vez en un lugar así, la metodología no debe ser muy diferente; así que comienzo a desnudarme y acomodo mi ropa en la silla y el perchero.
Me acuesto boca abajo sobre la cama y siento la brisa refrescando mi espalda; unos instantes después regresa Tania.
Se ha quitado el vestido y regresa con un baby doll rojo, abierto por el frente y atado a la altura de sus senos.
Comienza poniéndome aceite en la espalda, sus manos se deslizan con firmeza y descienden hasta las nalgas; sobándolas un buen rato.
Se quita el Baby Doll y el sostén colocándose a horcajadas sobre mis muslos y desliza sus senos redondos y firmes sobre mi espalda diciéndome al oído: – “ya recuerdo”, a ti te dí mi tarjeta en el cine, ¿verdad?” –
“si” –respondo, sintiendo como mi sangre fluye hacia mi miembro endureciéndolo poco a poco; mientras ella baja de la cama y acaricia con suavidad la cara interna de mis muslos acercándose ocasionalmente al escroto.
“ponte boca arriba” – me dices.
Obedezco y mi sexo se levanta erecto como mástil, sube a un pequeño banco y comienza a untarme aceite en el pecho y el estómago; pero acercando sus pechos a mi boca.
Tomo uno con las manos y comienzo a chuparlo con deleite, mientras las manos de Tania se cierran en mi miembro y comienza a acariciarlo lentamente.
Se sube a la cama y comienza a darme una deliciosa mamada, su pubis está cerca de mi rostro.
Desato la tanga dejándola desnuda, luciendo un miembro pequeño pero erecto con firmeza y procedo a introducir su miembro en mi boca.
Mientras le chupo su verga, mi mano juega con sus bolas depiladas; mientras ella sin dejar de mamar, juguetea en el ano.
“¿dónde quieres terminar papi? – me pregunta –“en mi boca, mis pechos o en mi culito” –
“quiero cogerte” – respondo –
Bajamos de la cama, ella vuelve a subir y se pone de perrita, “listo papi, dame tu verga” – me dice con voz excitada.
Por respuesta, apoyo mis manos separando sus nalgas y procedo a darle un beso negro; mi lengua rodea, lame y trata de penetrar su apretado culito; mientras ella gime y se masturba.
“ponte boca arriba” – ordeno – obedece con rapidez, subo sus piernas a mis hombros y mi pene apunta a su culo; la penetro lentamente y una vez ensartada comienzo el mete y saca mientras mis manos soban su verga y sus bolas.
No tarda en eyacular ante mis caricias, llenándome con su leche; lo cual solo aumenta mi excitación.
Me salgo de su apretado ano y me coloco sobre ella, para que mi pene esté entre sus grandes senos y comience a darme una deliciosa rusa; sin embargo (como estoy viendo sus pies) la lengua de Tania juega con mi culo; mojándolo y lamiéndolo con su lengua tibia y rosada.
Al sentir que se aproxima mi eyaculación, me separo; tomo aire unos momentos; mientras Tania se pone nuevamente de perrito, y vuelvo a penetrarla analmente.
Con fuerza y rapidez, para que mi leche bañe su interior.
Nos recostamos juntos, la abrazo y le pregunto “¿Conoces un lugar llamado Or-Bi?”
“He oído de el, pero no he ido; sola no me gustaría ir” – responde.
“¿tienes planes para este viernes?, digo si es que te gustaría ir conmigo” – vuelvo a preguntar.
“Si, me encantaría”.
Lo que pasó en Or-Bi, es otra historia.
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