El otro día me di cuenta de unos agujeritos en los baños. (gay)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gordito19madrid.
El otro día fui a Aluche a comprarme unos auriculares nuevos. La cosa es que ese centro comercial lo visitaba mucho de niño, y mis recuerdos eran pésimos. Es un centro comercial feo, decadente y viejo. Bien, estando allí me entraron unas ganas de mear tremendas, con lo que fuí al baño más cercano que había. Me metí en un cubículo y empecé a echar el chorro. Mirando para abajo, vi la sombre de el señor del cubículo de al lado que se proyectaba ebajo de la sombra de la madera. Los movimientos de la sombra eran muy claros. Estaba sentado haciéndose una paja veia la sombra del brazo agitarse fusionandose con las piernas. al acabar de mear me fije en la madera que nos separa al hombre y a mi,. Vi un agujero a la altura de la cadera. un agujero muy muy pequeño. En ese momento lo pensé "¿Me estará mirando?"
La idea hizo que se me pusiera dura. así que deje caer el pantalón, em puse de cara al agujero y me exhibí tocándome y masturbandome. _Mis dudas se disiparon cuando hoy la incorporación del hombre con un golpe y a la sombra moverse, de repente una mano apareció por debajo de la madera, ofreciendo se a ayudarme con mi tarea. yo no dude y me puse de rodillas, tocando la mano del hombre y dirigiendola a mi polla, que empezó a manosear y a pajear como solo los viejos saben hacer. Me estaba muriendo del placer, aunque la posición no era muy cómoda, así que me levante, me abroche el pantalón, y salí fuera,a l baño, como solo había un viejo que llevaba en los urinarios desde antes de entrar yo (y ya llevaba un buen rato en el cubículo) sin disimulo ninguno llame a la puerta del cubículo de al lado, y la puerta se abrió.
Eran un hombre viejo, de unos 70 años, como el de los urinarios, y se le noto la alegria de ver que yo era tan joven. Estaba sentado en la taza del water con los pantalones y calzoncillos bajados. Yo me saque la polla y se la puse delante de la boca sin decirle nada, y él comenzó a comérmela aplicando toda su experiencia en el proceso. Le agarré de la cabeza calva y le empecé a mover salvajemente, mientras me agarraba el culo en señal de que le gustaba. Yo moría de gusto con la mamada del viejo y en breve me corrí sin avisarle. De su boca no salió ni una gotita de mi semen. Salí sin decirle nada y me fui a comprar mis auriculares
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