Ya no fue con mi amiga Caro, pero si con Carlos y su hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por fernandacarolinategrel.
Días después yo fantaseaba salir a trabajar vestida como Fabiola, al fin y al cabo si pasaba como una chica real.
Un fin de semana que no estarían mis hijos ni vería a Carolina, el viernes fue cuando planee salir muy temprano para el siguiente sábado como Fabiola e ir por lo menos llegar al metro de indios verdes o 18 de marzo.
No podía salir en un mini vestido, así que planee con tiempo tener una falda que me llegara arriba de mis rodillas, blusa blanca y un suéter, claro mi bolsa con mis cosas y dinero, quería salir vestida como Fabiola, no quería llamar mucho la atención.
Tenía listas mis zapatillas con plataforma pero que no tienen hueco el tacón, de tal forma que usaría tacones pero sin el peligro de caer, pues eran cómodos para caminar.
El viernes anterior ya tenía todo preparado para salir por la mañana.
El sábado por la mañana me levante desde las 4:00 am a bañarme, maquillarme, arreglarme y ponerme bonita.
Con todos los nervios salí de casa casi a las 6:00 am, aun no amanecía, antes me cerciore no hubiera nadie fuera en la privada ni ninguna casa con luces prendidas, así que salí sin hacer ruido y casi casi de puntitas para no despertar a nadie.
Llegue a la puerta de la reja, abrí y salí sin que alguien me viera, con muchos nervios pero a la vez tranquila camine hasta la esquina de ahuehuete, en eso pasa un taxi y le hago la parada.
Chofer: buen día
Fabiola: hola que tal (suavice la voz lo más que pude, claro)
Chofer: súbale, ¿dónde la llevo?
Yo estaba muy nerviosa, mis manos temblaban, le pedí me llevara a la autopista
Chofer: ok.
Está bien.
Veía por el espejo como me voltea a ver, me moría de miedo que me hiciera la plática, pues mi voz no es del todo femenina.
Chofer: ¿ya va a trabajar?
Fabiola: haaaaaa, no voy a comprar unas cosas al centro.
Chofer: a que bien, no la había visto por aquí, ¿tiene poco que se cambió para acá?
Fabiola: sí, tengo poco que vine a vivir acá
Chofer: que bueno, más tranquilo por acá ¿no?
Fabiola: si, más tranquila, lejos pero si más tranquila.
Chofer: aquí estaré a sus órdenes
Fabiola: muchas gracias
Chofer: llegamos
Fabiola: gracias.
Le di un billete de a 20.
00 y me da mi cambio, baje con cuidado
Chofer: hasta luego
Fabiola: hasta luego.
En la parada de San Diego, como siempre un buen de gente y los que están ayudando a los camiones a que suba el pasaje, uno de ellos me hablo: hola buen día, a lo cual yo no conteste.
Por qué con ellos no y con el del taxi sí platique, no lo sé, solo disimule y camine rumbo a un camión que iba llegando.
Era un camión que va al metro potrero, me forme ya que se juntó algo gente.
Subí, pague mi pasaje y avance hacia atrás, encontré asiento junto a la ventanilla
Al estar sentada mi falda se subía, dejando ver arriba de mi rodilla, a lado izquierdo y pegado a la ventanilla estaba un señor ya se veía mayor y se me quedaba viendo mis piernas, pues no había nadie entre los asientos donde estábamos sentados, de hecho el camión venia casi vacío y ambos veníamos hasta atrás.
Yo hice que no lo veía, el seguía viéndome, de reojo vi que empezaba a rosarse con su mano su miembro por encima del pantalón, yo no hice nada solo disfrute el momento, aunque me sentí rara pues eso sienten las chicas cuando uno las ve insistentemente, pero pues eso buscaba yo, sentirme una chica en una situación normal.
Tenía yo unas ganas de ir a su lugar y sentarme en sus piernas para sentirle su pene, pero bueno después de que estaba casi vacío el camión, no podía ser una chica tan fácil.
Me arme de valor y disimuladamente voltee a verlo, él no disimulo solo me vio a los ojos y vi su cara llena de lujuria y sonriendo, mientras seguía frotándose su pene, yo también sonreí y baje mi vista a su mano, solo suspire y voltee mis ojos a los suyos, yo seguía sonriendo, estuvimos así un par de segundos, de repente él se levantó se acercó al asiento del pasillo, aun del otro extremo del camión.
No dijo nada, solo volteo a mirarme mis piernas nuevamente.
Yo dirigí mi mirada a su pene pues me moría de ganas de sentirlo pues se veía ya muy grande a través de su pantalón.
Nuevamente se levantó y se sentó a un lado mío, sentí su lujuria muy de cerca, su respiración, yo estaba muy pero muy nerviosa, mis manos ya temblaban demasiado y eso él lo noto.
Extraño: hola, que linda eres
Fabiola: gracias
Extraño: ¿cómo te llamas?
