De puta con albañiles.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por nanimomo01.
Un día estando sola en mi casa y viendo que habían muchos albañiles en la casa del frente, no pude resistirme y me desnudé por completo teniendo las cortinas abiertas para que todos pudieran verme.
Ellos no se resistieron mucho y me miraron mientras yo andaba como si nada mostrándoles el culo, las tetas y mi vaginita mojada.
Bailé un poco para ellos y me masturbé con los dedos estando sentada en el sofá.
Separé las piernas lo más que pude y toqué mi clítoris con una mano, al mismo tiempo que con los dedos de la otra mano me penetraba una y otra vez, estaba demasiado excitada porque ellos me veían y lo dosfrutaban, pero eso no me resultaba suficiente.
Abrí la puerta e invité a uno de ellos a entrar, ni siquiera me importaba si era feo o guapo, yo sólo quería una jugosa verga metiéndose en mis agujeritos.
El hombre no se lo pensó mucho y sus compañeros lo apoyaron.
Se fijó que nadie alrededor mirara y sin más se metió en mi casa.
Lo primero que hizo el hombre fue pellizcar mis pezones endurecidos y masajear mis pechos antes de llevarse uno a la boca.
Yo, por mi parte, sólo me dejé y masajeé su pene por encima de la ropa, para luego desabrochar su pantalón y bajarlo.
El hombre ya tenía la verga dura como una piedra por haberlo calentado visualmente antes.
Él no quiso esperar mucho y me pidió empezar a follar en breve, pero yo antes le coloqué un condón y así finalmente me tumbé en el sofá y él se colocó sobre mí para empezar a penetrarme.
El hombre estaba tan excitado que gruñó cuando por fin pudo meter su pene en mi apretada vagina.
Se separó un poco y miró cómo su verga se introducía una y otra vez en mi panochita.
El hombre sabía lo que hacía.
Sabía cómo tocar mis tetas para hacerme gemir, así que como recompensa le pedí montarlo y eso hice, lo monté frenéticamente y él sólo me decía "Mira como mueves ese culo, tienes talento putita" y yo sólo pedía por más.
"Mmm. qué rica verga que tienes. Ya quería tener una así dentro" le dije.
Creo que le gustó mucho que yo le dijera cosas así, porque él se corrió primero.
Para compensar el hecho de que yo no había terminado, metió su cara entre mis piernas y lamió mi clítoris salvajemente, también metió su lengua en mí varias veces y con eso pude tener un orgasmo deliciosísimo, sabiendo que sus compañeros estarían mirando.
Al terminar sólo se fue cruzando la calle, pero antes le dije que al día siguiente dos de sus compañeros podían llegar a mi casa a la misma hora, yo dejaría la puerta abierta para ellos.
y mis piernas también.
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