DORMIDA EN EL AUTOCAR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sal_08.
Hola a tod@! Llevo muchísimo tiempo provocando y disfrutando de encuentros sexuales con desconocidos pero esta es la primera vez que me atrevo a escribir sobre ello. Tengo muchas historias que contar, y si os gusta esta ya volveré con más… Hoy os contaré lo que me pasó DE VERDAD en un viaje de autocar de esos larguísimos de 6 Ó 7 horas:
Bueno, primero creo que debo describirme, para poneros en situación: soy más bien bajita (mido 1,60m) pero con muy buen cuerpo: delgada, aunque mis pechos son grandes , muy firmes y turgentes, y tengo el culo redondo y muy respingón. Creo que a los hombre se les atrae sobre todo por el físico y por eso me gusta llevar grandes escotes y pantalones ajustados o faldas que realcen mis mejores cualidades y la verdad es que no falla… se vuelven locos!!!
Resulta que tenía que ir a visitar a unos parientes a otra ciudad (perdonad que no de datos concretos pero lo que cuento me pasó en realidad y prefiero mantener el anonimato…) y como era un viaje muy largo y lo iba a hacer sola, pues decidí no ir en coche “Mejor me saco un billete de tren nocturno y viajo tranquilamente”, pensé. Pero el destino hizo que no quedaran billetes de tren, por lo que saqué uno de autobús, también nocturno, y me preparé para el viaje…
Era una noche de verano que hacía bastante calor y yo llevaba una blusa sin mangas con mucho escote (ya os he comentado como me gusta vestir) y un pantalón vaquero muy ajustado.
Al principio el autobús iba bastante lleno pero luego, a medida que iban pasando paradas, se iba quedando vacío. A mí me tocó un asiento (sola, sin acompañante al lado) hacia el final del autobús. Como ya os he dicho, me encanta provocar y excitar a los hombres así que eché un vistazo alrededor y vi a un tipo moreno y muy corpulento al otro lado del pasillo que me llamó la atención. Al parecer a él también le pasó lo mismo conmigo, porque no dejaba de mirarme… yo que me di cuenta, me desabroché un par de botones de la blusa y comencé a acariciarme el escote. El hombre corpulento no dejaba de mirarme y en una de esas vi como se tocaba disimuladamente la bragueta que le iba a reventar… el problema fue que a su lado viajaba la que debía ser su mujer y que al principio parecía despistada pero que luego se dio cuenta de que su maridito estaba como loco conmigo y lógicamente no le gustó nada. Entonces le debió de decir algo y los dos se cambiaron a otros asientos más adelante.
En aquel momento el autobús iba casi vacío y yo, pensando que me había quedado sola atrás y se me había acabado la diversión, decidí a echar una cabezadita. Pero fue entonces cuando un hombre mayor que estaba sentado en la última fila de asientos y que yo no había visto hasta ese momento, me llamó invitándome a tumbarme junto a él. El hombre dijo “por qué no te vienes aquí, que hay mucho espacio y te podrás tumbar para dormir mejor?” Pero su mirada era muy lasciva y yo tuve claro que aquel tipo pensaba en algo más que en cómo pasaría más cómoda el resto del viaje… De pronto sentí miedo, casi terror, porque me di cuenta de que si iba hasta allí estaría en sus manos, pero al mismo tiempo sentí una excitación brutal y noté como ni sexo se calentaba y comenzaba a latir…. Dudé un solo instante y luego pensé “dices que vaya a dormir? De acuerdo, pues juguemos a que duermo….” Y me levanté de mi asiento hacia él. A mí lo que más me excita y más morbo me da es que me miren y me metan mano mientras yo me dejo hacer, así que decidí que esa noche iba a disfrutar todo lo posible!