Fabiola: Fabiola y ¿tu?
Extraño: Jose, que bonita te ves, ¿a dónde vas?
Fabiola: gracias, voy a comprar unas cosas al centro ¿y tú?
Jose: voy a trabajar, aunque me gustaría más acompañarte, ¿Cómo ves?
Fabiola: nooo como crees, tienes que trabajar
Jose: es que te ves tan deliciosa, que no aguante las ganas, espero no te moleste.
Y vuelve a tocarse su pene.
Fabiola: no, para nada, bajo mi mano a mi pierna, él retira su mano de su pene y muevo mi mano hacia su pene y empiezo a frotarlo suavemente.
Jose: chiquita que rico mueves tu mano, hazme una, anda.
Volví a recordar cuando me sucedió, cuando era niño.
Seguí frotando su pene a lo cual yo me sentía más excitada que él.
Fabiola: mm bueno, pero solo eso, ¿está bien?
Jose: si mamacita
No dije nada más y seguía frotando con insistencia, pero él no se veía que terminara, al contrario seguía con su cara de satisfacción y lujuria, me detuve un momento y me acerque a su cara y lo bese, mientras buscaba el cierre de su pantalón.
El me ayudo y bajo el cierre y saca su pene, mi mano seguía temblando y mi respiración aumento que tuve que dejar de besarlo, para tomar ese pene que ya estaba demasiado grande.
Me moría por meterlo en mi boca, pero seguí frotando ya insistentemente o lo que es lo mismo seguí masturbándolo, hasta que me toma de mi mano y dice, ya me voy a venir, ni él ni yo hacíamos ruido, aunque me moría por gritar de placer, el metió su pene a su pantalón junto con mi mano, solo sentí su pene duro y venirse, saque mi mano para no ensuciarme.
Solo me levante le di un beso a él y lo brinque para cambiarme de asiento más adelante, pues ya íbamos a llegar al metro de indios verdes y tendríamos que bajar.
Llegando al metro de indios verdes bajo la poca gente que estaba y vi que venía, me pregunto si bajaría ahí.
Fabiola: si bajo, pero pase primero por favor.
Yo tratando de ser amable, pero lo que quería era perderlo jijiji.
Jose: ok.
Gracias
Como yo era la última le hice señas al chofer que no bajaría, sino hasta el metro 18 de marzo.
Chofer: ok.
Como le dijiste a tu amigo que bajarías aquí.
Fabiola: no es mi amigo, pero tampoco quería platicar con él.
Chofer: a ya.
Llegando al metro 18 de marzo, baje yo sola y otra señora que venía en el camión.
Me dirigí hacia el metro.
Aun no podía creerlo, iba yo como Fabiola y pues no sentí miradas de asombro, más bien de lujuria, o sea que realmente me veía como una chica.
Ha y no conforme con eso acababa de masturbar a un viejito lujurioso en el camión, solo esperaba no encontrarlo nuevamente en el metro.
Baje con cuidado las escaleras para entrar al metro y me fui hacia los torniquetes, saque mi tarjeta y pase sin problemas, camine hasta los andenes y nuevamente a subir escaleras, era poco el tiempo de haber caminado y ya me sentía adolorida de mis pies.
Camine hacia atrás del metro, esperando no encontrarme nuevamente al lujurioso viejito.
Llego el metro, no había mucha gente así que no tuve problemas para subir y no, no estaba el lujurioso viejito.
Me senté y sentí la mirada de varios hombres que estaban ahí, fue hermoso esa sensación, mi falda se subió ligeramente y me sentí feliz, solo que no levantaba la mirada, pues me sentía un poco excitada por lo que hice con el viejito casi a punto de venirme y estar en esa situación y pues veía muchas posibilidades más, pero si exacto eso es ser una chica fácil, así que me calme un poco revisando mi celular.
Una persona frente a mí no quitaba su mirada, solo la sentía frente a mí, levante mi mirada y lo vi a los ojos.
De hecho no lo vi guapo o que me llamara la atención, pero su insistencia me altero por segundos.
Volví a ver mi celular.
De repente se desocupo un lugar a mi derecha y se viene a sentar.
Desconocido: hola ¿ya a trabajar?
Fabiola: hola, no voy al centro de compras.
Desconocido: a que bien y ¿qué compraras?, si se puede saber.
Fabiola: algo de ropa para mi trabajo principalmente.
Desconocido: ¿dónde trabajas?
Fabiola: en una consultora cerca del metro Sevilla, pero pues como hoy no trabajo, aprovecho para ir.
Desconocido: a bien, yo trabajo por reforma, igual y un día podía verte para ir a comer ¿te gustaría?
Fabiola: pues si, por qué no, ¿en que trabajas?
Desconocido: en Inbursa, en el área de Afores, ¿en qué estación bajas?
