Atrapado por la Señora de la limpieza II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Entre semana tenía clases, así que pase esperando que llegara el siguiente sábado, pensando que hacer y que no fuera algo tan fuerte como para asustarla.
Llegó el sábado, a pesar de que ella llegaba poco antes de las 9, yo estaba despierto desde las 7 por lo excitado que estaba.
Poco antes de las 9, me metí a bañar dejando la puerta abierta casi en su totalidad, afuera había dejado el jabón y mi toalla, esperando que llegara temprano y forzando a que entrara.
No pasaron ni 5 minutos cuando se oyó la puerta de entrada, dejo sus cosas en la barra y aviso que había llegado en voz un poco alto.
El cancel de mi baño es semi transparente, sólo se podía ver la silueta si se asomaba, pero yo con la excusa de que no escuchaba bien le dije:
– ¿Que pasó?
– Que Hola, ya llegué.
-¿Qué pasó?
Volví a preguntar, esperando como su reacción.
Cuál fue mi sorpresa, que de pronto se abrió el cancel de la regadera, era ella abriendo lo suficiente como para verme totalmente.
– Hola, ya llegué sordito.
– Jajaja, perdón no te alcanzaba a escuchar
– Pues aquí estoy ya.
Te limpias bien eh.
– Claro que si.
Pero ya que lo mencionas, ¿Me puedes pasar el jabón? Lo deje anoche en una bolsa sobre la mesa.
– Si, te lo traigo
Fue rápido por el jabón y me lo trajo.
Mi corazón estaba a todo y mi pene prácticamente erecto.
– Aquí tienes
– Gracias
Se retiró no sin antes observarme por unos instantes.
Termine de bañarme rápidamente, no había que desperdiciar tiempo.
Salí y como no tenía toalla le volví a hablar
– Sandra! ¿Me puedes traer mi toalla?
– ¿Donde la dejaste?- Me pregunto encargándose en la entrada del baño viéndome nuevamente.
– Creo que esta en mi cuarto
– Aquí tienes!
Me dijo guiñandome el ojo y sonriendo.
Al salir del baño, ella estaba recogiendo la cocina, así que fui a saludarla de beso y abrazo, como siempre.
– Hola, ahora si llegaste temprano.
– Que malo, siempre llegó a tiempo
Fue a donde había dejado su bolsa, se le veía un poco nerviosa
– Mira lo que traigo- me dijo mientras sacaba algo de su bolsa
– La cinta para medir- le dije mientras sonreía un poco nervioso
– No se me iba a olvidar
– Pues cuando tu me digas hacemos la medición- ahora yo estaba más nervioso
– De una vez para quitarme la duda- se acercó a mi
– Bueno, pero tiene que estar parado, No?
Ella sólo acertó con la cabeza y nuevamente me guiño el ojo.
Yo comencé a jalarmela para que se me pusiera erecto completamente.
Ella me miraba fijamente hacia el pene.
Rápidamente ya estaba parado.
– Listo
– ¿Quieres que yo lo mida?
– En eso quedamos
La pude ver algo temblorosa, extendió un poco la cinta y empezó a medirmelo pero evitando tocarlo.
– Midelo bien – Le dije mientras agarré sus manos y la cinta, obligandola a que me agarrara fuertemente el pene y la cinta
– Wow! Más de 19 cm.
– Me decía mientras me acariciaba lentamente el pene
– Gracias por aclarar mi duda también.
Jajaja
– Tienes un lindo pene!- mientras me daba un ligero apretón antes de soltarlo
– Muchas gracias, te molesta si me quedo así desnudo?
– No, para nada.
Sólo cuidate de las ventanas, a menos de que no te de pena que te vean desde las oficinas
– Ni hay nadie y si me ven ni modo.
No me da pena.
Me moví a mi cuarto para no parecer insistente.
Me acosté un momento y volví a salir con el pene a media erección.
Ella rápidamente me volteó a ver.
Estaba limpiando las ventanas de la sala.
– Ven, asomate por la otra ventana con cuidado.
Así lo hice, justo en el edificio de enfrente en una de las oficinas que estaban a la misma altura se podía observar dos mujeres sentadas frente a su computadora dando la espalda a su ventana y una frente a ellas platicando.
– Ni ven para este lado- mientras me puse junto a ella frente a la ventana, quedando a la vista sin problema si hubieran volteado, por unos minutos me quedé ahí y no voltearon así que me quite.
