El vigilante y la nena
Después de la nena de las flores estaba más al pendiente de cualquier puchita infantil que fuera posible desflorar, pero también estuve alerta a lo cabrones que como yo disfrutaran de estas bellas perversiones..
Después de la nena de las flores estaba más al pendiente de cualquier puchita infantil que fuera posible desflorar, pero también estuve alerta a lo cabrones que como yo disfrutaran de estas bellas perversiones.
Total, cierto día salí del condominio donde vivo y don Pedro el vigilante me saludo como siempre, yo fui amable y como que nunca hago, volteé a ver el interior del espacio o caseta de vigilancia y vi una nena de unos 6 o 7 años, muy bonita, limpia y bien vestida, le pregunté por qué tenía a su hija tan tarde despierta y me contestó que no era su hija, que la estaba cuidando un rato en lo que la mamá regresaba. No le di importancia y seguí mi camino.
En los siguientes días volví a encontrar a la nena con don Pedro; lo cuestioné a detalle y pues solo era una vecina que salía de fiesta y la dejaba con don Pedro un par de horas a cambio de unos pesos. Mi mente voló de lo que yo haría a la nena y solo atine a decirle a don Pedro: pues disfrútela y no sea envidioso. Él sonrió y con eso entendí todo.
Mi comentario u la sonrisa de don Pedro me hizo imaginar lo que este cabrón le haría o le hacía a esa nena y yo estaba dispuesto a averiguarlo.
A los días decidí vigilar los movimientos de la vecina, la nena y el vigilante, después de varios desesperante días vi cuando la vecina dejó a la nena en la caseta de vigilancia, me acerqué caminando y muy sigiloso. Me escondí y puse atención a todo. En cuanto don Pedro se quedó solo con la nena le dijo: princesa hoy también tienes que ayudarme a sacarme la Lechita ehhh, ya traigo mucha acumulada de varios días que no has venido a consentirme.
La verga se me puso dura de inmediato. Sabía que ese cabrón hacía sus cosas con la nena, y esto fue lo que escuché:
Pedro: a ver nena, ahorita que está aguadita la verga, mátetela toda a la boca. Uff ahhhh ufff así que ricooooo. Ves como si te cabe toda. Ahora chúpa la cabecita. Eso así mi amor, que rico lo haces, ufff mi amor aprendes muy rápido ehhh seguro estas practicando con alguien más, ya eres toda una experta. Mira bb ya hiciste que se pusiera dura dura, ejjejejejjeje ahora trata de chupar toda la verga y yo te tomo un video para luego verlo juntos.
De la nena no se escuchaba nada, solo sonidos de que obviamente estaba mamandole la verga a don Pedro.
Esos ricos sonidos fueron interrumpidos por el sonido del radio de don Pedro y este contesta con un código, y de su interlocutor se escucha una risa y después le dice: pues hazlo rápido ehh que ya me toca estar en la caseta a mí también.
Pedro: apenas empezó, y todavía falta, así que aguanta.
Pedro: a ver princesa, ya viste lo dura que la tengo, ahora me toca a mí consentirte, quítate los calzones y ponte como tú ya sabes.
Mi verga comenzó a lubricar de ganas de ver esa escena y de imaginar lo deliciosa que se vería esa tierna puchita.
Pedro: uuuuy que rico nenita, y que bonita tienes tu panochita, sabes que me encanta, a ver deja le doy un besito. Uuuf que rico sabe, siempre me gusta tu sabor, uuuuy que rico, a ver déjame la abro un poquito y la pruebo. Uuuuuf uuuf mmmmm que delicia, me encanta, voy a seguir chupando mi nena.
Ya solo se escuchaba en medio de la noche el claro sonido de las chupadas de puchita que le estaba dando con Pedro a la nena, y de esta comenzaron a escucharse tiernos gemidos, de obvio placer, esa cabroncita esta disfrutando el sexo oral que le estaban propinando.
Me saqué la verga, y comencé a jalármela al ritmo de los sonidos de la nena disfrutando. De don Pedro ya no se escuchaban palabras ya que evidentemente seguía mamando la puchita de la nena. De ella cada vez iban en aumento sus gemidos y de pronto comenzó a gemir mas fuerte, casi como gritos.
Esos pequeños gritos me asustaron, metí mi verga en los pantalones, y me cubrí más en mi escondite. Puse más atención y de pronto la risa de don Pedro ajjajajajajajajja nena hermosa, que rico, que delicia, te viniste en mi cara, que delicia princesa, no inventes, que ricoooo, que rico mi amor.
Nena: perdón, es que empezó a darme muchas ganas de orinar, perdón don Pedro.
