El Incubo del Internado 26
Jay finalmente se vuelve parte de toda esa locura erótica, sigue aprendiendo, pero trata de mantener la calma para no enloquecer….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capitulo 26
Que decir que no se esperen, durante mi fin de semana con la directora kim, pase unas noches llenas de pasión, no hubo momento en que no aprovechara para cogérmela, incluso cuando iba a bañarse, me infiltraba adentro para seguir disfrutándola, en una ocasión, que cogíamos bajo el chorro de agua de la regadera, note nuevamente a la pequeña Laila mirarnos a escondidas, me llené de tal morbo que aunque la tenía contra la pared clavándosela, con mi brazo levante su pierna para revelarle a la niña como la intimidad de su madre estaba siendo profanada por mi virilidad, que entraba y salía con cierta fuerza, dejando a la chiquilla con la boca abierta, mientras Kim seguía inconsciente de esto. Pero en otra ocasión mientras mirábamos tele, ahí la niña fue a sentarse sobre mi miembro, moviendo su cinturita calentándome, fue algo increíble, esa pequeña quería lo mismo que su madre, deseaba su ración de buena carne de macho, y acabé tallándole la verga directamente, pues debido a la hora usaba su camisón de dormir, más no traía nada debajo, dejándome sentir su vulva infantil que para mi sorpresa se empezó a humedecer, logrando un orgasmo intenso, mientras que yo me terminé corriendo mojándole toda su vulva lampiña, sin embargo lo que haría después sería una locura, pues ella misma lo tomaría con su dedo para lamerlo, saboreando su primera leche de hombre, sonriéndome como si fuera un secreto. Desafortunadamente nada es para siempre, así que el lunes, regresamos a clases, todo se veía tal como se dejó, y si acaso, me vi en la necesidad de revisar el gimnasio, este ya iba tomando forma, pero nada en especial, hice mis rondines, pero debía retirarme temprano para ir por blacky, quien estaba en la veterinaria, esta se hallaba en un pequeño local frente a la gran plaza, así que llegada la hora me retiré a buscar al mejor amigo del hombre, pero cuando llegué, algo me detuvo, no sé porque pero me fui a ver cierto local, ya lo conocía bien, al fondo de un pasillo oscuro, donde aparecían ahora por las fiestas nuevo locales, de aspecto más alegre, pero con cierto aire extraño, tiendas navideñas con una “sexy” señora Claus, pasteles eróticos, juguetes que tenían cierto aire que si era lo suficiente perspicaz notabas erotismo, los hice a un lado para llegar a Conejitas, ahí me tope con el viejo de antes, y como lo supuse, estaba muy maltrecho, él fue quien se metió antes, a quien golpee y le disparó a Blacky:
¿Qué quieres? ladrón – dijo molesto.
Mira quien lo dice viejo asqueroso, tú te metiste a propiedad privada – respondí desafiante.
Devuélveme el muñeco – sólo dijo nervioso.
No es tuyo, y se como lo conseguiste desgraciado, asesino, ahora está en mis manos, quieres que lo arreglemos como la otra vez – advertí sin quedarme atrás.
No sabes controlar su poder, este te destrozara – me amenazó.
No importa, al final será para los Búhos, ellos se lo quedaran – señalé calmado.
En eso el viejo se quedó helado, supongo creyó que había sido contratado por ellos, así que me miraba tratando de analizarme, pero en eso le dije:
Lástima por ti, ya estás muy viejo para meterte conmigo, y aunque siendo astuto te vuelves peligroso, conozco los mismos trucos sino es que más, porque tampoco el crimen me resulta ajeno – trataba de ahuyentarlo.
No deberías soltar la lengua tanto, idiota – dijo molesto.
Y que vas a hacer, ya perdiste el muñeco, además siendo franco no te vez tan imponente como otros dicen, el miedo no te ayudara conmigo, ahora piénsalo, te hice un favor al tomar esa cosa, sólo que no te das cuenta, pareces alguien a quien se le privo de su vicio, no puedes pensar con claridad, pero lo harás y verás que así estas mejor – señalé confiado.
Tu no entiendes, esa cosa… – quiso decir algo el viejo pero le interrumpí.
