Asi empezamos con el EXHIBICIONISMO de mi mujer

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Asi fue la primera vez que mi mujer abrio las piernas exhibiendose en publico.

Ya han pasado cuatro años del suceso pero por ser la primera vez a mi me parece que fue ayer, sin plantearlo sucedio todo muy casual y de forma espontanea.

Fuimos visitar uno de eses lindos pueblos de montaña de Andalucia, luego de caminar por un buen rato, decidimos descansar en un lugar tranquilo del pueblo de donde se podia admirar un panorama de pelicula, me percate de la presencia de unos seis jovenes que jugaban al balon muy cerca de donde decidimos sentarnos, recuerdo que Ana ese domingo estaba muy bien arreglada, llevaba tacones altos, falda negra y una camisa blanca, que le hacia resaltar sus enormes pechos.

Me di cuenta que alguno de los jovenes dejaron de jugar para sentarse y asi poder disfrutar de los encantos de mi mujer, que con 45 años esta muy bien.

El banco que estaba sentada Ana era un tanto bajo y se le notaba incomoda tratando de taparse las piernas ya que ella tambien se dio cuenta que era el punto de atencion de los jovenes justamente sentados a siete metros en frente de ella, yo me puse a grabar disimuladamente el lindo panorama.

Los jovenes se creyeron que eramos extranjeros ya que hablaban en referencia a mi mujer sin reparos de que yo les escuchara, los comentarios sobre mi mujer en vez de enojarme me pusieron cachondo especialmente “Que buen chocho tiene que tener la puta” “Menudas tetas, ahi hay tetas para chupar todos”.

Yo me fui acercando a mi mujer y ante su sorpresa –toda mi vida he sido una persona celosa- le dije abrete de piernas amor, se lo tuve que repetir. Me imagino que la pille cachonda y se abrio de piernas enseñando sus bragas rosa. Por un momento, silencio y luego los comentarios y las risas, los mas atrevidos se acercaron a penas un par de metros para ver mejor lo que mi mujer enseñaba con aparente satisfacion.

Nos gusto a los dos y ahora disfrutamos de ello haciendolo muy menudo.

Autor: Anonimo