Buscando Trabajo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Camila25.
Antes de continuar quisiera presentarme: mi nombre es Camila, tengo 19 años y vivo en Santiago de Chile; mido 1.70, soy delgada y tengo el pelo de color castaño claro, liso y largo como hasta la cintura.
Tengo un físico bastante privilegiado, con unas tetas no muy grandes, pero bien apretadas y en su lugar, por otra parte, tengo un culo bien parado, por las largas jornadas en el gimnasio que habían dado un muy buen resultado.
Mi vida sexual comenzó a muy corta edad, desde pequeña con mis hermano nos besábamos y tocábamos a escondidas de nuestros padres, solo por una extraña sensación que hasta entonces no sabía describir, más adelante, al entrar a la secundaria, mi sexualidad se amplió aún más, con diversos encuentros (Incluyendo tríos, sexo anal, vaginal, y por supuesto muchísimo sexo oral) con compañeros y compañeras en baños, pasillos o tras los arboles de algún rincón escondido de la escuela, situaciones dignas de ser contadas en otro relato.
Volviendo a la historia, tras dejar mi curriculum en varios lugares, recibí una llamada de una importante empresa del país, diciendo que debía asistir a una entrevista con el coordinador de personal de dicha empresa al día siguiente, muy temprano por la mañana.
Decidí asistir con un vestido negro el cual me quedaba justo abajo del culo y unos tacones bastante altos, que ocasionaban que mi trasero se levantara aún más, aunque mi intención no era provocar a nadie, sí que me veía bastante sensual; cabe destacar que desde los 14 años yo no uso ropa interior, ya que soy muy sensible a algunos tipos de telas, de hecho, durante la menstruación debo usar por obligación algún tipo de tanga o colaless, lo cual me provoca mucha irritación e incomodidad.
Esa mañana salí muy apurada de mi casa, ya que llevaba varios minutos de retraso, por eso decidí llamar a un Uber y esperarlo en la esquina de mi calle.
Al rato llego el auto, lo conducía un chico bastante joven y muy apuesto, llevaba una polera blanca y unos pantalones negros muy ajustados, al subirme me saludo muy amistoso, yo por mi parte, muy seria y nerviosa por la entrevista solo le respondí que se apurara, que necesitaba llegar lo antes posible, él solo asintió y se puso a conducir.
El viaje duraría aproximadamente 30 minutos así que comencé a maquillarme y a darme los últimos retoques para dar una buena impresión en la entrevista, mientras realizaba esto no podía evitar que el chofer del vehículo no paraba de mirar mis piernas.
Debo reconocer que esto me calentó bastante, así que, al terminar de arreglarme, decidí jugar un poco con el chico y con cada movimiento “involuntario” levantar cada vez más mi corto vestido hasta casi mostrar mi vagina.
El joven chofer ya no podía más con su erección, bastante evidente por sus apretados pantalones, y ya casi me comía con su mirada.
En un momento, sin decir ninguna palabra, yo estire mi mano para tocar su pene y comenzar a masturbarlo por sobre el pantalón, él solo me miro por un segundo y siguió concentrado en el camino.
Así estuvimos por varios minutos, hasta que, al llegar a un semáforo en rojo, él se desabrocho el pantalón y saco su pene, que media, según mis cálculos unos 14 cm, así comencé a masturbarlo cada vez más rápido hasta que en un momento el con su mano me detuvo, y con un gesto de sus ojos me indico su pene, yo de inmediato acepte la invitación y solté mi cinturón de seguridad para bajar hasta su verga, meterla en mi boca y así comenzar a mamarla; el por su parte, con una mano en el manubrio y otra en mi cabeza, estaba cada vez más agitado hasta que en un momento sentí como mi boca se llenó de un tibio y espeso semen que me trague de un solo bocado, en ese instante el tomo de mi cabello y levanto mi cabeza bruscamente, diciendo que ya habíamos llegado a la empresa, en ese momento el saco un pañuelo de su bolsillo, me limpio el resto de semen que quedo en mis labios y me dijo que esperaba que haya tenido un buen viaje.
Yo solo baje del auto, acomodando mi vestido y peinando un poco mi alborotado cabello.
Al ingresar en la empresa, me dirigí a la recepción, donde una empleada me indico donde debía esperar para realizar la entrevista, al llegar al lugar yo solo me senté y esperé.
Al rato después escuché mi nombre desde una oficina, a la cual me dirigí raudamente.
Al ingresar me encontré con el coordinador de personal, un tipo gordo y con un frondoso bigote, el cual estiro su mano para saludarme, yo, por mi parte, me acerqué a él y le di un beso muy coqueto en su mejilla.
Nos acercamos a su escritorio, y comenzamos con las preguntas de índole personal: edad, estudios, experiencia laboral, etc.
; al terminar el me explico que era muy difícil que yo consiguiera trabajo en ese lugar, ya que estaban buscando gente con más experiencia y yo no cumplía con ese requisito, a lo cual yo respondí que era una lástima porque yo hubiera sido un gran aporte a la empresa, él se quedó pensativo por un momento, mirando mi curriculum, hasta que de pronto me dijo que por favor le pasara una carpeta que estaba en una alta repisa, yo claramente acepte, y busque una silla para subirme y así alcanzar el encargo.
Tenía claro que en esa posición tenía todo mi culo a la vista del hombre, además que yo facilitaba esto, arqueando mi espalda y sacando lo que más podía mi trasero.
Tome la carpeta, baje de la silla, me dirigí al lugar donde estaba el hombre y me senté en sus piernas; a este, poco y nada le importo la carpeta, de inmediato puso sus manos en mis piernas y comenzó a acariciarlas por todas partes, hasta subir y tocar mi desnuda vagina, la cual, al parecer le calentó demasiado porque de un solo golpe se paró, empujándome sobre el escritorio y dejando todo mi culo al aire, el cual yo solo levante aún más, ofreciéndoselo.
El rápidamente bajo sus pantalones y me introdujo su caliente verga en mí ya mojada vagina, así estuvo por un par de minutos, con su frenético meta y saca, hasta que eyaculo dentro de mí, y yo por mi parte simule un muy exagerado orgasmo con todo y grito incluido.
Justo en ese instante sonó la puerta, alguien golpeaba, por lo cual ambos nos arreglamos la ropa lo más rápido posible y nos volvimos a poner en nuestros puestos de origen; el con un grito le pidió que pasara a la persona tras la puerta, resulto ser la misma empleada que me recibió anteriormente, la cual traía un par de papeles, se acercó, dejo los documentos sobre el escritorio y volvió a salir.
En ese momento el hombre me dijo: “ya hemos terminado, puedes retirarte”, a lo cual respondí preguntando si es que tendría el empleo, él solo dijo terminante: “nosotros te llamaremos”.
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