Fabiola: en hidalgo, voy a transbordar hacia zócalo.
Desconocido: yo bajo después, hasta Balderas, ¿me puedes dar tu número de teléfono?, igual y te busco en la semana, ¿está bien?
Fabiola: este, si claro, es 55#### ####
Desconocido: ok.
Lo tengo y ¿cómo te llamas?
Fabiola: Fabiola y ¿tú que numero tienes?
Desconocido: soy Victor, mi número es 55#### ####
Fabiola: aquí bajo, bye
Victor: ok.
Si hasta luego buen viaje bye
Ahora resulta que hasta quieren salir conmigo, es increíble esta experiencia, de haber sabido hubiera salido como Fabiola desde antes, y no hubiera ido a perder con Gerardo ni con un viejito desconocido en el camión, por lo menos Victor se veía más educado y limpio en fin, ya veré que pasa, baje del vagón y camine hacia las escaleras que bajan en dirección a taxqueña y ya sabía que iba comprarme una peluca a una calle de la catedral, estaba emocionada, sentía miradas por todos lados de hombres.
Subí al metro y quede de pie, había mucha gente y entre con trabajo, quede de frente a la puerta de salida pero con una señora frente a mí, atrás de mí un señor que sentí su miembro pegado a mí y por si fuera poco su respiración junto a mi oreja, solo me moví un poco para no quedar mis pompis exactamente en su miembro, era fácil, pero no tanto jajajajaja.
Obvio no dije nada, después de todo me gustaba estar en esa situación.
Sentí como bajo su mano por su abdomen rosándome mi espalda, bajo un poco más su mano y roso mis pompis, no dije nada, solo baje mi cabeza.
Levante mi cabeza y mire de frente al espejo, solo vi sus ojos con lujuria, no dije ni hice nada.
Llegando a la siguiente estación solo me muevo disimuladamente para evitar su mano que seguía donde mismo, pero ahora quito su mano y sentí su miembro ya duro y pegado a mí.
No dije nada, solo baje mi cabeza y pensé, esto es lo que cada mujer sufre en la calle, en el metro, es increíble exista gente así.
Me moví para evitar su miembro, pero voltee a verlo a los ojos, solo bajo la mirada y se movió también.
Llegue a la estación Zócalo y baje, feliz de salir de esa situación que en vez de agradarme me molesto.
Salí del metro y camine hacia la catedral, di vuelta y llegue al castillo de la fantasía, una señorita muy amable me pregunto si podía ayudarme en algo.
Fabiola: si, busco una peluca, llevaba una foto en mi celular y se la mostré.
Señorita: ha ok.
Si déjame buscar
Fabiola: gracias
De rato llego con dos una negra y otra como roja pero no tan fuerte, más bien color borgoña
Fabiola: ¿si me quedaran?
Señorita: yo creo que sí, puedes medírtela si gustas.
Como yo Fabiola iba a probarme una peluca, tendría que levantarme el cabello y obvio se vería mi cara de niño.
Fabiola: no, así está bien, me llevo la negra, ¿qué precio tiene?
La señorita me dice el precio y accedí.
Fabiola: ¿puedo pagar con tarjeta?
Señorita: si claro, ¿solo la negra verdad?
Fabiola: si por favor
Entrego mi tarjeta, afortunadamente no aparece mi nombre y solo puse mi nip para pagar.
Me sentí muy nerviosa, mis manos temblaban, si había comprado peluca y ropa pero nunca vestida como Fabiola, fue emocionante.
Para entonces ya tenía hambre, pues no había desayunado.
Pregunte a la señorita que me atendió donde había un McDonald’s, me explico y fui para allá, llegue y pedí una hamburguesa con todo y fui a una mesa y comí, como desesperada, me sentía algo excitada.
Termine, me levante mi charola y la lleve a la basura, fui al baño de damas claro y entre en un privado.
Me levante el vestido y me baje las medias, mis pantaletas e hice.
Cuando termine me sentía muy pero muy excitada, me frote y se puso dura y creció, tenía que masturbarme ahí mismo, solo de pensar lo que había hecho y hasta donde estaba me emocionaba mucho, me masturbe y sentí un placer enorme, como nunca lo había hecho.
Después de eso me sentí arrepentida de haber hecho lo que había hecho, el estar vestida como Fabiola, con una falda y blusa blanca, zapatillas, maquillada, con mi bolsa de mano y recién masturbada en un McDonald’s en el centro.
Cerré mis ojos y me relaje pensando, no podía hacer como en casa, quitarme todo y vestir como niño.
No podía hacer otra cosa más que seguir con este juego, abrí mis ojos y me limpie, volví acomodar mis pantaletas, mis medias y salí del privado, una chica ahí estaba lavándose las manos.
