Actrices XXX
Marcos tuvo de pronto una inclinación hacia la ponografía después de experimentar un hecho inusual. .
Marco es un hombre de 38 años, con un trabajo muy interesante, es gerente de ventas de una empresa multinacional, tiene un sueldo que lo coloca en un lugar expectante dentro de la escala social, posee título universitario, tiene buena presencia y es afable en el trato con los demás. En fin, un caballero.
Está casado desde hace 19 años con la misma mujer, Lara, de 36 años de edad, es una persona sencilla, extremadamente bella, pero que no hace gala de la misma, es una persona que viste con ropas comunes, sin resaltar su hermoso cuerpo, ni tampoco usas maquillaje para destacar los rasgos de su rostro aniñado y de finos rasgos.
Tienen una hija, Livia, que recién acaba de cumplir 18 años y de terminar el colegio secundario. Ya se encuentra anotaba en la facultad de letras ya que le interesa la lectura, y sobre todo la literatura en general, es una joven que no tiene nada que envidiarle a su madre, es tan bella como ella, no solo las facciones de su rostro sino su cuerpo, un poco más pequeño que el de su progenitora, pero igual de armonioso.
La relación entre Marcos y Lara es buena, aunque un poco aburrida, lo que su cede es que ella es bastante sencilla en sus gustos y por tanto se mueve como una mujer sencilla, con escasa a nada sofisticación, pasa la mayor parte del tiempo en su casa ocupándose de la misma y de su hija, a la que siempre incitó a estudiar y a cuidarla, se podría decir que la sobre protegió. La cuidó y la cuida mucho de la gente que la rodea, sobre todo de sus amigas, para evitar a toda costa que puedan llevarla por un camino que ella detestaría que lo transite la joven. Livia siempre le hizo caso, estudió y se recibió con las mejores notas y siempre tuvo cuidado en elegir a sus amistados para que no preocuparan a su madre. Estaba pro comenzar el año lectivo en la universidad y cuando Libia llegó a su casa y le dijo a su madre:
-Mami, tengo noticias para darte.
– ¿Qué ha pasado hija? Dijo Lara
-He encontrado trabajo.
-No es necesario que hagas eso, con lo que gana tu padre sobre para todos o que vos quieras tener o hacer.
-Lo que pasa es que quiero tener mi dinero y también usar el trabajo para distraerme de todo el estudio que voy a tener que hacer en la facultad.
-Pero no es necesario que tengas que trabajar, dijo su madre con tono seco.
-Pero mami, respondió Livia, con una vocecita apagada y casi rogando que su madre aceptara la propuesta.
-Bueno… pero contame de qué se trata el trabajo, dijo Lara.
-Es un trabajo administrativo al otro lado de la ciudad, en una empresa de ropa, no muy grande, dijo la joven.
– ¿Al otro lado de la ciudad?, dijo su madre, eso es un poco lejos, el otro lado de la ciudad está casi a una hora.
-Bueno mamá, ya estoy grande, si puedo ir a la facultad puedo trabajar y cruzar la ciudad, no es tan extraño que digamos lo que quiero hacer.
-Es verdad. ¿Y cuándo empezás a trabajar en la empresa?
-La semana que viene, cuando empieza el mes, dijo Livia.
– ¿Cómo se llama la empresa?, inquirió Lara.
-Italienne, respondió Livia con seguridad.
-Sí, allí es donde compramos con tu padre el vestido para la fiesta de tus quince años., dijo Lara sentimentalmente.
Livia se fue a su habitación y Lara quedó a la espera del regreso de Marcos para contarle la buena nueva.
Al llegar Marcos, Lara le dijo que su hija de apenas 18 años había conseguido trabajo en una empresa de venta de ropa exclusiva, cuando ella dijo el nombre, Marcos la reconoció inmediatamente. De hecho, entró en colorea con su esposa, una mujer de su casa, muy atenta, muy hacendosa, una madre que había puesto todo su empeño en criar a una hija mientras Marcos trabajaba duro para tener todas las comodidades posibles y un poco más también.
Le espetó a su esposa:
-No sabés que no tiene que trabajar nuestra hija, le dijo con un todo de vos muy fuerte.
