El casero, su mujer y su hija.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta historia sucedió hace unos dos años, cuando unos amigos y yo alquilamos una casa de vacaciones en un lugar de la costa levantina.
El alquiler en cuestión estaba pactado para quince días. Entramos el día uno de agosto, con lo que teníamos derecho a la casa en cuestión hasta el día 15 ¿no?
Pues bien la casa constaba de tres habitaciones, salón…etc, con jardín y una pequeña piscina donde refrescarse y poco mas. También tenía una huerta, a la que el propietario solicitó si podía venir de vez en cuando para arregrarla , regarla y demás. Nosotros por supuesto accedimos, y así a veces el hombre aparecia sin previo aviso para ocuparse de sus hortalizas. Alguna vez vino incluso con su mujer y una hija de veintipocos años con pinta de pueblerina solterona.
Así fué transcurriendo nuestra estancia con relativa normalidad, a pesar de que algún día apareció el casero y se encontró con alguno de nosotros en la alberca en pelotas acompañado de alguna fémina ya bien entradita la mañana despues de una noche de pedo. A eso se arriesgaba entrando sin llamar, al fin y al cabo
nosotros teníamos alquilada la casa para total uso y disfrute. Por otra parte al él tampoco parecía importarle demasiado ver en cueros alguna jovencita.
De manera que se convirtió en algo mas o menos normal que el hombre regara
sus tomates, mientras nosotros disfrutasemos en total desnudez de la casa y sus instalaciones.
El problema vino cuando el día trece nos dijo que teníamos que marcharnos al día siguiente, ante lo que le recordé que el contrato era por quince días y no por catorce, a lo que me contestó que él alquilaba la casa por quincenas, y que el día quince ya se la tenía alquilada a otros inquilinos. Yo le advertí de mi disconfimad, además el catorce era viernes y no tenía ninguna gana de marcharme, por lo que le dije que nos quedaríamos hasta el quince por la noche.
El se mosqueó pero al fin y al cabo nada podía hacer.
Así, ese viernes nos fuimos de pedo y llegamos ya amaneciendo. El hombre como medida de presión apareció sobre las siete con su mujer y su hija. YO PENSE: ESTA ES LA MIA, SI QUIERE JUGAR, LE VAMOS A DAR JUEGO.
Los tres entraron el la parcela y pusieron a trastear en la huerta, mientras yo, ni corto ni perezoso, salí por la puerta trasera hacia la piscina totalmente en pelotas. He de decir que mi aparato mide unos 12cms en reposo con el capullo siempre totalmente visible, además suelo ir completamente depilado con lo cual hace que se vea inlcuso mas grande, algo que me produce bastante excitación.
Pues bien, yo haciéndome el tonto, o el natural me dispuse a tomar una ducha al lado de la alberca, al poco apareció a mujer del casero que dió un respingo, mientras yo con total nturalidad le espeté un: Buenos Dias. La pobre mujer no sabía que hacer ni donde meterse, a la vez que se le notaba quinconscientemente se le iba la vista a mis atributos.
Yo continué con el juego como si fuera lo mas natural del mundo pero tambiénn notaba como mis 12cms se iban convirtiendo en 14 o mas, aunque siempre sin llegar a notarse ni siquiera morcillona.
Era muy gracioso y excitante ver a aquella mujer cincuentona disfrutando de observarme totalmente en pelotas.
Como era preciso continuar haciendo esto mas creible, decidí ir un poco mas lejos y despues de cruzar unas palabras con la mujer que no podía evitar su cara de satisfacción e incluso una lijera sonrisa, caminé hacia donde se encontraba el casero con su hija que todavía no se habían percatado de la escena, después de todo "yo estaba en mi casa"
Mi pene debía exhibir ya unos 15cms, pero sin dar pie a la mas absoluta sospecha de erección. Se bamboleaba exhuberante y con un capullo violaceo pero sin denotar sexualidad alguna (al menos visualmente).
Cuando llegué a la huerta él estaba agachado cavando, y su hija a unos dos metros de él.
El hombre se sobresaltó, cosa que no había sucedido nunca antes de la presencia de su mujer e hija.
Yo pensé: "¡que se joda!" "ha intentado hacernos el lío y ahora lo va a pagar con que su mujer y su hija me van a disfrutar de lo lindo, aunque sea visualmente". Por otra parte a mi me excitaba muchísimo estar totalmente expuesto ante tres desconocidos, y sobre todo dos mujeres que casi con total seguridad nunca se habían visto en una situación así.
El hombre intentó censurar mi conducta, pero ni siquiera le di opción, mientras le recordaba que le había avisado que nos marcharíamos el 15 por la noche o el 16 por la mañana.
Mi sensación era una extraña mezcla de excitación y verguenza, y por otro lado miedo a la erección.
La mujer del casero exhibía una gran sonrisa, la hija directamente se reía nerviosa, sin esforzarse en disimular donde miraba, es mas, descaradamente me observaba o mejor dicho me escudriñaba el pene centímetro a centímetro y el casero estaba entre jodido y cabreado por su torpeza.