Tenía que seguir mi juego, no podía ponerme en evidencia de que era niño solo por sentirme mal, pues me acababa de masturbar y no quiera estar de niña, que haría con la ropa que vestía, donde sacaría ropa de niño, era imposible, así que actué normal y me acerque a lavar mis manos igual, con un papel me seque el sudor de mi cara y me pinte mis labios, pues se habían despintado después de comer.
Espere unos instantes en el baño mirándome al espejo, me veía realmente bien, por un momento paso por mi mente ser realmente Fabiola, solo suspire tome mis cosas y salí del baño, me dirigí a la salida.
Vi a una chica más o menos de 35 años, delgada tez blanca, cabello negro, realmente me llamo la atención, ella iba con una señora ya grande supongo su mamá, mi instinto era verla y atraer su mirada, tonta de mí, que pensaba que iba de niño, si yo estaba vestida de Fabiola, como iba a llamar la atención de una chica, mi instinto de niño salió a relucir, pero no era posible, no todo el mundo estaba tan dañado como yo.
Solo logre verla a los ojos y cambie mi mirada a otro lado.
Camine sin saber qué hacer, camine hacia a la calle de Madero y hacia la Torre Latino, eran ya casi las 11 del día y yo en pleno centro, hice un recuento, salí desde las 6:30 aprox, masturbe un viejito en el camión, conocí un chico guapo en el metro, compre una peluca, comí en McDonald’s y me masturbe en el baño, yo creo ya es hora de regresar.
Pero al llegar a casa, se darían cuenta que soy, en la privada nadie sabe de mí y obvio al verme entrar verán claramente que soy yo.
Hare tiempo, camine hacia Bellas Artes y espere un rato sentada en una banca.
De rato me llega un mensaje a mi celular, era Carlos, el novio de Carolina, ¿Cómo fue que tiene mi numero?
Carlos: hola Fabiola soy Carlos, ¿cómo estás?, ¿oye que harás hoy?, me gustaría verte vine a la ciudad de Mexico y pensé ir a tu casa a verte más tarde, ¿como ves?
Me quede de a seis, me excitó pensar que Carlos estaba cerca de donde yo estaba.
¿Qué haré? ¿Porque me busca?, ¿para qué?, bueno para que, me queda claro, como tiene mi teléfono.
No creo Carolina se lo haya dado.
Pensé rápidamente que haré, ya no me sentía tan excitada como al principio y quería irme a casa.
Pero si el anda por aquí, podríamos vernos por aquí y no hasta mi casa.
Conteste: Hola Carlos, también estoy en la ciudad de México, podríamos vernos por acá, ¿por dónde estás?
Carlos: en serio que bien, estoy por reforma y Chapultepec, me desocupo en una media hora, ¿vienes de niño?, me gustaría más verte de niña, si es así conozco un lugar donde puedes cambiarte y luego vamos al cine ¿como ves?
Fabiola: estamos muy cerca, vengo de niña, de Fabiola, me anime a venirme desde Tecámac, tú crees, que loca, acabo de desayunar y estoy enfrente del palacio de Bellas Artes.
Carlos: perfecto, pues entonces dame un rato y voy por ti va
Fabiola: está bien, acá te veo.
Esos mensajes y volver a estar con quien estuvo a punto de estrenarme hace unas semanas, que de hecho Carolina me forzó para que probara su pene, me excito aún más, mi mente empezaba a divagar: para que me quiere ver, a donde me llevara, que me hará, que le haré yo, Carolina me dijo que si me buscaba le avisara.
¿Qué hago, Le aviso?, se va a enojar con Carlos y conmigo pues esto de Fabiola solo era entre ella y yo, y yo ando por acá, mejor no le aviso, espero no sea una trampa, pues como es que tiene mi número.
Fabiola: ¿oye cómo es que tienes mi número de teléfono?, le mande un mensaje a su celular.
Carlos: la última vez que nos vimos en lo que Carolina se bañó, vi tu número en su celular, espero no te moleste ¿ok?
Fabiola: no, no me molesta, solo la curiosidad, está bien, por acá te veo.
Carlos: ok.
Ya voy
Aún más intrigada estaba, bueno que sea lo que sea, si es trampa o solo quiere verme, veremos que sucede.
Seguía sentada esperando, de repente entra una llamada de Carlos
Carlos: hola corazón, ya estoy en Bellas Artes, ¿dónde estás?
Fabiola: hola, estoy frente al palacio en una banca con un montón de gente
Carlos: ¿cómo vienes vestida?
Fabiola: falda negra, blusa blanca y suéter negro
Carlos: ha ya te vi, órale que guapa, en serio eres tú, que linda
Fabiola: gracias, donde estas
Me había ya levantado cuando entro la llamada y camine unos pasos, de repente siento sus manos en mi cintura.
Carlos: hola corazón.
Volteo y siento su cara junto a la mía y me besa en mi boca.
Correspondí, pues que podía pasar, no estaba ni Caro ni Gerardo
Me sentí muy pero muy excitada, ya quería tocarle su pene, pero había mucha gente y pues así no.