Y de que te sirve realmente, sólo para provocarle orgasmos a niñas que ya no puedes gozar por ti mismo, a las cuales vez desde un monitor, te volviste un patético acosador, casi podría apostar que no se te para, y desquitas tu frustración de esta manera, acéptalo, estas mejor sin esa cosa, además si quieres hacer eso sólo esconde cámaras en los vestidores, así no te metes con fuerzas que no puedes controlar – indiqué firme.
El viejo sólo me miró sin saber cómo responderme, por un momento se mantuvo ahí, pero al final se fue, aunque a unos pasos de entrar a su tienda dijo:
Espero que la recompensa valga la pena – gruño el viejo.
Claro que lo vale, sabe a cereza o frambuesa, según se le antoje, ja – respondí.
Después de eso se metió a su tienda, yo salí para ir por blacky, este me esperaba meneando la cola, ambos salimos tras pagar la cuenta y nos dispusimos a volver a pie hasta la escuela, recordaba que no había camiones o taxis que nos quisieran llevar a ambos, pero si bien, avanzamos unos metros, un vehículo me detuvo, lo reconocí muy bien, cuervos, por fortuna era Simón, quien iba “tarde” a la escuela, ya de camino:
Qué suerte Jay, si no se me hacia tarde no te hubiera encontrado, te ahorré la corrida – dijo Simón muy jovial.
Si, como sea – dije molesto, aunque no contra él.
¿Qué pasa guardia Jay? Que no somos amigos – cuestionó Simón.
Bien, lo dejaré en claro ¿Qué le hiciste a Tesi? Desgraciado – fui directo al grano.
Oh, vaya, funciona, y muy bien, no te preocupes, no es algo tan malvado como lo que hace Steve, quien con el medallón sólo necesita dar órdenes, para dominar a los demás, también hay algunos hechizos, pero los desconozco, en mi caso sólo hice un conjuro de prueba para que se fijara en mí, ¿te ha dicho algo? Eh Jay – dijo simón ansioso.
¿Conjuro de prueba? Mira que fuiste algo imprudente, a ella le gustan los chicos rudos como yo, y de repente te ve en sueños o en todas partes, esta algo asustada, si la quieres, invítala al cine o parecido, pero no intentes cosas así, es mi querida hermana, entendiste – dije severo.
Ya veo, a fin de cuentas esta es cosa del diablo, he aprendido algo, pero al menos ahora sabe que existo, no te preocupes que además gracias al conjuro el medallón de Steve no le afectará, o eso espero, hare las cosas bien, aunque te dije que te enseñaría que se pueden hacer otras cosas con la daga, un ritual con una foto de ella, y ya ves – indicó Simón tratando de librarse.
Tenía su punto, pero no dejaba de estar molesto, nuevamente me daba cuenta de lo desquiciada que estaba esa ciudad, volví con Blacky y los niños se pusieron muy alegres, alguien dijo que estaba muerto por culpa de un ladrón, así que verlo correr les alegró, volví a mis labores, sin más dificultades, volviéndose un día más común, si acaso pude ver como realmente Simón trataba de acercarse a Tesi, lo cual no le era tan fácil como pensó, eso le pasaba por usar fuerzas tan malévolas, así mismo Elisa tampoco dejaba de verme, Tea en cada oportunidad me coqueteaba, intercambiaba alguna mirada con Drew y Michelle, que parecían invitarme a un trió, maldición eso era excitante, así mismo Laila de vez en cuando se me acercaba, queriendo ver si hacía algo con alguna hembra de la escuela, detalle sencillo, pues como olvidar a las maestras, carajo, me vi rodeado de bellas mujeres dispuestas a recibir de mis atenciones, así se pasaron rápido los días, llegando nuevamente el fin de semana, o por lo menos viernes por la noche, ahí tenía un compromiso importante, mis hermanas nuevamente fueron a quedarse con mi tía, quien estaba contenta con ellas, a diferencia de Pit, que se volvía más insoportable, pues buscaba el poder para dominar al incubo, sin darse cuenta de todo lo demás que le rodeaba, por mi parte conseguí un traje y fui directo a la casa de los Búhos, incluso me dejaron un carro con chofer para llegar, llevaba un paquete, ahí guardaba las reliquias, llegamos puntuales por encima de las 10 de la noche, la casa estaba arreglada para las fiestas, pero sólo en apariencia, había varios invitados, al verme pude notar cierta antipatía, pero eso acabó cuando apareció Tea, iba muy bien arreglada, con un vestido muy corto, ajustado a su lindo cuerpo, esta al verme se me abrazo, para besarme sin importarle quien viera, luego aferrada a mi brazo nos unimos a la fiesta, no faltó que muchos me vieran y murmuraran, era bastante molesto, así que mi chica me dijo:
Tranquilo Jay, están celosos, muchos querían tu puesto, pero les ganaste – dijo coqueta.
