El camping… por Olivita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Olivita.
Eran las 10 de la noche cuando llegamos al camping. Junto con Marco y Ángela habíamos reservado una semana antes dos casitas de madera en un camping situado en un pequeño pueblecito de Girona justo al lado del mar. Eran unas pequeñas vacaciones bien merecidas en pleno verano pero ellos llegarían mañana por la mañana. Había estado lloviendo todo el camino y justo cuando llegábamos empezaba lo bueno. Las tormentas de verano en el Mediterráneo son bastante fuertes.
Abrí la puerta del coche, baje corriendo para abrir la casita y volví a ayudar a mi pareja a bajar los trastos. De tantas idas y venidas al coche acabe con la camiseta blanca empapada, pegándose a mi cuerpo, marcando mi silueta y mis pechos a través del sujetador tan fino que llevaba. Me quede un momento mirándome a mi misma bajo la lluvia, estire de mi camiseta para despegarla de mi pero al soltarla volvió a ajustarse a mi como si de mi propia piel se tratara.
– No la toques, te queda muy sexy así – me dijo mi pareja.
Yo le mire con una sonrisa picara en mi cara:
– ¿Te gusta? ¿Qué es lo k te gusta: la camiseta pegada o lo que esconde debajo?
– No hay nada que ponga más a un tio que una tia que deja entrever sin enseñar nada del todo…
Se acercó a mí y empezó a magrearme las tetas por encima de la camiseta mientras las miraba y su respiración se aceleraba. Se las llevó a la boca y empezó a morderme los pezones estirarando de la camiseta.
Fue entonces cuando me di cuenta de que estábamos en plena calle, justo delante de la casita, pero en la calle y fuera del coche… aunque había dejado de llover… Mis manos se movían solas por su cuerpo, lo acariciaban, lo apretaban, sus hombros, sus pechos, fui bajando poco a poco hasta notar un bulto bastante prominente en su entrepierna. Le desabroché los botones del pantalón y libere su polla de la presión a la que estaba sometida. Allí arrodillada ante él empecé a chupársela con más ganas que nunca cogiéndola con mi mano y acercándola a mi boca. Saqué la lengua y empecé a recorrerla muy despacio, rodeándola despacio, lamiéndola despacio, mientras mi mano acariciaba su piel y dejaba su capullo libre para mis labios.
En uno de los giros de mi cabeza me quede mirando la ventana de la casita de enfrente. Hacía nada estaba completamente cerrada, y ahora, 2 minutos después, se veía la cortina entreabierta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y una sonrisa se dibujó en mi cara. La sensación de ser observada me aumentaba las ganas de comérmelo allí mismo. Me excitaba, me hacia sentirme mas deseada, y sobre todo deseada por un desconocido.
Comencé a chupar más fuerte y la cortina se movió. Lo suficiente como para percibir una sombra a oscuras. Era una figura esbelta, delgada, pero no llegue a saber si se trataba de un hombre o de una mujer. Me xcitó más aún y seguí chupando y lamiendo. Mis manos jugaban con los huevos de mi compañero y sus gemidos eran más que perceptibles… Jugaba con su pene, me lo metía hasta el fondo y oía su respiración acelerarse, oía como resoplaba, como gemía… mientras pensaba en esa sombra y la veía moverse…
De repente desapareció de mi vista y un poco mas tarde vi como se encendía una luz en una habitación que quedaba justo enfrentada a esa ventana. Entre la habitación y la ventana estaba el salón, pequeño, y lleno de trastos. La silueta volvió a aparecer junto a la cortina y fue entonces cuando descubrí que se trataba de un hombre. El ver su mano acariciando su miembro a un ritmo acompasado me puso a mil. Yo chupaba y el se pajeaba mirándome, cuanto más rápido chupaba yo, más rápido se pajeaba el… Pensé que había algo raro en esa silueta, pero no llegaba a saber qué era exactamente lo que no cuadraba. Tampoco me importaba mucho. Me moría por tener a alguien mirándonos.
Empuje a mi marido dentro del maletero de nuestro coche (he de decir que se trata de un Todo Terreno de los grandes): él quedó tumbado y yo aproveche para bajarle los pantalones y los calzoncillos, se los deje a la altura de los tobillos, le doble las piernas y las eche hacia arriba. Su culo quedó expuesto ante mi. Pasé mi lengua por su agujero para humedecerlo bien, y la volví a pasar, una y otra vez… Pare un momento y mire hacia la ventana con mirada desafiante y provocadora. La mano oscura se detuvo un instante y luego poco a poco volvió a empezar a acariciar su miembro hasta llegar al ritmo que tenia antes. Entonces me agaché e introduje mi lengua en su agujero mientras una de mis manos lo pajeaba.
Al poco rato me suplicó que me la metiera en la boca y no hay nada que me guste más que eso… Le ayudé a levantarse y se sentó en el borde del maletero, abrí mi boca y me metí la polla entera. No tardó en correrse ni un minuto. Mis ojos estaban en la ventana. Vi la silueta arquearse y luego relajarse… y otra silueta más detrás de la primera. Eso era lo que no me cuadraba. ¡¡Eran dos personas!!
Nunca había hecho nada siendo vista por una persona, y menos aún por dos. Una sonrisa invadió mi cara de nuevo cuando reconocí el rostro de una de ellas: era Marco.
– Vístete anda, que nos pueden ver – le dije a mi compañero
Me dirigí hacia mi casita y al entrar vi que no estaba la luz dada.
– Voy a la casita de enfrente a que me digan donde esta el cuadro de luces.
– Vale, voy a ir colocando lo que pueda – me dijo él.
Crucé la pequeña calle con paso decidido y llamé a la puerta. No tardó mucho en abrir.
– ¿Os ha gustado? – mi mirada se clavó en los ojos de Ángela.
– Mucho – su respuesta se hizo esperar unos segundos pero cuando la dijo lo hizo mirándome de una forma entre pícara y juguetona.
– Hola Marco
– Hola guapa
Se acercó a mí, me cogió del brazo y me empezó a comer la boca delante de su mujer. Ángela miraba con ganas de jugar también.
– No sabía que os iban estos juegos – les dije
– Pues cuando quieras lo repetimos – dijo ella sonriendo a mi lado.
Me separé de Marco y fui hacia donde se encontraba ella. La agarré de la cintura y pasé mi lengua por sus labios. Ella ni se inmutó.
– Pero k no se entere él – dije mientras mis ojos miraban por la ventana y veían a mi pareja empapado bajando los trastos- Me ha gustado muchísimo. Buenas noches y hasta mañana.
Sonreí y me fui para mi casita.
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