Dejamos de besarnos y le reclamo:
Fabiola: ora tú, ¿por qué me besas?
Carlos: es que te ves muy linda y te has de sentir mejor, jajajajaja y si sabes muy sabrosa
Fabiola: jajajajaja ¿qué haces por acá?
Carlos: vine a hacer unos negocios y ¿tú?
Fabiola: pues me aloque y quise andar así como me ves por acá y pues aquí ando.
Carlos: guau pues que linda te ves, ¿Qué te gustaría hacer?
Fabiola: pues no sé, mira me compre una peluca.
Carlos: en serio woralee, pues tienes que modelármela
Fabiola: dijiste que tenías donde podía cambiarme, quieres decir un hotel ¿verdad?
Carlos: ¿quieres vamos a un hotel? Jajajajaja
Fabiola: jajajajaja nooo como crees, de hecho puedo modelarte aquí mismo, espera
Me acomode mi cabello actual, no podía quitarme la peluca que usaba, y me puse la nueva, no me quedaba bien, así que rápidamente me quite la peluca que usaba y me puse la nueva.
Carlos: haaaaaa pero que guapa, si vamos a un hotel, me toma de la cintura y me jala hacia él y me besa nuevamente, correspondo igual y quedamos así un rato, nuevamente volví a excitarme y solo deje de besar y moví mi cabeza a un lado de la de él, para suspirar de lo excitada.
Carlos: anda vamos a estar solos tú y yo, ¿sí?
Fabiola: no sé y Gerardo y Carolina, creo no es correcto, de hecho ni vernos a escondidas de ellos.
Aunque creo que si nos veríamos los 4, podríamos estar juntos tú y yo ¿no?
Carlos: bueno eso sí, pero yo quiero tenerte para mi solito.
Fabiola: bueno eso si
Pero seguíamos abrazados, él tenía sus manos en mi cintura y yo alrededor de su cabeza.
Fabiola: no sé, siento que no es correcto.
Carlos: anda tengo un amigo aquí cerca y podemos ir a visitarlo, como ves
Fabiola: ¿y si abusan de mí?
Carlos: jajajajaja como crees
Fabiola: mejor vamos al cine va
Carlos: anda vamos, te prometo nadie se enterará
Fabiola: bueno, vamos, pero solo un rato, pues tengo que llegar a casa temprano, tengo cosas que hacer allá, ¿está bien?
Carlos: ok.
Veras que no te arrepentirás.
Me suelto de él y lo veo a los ojos y vuelo a besarlo, de alguna forma Carlos era más atractivo que Gerardo.
Fabiola: ¿cómo nos vamos?
Carlos: son dos estaciones del metro hacia revolución
Fabiola: ok.
Pues vamos
Me da la mano y caminamos hasta la entrada al metro
Fabiola: ¿oye y si caminamos?, ¿es lejos del metro revolución?
Carlos: está casi saliendo del metro, sobre insurgentes, caminamos va
Fabiola: va
Seguimos de la mano y caminamos hasta el metro revolución y dimos vuelta sobre insurgentes, recordaba que en esa calle estaba la compañía donde me inicie a trabajar en eso de programar.
Fabiola: mira en ese edificio inicie a trabajar.
Carlos: en serio, woralee, ¿en que trabajas?, si se puede saber
Fabiola: soy consultora de sistemas, me va bien, ¿tú de que trabajas?
Carlos: hago negocios con autos, los compro, los arreglo y saco algo de ganancia.
Fabiola: haaa mira a mí siempre me gustaron los autos.
Carlos: ¿qué coche tienes?
Fabiola: tengo un Stratus pero ya quiero cambiarlo, quiero un JEEP, ¿cual me recomiendas?
Carlos: de JEEP, la Grand Cherokee
Fabiola: ups, si se cuál pero está muy cara, quiero un Compass o Patriot
Carlos: ya que lo tengas me invitas a dar una vuelta va, mira ya llegamos es aquí
Fabiola: a que bueno, ya me había cansado, si claro te invitare, ¿quién de tus amigos vive aquí?
Carlos: es mi medio hermano, Jose se llama
Por mi mente paso luego, aquel viejito lujurioso que masturbe en el camión, se llamaba igual: Jose, no pero ya sería mucha coincidencia.
Entramos y me presento a su medio hermano, no era para nada el viejito del camión.
Aunque si se veía más grande que Carlos.
Carlos: hermano ella es Fabiola, Fabiola ella es mi hermano José
Fabiola: hola José mucho gusto.
Jose: ven siéntate, ¿qué hacen por acá?
Carlos: pues coincidimos aquí, yo vine a ver unos clientes y Fabiola, ¿pues solo de paseo verdad?
Fabiola: jajajajaja si, vine a dar la vuelta y coincidí con Carlos
Jose: ¿quieren un tequila, ron, whisky?