– ¿No te daría pena si te vieran?
– No, no tengo problema, no había andado así antes porque pensé que te podía molestar
En ese momento, salieron de su oficina dos chicas, quedando sólo una frente a su computadora.
La cual tomo algo de su escritorio y abrió la ventana detrás de ella.
Se puso a fumar, recargada en la ventana, como pensativa y viendo hacía abajo a la calle.
– Si es verdad que no te da pena, te reto a que te vuelvas a poner 2 minutos frente a la ventana otra vez y si voltea, la saludes con la mano.
Sin dudarlo, me volví a poner frente a la ventana, visible de pies a cabeza, separados sólo por una calla pequeña, unos 15 a 20 metros.
Puso su cronómetro para que cumpliera los 2 minutos.
Del otro lado, estaba fumando ella muy tranquila.
De pronto voltea hacia donde estaba yo.
Se vio cara de sorpresa, viéndome como sin creer que estuviera desnudo del otro lado de la calle.
Cumplí mi reto, la salude con la mano.
Ella sonrió y sólo movió un poco la cabeza en forma de saludo.
Me moví hacia la ventana que estaba cerrada con la cortina en la que Sandra observaba.
– Si lo hiciste!!!!
– Claro, te digo que no me molesta
– llegaron sus compañeras
Tras la cortina, veíamos como les contaba a sus compañeras y señalaba hacia mi ventana.
Pero como si no le creyeran.
– Te reto a que te pongas 5 minutos
– Ok, pero si me saludan y siguen ahí.
Tu te acercas como a decirme algo y que te vean que me agarras el pene.
– Acepto- dijo sin pensarlo
No me puse frente a la ventana de inmediato.
Del otro lado se acomodaron como estaban antes, una frente y dos de espaldas.
Estando así, me coloque nuevamente frente a la ventana, la que estaba frente a mi me vio a los segundos y apuntó hacía mi diciendo a sus compañeros que estaba nuevamente.
Las otras dos voltearon al instante y se rieron.
Yo sólo salude.
Una de ellas si me saludo efusivamente, las otras sólo reían.
De un momento a otro, ya estaban las 3 en su ventana viéndome.
Sandra se acercó como a limpiar la ventana, volteó hacia el edificio, saludo a las chicas y me agarró el pene mientras les hacía una señal con el pulgar arriba.
Ellas sólo se rieron.
Yo me moví porque ya había cumplido el reto, creo que por mucho más tiempo de lo acordado.
Sandra jalandome el pene mientras 3 chicas nos veían del otro lado de la calle.
Los dos reiamos de lo que habíamos hecho.
– Que aventado eres.
– Tu también.
Avísame si se te ocurre algún otro reto por si te queda duda de que no me da pena.
– Pensaré que más ponerte de reto.
Me fui a mi cuarto sumamente caliente.
Las chavas de enfrente ya no estaban.
Ya era hora de que ella saliera.
Lo ultimo que ella hacía antes de ir por su pago era depositar la basura en el area del edificio.
Ya habia salido a tirar la basura.
Por lo que acostado empece a masturbarme sabiendo que iba a entrar a despedirse.
Oí que se abrió la puerta, mi corazón latía a mil por hora.
Y si, entro a mi cuarto como lo hacía siempre, yo acostado dando la espalda a la puerta masturbandome.
– Ay perdón.
Te interrumpi porque ya termine, no me fijé antes de entrar.
– No te preocupes, lo que pasa es que me quedé muy caliente porque me estuviste tocando- seguía masturbandome y ella fija viendo
– Te entiendo, si quieres termina y luego me pagas- Se sentó en la cama junto a mi
– ¿Segura? ¿Si quieres sigo después?
– No, esta bien.
Deja te ayudo
En ese momento, empezó a masturbarme.
Era delicioso, sin saber en qué momento, empezó a mamarmelo muy rico.
Me lo.
chupaba delicioso.
Acabe en su boca, sentí que habían salido chorros y más chorros de semen.
Ella me seco hasta el último de ellos con su boca.
– Listo, estuvo delicioso.
Ya me tengo que ir.
– Si claro, ten tu dinero.
Muchas gracias por todo.
– Gracias a ti.
Voy a pensar que reto ponerte la próxima semana.
Yo me quedé tirado en la cama.
Ella se fue mandandome un beso.
Había sido delicioso todo y ya quería que fuera sábado nuevamente.
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