Pedro: ajajajjajajajaj ajajjajajaja no mi amor, no es orina, te veniste, te gustó tanto que te chupara tu panochita que tu cuerpo me regaló ese liquido. A ti te gustó lo que sentiste?
Nena: si, y me siento con muchas ganas de que me siga chupando ahí
Pedro: claro que si mi nena, todas las veces que tú quieras, pero más tarde ya que ahorita tengo que ir a hacer mi rondín. Solo déjame echarte mi flechita dentro de tu panochita, así como el otro día.
Nena: pero es que la otra vez me dolió que pusiera su cosa (verga) en mi parte (vagina) es que la tiene muy gruesa.
Pedro: Pero si la otra vez solo intenté meter la cabecita de mi verga y dejarte la leche dentro, anda di que sí y complace.
Nena: pero solo poquito.
Pedro: ufff mi princesa hermosa, veras como te encanta sentir mi leche.
Yo ya no aguante más, las ganas de ver esa escena fueron mayores que mi preocupación por que me descubrieran, a parte yo no tenía nada que perder, quien estaba haciendo eso era él, así que salí de mi escondite y fije mi vista dentro de la caseta de vigilancia.
La escena era frenéticamente excitante, don Pedro que tenía alrededor de 50 años, alto, gordo, moreno, pero de expresión y sonrisa amistosa tenía los pantalones en los tobillos, y la nena estaba arriba del escritorio de recepción, con las piernas abiertas al máximo y la puchita colorada (de hecho el cabrón de don Pedro le había dejado chupetones en los labios vaginales) y palpitante, sin un solo vello púbico, brillosa de la saliva de don Pedro o por la venida que había tenido hacía unos momentos, su pequeño cuerpo contrastaba con el enorme cuerpo de su próximo follador.
No pude dejar de observar que la verga de don Pedro si bien no era grande si era gruesa. Le pidió a la nena que acercara más su cuerpo al borde del escritorio y que se detuviera de atrás con sus manos. Ella lo hizo obediente y dejo más a la vista esa preciosa puchita. El destino quería que yo viera esa maravillosa escena, ya que desde el lugar en el que estaba podía ver todo perfectamente y sin ser descubierto.
Don Pedro acercó su glande a la entrada de la puchita de la nena y con una mano abrió los labios vaginales, puso la punta de la verga ya en posición de estocada y vi como se perdió su glande dentro de la vagina de la inocente nena que solo tenía cerrados sus ojos y gemía de dolor. Don Pedro no se movió pero comenzó a jalarse el tronco el de la verga mientras su glande estaba dentro de la nena.
Ella aumentaba sus sonidos de dolor y él la tranquilizaba diciéndole que ya casi acababa. De pronto don Pedro dio un rugido o bufó alto y se quedo quieto (estaba eyaculando dentro de la vagina de la nena) ella seguía quejándose y con los ojos cerrados. Él saco su verga y se escuchó como cuando se saca un tapón de una gaseosa, e inmediatamente salió de la vagina de la nena un chorro del semen de Don Pedro, parece fuente de tantos menos que expulsó Don Pedro. Ella al sentir que ya no tenía esa gorda cabeza de verga dentro de ella abrió los ojos y volteó a ver su puchita colorada y con chupetones y escurriendo semen.
Volteó a ver a don Pedro y le sonrió, él se limpió el exceso de semen en su verga y se subió los pantalones. Ella se quedo abierta de piernas esperando que saliera todo él semen de su interior. Don Pedro le sonrió y le dijo: uff mi vida como me encantaría metertela toda y dejarte mi leche hasta el fondo, y si pudiera hasta te preñaba.
Ella le dijo: preñar es para tener un hermanito.
Don Pedro: Andale algo así, pero tú cómo sabes eso.
Nena: el otro día el amigo de mi mamá le dijo que le encantaría preñarla y darme un hermanito. Y como yo quiero mucho tener un hermanito pues me acordé.
Don Pedro: Pues si quieres un hermanito yo puedo hacértelo.
Nena: si quiero, si quiero, pero dígame qué tengo que hacer.
Don Pedro: mira nena, tengo que hacer mi rondín, límpiate como te enseñe y más tarde que regrese te explico lo que tendríamos que hacer, pero ya sabes debes quedarte callada.
Nena: pero no se vaya, no me gusta estar con el otro que viene, siempre me trata mal.
Don Pedro: voy y vengo rápido, va, pero pórtate bien. Ya ves que tu mamá me pide que te cuide bien.
Continuará…
Que rico relato, por favor continua
Que ricas tu historias. Así me enoese a coger a mi herma desde los 5 yo tenía 13. Tiene un hijo mío. Las morritas son muy cariñosos a esa edad.
Que rico, me encantaría saber más de tu historia.
rico
Que rico hay que saber que hizo después!!!