Carlos: si, sírvenos un whisky va
Fabiola: ha he, este no, yo no, gracias
Carlos: hay ándale, solo uno va, si sírvenos pepe, por favor.
Fabiola: oye recuerda que tengo que llegar a casa, solo uno va.
Carlos: si claro corazón.
Recordé que Gerardo así me decía, me quede pensativa por unos instantes.
De repente Carlos se fue con su hermano a otra habitación y los escuchaba hablar en secreto.
Me levante y fui a hacia ellos, haciéndome la niña tierna que me veía, ¿qué dicen?, ¿hablan de mi verdad?
Carlos: no de ti no, aquí Jose que quiere darte un poco a probar de esa cosa, pero no estoy seguro tú quieras.
Fabiola: ¿qué cosa?, pregunte ingenua
Jose: un poco de esto, mira:
De repente saca un polvo blanco y lo pone sobre la mesa de vidrio donde estaban y obvio lo aspira.
Fabiola: haaaaaa, no yo no y me hago hacia atrás.
Carlos: si tu gustas puedes probarlo, por un momento que lo pruebes no te hará adicta y te relajaras muy bien.
Fabiola: no, pero no yo no, como crees Carlos, yo nunca he probado.
Eso.
Jose: sería buena idea que lo pruebes, no siempre se tienen estas oportunidades
Fabiola: pero luego voy a querer más y mas no, mejor no.
Carlos: anda corazón, no te pasara nada, veras como te relajas y te sientes muy a gusto va, solo un poco ¿sí?
Fabiola: mmmmm y si es tan buena como dicen que sentiré o ¿para qué lo haría?
Carlos: te sentirás más relajada y llena de energía, anda anímate
Fabiola: mmmmm ok.
Solo por curiosidad.
Carlos y Jose se voltearon a ver como diciendo, ya estuvo.
Me senté a un lado de Jose pues me hizo señas que me sentara ahí, la puso en la mesa y me dijo, acerca tu nariz y respira por ella.
Fabiola: ¿toda esa tira que pusiste?
Jose: si, te sentirás bien y muy relajada, ni el más placentero sexo te hará sentir así.
Fabiola: sexo, woralee
Carlos: anda ya anímate.
En ese momento hice lo que me dijo Jose y solo me atragante, pero después de unos 10 o 15 segundos empecé a tener una sensación de placer inimaginable, con una energía como para salir corriendo, ¿qué fue lo que hice?, voltee a ver a Carlos y avanzó hacia él y lo beso como nunca había besado a alguien, bueno solo había besado a Gerardo.
Él se extrañó, pero siguió igual y no solo me besaba pues sus manos agarraban mis pompas fuertemente.
Fabiola: ¿para eso me diste de eso verdad?, sabias como me pondría contigo
Carlos: no necesariamente pero ¿a poco no te gusta?
Fabiola: si, es excelente
Seguimos así unos segundos más, hasta que Jose se puso detrás de mí, me abrazo jalando mis pompas a su pene, sentía tanto placer que no me queje de nada, solo quería sentirlos uno en mis labios y otro en mis pompis.
Jose me levanto mi falda de atrás mostrando mis pompis con mis pantaletas y solo las bajo y las toco con su mano
Jose: huy que ricas las tienes, me las prestas para jugar
Fabiola: jajajajaja, que encajosos, ¿o sea que no me queda de otra verdad?
Carlos: ven corazón bésame y disfruta
Jose me tocaba mi pene como frotándolo quería que me viniera, estuvo a punto
Carlos me dejo de besar y me jalo a hacia él, volteando de frente a Jose, diciendo a Jose, espera yo primero.
Estando aun de pie me voltea y me empina hacia él, Jose sujeto mis manos y mi cabeza, Carlos empezaba a desabrocharse los pantalones pero Jose, ya los tenia abajo, los bajo desde que me tenía agarrando mis pompis.
Bajo su bóxer y me enseño su miembro que estaba ya erecto, Carlos empezó a frotar algo frio en mis pompis supongo gel, luego empezó a meter su dedo, para entonces Jose ya me habría la boca para meter su pene en ella, lo acaricie muy suavemente con mis labios, luego lo mame en repetidas ocasiones.
De repente casi le suplique a Carlos, ya mételo
Carlos lo hizo muy suave, pero ya que entro, saco y metió en repetidas ocasiones hasta que no tardó mucho en venirse.
Jose también ya estaba a punto, pues se lo hacía de tal forma que solo se veía que sentía placer, me dijo así, así, sigue ya mero me haces venir, espera
Como Carlos ya me había cogido y ya se había venido, ya solo me detenía de Carlos y me cansaba, le dije también si, deja me siento.
Le pedí se sentara y me subí en él, sentí como su pene me penetraba más intensamente, el dolor era enorme pero el placer mayor, me frotaba en él, pues quería sentir que se viniera.
