Caminar desnudo por las noches
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, voy a empezar presentándome, me llamo Pablo soy de Mar del Plata, Argentina, tengo 25 años, y siempre tuve el fetiche de andar desnudo, acá empieza mi relato.
Siempre me excito la idea de estar totalmente desnudo, y sentir el aire que me roze.
Mis primeras experiencias fueron cosas simples, como deambular desnudo por mi casa cuando estoy solo, o salir al patio trasero.
A medida que pasaba el tiempo, me fui animando a mas cosas, como sentarme al fondo en el colectivo (bus), y cuando nadie me podía ver empezar a masturbarme.
o camino al trabajo, abrir mi bragueta y caminar con el pene fuera.
Les cuento que trabajo en un hotel, en el horario nocturno de sereno, un lugar muy tranquilo.
Generalmente espero que llegue la 12 o 1 am, y empiezo a buscar porno en mi notebook.
Uno de tantos de esos días, viendo unos vídeos xxx, estaba demasiado excitado, como para que unos vídeos me satisfacieran, ya pasaban de las 2 am y tenia el pene totalmente duro y con un poco de semen en la punta, ya no aguantaba mas, tenia que hacer algo, quería salir afuera y masturbarme en la vereda, pero era peligro, estaba en mi trabajo, y es una zona con muchos edificios, cualquiera podría verme sin darme cuenta.
Pero la excitación era mas fuerte, así que me decidí, no podía salir por la puerta principal porque era muy vistosa, así que fui al lavadero, tiene una puerta que da a un mini estacionamiento que tiene el hotel, nada del otro mundo entran 4 autos únicamente y no esta techado ni nada.
Todavía tenia toda la ropa puesta, únicamente tenia el pene fuera palpitando, me saque las zapatillas, pantalón y boxers, me quede con la camisa puesta, decidí dejarme las zapatillas, era invierno y el suelo estaba helado.
Abrí la puerta y me fui asomando despacito para ver que no allá nadie en la calle, cuando vi que era medianamente seguro, salí y me puse atrás de uno de los autos q estaba estacionado, me quede unos seg masturbándome, me saque la camisa y la deje en el piso, estaba totalmente desnudo, únicamente con las zapatillas, me arme de valor, y salí caminando a la vereda con la cabeza en alto y el pene totalmente erecto, me abrí de piernas y extendí los brazos, y sentí el viento fresco pasar a través de mis genitales, fue un sensación de placer absoluto.
Ya estaba ahí, desnudo y excitado en la vereda, con todos los edificios de la ciudad rodeándome, decidí dar vuelta a la manzana, empece a caminar, mientras me tocaba el pene, hice 100 mt, y me senté en la vereda, había autos estacionados q me ocultaban parcialmente, veía que pasaban autos de vez en cuando, mientras yo seguía masturbándome, mi pene pedía a gritos acabar, pero yo no lo dejaba, cuando estaba por acabar dejaba de tocarme, quería que esa sensación durara un poco mas, y a 100 mt estaba una avenida muy transitada de la ciudad, quería que esos autos q pasaban velozmente me vieran, llegue a la avenida totalmente iluminada, y vi pasar varios autos, me pegue un trote despacio, y recorrí una cuadra de la avenida, mientras mi pene que estaba como una roca, revotaba contra mi abdomen con cada paso q daba,
Estaba ahí a las 2 am, corriendo desnudo por una de las avenidas mas transitada, con los autos viéndome, y el viento chocando contra todo mi cuerpo.
En ese momento me sentí totalmente satisfecho, hice 100 mt mas, y volví de donde había partido, las vereda del hotel donde trabajo.
Decidí que era suficiente, me puse en cuclillas en la vereda, con las piernas abiertas, puse mi mano izquierda en el piso, para que me sirva de apoyo, y con la derecha agarre suavemente mi pene, levante mi cabeza mirando el cielo nocturno, y agitando de arriba a abajo después de unos segundos acabe, baje la cabeza y veía como el semen fluía de la punta de mi pene, hacia la vereda.
Una vez terminado, y con mi excitación satisfecha, me cerciore de que no hubiera nadie viéndome en ese momento, y me escabullí entre los autos, agarre mi camisa que había dejado en un principio, y entre nuevamente al hotel, por la puerta del lavadero.
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