Si, está bien – sólo respondí incomodo.
Por cierto traes las reliquias ¿no? – dijo Tea con voz un poco más fuerte.
Si, aquí mismo – respondí con el paquete bajo el brazo.
Y con esas palabras todos se me quedaron viendo aún más ansiosos, no sabía qué hacer, esa atención era muy molesta, quería distraerme con lo que fuera, por suerte en ese momento noté algo que no había advertido.
Una bebida – ofrecía una voz familiar.
Frente a mi estaban Drew y Michelle, ambas vestidas de manera sugestiva, en un uniforme de sirvienta, pero con minifalda, medias de encaje, zapatos de tacón y un top que apenas podía guardar sus enormes atributos, de hecho pude notar, como había muchas más sirvientas con el mismo vestido, y la mayoría de invitados eran hombres, aunque también había algunas mujeres, pero cabe destacar que no eran muchas, pronto una campana sonó indicando que la cena estaba servida, pasamos a un enorme cuarto lleno de mesas con un banquete impresionante, Tea me guío hasta una mesa en especial, justo en lo que parecía la cabecera de la habitación, donde me encontré al viejo Búho sonriente.
Hola muchacho, veo que mi nieta te recibió muy bien – dijo fastidioso el viejo.
Si, como puede ver – y acerqué más a Tea sobando su cintura.
Ahí están las reliquias ¿verdad? – pregunto ansioso el viejo.
Si, así es – dije colocando sobre la mesa el paquete.
Muy bien…
Y tras esas palabras nos sentamos, el abuelo dio una serie de palabras, un guion para establecer que la familia tenía mucho tiempo, que debíamos estar orgullosos de nuestra herencia, así mismo mencionó el problema de la secta, entre otras cosas, finalmente mencionó las reliquias, que eran una especie de tesoros entre las 5 casas, todo lo manejaba de forma un estoica, pero al mismo tiempo superflua, imagino que por la presencia de Tea, quien no se hallaba tan adentrada en todo el tema, finalmente dijo:
Y por eso, este muchacho esta aquí, recuperó no 1, sino 3 de las reliquias, de las cuales 2 quedaran en nuestras manos, mientras la ultima llegara bajo un trato con otra de las familias, además cabe decir que su sola presencia nos ha ayudado a entablar un nuevo pacto de tranquilidad con otros clanes, como pueden ver se ha vuelto importante, sin siquiera ser parte de nosotros, hasta ahora, pues de esta manera hago oficial su compromiso con los nuestros, por nupcias con mi nieta, y como muestra nos entrega la botella de Súcubos y el muñeco del esclavo.
Acto seguido saque ambas cosas, la gente se quedó asombrada (Tea no), las miraron con cierto recelo, algunos se acercaron a ver mejor, como si fueran expertos en el tema, logrando que otros se aproximaran y entre gestos petulantes o murmullos decían que debía ser cierto, aparte de todo esto, el viejo decía que me había enfrentado al antiguo dueño del muñeco, logrando vencerlo, eso traía más molestas charlas, pero no me dirigían la palabra, en eso notaba como Tea se hacía a un lado, por lo que me fui con ella para ver que ocurría:
¿Qué te pasa? – le dije curioso.
Pensé que encontrarías algún tesoro, esas cosas se ven como basura – respondió tajante.
Todo depende de cómo lo miren, para ellos es valioso – señale firme.
Sí, pero un muñeco feo y una botella, bueno esa se ve elegante, pero no dejan de ser basura, o dime ¿Por qué serían tan valiosos? – cuestionó Tea.
Dime, conoces las leyendas del internado – cuestioné inquieto.