Después de un rato, me pidió me levantara y me pusiera empinada en el sillón donde estábamos, me penetro y el placer fue inimaginable, Carlos se puso frente a mí pero me agacho hacia su pene para que lo mamará, lo hice y me sentí tan plena tan excitada, fue excitante, Jose tardo en venirse pero lo hizo, sentí algo delicioso en mi ano, que nunca había sentido, fue sensacional, Carlos saca su pene de mí boca, pero se va al lugar de Jose y me penetra nuevamente.
Carlos también había probado esa cosa por eso tenía esa energía, ahora me imaginaba porque eso era tan adictivo.
Ya me había cansado pero Carlos seguía penetrándome, mientras vi a Jose nuevamente aspirando por su nariz, solo vi que se limpió su pene y volvió nuevamente a mí, metiéndolo en mi boca, anda chiquita ¿si te gusta verdad?
Fabiola: si, me fascina estar con ustedes.
Carlos: eres lo máximo, eres tan rica, oye desnúdate completa anda.
Jose jaló mi blusa hacia mi cabeza sacándola, dejándome solo con mi bra, claro y demás cosas que simulaban mis senos.
Jose: mira que rica esta, te la voy a meter toda.
Le pidió a Carlos, cambiaran de posición y al estar Jose atrás de mí, sentí como me partía en dos, fue un dolor enorme, pero el placer era mayor, yo ya me empezaba a sentir cansada, pero Jose no paraba y volvió a venirse nuevamente.
Carlos, volvió a atrás de mí, después que Jose termino y volvió a penetrarme más suavemente.
Carlos se vino y yo me quede así, tome mi pene que ya estaba más que excitado y grande y me termine en esa escena tan excitante.
Después de eso, sentí un cansancio que nunca lo había sentido, me quede sentada, me subí mi falda me puse mi blusa y me quede dormida.
Desperté ya que sentía algo en mis pompis, era José que intentaba penetrarme nuevamente.
José: anda chiquita deja metértela otra vez
Fabiola: he, como otra vez, haaa me siento muy agotada
Carlos estaba ya acostado y se veía agotado, solo José que no tenía llenadera.
Me incorpore en ese sillón y me pidió me volteara, sentí su pene muy duro, ya no sentía tanto placer como al principio, además que ya me había masturbado.
Pero seguí ahí de alguna forma disfrutando.
Jose tardo en venirse, ya me lastimaba, al terminar, ya un tanto recuperada, le pedí a Jose me dejara bañar, a lo cual accedió.
Ya en el baño me sentía sucia, arrepentida de hacer lo que hice, ya necesitaba vestirme de niño e irme a mi casa, no sabía en qué plan estaría Carlos y José, si me dejarían ir o querían que siguiera ahí con ellos.
Termine de bañarme y me sentí muy cansada pero tenía hambre, quise salir e irme lejos de ahí, pero sé que ahí estarían ellos y no sería tan fácil salir de ahí.
Oía sus voces, cuando termine de cambiarme nuevamente con mi falda, blusa, me maquille, pensando en hacer tiempo a ver si se dormían y salir sin problemas.
Y si efectivamente después de un rato, no los oía, ya estaba por terminar cuando me di cuenta de la hora en mi celular, eran ya casi las 8 de la noche, con razón tenía hambre.
Salí muy despacio del baño y Carlos estaba dormido en el sillón, Jose estaba en la mesa aun despierto.
Jose: ¿qué tal Fabiola?
Fabiola: hola José, ¿todo bien?
Jose: si todo bien, ¿qué tal la pasaste?
Fabiola: hay José la pase estupendamente, me hicieron sentir en el cielo (no quise hablar de mis ganas de vestir de niño y de salir de ahí a como diera lugar, así que lleve la plática dándoles su lugar).
José: bueno, ya sabes aquí estoy cuando quieras.
Fabiola: gracias Jose, ¿Me tengo que ir?, ¿oye Carlos se queda contigo no?, ni modo de despertarlo
José: si, no te preocupes, le gano el sueño.
Fabiola: muy bien José pues me retiro, voy a mi casa.
José: si chiquita, ya sabes que puedes venir cuando quieras, avísame, anota mi celular, Carlos ya me dio tu número, ¿has pensado, en ganar dinero haciendo lo que haces?, y vaya que lo haces bien.
Fabiola: ¿a qué te refieres?, ¿a venderme?
José: hablándolo como es, si exactamente a vender tu cuerpecito, jajajajaja
Fabiola: ¿pues no se me había ocurrido?, ¿puedo hacerme de dinero rápido verdad?
José: así es, siempre y cuando yo te cuide, ¿tú entiendes verdad?
Fabiola: serias lo que se dice: padrotearme, ¿no?
José: exacto, ganaríamos bastante dinero, tú amiga Carolina ¿si la ubicas verdad?