Ahí casi me derrumbo yo y me corto, pero pensé: tu lo has empezado, ahora te jodes.
Además todas estas sensaciones alimentaban mis ganas de continuar.
Seguimos así, poco mas hablando de cosas sin trascendencia mientras que notaba como aquello crecía y crecía.
Ahora ya no podía ocultar una semi-erección, y por otro lado las mujeres con sus picaronas sonrisas de satisfacción empezaron a soltarse y a bromear sobre mi desnudez, llegando incluso a mencionar directamente cosas sobre el tamaño
de mi pene. Ante esta situación ya era imposible disimular que esta totalmente paralelo al suelo (aunque no empalmado del todo), pero a ellas se notaba que no les disgustaba en absoluto.
El hombre se alejó unos metros a su huerta y ellas se fueron deshinibiendo y confesaron entre risitas que nunca habían visto un pene tan grande (ni tan perfecto) matizó la hija.
Yo estaba muy excitado y avergonzado a la vez, la cosa había ido demasiado lejos, así que ahora si que me empalmé, pero bien, ante lo que la hija dijo: ¡MIRA MAMA!
Y allí me encontré delante de las pueblerinas que no paraban de reirse y del padre que intentaba disimular a lo suyo.
Las mujeres estaban encantadas, tanto que el padre se dió la vuelta refunfuñando y dijo :
-Bueno, creo que ya está bien ¿no?
-Voy a sacar cuatro cosas del coche, me acerco un momento a la ferretería y cuando vuelva nos vamos. Anda dejad a este señor tranquilo y venid a ayudarme.
Yo le dije:
-No se preocupe, que por mi no molestan.
Y salió haciendo notar a sus mujeres que no estaba muy conforme.
Una vez que el señor estuvo mas lejos la hija se soltó un poco mas y dijo:
-Aparte del tamaño me han llamado mucho la atención, las formas, quiero decir lo bien que se le diferencia el pene del glande que es como me lo enseñaron en los libros. ¿ ves mama?
-Madre: si, si ya se ve lo que hay
En cuanto el padre salió por la puerta, la niña miró a la madre y haciendo un gesto con la mano pregunto "¿puedo?"
La madre echó una gran carcajada y dijo:
-Hombre, si este señor esta tan acostumbrado a ir por ahí desnudo, no creo que le importe mucho pero tendrá que ser él quien lo diga ¿creo yo?
Entonces la niña me preguntó esta vez a mi "¿puedo?"
Y la madre casi afirmado por mi dijo:"¿le importa?"
Yo conteste: "Claro que no".
Ahí me sentí el cazador cazado y la hija acerco su mano y me cogió suavemente el pene, como con miedo e inexperiencia. Y yo como no podía flaquear ahora le dije: "aprieta, aprieta"
La chica soltó un "joooder" y empezó a reirse a carcajada limpia. Luego le dijo a su madre: "mira, mira tu anda."
La madre contestó:
-No mujer no hace falta, si ya se ve lo que hay.
Aunque esas eran sus palabras, sus ojos decían que en realidad lo estaba deseando a mas no poder. La hija insistió otra vez y no hizo falta mucho mas, dijo un:
-"bueeeno, como es esta chiquilla".
Y me cogió la polla con muchas mas ganas que la joven a la vez que solto ¡UUUUHH!
-Madre mííía, que duro está esto, ¡que bárbaro! y que tamaño si no me llegan los dedos, a ver, a ver.
Entonces alargó la otra mano y me la cogió con las dos. La señora no es que tuviese las manos muy grandes pero con las dos agarradas se me quedaba el glande aún fuera. Apretó y se vió como mi capullo crecía, se hinchaba, "¡QUE
BARBARIDAD!"
Yo estaba excitadísimo pero a la vez me sentía bastante avergonzado, ademas de baba miedo que apareciese el marido, porque una cosa es que yo ande como me de la gana en la casa que he alquilado y otra muy distinta es que vea a su mujer agarrada de me polla como un mono.
Entonces dije un "bueno" para forzar que me soltara, pues llegué a notar como la muy calentona de la señora me dió un par de sube y baja, con peligro incluso de correrme.
La buena mujer me soltó el rabo, se rió y dijo otra vez: "¡Madre mía!", miró a su hija le dijo:"no te vayas a creer que esto lo vas a ver siempre, ja, ja, ja"
"Ya, ya supongo" contestó la hija riéndose también.
Yo me dirigí al interior de la casa dispuesto a bajarme el calentón en mi habitación, pero me costó mucho deshacerme de la hija que intentaba darme conversación a toda costa para que no me fuera, al final lo conseguí, me metí en la habitación y nada mas empezar a pelármela me corrí a lo bestia. Creo que la chica no perdió la visión en ningún momento, además cuando salí al baño a limpiarme, escuche pasos alejarse rapido…
CONTINUARA
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