Oh si, ese Simón las cuenta a menudo, y desde niña las escuché, me tienen aburrida – señaló molesta la chica.
Y si te digiera que son reales, y puedo probarlo – dije coquetamente retador.
Oh, entonces tú crees en eso, pero como piensas probarlo, eh Darling – dijo desafiante.
Dime, Simón lo ves como un fanático de todos esos pasatiempos bobos, ¿no? – indique.
Si, así no va a conseguirse novia, a menos que se pague una – dijo malvada Tea.
Bien, y porque crees que mi hermana lo sueña, si apenas se tratan – solté con cierta malicia.
No te creo – dijo maliciosa.
Magia, nena, se que suena estúpido, pero desde que llegué a esa escuela me eh topado con cada cosa que ni te imaginas, y si no fuera real, porque ahora tu estas entre mis brazos rendida – dije triunfal abrazándola.
Eso es porque estas como quieres, y no eres alguien patético, a mi me gustan los chicos como tú, aparte que eres increíble en la cama – dijo más coqueta abrazándome.
Te doy un punto con eso, pero creo que puedo convencerte de lo real de estas cosas, pero no será hoy, dime te atreves a seguirme o te rindes – volví a desafiar.
Mm, me gusta cuando te pones así, hagámoslo más interesante, una apuesta, si no me logras convencer tendrás que cumplirme una fantasía, pero si no, yo haré lo que tú me pidas, que tal Darling – y lo dijo con un tono de voz que no pude resistir.
Es un trato nena – le dije sujetándole del culo.
Estaba por besarla cuando se pudo escuchar, uno de los invitados decía:
Oigan, si son reales hay que probarlos – dijo uno con desespero.
Cierto, no tenemos garantías que son de verdad – añadía otro molesto.
Con el muñeco no hay duda, este fue probado años atrás por el viejo soldado, y lo quería de vuelta a toda costa, por ello se enfrentó a nuestro nuevo miembro, además que no salió bien, o si dudan pregúntenle a él, saben donde hallarlo – desafío el viejo.
Bien, bien, entendemos, pero no tenemos garantías con la botella de Súcubos – dijo otro.
Si, prueben esa – decía con insistencia otro.
Bien, pero quien será quien tome de los jugos guardados ahí – dijo el viejo inquieto.
Hizo la pregunta, pero nadie se atrevía a levantar la mano, en ese momento un mayordomo, el mismo que me atendió la primera vez que vine se acercó y dijo algo en el oído del viejo, este se le quedó viendo incrédulo, antes de decir:
Oigan a alguno de ustedes se les ocurrió pedir pizza o es una broma de algún estúpido mocoso – cuestionó el viejo molesto.
Todos se quedaron en silencio, pero una idea me cruzó la cabeza, así que me reí a carcajadas y dije malicioso:
Nena quieres pruebas, mira, ey “abuelo” yo recibo la pizza, y creo que esto nos sirve para la prueba – dije con voz clara para que todos escucharan.
Aquellos tipos estirados me vieron extrañados, pero yo sonriente me acerqué llevando conmigo a Tea y le dije al mayordomo, trae al repartidor, orden que fue realizada al acto, no tardó en entrar un muchacho de unos 17 años, de aspecto desalineado, con mucho acné, algo enclenque, traía al menos 5 pizzas, seguramente lo habían estafado para que fuera ahí, pero eso me servía.
¿Usted hizo el pedido? – me dijo el repartidor al verme.
Sí, pero lo esperaba mucho antes que empezara la cena – dije fastidiado.
Lo siento, es que no conozco esta zona y aparte que la moto se me paro, rayos, hoy no ha sido mi día, por favor ya le traje la comida, págueme que es mi última entrega – suplicó el repartidor.
Tranquilo – saqué unos billetes y le pagué.
Gracias, al menos así no me van a despedir – dijo aliviado.
Espera, veo que te ha ido mal, toma algo al menos – le dije.