Fabiola: este sí, mi pareja, bueno también de Carlos jijiji, ¿que con ella?
Inmediatamente me llego a la mente, que ella si había ido con Jose, aunque dude a que.
Jose: ella si ha venido, cuando anda corta de dinero y pues con un fin de semana, se ayuda bastante, en tu caso, hay clientes que pagarían muy bien una noche contigo.
Carlos no sabe nada de esto, así que no le menciones por favor.
Ya no dude a que había ido Carolina.
Fabiola: no te preocupes, no le comentare nada, pero bueno, deja lo pienso ¿va?
Jose: claro chiquita, cuando quieras pasar un rato agradable ya sabes, aquí estoy va, de cualquier forma yo te busco para divertirnos va, ya tengo tu número, anota el mío es: 55########
Fabiola: va.
Me acerque a él y lo bese, me abrió la puerta y salí de ahí.
Al fin estaba fuera de ese lugar, aun me sentía incomoda vistiendo de Fabiola, pero no me quedaba de otra.
Obviamente no iba a prostituirme, como le hice creer a José, pero tenía que seguirle la corriente para evitarme problemas ahí con él.
Lo que me enojo y entristeció fue que Carolina me haya mentido, claro por eso tenía que ver a su mama todo un fin de semana, que mal plan.
Camine por insurgentes norte, pase por el número 19 donde alguna vez inicie mi carrera como programador, era ya casi obscuro y me empecé a sentir libre, realizada ya no me incomodaba vestir de niña, al contrario empezaba a disfrutarlo nuevamente, pues sentía miradas caminando hacia el metro.
Para ese momento ya no me importaba si Carolina me había mentido, creo ya no necesitaba de ella, para ser yo: Fabiola.
Llegue al metro revolución y pase por el torniquete y avance hacia el andén, volví a sentirme nuevamente sensacional con esa situación.
Llego el metro y logre entrar sin problemas, pues no había mucha gente, un sr.
me ofreció su asiento, al cual me negué, diciéndole que bajaría a la siguiente estación y le di las gracias.
Llegue a Hidalgo y baje, camine hacia dirección Indios Verdes, vi a algunas chicas y me quede viéndolas mientras caminaba, que diferente hubiera sido que fuera chica natural, en fin, sé que no era así, ni modo.
Subí al metro con dirección a Indios Verdes, ni por aquí me paso, que llegaría a mi casa con el peligro de que alguien me conociera pues era aún temprano, no podía hacer eso, iba tan confiada en mi papel de Fabiola, que lo olvide, pensé igual y ni me conocen, pero igual alguien podría verme y sospechar, ha pues ni modo, yo tengo hambre y quiero llegar a casa, a pesar que se me había pasado el arrepentimiento y me sentía feliz en esa situación.
Llegue a Potrero y baje, camine hacia la salida y subí las escaleras, al subirlas pensé alguien atrás de mi estará viéndome las piernas, comúnmente yo como niño lo hacía y ahí en esas escaleras precisamente, llegue a la mitad, descanse unos instantes y voltee a ver si algún curioso libidinoso había, si efectivamente un señor sorprendí viéndome, solo disimulo y volteo hacia abajo, continúe subiendo y voltee hacia mi derecha intentando ver de reojo al señor si nuevamente me veía, si efectivamente seguía viéndome, no voltee completamente para no sorpréndelo pues me gustaba me estuviera viendo.
Llegue a la parada del camión que va a mi casa y vi al checador que siempre veo cuando regreso de trabajar, sentí miedo me reconociera, pero no, así que subí, pague mi pasaje y en los primeros me senté a lado de una Sra.
pensé seria el lugar ideal, ya no quería estar cerca de alguien que quisiera platicar conmigo.
Mire mi celular, casi las 9 de la noche, hice un recuento del día y lo mal que había hecho, si Caro se entera, se enojara a tal grado que no querrá verme, sin embargo ya no la veo como pareja ideal pues con lo que dijo José de ella, pues sé que no era confiable, realmente me entristeció que ella si este trabajando con Jose por dinero.
Aunque que tan cierto pudo haber sido lo que dijo José.
Llegue a la parada de Sn Diego y decidí caminar a mi casa, tenía hambre, pero aún tenía ganas de sentirme como Fabiola, llegue a mi privada, no vi a nadie fuera de la privada, y luces apagadas, llegue a la puerta de la reja y ahí sentí más adrenalina que en todo el día, pues que te caigan en la movida es más emocionante que en donde nadie te conoce.
Pues al parecer nadie me vio, abrí la puerta, entre, cerré con llave y camine hacia mi casa, metí la llave, abrí la puerta y entre.
Al fin en casa y emocionada porque al fin lo habría logrado, esa experiencia fue realmente sensacional, nunca la olvidare.
Ahora si me quite la ropa y me puse mi ropa de niño y me prepare algo de comer, luego vi la televisión un rato y me dormí.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!