A TRAVÉS DE LOS OJOS DE UN CHICO – EL DESPERTAR DE MI CURIOSIDAD POR LO SEXUAL
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JASROD7.
A mis 5 años, descubrí mi primer impulso sexual, una parte de mí que me acompañaría por todo el resto de la vida.
Esto sucedió en la casa de mis abuelos paternos.
Ellos vivían muy cerca de donde vivíamos nosotros, como a 15 minutos caminando.
Mi abuela siempre fue súper cariñosa con los niños varones y por aquel tiempo yo era el nieto varón mayor.
Por eso casi siempre estaba en la casa de mis abuelos, otra de las pasiones que compartía con mi abuela era el amor por la carne y eso ella lo sabía, así que cada vez que llegaba a su casa lo primero que yo decía era “abuela quiero carne” y como cualquier abuela alcahueta con sus nietos me concedía los ricos manjares que cocinaba en su cocina de leña.
Mi abuelo también estaba enterado de mi pasión por la carne y por eso procuraba que siempre hubiera algo que preparar para mí.
Lo que recuerdo y atesoro por aquellos tiempos era que le ayudaba a mi abuela a ordeñar las vacas, me encantaba “hacer” que ordeñaba y desde luego tomar leche caliente y fresca, recién salida de la ubre de la vaca.
Recuerdo que cuando mi abuela no estaba viendo me prendía de la teta de la vaca, como un legítimo ternero en media faena de amamantarse.
Eso me encantaba y cuando mi abuela se enteró lo que hizo fue reírse con su forma particular.
Esto me dio libre confianza de hacerlo con más frecuencia.
La casa de mis abuelos estaba situada en lo alto de una colina, rodeada de potreros y árboles frutales.
Otro de los motivos para visitar a mis abuelos, más seguido aún, en verano eran los árboles de mamón chino, fruta que me encanta.
Podía ingerir gran cantidad de mamones si sufrir de dolor de estómago.
Mis abuelos tenían 9 hijos, de los cuales la primera y última eran mujeres, los restantes 7 eran todos hombres, creo que esa era la fascinación de mi abuela por los varones.
Mi papá era el segundo hijo, ósea, el primer hombre de la familia.
Por eso yo era uno de los nietos mayores.
Mi tío menor, en ese entonces, podría andar por los 14 o 15 años, la verdad no recuerdo muy bien la relación que llevábamos, él era todo un adolescente mimado y yo un niño consentido.
Si recuerdo que me dejaba entrar en su habitación y ver todos sus juguetes pero no tocar ninguno.
Un día que llegué temprano a la casa de mis abuelos, estaba mi tío sin camisa y listo para bañarse, a diferencia de las demás casas, la de mis abuelos tenía el baño dentro de la casa pero la puerta daba hacia uno de los corredores laterales.
La casa de mis abuelos era de un tamaño normal, a pesar que mis abuelos si tenían algo de dinero, su casa era normal, sala, cocina, comedor, cuatro cuartos, cochera (porque mi abuelo si tenía carro), baño y servicio sanitario normal, sí había un servicio de hueco pero nadie lo utilizaba; tenía un corredor grande que rodeaba toda la casa.
Me encantaba ese corredor porque para mí se convertiría en una pista de bicicletas en el futuro.
Regresando a la historia, al ver a mi tío desnudo de la cintura para arriba, algo en mi comenzó a despertar, un no sé qué, que comenzó a crecer desde mi estómago a mi garganta, un deseo de tocar esa piel y ver más.
No sé si disimulé o mi tío se dio cuenta de mi reacción, él se metió en el baño y algo en mí no me dejaba concentrarme en otra cosa.
Lo intenté, hacer algo diferente, jugar con unos aros de bicicleta viejos que estaban en la bodega de mi abuelo, pero en cada mirada volvía a ver la puerta del baño donde estaba mi tío.
Al cabo de unos 5 minutos y cuando ya estaba logrando desviar mi mente a otra cosa, sale mi tío aun sin bañarse y con el paño en la cintura, salió a buscar algo en su cuarto, porque se dirigió a su cuarto y regresó rápido, cuando regresaba hizo contacto visual conmigo y me sonrió, yo en mi timidez desvié mi mirada a lo que estaba intentando hacer.
El morbo que crecía en mi interior era tan grande que no podía pensar con claridad, no sabía que era pero quería ver el cuerpo de mi tío a como Dios lo trajo al mundo.