En ese momento todos entendieron mi plan, no faltó que el mayordomo sin que nadie lo notara, mezclara el contenido de la botella de Súcubos con algo de soda, tal vez sólo unas 3 gotas, el chico estaba nervioso frente a tantos hombres bien vestidos, mientras yo indicaba que las pizzas eran para la servidumbre por su buen trabajo, así el pobre joven en cuanto recibió algo de agua la bebió de un trago, agradeció, y se fue acompañado esta vez por una sirvienta, ahora veríamos si esa era la verdadera botella de Súcubos, aunque había algo raro en esta, pues en cuanto fue abierta un olor muy fuerte invadió el lugar, era extraño, pues no se podía decir fácilmente que tipo de aroma o hedor podía ser, pero sin duda el aire se veía enrarecido, nadie sospechaba lo cruel que podía ser ese elixir hasta que lo vimos en acción.
El pobre joven se estaba retirando agradecido, aunque lucia confundido, la sirvienta lo guiaba, esta era una belleza de piel clara, cabello corto castaño rojizo, cuerpo bien formado, no la había visto antes, pero sobresalía por ser un poco pecosa, de ojos color miel, como de la estatura del chico, ella caminaba delante de él, meneando el culo de forma rítmica, casi dando a desear el darle unas nalgadas, pues sus glúteos eran redondos y bien formados, aparte usaba un perfume realmente delicioso, el chico se veía perturbado, pero todo tomó forma al llegar a la entrada que se encontraba casi vacía, si acaso nos movimos un par de escépticos, junto al abuelo, Tea y yo para ver lo que sucedería, antes de abrir la puerta el chico dijo con dificultad:
Disculpa ¿Cómo te llamas? – pregunto el repartidor.
Importa – dijo la sirvienta.
Realmente no – añadió el joven.
En ese momento se lanzó a besarla, estaba movido por una lujuria desenfrenada, esta quería quitárselo, pero no lo consiguió, el chico estaba demasiado eufórico como para ser detenido, y tomándola por los brazos la contuvo mientras irrumpía con su lengua dentro de la boca, ella se retorcía, como si deseara sacárselo, pero le resultó imposible, una vez que se dio cuenta de lo que sucedería se dejó llevar, o tal vez lo hizo porque parte de la esencia de la botella seguía en su boca, quien sabría decir, el chico al notar que no había resistencia jaló el vestido arrancando algunos botones, dejando a la vista un par de pechos de buen tamaño, con una forma preciosa, muy redondos, cubiertos por un sostén negro de encaje blanco, que contrastaba con su piel, este fue después hecho a un lado para que el muchacho empezara a probarlos desesperado
Delicioso – acertó a decir el repartidor.
No seas tan brusco – pido la sirvienta.
Pero el joven no izo caso, se quedó saboreando esos pechos desesperado por largo rato, mientras sus manos se empezaban a mover por todo el cuerpo de la mujer, sintiendo cada parte de su bella anatomía, con los brazos pretendía quitarlo, pero este los retiraba para sentir la cintura, pasando a su culo, el cual amasó desesperado, aunque en un principio sólo lo tocaba sobre la falda, pero no tardó en subirle hasta poder tentarlo sobre una panti a juego con su sostén, en ningún segundo dejó de saborear esas tetas, las lamia, chupaba o incluso mordía ligeramente los pezones, así lograría que la mujer empezar a gemir.
Espera, eres muy brusco – se quejaba la sirvienta sin defenderse.
Pero nuevamente no recibió respuesta, el chico estaba poseso por la lujuria, y para ese instante, sus dedos hicieron a un lado la panty para empezar a hurgar en la intimidad de ella, comenzando a introducirse tanto en el culo como vulva, logrando de manera brusca a masajearle la intimidad, llegando a lo salvaje a humedecerla, no sé si ella fuera masoquista, pero no tardó en soltar sus mieles de tal forma que tocaron el suelo, casi como si se orinara, sin embargo se notaba que no era eso. Era increíble ver como la pobre pelirroja en semejante ataque era convertida en un juguete sexual, mientras sucumbía ante el placer, pero eso no sería suficiente, el tipo algo loco se alejó para sacarse su verga, la verdad no era muy dotado, aunque serviría, apenas y se escupió algo en la punta antes de metérsela de un solo golpe, por suerte ella estaba muy húmeda, que de lo contrario le habría dolido, así comenzó a follarla, movía su cadera en un vaivén desesperado, mientras gruñía por el esfuerzo, incluso acomodó la pierna de esta sobre su cintura para entrar mejor, mientras la mujer siendo usada no dejaba de quejarse por lo brusco del tipo.
