En casa (II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por htr1969.
La noche siguiente me llamó por teléfono. Eran casi las doce de la noche y no era normal que tardara tanto.
– ¿Estás cachondo?, – me preguntó.
– Por ti siempre, – le dije.
– Voy a follarme a un tío en el coche y quiero que lo oigas. Voy a dejar el teléfono encendido. El no lo sabe así que no hagas ruido.
Al poco rato oí alguien entrando en el coche y comenzaron los gemidos, suspiros y los jadeos. Se oía la carne chocar y se notaba la humedad aullando. Me puse muy caliente. La polla crecía y deseaba soltar toda mi leche. El polvo terminó pronto. Quizás solo diez minutos. La puerta se abrió de nuevo.
– Ya está. Se ha ido. No te corras voy a casa ahora y te pajeo yo
– Te espero. – suspiré
Ella se sentó a mi lado y me cogió suavemente la polla. Empezó a hablar.
"- El tío tenía unos cincuenta años. Lo vi en el supermercado. Me pareció atractivo y el se dio cuenta de mis miradas. Me siguió un rato hasta que se acercó para ayudarme con unas cajas. Se lo agradecí y empezamos a hablar. Mientras el me hablaba yo pensaba en que le estaba lamiendo la polla. Allí en medio del pasillo entre los botes y tarros y a la vista de todo el mundo. Imaginaba que estaba desnuda entre sus piernas y que me metía su polla en la boca.
El seguía contándome cosas y yo rozaba de vez en cuando con mi pierna en la suya, Una de las veces rocé con mi muslo su entrepierna. No era una polla enorme. Algo normal. Me miró con deseo y curiosidad y yo acerqué la mano y se la sobé por encima del pantalón. Quiero que me la metas ahora en el coche, le dije. El me cogió del brazo y salimos hacía el parking. Primero fue a su coche a por condones y o al mio y te llamé.
Cuando entró le bajé la cremallera del pantalón y la saqué. Era una polla normal y dura. La chupé un poco y enseguida me senté sobre ella. Solo tuve que ponerme sobre él y la polla entró en mi coño hasta el fondo. Lo cabalgué mientras el me sobaba los pechos. Nos besábamos en la boca hasta que el me llenó el coño y yo me corrí como una cerda. "
Paró de hablar. Yo respiraba rápido y ella me enseño su mano llena de mi semen que había salido de mis huevos. Me la puso en la boca y lamí su mano limpiando cada resto de leche. Mi eche.
– En cuanto acabes tienes que hacer los mismo con mi coñito. Esa leche no es tuya.
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