Fui a hacer un recorrido por la casa para sondear donde estaba mi abuela y mi tía menor, ambas estaban limpiando la sala.
Al percatarme que estaban lejos, tomé la iniciativa para ir a la puerta del baño y con una mezcla de temor y excitación me asomé por la abertura que había entre la puerta y el suelo, literalmente está acostado en el corredor intentando ver hacia adentro del baño.
La primera imagen que logré divisar fue la de los pies de mi tío por la parte de atrás, estaba viendo lo talones de ambos pies, en ese momento escuché un ruido de alguien acercándose, me puse de pie en un segundo.
No sé cómo explicarlo pero es esa sensación de estar haciendo algo malo aunque no sabías o no lo considerabas algo malo pero que si alguien se daba cuenta te iban a regañar.
Efectivamente era mi tía menor que venía a lavar los trapos que estaban utilizando para limpiar la sala, yo hice como que iba caminando y no pasó a más.
En el instante que mi tía regresó volví a mi posición de espía, esta vez pude notar que los pies de mi tío estaban en paralelo a la puerta, de pronto él inicia un movimiento de agacharse y subir, se ponía de cuclillas y volvía a ponerse de pie; esto me asustó porque pensé que me había visto, aún así no me moví de donde estaba ya que cada vez que él se ponía de cuclillas podía notar una bolsa de piel inusual, al afinar mi vista logré reconocer que esa bolsa eran sus testículos, quedé sorprendido por el tamaño estos tenían comparados con los míos, eso hizo que mi morbo y temor aumentaran y con ello mi nivel de alerta por si me descubría él o mi tía o mi abuela.
Me puse de pie y fui a cerciorar si mi abuela y tía seguían en el mismo lugar donde las vi por última vez.
Efectivamente ahí estaban, una con el palo de piso y la otra iba a iniciar a darle brillo al piso con una vieja máquina eléctrica de pulir.
Regresé corriendo para seguir con el espectáculo privado que me estaba dando mi tío, consciente o inconscientemente; por dicha para mí, él continuaba haciendo los mismos movimientos de ponerse de cuclillas y luego regresar a ponerse de pie.
Cada vez podía notar mejor sus testículos columpiándose entre sus piernas.
En una de las veces que se puso de cuclillas así se quedó, esta vez sí creí que me había visto pero la verdad ya no me importaba, se quedó de cuclillas y por un instante inmóvil, yo sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho pero no podía ya ponerme de pie aunque hubiera aparecido mi abuela o mi tía o alguien más.
Ahí estaba petrificado contemplando las imágenes que mis ojos podían ver, de pronto él comienzo hacer un movimiento con una de sus manos, yo solo podía ver sus piernas, testículos y cuerpo moverse con un ritmo sincrónico con su mano y las gotas de agua que caían del grifo.
Ni por la mente me pasaba lo que estuviera haciendo, hasta mucho tiempo después lo descubrí… jejeje.
Podrían haber pasado segundo pero para mí fue una eternidad, él continuaba con sus movimientos y logré notar como su respiración iba aumentando en intensidad y en sonidos; de un pronto a otro comenzó a realizar unos movimientos más abruptos como convulsiones, igual hasta mucho tiempo después descubrí de qué se trataba, y al finalizar se quedó quieto, sin mover un solo musculo, yo estaba igual, inmóvil, solo podía respirar.
Su respiración se fue normalizando y de pronto se puso de pie y cerró la llave del grifo.
Esta fue la señal que mi cerebro necesitaba para reaccionar, aun sin poder procesar todo lo que había visto y oído.
Me puse de pie al instante y salí corriendo sin que se notara que hubiera estado ahí.
Le dije a mi abuela que me marchaba a mi casa, ella se despidió muy amorosamente, como de costumbre, y me fui.
De camino a casa no podía dejar de pensar en lo que había visto y porque mi tío hacía eso en el baño, de qué se trataba, porque sentía tanto temor pero a la vez satisfacción.
Una cosa sí sabía, era que no podía contarle lo que había visto a nadie.
Nunca más volví a ver a mi tío hacer eso, nunca me dio indicios de que supiera que yo lo había visto, todo siguió normal, yo no intenté repetir lo que vi, puede ser porque no tuve un panorama completo de lo que mi tío hizo, porque eso sí, nunca pode ver lo que hacía con su mano porque su pierna izquierda me lo impidió.
En fin, ese fue mi primer recuerdo de algo sexual.
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