Espera, eres muy brusco – repitió la sirvienta.
Cállate perra – dijo violento el repartidor.
Y siguió metiéndosela frenético, era obvio para muchos, que aquel tipo patético era controlado por la pócima de la botella, entraba y salía desesperado, mientras sus manos controlaba el ritmo al encajar sus dedos en las redondas nalgas, su polla incluso parecía hacerse más grande a cada momento, logrando que la sirvienta se quejara mas, mientras sentía la succión de la intimidad femenina, ella gemía poco, pero su molestia también daba pequeños quejidos, se agarraba a él para tratar de tener control, mientras sus pechos se agitaban de forma violenta, chocando en veces contra el pecho del repartidor, quien no tardó en correrse, diciendo:
Oh si, así se hace perra, que buena estas, lo sientes – grito triunfal.
Mientras le llenaba la vulva con su leche, pero no estaba contento, aparte que su erección no terminaba, la chica siguió siendo abusada, aunque esta vez fue colocada de espaldas a él, por un momento le abrió el culo para jugar con sus cachetes, acariciándose así su falo, parecía que quería evitar que perdiera fuerza, lo hizo por varios minutos antes de clavársela, pero esta vez por falta de lubricante la penetración fue dolorosa, aunque a este no le importó, se la metía enloquecido, fuera de sí, más como una bestia, mientras la mujer se quejaba por el salvajismo, pero lo disfrutaba, porque se notaba que sus tremendos glúteos le acariciaban la verga a cada estoque, aparte que su vulva escurría más jugos, era una locura, la entrada se llenó de su olor a sexo y quejidos, así duraron un poco más, este fue embistiéndola mientras se le aferraba a las tetas, las cuales enrojecían, antes que se volviera a correr, llenándole ahora el culo de semen, aunque eso no lo dejó satisfecho, antes que nos diéramos cuenta la sirvienta cayó desfallecida, tratando de recuperarse, pero en ese momento el tipo le tomó del rostro para violarle la boca, le metió con fuerza, ella lo miraba sorprendida, pero este dijo:
No he terminado perra, ahora límpiame bien – ordeno el muchacho.
Y comenzó a metérselo por la boca, nuevamente fue en un ritmo salvaje, sacando su verga a cada momento embarrada en saliva, el tipo se volvía loco, pero para todos eso era increíble, el viejo sonreía al igual que los escépticos, Tea se veía acalorada, y aprovechaba para sujetarla, si no estuviera acompañado ya tendría mis manos sobre ella, al final volvió a correrse embarrándole la boca de sus jugos, y dijo:
Eres la mejor perra que eh tenido, creo que te visitare – iba a decir algo más pero se calló.
Tras aquella fuerte sesión de sexo brutal, lo más interesante fue que él al terminar reaccionó sorprendido, como si no recordara nada, se vio a si mismo junto a la mujer, grito un poco asustado, se acomodó la ropa y salió huyendo despavorido, incluso lo vimos en su moto a toda velocidad, mientras esta tronaba un poco, el viejo sonriente aplaudió para sacar a los otros de sus pensamientos, así regresamos a donde la fiesta, donde se empezó a hablar de todo eso, indicando que era real, siguieron sin decirme nada, pero me miraban con cierto asombro, sin duda me estaban aceptando, aunque Tea seguía luciendo algo escéptica, pues pensaba que todo era una farsa, un afrodisiaco, así que me dijo:
Pues mira que eso se vio muy excitante, no lo voy a negar, esas cosas me gustan, pero necesito una prueba mejor – dijo Tea juguetona.
Y que sugieres, dije que te lo probaría y eso pretendo hacer – estaba listo para negociar.
Espera tengo una idea, si eso sale como tú dices, aceptaré que tienes razón y hare lo que quieras, incluso un trió con Drew y Michelle, que veo que te gustan – declaró Tea picara.
Mira nena, cuando te des cuenta que esto es real la diversión entre tú y yo no se nos va a acabar – declaré triunfal.
Uh Darling – respondió Tea mordiéndose el labio.
En ese momento todo sonaba muy bien, pero no imaginaba lo que ella estaba pensando…
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