Cuando llegué a su altura y me agaché para tumbarme, vi como él clavaba sus ojos en mis pechos que casi se salieron de mi blusa y me di cuenta entonces que la llevaba más abierta de lo normal desde el calentón del pasajero anterior. Yo miré de reojo a su entrepierna y me quedé impresionada porque a pesar de que estaba oscuro, se le notaba un bulto tremendo en el pantalón. El hombre estaba sentado en el último asiento de la esquina derecha, junto a la ventanilla, por lo que yo me tumbé (como era lógico) hacia el lado izquierdo, con la cabeza en el asiento de la otra ventanilla y el resto del cuerpo y piernas dobladas para no “molestarle”. Pero el hombre me dijo entonces “por qué no apoyas tu cabeza en mi regazo? Así estarás más cómoda y tendrás espacio para dormir estirada”. Yo accedí haciéndome la ingenua (papel que me encanta y se me da muy bien…) y hasta le di las gracias por ser tan “atento conmigo”… Tras tumbarme, cerré los ojos para que pareciera que me había dormido (cosa imposible, claro, en aquel momento!) y esperé…
Al principio me extrañó que no hiciera nada pero luego pensé que igual de verdad se había creído que yo era una niña inocente y quería asegurarse de que dormía. No lo sé, pero al cabo de un rato apoyó su mano en mi costado (yo estaba tumbada de lado) y la dejó caer como si resbalara hasta que la posó sobre mi pecho izquierdo. Entonces se paró unos instantes para luego desabrochar con muchísimo cuidado otro botón de mi blusa. Ahora sí, ya podía acceder a mis tetas sin problemas. Primero fue muy despacio casi rozando sólo el sujetador pero luego, al ver que yo no reaccionaba se decidió a meter su mano entre la tela y acariciarme directamente los pechos. El problema es que los pezones se me estaban poniendo durísimos y tenía todo el tanga empapado de la excitación. Yo creo que a él también le excitaba el juego y que por eso siguió la farsa de que yo dormía. Él me tocaba con su mano izquierda, mientras la derecha la restregaba entre mi cabeza y su entrepierna derecha. De pronto apartó su mano de mis tetas y la fue bajando por mi espalda hasta que llegó a mi culo. Yo llevaba un vaquero pero era muy fino, de esos de verano, y elástico, por lo que lo tenía totalmente pegado al cuerpo. El hombre comenzó a acariciármelo por fuera del pantalón y yo comencé a notar como su polla crecía cada vez más bajo mi mejilla derecha. Luego metió la mano dentro del pantalón y comenzó a frotarla por la raja de mi culo hasta alcanzar mi coño, que para aquel momento chorreaba. Empezó metiéndome un dedo pero enseguida vio que yo lo tenía muy dilatado y pasó a meter dos, tres, hasta que al final me estaba follando con cuatro dedos y fue cuando me metió el pulgar por el culo. Aaaahhhhh!!!! Siiiiiii!!!! Yo me moría de gusto y ya no podía más del morbo que tenía, estaba empapada, quería comerme esa polla inmensa que notaba bajo el pantalón de tela que llevaba aquel hombre y que me follara con ella hasta reventarme…
Me decidí a actuar, ya no podía permanecer pasiva, y sin más bajé su pantalón con mi mano izquierda, casi sin levantar la cabeza. No llevaba calzoncillos y su polla saltó como un resorte disparada y me golpeó en la cara. Miré hacia arriba y le vi cara de sorpresa a la vez que de gozo, supongo que pensado que yo me estaba dejando meter mano pero no se imaginaba que yo le iba a compensar….
Yo abrí mi boca todo lo que pude y me metí toda su polla de una vez, hasta la campanilla, a la vez que él me penetraba con sus cinco dedos (el pulgar por mi ano) y empujaba con toda su mano hacia arriba y hacia abajo. Con su otra mano, la derecha que le quedaba libre, me agarró de la cabeza. Así me tenía cogida de tal manera que podía moverme a su antojo y controlar todos mis movimientos.
Entonces, de pronto, cuando menos lo esperábamos, y en el momento más inoportuno, una luz cegadora iluminó todo el autobús… MIERDA!!! Se nos fue el tiempo y estábamos tan cachondos que ni nos dimos cuenta. Acabábamos de llegar a nuestro destino y la estación de autobuses con sus potentes farolas iluminó todo interrumpiendo aquel momento de lujuria… Entonces me asusté, y supongo que él también, porque nos separamos bruscamente y nos arreglamos la ropa como pudimos. Allí en el andén vi a mis familiares que estaban esperándome. Bajé del autobús sin echar la vista atrás, no podía o no quería volver a ver a ese hombre, no quería que se rompiera la magia de una noche de oscuridad, no quería ver cómo era él en realidad y, mucho menos, quería que las personas que me estaban esperando se dieran cuenta de que algo había pasado entre él y yo.
Eso sí, seguía con el tanga chorreando y con los pezones duros y disparados como flechas, así que cuando llegamos a la casa dije que me iba a dar un baño para recuperarme del viaje…y no mentí, porque lo que hice fue masturbarme como una loca para bajar el calentón que traía!
Espero que os haya gustado y agradecería recibir vuestros comentarios. Igual a quedado un poco larga pero, por favor, tened en cuenta que es la primera historia que escribo…
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