DIEZ MINUTOS SORPRENDENTES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era un sabado como cualquiera y descanzaba despues de una larga semana de árduo trabajo de terminos legales como abogado, Mis hermanos habían salido momentaneamente, yo me levante como a las once de la mañana y me metí a la ducha. Luego de refrescarme con agua tivia me coloque el salidor verde claro que me habian obsequiado la navidad pasada a juego con la bata de baño de toalla muy gruesa, caminé sin fuerza por el corredor, con piso de parquet de palmilla veteada entre cafe y claro hasta el desayunador.
Luego de tomar el desayuno holgadamente, me dispuse a mirar por los ventanales que adornaban donde vivía, era un departamento que daba a una centrica avenida de una de las ciudades mas grandes del mundo, mire el reloj de pared y me dispuse a ver por la ranura aproximadamente de veinte centimetros que quedaba entre las cortinas de razo. El trafico era intenso, circulaban carros, camionetas, taxis y transporte urbano cuyos colores en su toldo eran clararamente visibles; rojos, azules amarillos. No se cuanto tiempo paso; de repente, me fije sin querer, en un grupo de personas que descendían del transporte público, serían como seis entre mujeres y hombres de diferentes edades. De entre ellas se bajó un joven como de 25 años,( en ese tiempo yo tenia como 29 años). era alto, de buen cuerpo, llevaba un pantalón como de casimir veige y una camisa pastel de manga corta, algo ajustados.
De inmediato e involuntariamente llamó mi atención, pues como que bagabundeaba, como que algo buscaba; caminó unos pasos y se cruzó la avenida de manera apresurada, corrió hasta alcanzar la acera de enfrente, pense: que ideas, que comportamiento errático, como se le ocurre bajarse del transporte en el que va para un sentido y tomar otro en sentido contrario. En ese inter me fije que poseía una espalda amplia y un derrier (gluteos) pronunciado, ya me había fijado que no era mal parecido (aún cuando no puedo describir sus facciones), ni era del común de la gente que transitaba por la parada de urbanos públicos, tenía un "no se que". quizá remotamente lo conocía.
Una vez en las acera de enfente, se puso a jugar con una moneda que llevaba en las manos, seguro para pagar el peaje del siguiente bus que abordaría, pero lo hacia de una manera singular, pues con la mano derecha arrojaba la moneda hacia arriba y atras, haciendo un arco, y pretendía cacharla tambien por detras con la mano izquierda y lo mas significativo era que a su vez quería agradar a los masculinos que se encontraban a su lado, es decir; que le inquirieran sobre su clase de juego.
En tanto yo, que estaba muy sorprendido con esa conducta errática, no sabía que pensar pues por un lado el cambio de transporte sin razón y por otro el juego con la moneda y el fildeo con los chavos de la estacion, ! que raro¡ dije por un momento y sin perder la atención……. En un instante, se chocaron por así decirlo nuestras miradas y ocurrió lo que conocemos como descarga electrica, así lo sentí y creo que él tambien, nos quedamos inertes, quietos, de momento el tiempo se detuvo en fracción de segundos, él dejó de aventar la moneda al aire y me miró fijamente, sí me miró, pues aun cuando nos separaban como cuarenta metros se distinguían claramente nuestros ojos y su mirada se hacia pesada.
De inmediato me asaltó la duda, -no puede estar mirandome a mi-, pues yo afirmaba que la ranura de la cortina me protegía de miradas indiscretas pero …..¡no era así !… Pense rápido,y dije en voz baja, no, no me puede estar viendo si estoy protegido por la cortina (y esto como mecanismo de defenza pues estaba semidesnudo).
Luego, comenzó a mover los brazos como si me hubiera conocido, decía con ademanes …..!hola¡… gesticulaba y brincaba como de gusto. A todo esto yo ya tenía pocas dudas de que no estuviera observándome y no sabía que hacer, y de momento me proyecte y tuve la impresión de estar frente a él, pero reaccione y mi cerebro como "cubo de HESS" no cuadraba los colores, pues ni lo conocía, no sabia quien era aun cuando me hubiera gustado conocerlo a riesgo de que fuera un delincuente, pero -¿así no se hacen amigos?- porque no podia invitarlo a pasar a mi departamento pues era un desconocido, y yo no estaba completamente sólo, además quise que me hablara por telefono pero no me atreví a decirselo con los dedos de las manos, quisaz no hubiera entendido y en que momento? quien sabe, me sentia torpe para ello, no podía dárselo a traves de un papel pues como hacerselo llegar, no podía salir pues estaba semidesnudo y sobre todo me saltó de inmediato a la memoria que me podría estar confundiendo con una pesona del sexo femenino. Siii, eso es, -cree que soy una chamaca por estar en bata y de color verde bandera.- En fracción de segundos todo esto pasó por mi mente como vendabal.
Enseguida, me quite la bata de baño hasta la cintura donde la detenía una correa, para demostrar que yo era hombre y se centrara en la realidad -por si acaso.- y no me estuviera confundiendo con una fémina, pero no, como que ese acto lo ilusionó, lo encendió mas y brincó de gusto, palmoteó de felicidad como niño quien estuviera divirtiendose en el teatro güiñol, pues al efecto yo de un plumazo, había descorrido infantilmente las cortinas un poco más.
Como no funcionó ni eso, me senti turbado y corrí de nuevo las cortinas, los pasadores de los cortineros zumbaron de inmediato y a él lo tapó el paso de un autobus que abruptamente se detenía impidiendo nuestro contacto visual. Creí que había terninado todo, pues pense que habia abordado, y de reojo entreveia las ventanillas para localizarlo sobre el vehiculo, pero no, !no estaba en lo cierto! que se arranca el vehículo y ahí seguía haciendome ademanes, y ¿ahora? que locuraaaa, volví a cerrar la ventana y paso otro urbano, vuelvo a atizbar indignado .. y… ¡ ahora me hace señas con los brazos en angulo y las palmas de las manos, por detras de el autobus ¡, como diciendo con el ademan,—aquí sigo–Cierro definitivamente la ventana y me retiro a la sala con enfado.
En ese momento me sentí sucio y violado en mi entendimiento, no lo podía ceer, no daba credito a lo que habia pasado, como era posible que ésta persona me hubiera confundido, pues ni lo conocia mi interes fue sólo sus movimientos erráticos, aun cuando su personalidad me había llamado fuertemente la atención, tan masculina, tan juvenil, tan sin desenfado, como una amistad gay sin más tramite a sabiendas del riesgo que se corre, no me lo explicaba quería pensar que me confundía con una chica , pero la razón chocaba con la realidad pues le habia demostrado lo contrario, además de que yo traía el pelo muy corto, lo que me hiso hasta entonces confirmar que efectivamente, el chavo estaba ligando (cruishing), y entonces me dieron ganas ahora de correr y meterme a lo mas oscuro del closet dado que era evidente que a cuarenta metros se notaba que yo era gay y eso hería mi amor propio, atacaba mi masculinidad heroicamente defendida a esa fecha, al tiempo que consultaba el reloj que marcaba exactamente diez minutos de que me había parado frente al ventanal.
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