Lara quedó inmóvil y muda ante el enojo de Marcos. Este prosiguió de una manera muy ruda con Lara, le dijo:
Vos sos muy pelotuda, la pendeja te maneja como quiere y vos le das bola, para qué mierda he trabajado tanto, pero que estudie solamente esa pendeja de mierda.
Y se retiró de la estancia hacia la habitación. Lara continuaba muda.
Pero lo más interesante estaba por llegar. Marcos desconfió de lo que le había dicho su esposa, no porque desconfiara de ella, sino que desconfiaba de su hija, a la que consideraba que era una mujercita que tenía los genes de él más que los de su madre, que era un poco apocada y callada, al mismo tiempo. Livia era extrovertida y bastante liberal en sus pensamientos, sus formas de vestir y otras cosas también.
A los tres días de haber tenido esa discusión con su esposa, pidió el día en la empresa, pero hizo como si hubiera ido a trabajar, pero en realidad siguió a Livia hasta donde se suponía que trabajada. Para su asombro Livia llegó hasta Italienne, pero no ingresó en la tienda, sino que ingreso a una casa bastante grande y antigua que era contigua a la tienda.
Se bajó de su automóvil y se acercó a la casa, allí pudo ver desde los grandes ventanales cosas que le resultaron extraños, por ejemplo, gran cantidad de hombres y mujeres que iban de un lado hacia otro. Golpeó la puerta, le abrieron y le preguntaron que deseaba, dijo que siendo abogado había sido citado por un personal jerárquico que no le dijo su nombre, pero si la dirección y que debía presentarse a las 8 de la mañana, la empleada le dijo que esperar allí que iba a buscar quién era el que lo había cita.
Esto le sirvió a Marcos para escabullirse por la casa, pasó desapercibido porque justamente la casona estaba abarrotada de gente, ninguno reparó en su llegada y menos en su recorrido. Hasta que llegó a una gran sala en donde parecía que había un set. En él que se encontraba Livia, con un baby doll, sino ropa interior y tres muchachos en bolas y erectos listos para empezar una escena porno.
Marcos mascullando bronca se fue subrepticiamente de la casona. Llegó a la empresa, trabajó como de costumbre, pero estaba con la cabeza en lo que iba a decir en su casa cuando llegara y hablara con las dos mujeres de su vida.
Se hizo el atardecer, legó a su hogar, saludo a su esposa y espero que llegara la nena de su trabajo en la empresa textil. Livia entró por la puerta principal, Marcos le dijo que se quedara en donde estaba que tenía que hablar con ella y su madre. L alocución fue corta, dijo que sabía dónde trabajaba su hija y se lo anotició a su madre y que por la mañana iba a abandonar su casa porque nunca creyó que le pasara que lo iban a traicionar de tal manera.
Transcurrió la noche, Marcos no pudo dormir y supuso que su ya ex esposa y su hija tampoco. De todos modos, pergeñó un plan que iba a llevar adelante si ocurrían algunos acontecimientos que él esperaba que sí ocurrieran. Bajo con dos valijas, las esposa y la niña se encontraban esperándolo, le pidieron que no se fuera y que reconsideraba la situación, Livia le prometió que no iba a trabajar nunca más en pornografía y Lara le dijo que iba a prestar más atención a lo que ocurriera en la casa relacionado con la hija.
Marcos se negó rotundamente, al cabo de un rato de charla, Marcos dijo que si estaban dispuestas a que todo quedara como era antes tenían que aceptar una propuesta que él les iba a realizar y que, por supuesto, podían negarse a cumplir.
Y cuál era la propuesta le preguntaron ambas mujeres a la vez.
Marcos les dijo que estaba interesado en dirigir películas pornográficas en tanto y cuento sean Lara y Libia las actrices principales y que el fuera el director de las mismas. En el caso de aceptar el propio Marcos iba a ir a charlar con los dueños de la empresa porno para que le dejaran dirigir una película con ellas y sin ningún tipo de remuneración para él, pero sí iba a pelear los caché de cada una de ellas.
Ahora quedaba esperar la respuesta de sus mujeres. Marcos esperó en living de su casa el resultado de la conferencia entre su hija y su esposa. Ambas mujeres deliberaron un rato acerca de la cuestión. Libia estaba tratando de convencer a su madre que aceptara, basaba su pedido en la amplitud mental de su padre y le dijo a su madre que tuviera en cuenta eso, que ella era una mujer que le había tocado un marido acorde a los tiempos postmodernos que corrían y que no era un troglodita como los padres de las compañeras de colegia de ella, que parecían vivir en siglo XVIII.
