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Voyeur / Exhibicionismo

En la playa.

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A mi marido y a mi nos gusta bastante caminar, y siempre que podemos, nos echamos el macuto a la espalda y nos vamos de excusión. Para esto las canarias son únicas, pues tienen paseos y barrancos verdaderamente espectaculares.

Estabamos cenando en una tasca del lugar y entablamos conversación con los empleados del local, y nos hablaron de una playa nudista que se llegaba caminando (como casi todas las playas nudista), aunque el camino no era muy seguro, la playa merecía la pena. Esa noche planeamos el circuito con el mapa sobre la mesa, decidimos llegar a la playa por la tarde. Al otro día, después de meternos por barrancos y plataneras llegamos a la playa sobre las 4 de la tarde.

El mar no estaba como para darse muchos baños, se notaba que tenía bastante resaca, pero para remojarse en la oriila nos valía. No había mucha gente, se veían parejitas sobre todo de chico chico, chica chica, y algunos grupitos de chicos adolescentes que van sobre todo de mirones. Teníamos sitio de sobra, el grupo mas cercano que teníamos estaban como a 8 metros. Nos desvestimos y nos fuimos a refrescar en las olas. Mi esposo es bastante guapo, tiene buen cuerpo, alto, pelo negro y ojos grandes negros, yo tampoco estoy nada mal, y aunque no soy una modelo, soy alta, de buenas curvas, rubia de ojos verdes. Hacemos una bonita pareja. Nuestras relaciones intimas son bastante satisfactorias y somos bastante abiertos, aunque la verdad, nunca imaginé que llegaríamos algún día al límite de aquella tarde.

El sol estaba rico, no quemaba pero calentaba, nos tumbamos a secarnos y entre el cansacio de la caminada, el solito, la tranquilidad, el sonido de las olas,nos dejamos dormir un par de horas. Me desperté, estaba de lado, acurrucada, abrí los ojos y mi marido estaba profundamente dormido boca arriba, y empalmado totalmente, ya casi no quedaba nadie en la playa, salvo un grupo grande que estaba bastante alejado de nosotros, me incorporé para visionar mejor toda la playa, cunado los vi frente a mi, estaban como a 5 metros, eran dos chicos, como de 17-18 años, tumbados boca abajo y mirando hacia nosotros, estaban casi rozando el agua. En la playa no quedaba nadie mas, salvo nosotros 4 y el grupote al fondo jugando entre ellos.

Me tumbé de nuevo, boca arriba,sabía que los chicos no me quitaban ojo y cuchicheaban entre ellos riéndose, yo intentaba mostrarme de lo mas natural, y mantenía las piernas cerradas, pero me estaba comenzando a excitar, tumbada en la playa, desnuda, con dos adolescentes mirándome y mi marido con la polla tiesa con todos sus 21cm en apojeo, pues hay que ser muy fría para no calentarse. Mi sexo estaba a reventar. Los chicos al ver que yo no hacía caso que estuvieran allí decidieron acercarse algo mas, estaban en bermudas, o sea, que solo querían mirar.

Estaban como a 3 metros, tenían una visibilidad total de nosotros, si me abría de piernas me verían hasta los ovarios. Y cada vez estaba mas caliente. Mi marido se giró hacía mi, aún dormido, se agarró el pollón, estaba soñando algo muy caliente, los chicos se rieron aguantando las risas.

Seguro que ellos no la tenían tan grande. Comencé a abrirme mas de piernas, deseaba que me miraran, que siguieran allí, que no se fueran, ahí mismo se tumbaron de nuevo boca abajo y mirandome sin verguenza, yo me movía y abría para facilitarles la visión en varios angulos, levanté las rodillas y apoyé los pies en la arena, asi estuve un rato, la voz de los chicos se notaba mas ronca, estaban excitados, solo les oía sus susurros y alguna palabra suelta. Me abrí mas intentando llegar al bolso para sacar una revista, ahí aproveché y me les abrí toda, agarré la revista y volví a la posicion de la rodillas levantadas. abrí la revista y tumbada me puse a leer, el coño me latía como si tuviera corazón propio, enrolle la revista para agarrarla con una sola mano. Empecé a tocarme los senos, mis pezones estaban paradisimos, y las tetas duras, hinchadas, hermosas, las disfruté un ratito, y miré con disimulo y los chicos ya no tenían las bermudas, uno seguía acsotado con la mano metida debajo, sobandose a polla, el otro estaba sentado con su polla en la mano meneandosela con suavidad, lo dicho, una polla del montón.

Mi mano siguió bajando hasta llegar a mi sexo que estaba chorreando, mis dedos se deslizaron por el con toda facilidad, me tocaba suavemente, por todo mi sexo y ano, me masajeé el clitoris hasta casi llegar al orgasmo, estaba fuera de mi, me metí un dedo y me di rico, los dos chicos ya estaban los dos sentados y con sus pollas a todo meter en las manos. No quería que se corrieran tan pronto.

Me giré y me acurruqué al lado de mi marido, lo desperté con mimitos y le conté lo que pasaba. El se sonrió y miró para su polla, yo lo comprendí y bajé hasta su polla, se la besaba y lamia, la sentía viva en mi boca, me la fui metiendo poco a poco en la boca, y por primera vez miré a los chicos sin pudor, se la mamaba a mi marido y los miraba a ellos como se masturbaban, se acercaron mas, ahora solo estaban a dos metros, mi esposo me sacó la polla de la boca y me tumbó, me abrió de piernas y empezó a masturbarme y penetrarme con los dedos. Yo miraba a los chicos y miraba como me masturbaba mi esposo, estaba fuera de mi, me sentía la mas puta y vulgar de las mujeres, pero eso me excitaba mas.

Me corrí de una manera barbara, nada mas terminar mi marido me dió la vuelta, me puso a cuatro patas y me penetró vaginalmente, de un solo golpe me metió toda su tranca, mi grito de placer se tuvo que haber escuchado en toda la isla, uno de los chicos se corrió, el otro aguantó algo mas mientras mi marido me bombeaba a su gusto, me estaba dando un placer infinito, mi marido siguió bombeandome un buen rato, hasta que me sacó otro orgasmo, entonces me la sacó, me la puso en la entrada de mi ano pero sin penetrarme, entonces sentí los gemidos del otro chico corriendose y la descarga de mi esposo en mi ano. Los dos caímos agotados en las toallas, los dos chicos se fueron.

Esa noche, ya en el hotel, mi esposo me metió la mejor cogida de mi vida.

2300 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: chica, playa, polla, puta, sexo
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