Lara no estaba muy convencido, pero terminó por aceptar la propuesta de su hija, quien estaba dispuesta a todo por ser la mejor actriz porno de los tiempos actuales. Le comunicaron la buena nueva a Marcos, quien sintió un leve cosquilleo entre sus bolas y casi tuvo una erección. Había pensado en esto y estaba realmente excitado con la propuesta que les había hecho a sus mujeres, tenía muchas ganas de experimentar esa sensación que ambas tuvieran sexo entre ellas y que varios hombres le realizaran un sexo salvaje y ardiente.
Se dirigió a la empresa ARTSEXSIX, se presentó como padre de Libia y dijo que iba a demandarlos porque todavía su hija estaba a su cargo y que no se había realizado la consulta debida, que siendo abogado podía demandarlos, la respuesta fue que la joven ya era mayor de edad.
– ¿Quieren probar a ver qué pasa? Mañana les llegar una carta documento, dijo Marcos con vez grave, se levantó de la silla y antes que legue a la puerta le dijeron que se detuviera.
-Qué es lo que quiere, dijo el gerente de artística, quien en ese momento era el encargado.
-Lo que quiero es bastante simple, quiero dirigir películas para esta empresa y le tengo una ganga, mi hija y mi esposa juntas en una película donde ellas tienen sexo entre sí y luego con un conjunto de hombres. ¿Le parece?
-Sería fantástico, no sé si hay alguna película porno con madre e hija reales. Dijo el gerente.
-Bueno, dijo Marcos, pero yo voy a hacer el casting de los muchachos. Quiero absoluta libertad.
-La tiene. Empiece cuando quiera. El estudio a su disposición.
-Perfecto, dijo Marcos.
Y comenzó al día siguiente un casting con un aviso en periódico local solicitando varones de cualquier edad, amateur, pero con un miembro que no fuera inferior a los 18 centímetros. La aclaración era bien precisa. Menos de 18, afuera de la película.
Se presentaron alrededor de 200 hombres, entre jóvenes, maduros y algunos viejitos pervertidos que andaban alrededor de los sesenta y sesenta y cinco añitos. Quedaron siete actores, cinco jóvenes de unos 20 a 25 años y tres maduros de unos cuarenta a cincuenta años, todos con la medida exacta, un miembro no menor a los 18 centímetros.
Luego de la selección, se prearon los sets correspondientes, como era verano una acción iba a transcurrir en el exterior y la otra dentro de una casa en un gran salón en donde se llevaría a cabo la escena más tormentosa desde el punto de vista sexual.
Marcos habló previamente con su esposa e hija y les dijo que se quedaran tranquilas, que actuaran con absoluta libertad y que en todo momento no se preocuparan por la grabación y que gozaran abiertamente del sexo. Sin tapujos, sin reservas. Livia le dijo que estaba muy contenta con él porque lo consideraba un papi abierto de mente. Lara, por el contrario, estaba un poco nerviosa. Marcos la calmó, la abrazó y le dijo que se dejara llevar por los sentidos y pro el placer. Ella asintió sin decir vocablo.
Llegó el día de realizar la escena, todo estaba listo, el set, las luces, los micrófonos, todo en su lugar tal como Marcos lo había solicitado. En unos minutos iba a comenzar la grabación. Livia y Lara se encontraban vestidas con unos conjuntos muy sugerentes de ropa interior, la joven con color amarillo y la madre con color blanco, la cosa debía empezar en un sillón, grande en donde tanto la madre como la hija iban a lleva adelante una escena de sexo lésbico, a medida que pasara el tiempo iba a dar lugar al ingreso de los caballeros que habían sido seleccionados. Y así que, Livia, mucho más abierta y con mayor fluidez que su madre comenzó por darle unos besos en la boca a Lara, ésta respondió cerrando completamente los ojos y se abrió directamente a su hija, comenzaron a tocarse las partes pudendas hasta que cada una de ellos estuvo desnuda.
Livia comenzó a sobar la vulva de su madre, quien parecía gozar enteramente de la situación, en tanto que ya habían ingresado dos jóvenes con sus enormes chipotes erectos, duros, rígidos como una piedra a observar esa relación alucinante entre la madre y la hija, Lara, ahora comenzó a pasar su lengua por los agujeros de su hija, quien no dejaba de gemir como una perra en celo, mientras Lara se frotaba el clítoris, los jóvenes no dejaban de jugar con sus miembros haciendo los movimientos clásicos de una masturbación para mantener erecto los miembros, a medida que iban ingresaban los otros jóvenes y los hombres maduros, todos con sus enormes herramientas en la más perfecta erección.
Uno de ellos colocó cerca de la boca de Livia la cabeza colorada y brillosa de su pene, la joven abrió su boca y se tragó el aparato, comenzó a manosearlo con delicadeza mientras le pasaba la lengua por alrededor de la cabeza y luego se lo metió todo en la boca, mientras su madre hacía algo parecido con otra enorme chota.
Al tiempo que uno de los jóvenes se puso detrás de la hija de Marcos y comenzó a ingresar su vergón abriendo esa flor de vulva que quedó totalmente dilatada, comenzó a entrar y salir con fuerza, hasta chocar su bajo vientre con fuerza contra el culo de la joven que no dejaba de gritar y de moverse como una serpiente en el pleno desierto. Lara, por su parte, estaba con dos maduros que querían ingresar a mismo tiempo por su concha y por su culo, cosa que lograron al cabo de unos minutos, y comenzaron a sacudirse a la mujer de una manera voluptuosa, el movimiento de los hombres era coordinado, cuando ingresaba con la chota en la argolla, el otro salía del culo, inmediatamente se daba al revés, ambos compañeros de faena entraban y salían con un vaivén que dejada con los ojos dado vueltas a Lara. Quien había hecho caso a su marido, se había entregado al placer de los sentidos y actuaba como una verdadera puta.
A todo esto, Marcos estaba atento a todo lo que ocurría desde le punto de vista técnico sin dejar de mirar fascinado la escena en donde sus mujeres no eran otra cosa que un objeto de placer entre siete hombres que no dejaban de penetrarlas por todos los lados posibles. Actuaban con las mujeres de un modo casi grosero, el sexo por momentos era violento, cosa que no dejaba de agradar a las mujeres y mucho menos a Marcos.
Estaba extasiado, era como que le gustaba mucho lo que estaba pasando, ver a sus hembras ser cogidos y culeadas por enormes pijas duras, gruesas y largas lo mantenía en un grado de excitación que nunca había sentido ni experimentado. No era una preocupación ser un cornudo consciente, eso ni siquiera le había cruzado por su cabeza, lo que importaba eran las sensaciones que tenía en su cuerpo viendo tales actos de sus mujeres.
Estaba regocijado que ambas gozaran plenamente tal como les había pedido de estos machos que vergas enormes que él mismo había seleccionado. Y lo había hecho para su propio regocijo, era una fantasía que tenía desde que se había enterado que su hija hacía cortos triple X. es más, tenía su verga parada, casi durante toda lo que duró la película, unos 70 minutos, más o menos. En la escena final, que había preparado con esmero al haberle dicho a los muchachos, antes de iniciarse la filmación, que acabaran en la boca en los rostros de las mujeres sin ningún tipo de miramientos, cosa que hicieron a la perfección los actores, cada uno a su momento derramo su carga de semen en los rostros y en las bocas de ambas mujeres, la escena fue filmada desde tres ángulos distintos y Marcos tenía pensado que todas formaran parte de la edición, y había pensado que una de ellas fuera agregada al final pero en cámara lenta para que se pudiera observar adecuadamente la salida de las gotas de leche de las cabezas de esas pijas grandes que hicieron el placer de sus amadas ninfas.
Así fue al final de la misma, cuando ya todo estaba terminado Lara y Livia llegaron hasta Marcos con sus caras llenas de gotas de semen esparcidas por el rostro y los cabellos. Eso lo puso aún más brioso, más excitado, más caliente. No dejaba de gozar viendo a sus chicas desnudas y empapadas en esperma. Ambas fueron a ducharse, al igual que los muchachos. Él quedó con los técnicos para el día siguiente llevar a cabo la edición de la que sería la primera película porno que figuraba como director, mientras que las actrices no eran otras que su mujer y su hija.
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